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El capital social como fundamento para el desarrollo comunitario: la experiencia de la red de telecentros en la selva peruana

Social capital as a foundation for community development: the experience of the telecentre network in the Peruvian jungle

Autoría:

Paloma Valdivia Vizarreta y Paloma Sepúlveda Parrini – Departamento de Teorías de la educación y pedagogía social, Facultad de Educación, Universidad Autónoma de Barcelona, UAB. Virgilio Chávez Rodas, Alianza para Servicios Digitales y Financieros (Alianza Cr3ce) CEDRO-USAID, Perú

Resumen

Las acciones socioeducativas que se describen forman parte del “Programa Inclusión Digital” (PID) que consiste en la creación de una red de telecentros, espacios públicos con acceso a internet. Todos ellos se han implementado y fortalecidos en centros poblados de la Amazonía peruana, que han centrado, por años, su economía y dinámica social en el cultivo de la hoja de coca y la producción de drogas cocaínicas que ahora, por las políticas de lucha contra las drogas, deben cambiar a cultivos alternativos como el cacao y el café.

Este proyecto busca dar respuesta principalmente a tres retos: la brecha digital de la población, el desconocimiento de los cultivos alternativos, la dinámica socioeconómica existente por el cultivo de la hoja de coca.

Por ello se describe el rol del capital social desde la creación del proyecto, su ejecución y continuidad. Se detalla el análisis del capital social, cómo funcionan sus relaciones sociales y cómo su dinámica constituye un medio o recurso adicional para las personas y las comunidades, así como la forma en que se ha accedido a ellas y cuál ha sido la forma de utilizarlo en los telecentros para favorecer el empoderamiento de la comunidad

Abstract

The socio-educational actions described are part of the “Digital Inclusion Program” (PID), which consists of the creation of a network of telecentres, public spaces with internet access. All of them have been implemented and strengthened in populated centers of the Peruvian Amazon, which have focused, for years, their economy and social dynamics on the cultivation of the coca leaf and the production of cocaine drugs that now, due to the policies to combat drugs must switch to alternative crops such as cocoa and coffee.

This project seeks to respond mainly to three challenges: the population’s digital divide, the ignorance of alternative crops, the socioeconomic dynamics that exist due to the cultivation of the coca leaf.

Therefore, the role of social capital is described from the creation of the project, its execution and continuity. The analysis of social capital is detailed, how its social relationships function and how its dynamics constitutes an additional means or resource for people and communities, as well as the way in which they have been accessed and how it has been used in telecentres to promote community empowerment.

Introducción

El Centro de Información y Educación para la Prevención del Abuso de Drogas (CEDRO) es una asociación peruana, fundada en 1986 con el objetivo de facilitar procesos de desarrollo comunitario y participativo para mejorar la calidad de vida de sus integrantes a través de estrategias educativas, de información y promoción de estilos de vida alternativos a la cadena de cultivo, producción, narcotráfico, micro comercialización y consumo de drogas. Para ello, promueve estilos de vida saludables, la formación de valores, el fortalecimiento de lazos familiares y comunitarios, la incorporación de adolescentes y jóvenes voluntarios en la promoción y el empoderamiento de líderes con un enfoque democrático y sostenible.

Es necesario iniciar remarcando que en el Perú la educación social no existe como grado universitario o ámbito profesional, lo más cercano a ella es la carrera de Trabajo Social, el cual tiene dentro de su plan de estudios cursos de educación social y animación sociocultural. Sin embargo, existen muchos programas orientados desde la educación social, promovidos principalmente por el gobierno y las ONG, y que son ejercidos por profesionales de diversas áreas como la comunicación social (Villa, 2020). En su mayoría, y en este caso no es la excepción, son proyectos centrados en desarrollar soluciones educativas a problemas sociales orientados al trabajo con la población más desposeída.

