Lydia Gutiérrez y Sergio Arranz. Educadores sociales, Fundación Laudes Infantis.
La Fundación Laudes Infantis trabaja para la prevención del fenómeno de los niños de la Calle en Bogotá, Colombia. Actúa sobre la principal causa responsable de esta situación, la desestructuración familiar, a través de diferentes iniciativas educativas y comunitarias. Su principal herramienta metodológica es el trueque comunitario, instrumento a través del cual se implica a toda la comunidad en el cuidado y protección de los menores, huyendo del asistencialismo y de la caridad.
La Fundación Laudes Infantis, entidad sin ánimo de lucro, nace en Bogotá, Colombia, en el año 1999. La entidad es promovida y constituida por profesionales con larga experiencia en el trabajo con habitantes de la calle en situación de alta marginalidad, especialmente niños y niñas.
Todos esos años de trabajo en la calle llevaron a un proceso de análisis de las causas de la situación y a una ubicación del origen de los menores con los que tocaba trabajar cada día. Asimismo, la continua afluencia de nuevas caras, nuevas historias, constataba que no se estaban trabajando las causas de esta situación. El fenómeno de los niños de la calle se empezaba a percibir como un fenómeno estructural en la Ciudad de Bogotá, con numerosos recursos e iniciativas para paliar este problema, mas faltaban intervenciones reales e innovadoras para solventar las causas de este fenómeno.
Cada día de trabajo suponía el pensar en nuevas hipótesis, nuevas maneras para darle un giro a la situación, y esta inquietud se concretó con la constitución de la Fundación en 1999.
Los primeros pasos de la Fundación se encaminaron a identificar el entorno adecuado para iniciar una intervención de carácter preventivo, haciendo un análisis de los barrios de los que principalmente provenían los chavales con los que se trabajaba en la calle. Estos barrios se ubicaban principalmente en Ciudad Bolívar, zona de la capital colombiana que acoge gran número de desplazados por el conflicto armado y a familias con escasos recursos y situación de gran marginalidad. Durante este periodo se realizaron diversas actividades recreativas (juegos, espectáculos de teatro y malabares) por diferentes barrios, de cara a detectar las necesidades de las diferentes comunidades y concretar en cuál de ellas era viable el desarrollo de una intervención comunitaria más profunda.
En el desarrollo de las actividades anteriormente citadas, se identificó el sector de La Torre, en el barrio de Bella Flor (Ciudad Bolívar), como el de mayor necesidad manifiesta, dada su lejanía de cualquier recurso comunitario y la continua afluencia de familias recién llegadas a la zona. En este momento, se focalizaron las actividades recreativas en este sector, de cara a realizar un proceso de investigación-acción que permitiera identificar las principales necesidades de la Comunidad.
Actualmente, y tras todo el proceso anteriormente descrito, se está desarrollando un plan de trabajo preventivo en el Barrio de Bella Flor, y se está iniciando una nueva intervención en el barrio de San José de los Sauces de Ciudad Bolívar.
El objetivo general que orienta la intervención de Laudes Infantis es el de promover iniciativas y recursos de carácter sociocomunitario que prevengan la desestructuración familiar y el abandono de hogar de los menores.
Este objetivo se ha concretado en una serie de proyectos dirigidos a la infancia y sus familias:
Uno de los problemas detectados en la población es el alto grado de analfabetismo existente; por lo que, mediante actividades de refuerzo escolar, se pretende apoyar a los niños y niñas del barrio Bella Flor y aledaños que no están acudiendo a la escuela debido a que la familia no dispone de suficientes recursos económicos y a aquellos que, estando escolarizados, presentan dificultades de aprendizaje.
Se trata de darles a conocer cuestiones básicas sobre las principales materias, con el objetivo último de que puedan ingresar en colegios distritales al comienzo del nuevo curso y garantizar así el derecho a la educación que todos los niños y niñas tienen.
La creación de una biblioteca surgió de la necesidad detectada en el barrio, al no existir ninguna biblioteca cercana, donde los niños y niñas y jóvenes escolares pudieran consultar diferente documentación para la realización de sus tareas, y viendo la escasa ayuda que los padres podían ofrecer a sus hijos, bien por no poseer los conocimientos necesarios, o bien por sus largas jornadas laborales.
Esta área se crea para dar cobertura a las familias con necesidades económicas y de empleo, que presentan además una gran carga familiar. Consiste en un espacio infantil de carácter educativo y lúdico para los niños y niñas de 0 a 5 años, en horario de 6:00 a 17:00 horas, que ofrece, a su vez, a los padres y madres de la comunidad un lugar donde dejar a sus hijos/as en el transcurso de su jornada laboral y facilitando también el acceso de los hermanos mayores a la escuela al no tener que hacerse cargo de sus hermanos pequeños. El servicio es prestado por madres y jóvenes de la comunidad, siempre bajo la supervisión de un directivo que las apoya, forma y orienta.
Con el desarrollo de estos talleres lúdicos se están ofreciendo alternativas de ocio y tiempo libre no solamente a los menores sino a toda la comunidad, promoviendo también unos valores comunitarios y unas pautas educativas que favorezcan el desarrollo psicosociocultural. Actualmente se están desarrollando los siguientes talleres:
En todos ello participa gente con edades comprendidas entre los 5 y los 70 años (aunque no existe límite de edad).
En esta área se trabaja con menores de 10 a 18 años (aproximadamente).
Siguiendo las líneas filosóficas, de actuación y metodológicas de la Fundación Laudes Infantis, con este proyecto se está creyendo en las potencialidades de estos chicos, favoreciendo su formación académica y profesional, así como apostando por ellos como mediadores dentro de su Comunidad.
