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#Edusohistorias: un viaje por la Educación Social

Autoría:

M.ª Ángeles Hernández Prados, Universidad de Murcia

Reseña de libro

TÍTULO #Edusohistorias: un viaje por la Educación Social
AUTORÍA AA.VV. Coordina equipo Educablog
EDITORIAL Bubok Publishing SL, 226 páginas
AÑO 2015

 

Hay lecturas que al iniciarlas te atrapan y no puedes parar hasta finalizar. Esta obra es una de ellas. Cansados de las cifras en las que se despersonaliza la vivencia, reduciendo la experiencia a la información que aporta el dato, necesarios, sin lugar a dudas, pero insuficientes, se considera que el estilo narrativo biográfico escrito de primera mano por sus protagonistas siempre es una apuesta segura para despertar emociones, inquietudes y favorecer la adquisición y construcción del conocimiento. El resurgir de lo cualitativo, del diálogo con las personas, de dar voz a testimonios, es un elemento esencial de las pedagogías emergentes preocupadas por el desarrollo humano.  

Si algo caracteriza a este libro es la constatación de que el acompañamiento y humanización de la profesión del educador social son piezas clave. El tránsito por los 23 relatos de las experiencias de educadores sociales en diferentes ámbitos profesionalizadores y con diversos colectivos poblacionales como la orientación laboral, la drogodependencias, las enfermedades terminales, la protección de menores, centros de reforma, prisiones, enfermedades mentales, la transexualidad, etc. permite diferentes itinerarios de lectura. 

El primero de ellos centrados en la trayectoria vital de las personas vulnerables como la de Hache, Luna, María, Sara, Juliet, Erre, Ele, Naia, Adrán, Pepe-Pepa, Mateo, y muchos más, nos permite conocer por un lado, la influencia determinante de los contextos familiares, especialmente la pérdida-fallecimiento de madre marcó a varios de ellos de forma tan significativa que penetraron cabeza abajo y sin frenos en el circulo pernicioso de la vulnerabilidad; por otro, la lucha constante por sobrevivir, buscar ayuda, reintegrarse en la sociedad, aunque no siempre se consiga.  

Otro de los viajes que nos permite realizar esta obra, posibilita la aproximación al conocimiento de las asociaciones que trabajan en este sector de ayuda al necesitado, algunas de las actuaciones que realizan (relato para plasmar sus fantasmas, hospitalizaciones, buscar familiares, talleres, campamentos, arte o cómic, charlas, dibujos, elaborar currículum, fomentar hábitos de cuidado personal, etc.), el tipo de servicio que prestan, las circunstancias adversas y los dilemas morales a los que se enfrentan día a día. Cómo afrontar desenlaces trágicos de los usuarios a los que pretenden ayudar, es el punto más duro al que se enfrentan el conjunto de profesionales de estas asociaciones. Sin lugar a dudas, tras la lectura de este libro, el reconocimiento al papel social que desempeñan es incuestionable. 

Finalmente, analizar esta obra desde la mirada de la profesionalización del educador social resulta interesante para aquellos que cursan o imparten docencia en el Grado de Educación Social. Una profesión que se ve afectada y enriquecida por el contacto directo con el otro, de ahí que todos los relatos acaben haciendo mención a eso, a sentirse impregnados por el otro. Algunas de las lecciones que enseña son:  

  • La educación social como trabajo en red y en equipo debe asumir una corresponsabilidad educativa donde las intervenciones son necesariamente complementarias; 
  • “acompañamos a chicos y chicas (que no personas o individuos genéricos) en su proceso de ir probando y haciendo su propio modo de ser y estar en el mundo”  (p.37) 
  • palabras como proceso, vinculo y confianza son necesarias, o mejor dicho, imprescindibles para entender el trabajo diario del educador social. 
  • “Somos profesionales en fomentar valores que nos lleven a vivir en una sociedad más sana, más justa” (p.55) 
  • El trabajo del educador social en los procesos de inserción laboral consiste en destapar las capas que traen las personas cuando entran al despacho. 
  • El educador social abre puertas, pero también se ve obligado en ocasiones a cerrarlas, a decir no. Hay “que entender que lo que se demanda no siempre es lo que se necesita”(p.67). 
  • El acompañamiento se define así en uno de los relatos: “alguien se acerca a nosotras esperando sacar una mirada apreciativa que les permita devolver su mejor cara, sus posibilidades, sus fortalezas y sus sueños” (p.78). 
  • La tarea del educador social no se reduce a apoyar las intervenciones particulares, sino en atender a la singularidad del sujeto que es condición esencial para la vida en común. 

 Las palabras elegidas por los coordinadores del equipo EducaBlog para presentar e invitar a la lectura de este libro no podía ser más acertadas: la realidad supera la ficción. A lo que añadiría, sin menospreciar la ficción, la necesidad de más dosis de realidad, para evitar mirar hacia otro lado, negando la vulnerabilidad existente.