CEDRO y sus diversas alianzas público-privadas se han propuesto impulsar un cambio socio-económico dinamizando espacio de aprendizaje de las tecnologías y redes de comunicación e información. Esta organización lleva más de 34 años en poblaciones que han basado su identidad local y economía en el cultivo de la planta de coca destinada al narcotráfico (Vizcarra, 2018) y que los últimos años, ha cambiado a cultivos alternativos de cacao, café, entre otros forzados por el estado y las políticas internacionales de erradicación de los cultivos cocaleros y desarrollo alternativo. En este contexto, la organización se ha consolidado como referente en el trabajo comunitario en estas zonas. Una de estas iniciativas es el “Programa Inclusión Digital” (PID), intervención socio-educativo, que consiste en la creación y dinamización de una red de telecentros para contribuir con el desarrollo socio-económico de las poblaciones de las regiones de San Martín, Huánuco y Ucayali.

El PID se centra en poblaciones ubicadas en zonas rurales y urbanas de la selva amazónica, en proceso de urbanización o netamente rurales con grandes limitaciones de servicios básicos, vías de acceso fluvial y terrestres deficientes, con un esquema de telecomunicaciones de escasa cobertura, baja calidad o reducida eficiencia, en donde la relación entre ilegalidad y violencia han sido parte de su cotidianidad.

El objetivo de esta publicación es describir la propuesta socioeducativa “Red de Telecentros de la Amazonía (RTA)” (Figura 1), diseñada e implementada por CEDRO en sus dos etapas, la primera (PID) entre los años 2012 y 2017 y la segunda (Alianza Cr3ce), desde 2018 hasta el 2022.

Figura 1: Fotografía de un telecentro. Red de Telecentros de la Amazonía Peruana

Fuente: Fotografía tomada de la página web del programa

En una primera parte se contextualiza la problemática económica, social y educativa de las comunidades vinculadas con los telecentros, posteriormente se describe el proyecto, la metodología desarrollada y el capital social y la sostenibilidad como ejes centrales para superar diversos retos y, por último, se detallan las dos fases y los resultados y desafíos del proyecto para el futuro.

Las problemáticas económicas, sociales y educativas

Históricamente en el Perú existe una relación estrecha entre las poblaciones andinas, el trabajo y la hoja de coca, atribuyéndole propiedades mágicas y reconociendo su capacidad para mitigar el hambre, el frío y el cansancio físico. La permanente demanda interna por hoja de coca para usos folklóricos o medicinales ha servido de para la demanda para la elaboración de drogas cocaínicas (CEDRO, 2013).

Figura 2:Erradicación total del cultivo de hoja de coca en Perú, 2011-2015 (ha)

Fuente: UNODC (2016)

Por ello se han generado diversas políticas del gobierno peruano, apoyadas por la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC), a favor de una estrategia “desarrollo alternativo” al cultivo de hoja de coca, que consiste en la sustitución y control del cultivo de la hoja de coca, a través de la erradicación voluntaria por parte de agricultores cocaleros y la instalación cultivos lícitos hacia un modelo enfocado en la agricultura de cultivos alternativos a la hoja de coca como el cacao, café, palma y palmito. En el último informe de monitoreo de cultivo de hoja de coca en el Perú 2015, elaborado por esta Oficina y el Estado peruano (UNODC, 2016), muestra que ha disminuido el área cultivada con hoja de coca, como se observa en la Figura 2, y en el que se reportaron 35.868 hectáreas de erradicación, 14,9% más que en 2014.

En el Perú, una de las principales dificultades para la erradicación de estos cultivos, ha sido la presencia en la zona de la última célula activa que tiene Sendero Luminoso -protagonista del conflicto armado interno que tuvo lugar en las décadas de 1980 y 1990-. En el estudio de Casas y Ramírez (2017) destacan la efectividad política de drogas implementada durante el periodo 2010-2015 en el Monzón se debe a tres factores: i) el enfrentamiento entre dos facciones terroristas que brindaban protección a los gremios contra la erradicación de coca; ii) el debilitamiento de las organizaciones de productores cocaleros, y iii) el apoyo al gobierno por parte de empresas privadas contratadas para la implementación del Programa de Desarrollo Alternativo.