Desde la Fundación se facilita que 500 personas reciban un almuerzo diario en un comedor construido por la propia Comunidad. La evidente necesidad alimentaria que tiene la población, llevó a la Fundación a estudiar posibles alternativas para poder contribuir de algún modo a disminuir la incidencia que las carencias alimenticias tienen sobre la población. De este modo se han conseguido diferentes convenios con la Alcaldía Mayor de Bogotá, y con el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar, a través de los cuales se consigue un aporte para que este comedor sea posible.
De acuerdo con la filosofía de la Fundación, de respeto y creencia en las potencialidades de cada uno y la idea de la erradicación de la mendicidad, se creó la economía del trueque. A través del mismo, se intercambian servicios; así el/la beneficiario/a recibe algo de la Fundación y a cambio da unas horas de trabajo comunitario en huertas, construcción de parques, embellecimiento y limpieza del entorno, etc.
Teniendo en cuenta el punto de partida de la población con la que trabaja la Fundación, campesinos desplazados por diferentes motivos, y sin posibilidad de retorno, se pretende volver al tratamiento de la tierra. La idea no es sembrar en grandes extensiones sino ver las posibilidades que se tienen en espacios reducidos, y motivar a la población para encontrar nuevamente el placer del cultivo.
Como consecuencia de los escasos recursos económicos que presenta la mayoría de la comunidad del barrio Bella Flor, gran parte de su población ha tenido que abandonar sus estudios o no han tenido nunca acceso a ellos.
Bajo la firme creencia de que una comunidad no puede surgir si no se logra un desarrollo integral de sus miembros, la Fundación creó el Fondo de Capacitación Comunitario para facilitar a la población, tanto infantil como juvenil y adulta, los recursos para poder adquirir una formación académica o profesional.
La intervención de Laudes Infantis parte del conocimiento y presencia en el terreno; en el propio espacio de la Comunidad, para obtener un óptimo reconocimiento de las necesidades de la misma, y de cada uno de sus miembros.
Con esto, son ejes fundamentales en nuestra filosofía de intervención:
Es fácil caer en el mito de que la acción de las personas por su propia comunidad ha de ser una actividad voluntaria y altruista, o que permite una mejora de la propia calidad de vida en un difuso y largo plazo de tiempo. Esto puede ser real cuando hablamos de personas que tienen todas las necesidades básicas cubiertas, pero cuando hablamos de personas en situación de gran precariedad no podemos pretender que salgan a “arreglar” el mundo cuando en su propia casa no hay nada de comer, o sus hijos están desescolarizados. Para integrar una respuesta a las necesidades particulares y las necesidades de la comunidad se plantea el Trueque Comunitario.
La idea es simple, y básicamente consiste en un intercambio de servicios. Digamos que la Fundación presta a las familias un apoyo escolar para los hijos, un apadrinamiento, un almuerzo en el comedor o algún otro servicio. A cambio, independientemente del proceso educativo que se sigue con la familia, se solicita a ésta que preste algún tipo de servicio a la comunidad. Este servicio se orienta normalmente a la mejora de infraestructuras en el barrio (recordemos que sólo hace 6 meses que ha sido legalizado), realizando tareas como la construcción de un parque para toda la comunidad, la limpieza del barrio, la canalización de aguas, o el apoyo en alguna de las actividades que la Fundación realiza. Esta acción se canaliza a través de los grupos comunitarios, aunque próximamente se va a implantar un banco de trueque en el barrio, para centralizar y agilizar la acción, a través de la emisión de una “moneda de trueque”.
También los jóvenes se benefician de esta metodología, al poder optar a diferentes cursos de capacitación y formación profesional a cambio de la dedicación de parte de su tiempo en actividades para el barrio y para los más pequeños de la Comunidad.
Esta metodología, presente en prácticamente todas las actividades de la Fundación, permite además el desarrollo de un sentimiento de comunidad al fomentar el acercamiento entre los vecinos, en muchos casos originarios de diferentes zonas del país, y al hacerles responsables de la construcción y mejora de su propio barrio, convirtiéndose también en un mejor lugar para los niños.
Se evita que los niños abandonen el hogar al mejorar la situación en éste, y en su entorno, a través de la acción de sus padres e, incluso, de la suya propia.
Y se posibilita que las personas abandonen su situación de indefensión aprendida y se sientan con posibilidades de cambiar de realidad, siendo los principales protagonistas de ese cambio, en su familia, en su entorno y en sí mismos.
Tras casi 5 años de intervención en el Barrio de Bella Flor, la Fundación se plantea un nuevo salto cualitativo.
En este periodo se han conseguido generar servicios e infraestructuras para el barrio, se han conseguido diversos apoyos institucionales y, sobre todo, se ha conseguido que la propia Comunidad se sienta responsable de este proceso.
El proceso ha permitido que en los grupos comunitarios y en las diferentes actividades de la Fundación, los miembros de la Comunidad hayan consolidado valores como el trabajo en equipo, la responsabilidad, la eficacia y la eficiencia.
Y también se ha permitido una capacitación laboral de numerosos jóvenes y adultos, a través de la formación profesional, los talleres de la Fundación o el propio trabajo comunitario.
Ahora es el momento de sumar estos valores y capacidades a la naturaleza emprendedora de muchos de los miembros de la Comunidad, y lanzarse en la aventura de la economía social, apoyando la generación de Microempresas Solidarias en Bella Flor.
Esperamos que en los próximos 5 años, se pueda dar constancia de otro bonito proceso en la Comunidad.