La economía creada por el narcoterrorismo en estas zonas dejó a las poblaciones de comunidades rurales con total dependencia de un modelo ilícito de subsistencia. Este impacto no solo se refleja en las economías ilícitas, sino también en la vida íntima de las personas, en las relaciones de parentesco y en la estructura de las sociedades donde se desarrolla la actividad (Núñez Pérez, C., Martín Brañas, M., Silverstein, S., y Rodríguez Romaní, R., 2019).

Al iniciarse la transición de los cultivos, se aplicó un modelo de erradicación forzosa por parte del Estado, sin sustitución, ayuda o compensación. Diversos factores favorecieron a que las condiciones de pobreza se agraven (Vargas, 2017), además del aislamiento, tanto geográfico como de acceso a Internet (Calcina y Hidalgo, 2014) dificultan el fortalecimiento social y económico en dichas zonas.

La sustitución de cultivos sigue afectando a estas poblaciones. Este proceso ha generado un cambio importante en las formas de vida, por un lado, influyendo negativamente en lo económico, porque actualmente cuentan con menos ingresos, pero, por otro lado, se generan nuevas formas en sus relaciones sociales, antiguamente muy jerarquizadas y que ahora están transitando hacia nuevas redes de contacto, nuevos espacios de socialización y desarrollo personal. Aún repercute sobre varias de estas poblaciones, la estigmatización, los efectos de la violencia del narcotráfico y del terrorismo. Así lo manifiestan sus pobladores:

‘Nuestro objetivo, es mostrar el verdadero rostro del VRAEM, que es de gente humilde; pero, trabajadora, de agricultores honestos que tienen en cada uno de sus productos, su única herramienta para luchar contra la pobreza y violencia generada por el narcotráfico y el terrorismo’, agregó Huaraca Vilcameza, organizador de FESTIVRAEM.

Diario Gestión 29 de mayo 2016 (Gestión, 2016)

A partir de los nuevos cultivos han incrementado las necesidades formativas, de acceso a otras oportunidades de desarrollo, de conocimiento, de capacidad técnica, de infraestructuras, entre otras.

Red Telecentros de la Amazonia (RTA)

Los telecentros existen en todo el mundo, actualmente son proyectos flexibles y en constante evolución, pero nacieron para dar respuesta al acceso desigual de la población a la tecnología en zonas rurales y remotas, ofreciendo espacios públicos en donde diversos grupos humanos se congregan alrededor del conocimiento, gracias a la conexión a Internet y a las diversas formaciones. Las interacciones sociales y educativas generadas en los telecentros influyen en el desarrollo de una comunidad rural, movilizan a la sociedad y facilitan espacios de innovación y contribuyen al empoderamiento de las personas (Valdivia, 2018).

La acción inicial de CEDRO fue facilitar el acceso a Internet en estas comunidades, a través de la implementación de los telecentros en alianza con los gobiernos locales, cuya participación fue clave en este proceso. Una vez realizado un diagnóstico con la comunidad, desarrolló un manual de diseño “modelo Telecentro CEDRO”, concebido para la adecuación de los espacios cedidos por las comunidades. En él se establecen una serie de características: equipamiento técnico y tecnológico, conectividad, sistema de red e interconexión, diseño del espacio, mobiliario, distribución y criterios de marca (color, gráfica, tipografía, etc.), equipos de aire acondicionado para facilitar la interacción del público y el mantenimiento de equipos.

Luego desarrolló una estrategia para consolidar los telecentros como espacios comunitarios de aprendizaje y comunicación, que promuevan el desarrollo social, la asociatividad de productores locales y emprendimientos lícitos en alianza con organismos públicos y privados. Se plantea los siguientes objetivos:

  1. Proveer conectividad y acceso a TIC a través de los Telecentros;
  2. Promover oportunidades de desarrollo socio-económico y participación ciudadana a través del uso de las TIC;
  3. Fomentar las buenas prácticas productivas, agrícolas, comerciales y de convivencia y;
  4. Cambiar la visión de las posibilidades laborales de mujeres y hombres, en busca de organizarse en cooperativas, asociaciones y pequeñas empresas, con la posibilidad de comercializar directamente sus productos.

Para ello, desarrolla acciones educativas (Figura 3) centradas en: (i) Acceso a Internet, (ii) Cursos de alfabetización digital: informática básica, intermedia y avanzada (iii) Educación financiera y capacidades emprendedoras y, (iv) Asesoría y asistencia técnica agraria a productores a través de teleconferencias, uso guiado de los telecentros y otras herramientas TIC.

Figura 3: Fotografías de los diversos servicios y formaciones que se realizan en los telecentros

Fuente: Fotografías tomadas de la página web del programa

La RTA está conformada por espacios públicos para la comunidad y comunidades aledañas, se enfatiza el trabajo con adolescentes, jóvenes, mujeres y productores y productoras locales. La red, en una primera etapa, estuvo compuesta por 42 telecentros (ver Figura 4), distribuidos en distintos territorios en los que se han implementado planes para la erradicación del cultivo de hoja de coca. Del total de telecentros, 38 están ubicados en las regiones de Ucayali, Huánuco, San Martín que son auspiciados por USAID; 2 telecentros en Banda de Shilcayo (San Martín) y Lima, financiados por APC Japón y 3 telecentros implementados en Satipo, con fondos de la Comunidad Europea.

Figura 4: Mapa de telecentros

Fuente: Captura de pantalla de la Web de CEDRO

Todos ellos cuentan con un promedio de 8 ordenadores, conectividad de banda ancha, equipamiento con ordenadores, equipo multimedia, impresoras, pantalla de proyección, cámaras digitales, equipos de sonido y audio, y un mobiliario y diseño de espacio estandarizado, así como un concepto de marca común a todos los telecentros de la red. Desde cada uno de ellos se puede acceder a plataformas virtuales y participar de foros y cursos virtuales gratuitos, fortaleciendo la inclusión social, digital y financiera.

El Capital Social de los Telecentros de la Amazonía

Cada telecentro muestra diversidad de necesidades, se encuentra imbricado en un ecosistema educativo cambiante y no existe un consenso sobre las dificultades, riesgos o problemas a los que se enfrentan (Valdivia, 2018). En la amazonia peruana existen varias iniciativas de telecentros (Bossio, 2018). Todas ellas se han enfrentado a diversos retos por ejemplo las dificultades técnicas y geográficas, la aceptación de la comunidad, la relevancia de las formaciones y servicios y su sostenibilidad. Para lograr la sostenibilidad es necesario desarrollar un sistema de redes cohesionado,

Consideramos que el aporte de la RTA respecto al funcionamiento y sostenibilidad de los otros es la generación de capital social a partir de vincular desde sus inicios a diversos agentes de cada comunidad.

En los telecentros, cada individuo aporta sus redes de contacto y a través de la interacción con otros sujetos las amplía. Los encuentros que allí se producen desarrollan y fortalecen nuevas relaciones que dan valor al proyecto, convirtiéndose en una riqueza colectiva (Valdivia, 2018). Por ello, el capital social resulta beneficioso tanto a nivel individual como colectivo, formando parte vital e integral de la infraestructura de la comunidad social (Vargas, 2017; Valdivia, 2018). El capital social es un elemento esencialmente vinculado con la vida en las comunidades y con la educación socio-comunitaria (Padró y Úcar, 2015).

De esta forma, el capital social es la estructura en la que crecerán los Telecentros de la Amazonía. Con el capital social es espera poder suplir, en gran parte, la ausencia de otros recursos (económicos, financieros, materiales) y amplificar los efectos de la pertenencia a una red social para superar situaciones de pobreza y propiciar desarrollo económico y social (Azuero, 2009). Para ello, sus líderes y aliados, desde dentro, deben preocuparse por conocer cómo se generan las interacciones entre las personas que asisten, conocer la influencia que tiene sobre la comunidad, cuánto alcance tienen las redes que se encuentran vinculadas en él, para proponer acciones que ayuden a mantener e incrementar este capital social, cuya finalidad sea abarcar y comprometer a toda la comunidad.

Sin embargo, el mayor reto comunitario de este PID es crear nuevas redes frente a las consolidadas del narcotráfico. Se debe desarrollar nuevos vínculos comunitarios, por ello las primeras acciones de la RTA de CEDRO, se centra en identificar a los y las agentes líderes y las redes de proximidad existentes de jóvenes, productores y productoras.

Luego de identificar los roles de las personas, se plantearon acciones para adaptar los telecentros a las necesidades de las comunidades, a través de una serie de diagnósticos y estudios de campo con instrumentos cuantitativos y cualitativos (encuestas, grupos focales y entrevistas en profundidad). La finalidad de estas acciones conocer las características poblacionales a nivel socio-económico, establecer las demandas e intereses formativos, educativos y de asistencia técnica de la población (ordenada por segmentos etarios); y los planes de monitoreo y evaluación permanentes, para establecer los logros alcanzados y los impactos como resultado de la intervención respecto a los objetivos.

El inicio del PID consideró la identificación de grupos poblacionales para la ejecución de un plan de sensibilización a líderes, autoridades y población en general. Considerando la inexistencia de experiencias de este tipo, fue necesario divulgar y dar a conocer las características de este modelo, que desde el inicio solicitó la implicación de los gobiernos locales.

En este sentido, la vinculación con estos agentes se realizó en tres etapas (Figura 5): la primera fase consistió en la cesión de locales (o terrenos), para la adecuación y acondicionamiento de los telecentros, el pago de personal capacitado para la gestión y administración del telecentro, así como el pago de servicios básicos (luz, agua, seguridad, otros). La segunda etapa implicó que los gobiernos locales, como socios y aliados participaran activamente en la operatividad de los telecentros, así como la comunidad representada por un grupo de personas y líderes. En la etapa final, estos agentes debieron asumir además el pago de la conectividad y mantenimiento técnico y tecnológico con la asistencia técnica de los proyectos de CEDRO, el PID y la Alianza Cr3ce.

 En paralelo, el trabajo de sensibilización inicial se concretó en los primeros acuerdos y compromisos expresados en cartas de intención con las comunidades interesadas en la implementación de un telecentro en su localidad y luego un convenio bipartito (CEDRO – gobierno local) para cada caso. Adicionalmente, se ha desarrollado un trabajo de “movilización comunitaria” que ha motivado y promovido la participación y el involucramiento de la población con las acciones del telecentro (capacitaciones, cursos, uso eficiente, acceso comunitario, etc.).

La labor de sensibilización se orienta a despertar el interés en el nuevo espacio destacando los beneficios a nivel individual y comunitario, así como también superar resistencias previsibles frente a la aparición de temores y recelos en las comunidades.

Figura 5: Las etapas de sensibilización del Programa de Inclusión Digital

Fuente: Elaboración propia

En esta línea se diseñó una serie de acciones participativas surgidas por iniciativa de los mismos pobladores y pobladoras orientadas a generar apropiación y arraigo del telecentro en la comunidad. Se concibió la noción del “Comité de aliados”, es decir un grupo base, de soporte comunitario al telecentro, constituido voluntariamente por personas de la comunidad, líderes y autoridades. Este grupo de apoyo ha sido responsable también, del diseño de planes, de la búsqueda de recursos para el telecentro, de la articulación con el gobierno local y ha cumplido un rol importante en los procesos de apropiación del telecentro.

El alcance de la Red de Telecentros de la Amazonía

¿Cómo se puede conocer el alcance e imbricación del capital social en un telecentro? A través del análisis de los vínculos que se generan dentro de sus redes, se pueden organizar desde la propuesta de los distintos sistemas de Bronfenbrenner (1992) o de los niveles que proponen Serrano (2002), Durston (2003) y Franke (2005): interpersonales, grupales, comunitarias y societales.

En la Tabla 1 se han organizado las personas vinculadas a los telecentros de la amazonia de acuerdo con los niveles mencionados.

Tabla 1: Agentes en los Telecentros de la Amazonía.

Fuente: Elaboración propia. Adaptación a partir de Valdivia (2018)

Desde el punto de vista socioeducativo podemos observar que, a nivel micro, las redes educativas generadas en los telecentros son espacios que facilitan la interacción entre individuos y, a nivel macro, son los telecentros los que se convierten en un bien comunitario y forman parte del capital social de su comunidad. Identificar los y las agentes en esta clasificación permite comprender la amplitud actual del de la red, revisar los tipos de vínculos y planificar acciones de expansión.

Construcción de capital social

La RTA ha generado nuevas redes y nuevos sistemas socio-económicos, nuevos sistemas de relación y empoderamiento entre la población debido al movimiento comunitario generado a partir de puntos en común, cómo por ejemplo las necesidades formativas, los cultivos alternativos, temas de financiación y competencias tecnológicas.

La apropiación del telecentro por parte de la población y sus líderes naturales se ha consolidado gracias a la evidencia de beneficios obtenidos por diferentes sectores etarios de la comunidad. El impacto en acceso al conocimiento, educación, integración social, costos de oportunidad y reducción de gastos (desplazamiento, inmediatez de mecanismos de comunicación y/o gestión). Ha puesto en evidencia tanto para la población como para las autoridades locales la necesidad de contar con este recurso, reconocido como insustituible en el plazo inmediato.

El PID ha generado una serie de alianzas y convenios de cooperación con entidades públicas y privadas que facilitan y promueven la inclusión digital de las poblaciones en el sentido más amplio:

  • Alianzas con municipalidades e instituciones locales.
  • Coordinación con las autoridades locales
  • Convenios con bibliotecas formales y/o virtuales.
  • Redes de trabajo, servicios y asistencia sin importar las distancias.
  • Grupos juveniles organizados y con jóvenes periodistas.
  • Líderes de opinión, comunicadores, agentes clave que inciden de manera decisiva en la vida de sus localidades y que apoyan el trabajo institucional.
  • Trabajo articulado y instituciones educativas del Estado y del sector privado (escuelas y universidades).
  • Colaboración con entidades financieras, ministerios (Educación, Salud, y Cultura)

Podemos mencionar que existen al menos 5 convenios específicos con gobiernos locales para la gestión de bibliotecas formales y/o virtuales operando en los telecentros respectivos, que a su vez se relacionan con una red de bibliotecas comunales a nivel nacional, contribuyendo al intercambio de conocimiento, de experiencias exitosas y con grupos juveniles organizados.

En el marco de las metas con los telecentros de las regiones San Martín, Huánuco y Ucayali, existen 39 convenios con los gobiernos locales, renovando compromisos interinstitucionales para garantizar la operatividad de los telecentros, así como el apoyo a los “Comités de Aliados” para el establecimiento de planes de acción trimestrales.

Los gobiernos regionales y el Estado a través de diferentes ministerios (Transportes y Comunicaciones, Producción, Inclusión Social, Educación y Salud) han reconocido las ventajas y virtudes de este PID con bases socioeducativas que reduce brechas de manera eficiente y contribuye con la integración de poblaciones en las que existía un claro aislamiento de los principales servicios y oportunidades.

Aspectos pedagógicos

El capital social nace de la capacidad de las personas para generar redes, que pueden ser analizadas por su estructura, sus dinámicas y el sentido que le dan sus miembros. Este último responde a la pregunta: ¿cuál es el vínculo, el motivo que une a las personas para formar o mantener esta red? La principal razón para asistir a los telecentros es la educativa (Valdivia, 2018).

El PID de CEDRO, inició su formación con un sistema de alfabetización digital en una plataforma diseñada a la medida de la población, es decir, una plataforma elaborada de acuerdo con el resultado de un diagnóstico de las necesidades de las personas en las comunidades. Esta plataforma consta de tres niveles: básico, intermedio y avanzado, y se complementa con otras plataformas y módulos de capacitación en educación financiera y gestión empresarial, diseñados y validados con la población para promover el desarrollo económico y los emprendimientos locales.

CEDRO ha capacitado a todas las personas que gestionan los telecentros sobre las funciones a desarrollar, competencias necesarias para formar y capacitar a los distintos grupos objetivos. De esta forma se ha construido un esquema de intercambio de experiencias bajo el criterio de redes y el aporte permanente de personas expertas, profesionales y aliados voluntarios que contribuyen en forma activa con las actividades de los telecentros. Estas, son personas que provienen de las mismas localidades o localidades aledañas, favoreciendo de esta forma un mayor involucramiento con la población local a través de su reconocimiento y empatía; cumplen las funciones básicas de formación para el que fueron capacitados en la intervención, orientándolos y capacitándolos para desarrollar contenidos, aplicaciones y potenciar positivamente el impacto de las redes sociales. Sin embargo, se debe mejorar los servicios a la población, abrir alternativas de formación y administrar adecuadamente en función de avances y oportunidades en el uso de TIC.

Se han llevado a cabo sesiones de capacitación del uso de las tecnologías de información y comunicación a jóvenes, mujeres y productores. Además, la red cuenta con un sistema de educación e-learning y m–learning a través del campus virtual, se han desarrollado materiales interactivos sobre ambiente, género, democracia, desarrollo agrícola, entre otros temas de interés de la población y/o sus necesidades.

Finalmente, una de las estrategias de información y sensibilización que se promueve desde los telecentros es la producción de materiales informativos audiovisuales con contenidos propuestos por participantes y personas usuarias. Estos materiales se difunden en redes sociales a nivel local, regional y nacional, así como a través de medios masivos locales y regionales, con la finalidad difundir historias de éxito de la población y destacar el impacto positivo de las TIC en los diferentes ámbitos de su vida (aspectos sociales, económicos, productivos, comunicacionales, etc.).

Aspectos financieros

Los telecentros cuentan con financiación de los gobiernos locales en sus aspectos fundamentales: servicios básicos, personal, conectividad y mantenimiento.

Se ha desplegado un modelo de negocio en torno a los servicios básicos que puede ofrecer el telecentro: alquiler de horas de acceso a Internet, servicios de impresión, fotocopias, digitalización, etc.

Los “Comités de Aliados” despliegan planes de acceso a presupuestos participativos para la operatividad de su telecentro, así como un plan consensuado de actividades locales para la obtención de recursos económicos.

Si bien, en la zona existe mucha informalidad y la población está aislada de servicios básicos y servicios financieros; se han logrado alianzas con 3 bancos y 6 entidades financieras para promover servicios de capacitación en bancarización, ahorro, uso apropiado de recursos, así como el acceso al crédito y productos financieros variados (microseguros, banca móvil, asesoría, etc.).

Las estrategias desarrolladas por el PID han considerado elementos tanto teóricos como empíricos, las características e idiosincrasia de las poblaciones involucradas y, la influencia de los aspectos políticos, sociales y culturales. Luego se llevaron a cabo distintas investigaciones (diagnósticos situacionales, contexto comunicacional, línea base, estudios de impacto y satisfacción de usuarios, entre otros) para delinear las acciones de los telecentros y finalmente para establecer los logros alcanzados en este programa (Figura 6).

Figura 6: Datos sobre logros y satisfacción del programa.

Fuente: Elaboración propia.

En términos generales el PDI ha contribuido a:

  • Superar las condiciones de exclusión, marginación y aislamiento en zonas de pobreza y extrema pobreza del país;
  • Impactar positivamente en la autoestima y seguridad en la población;
  • Mejorar las oportunidades de desarrollo socioeconómico, acceso a salud, educación, desarrollo de emprendimientos e inclusión social (desarrollo productivo y lucha contra la pobreza);
  • Conectar a la comunidad con servicios del Estado y oportunidades de beneficios y programas sociales;
  • Posicionar los telecentros en las comunidades, generando la necesidad de la población por la conectividad y el uso de las TIC;
  • Comprometer los gobiernos locales con los telecentros de su jurisdicción a través de firmas de convenios para el mantenimiento, fortalecimiento y operatividad
  • Generar alianzas estratégicas con instituciones públicas y privadas para la prestación de servicios a la población;
  • Mejorar los contactos y vínculos de la población a nivel social, comercial y productivo;
  • Que los telecentros cuenten con un paquete de servicios orientado a la población objetivo.
  • Replicar el modelo de telecentros por iniciativa de algunos gobiernos locales

La primera etapa, bajo la responsabilidad de CEDRO, concluyó exitosamente el 31 de julio del 2017, luego de 5 años y 3 meses.

La figura 7 describe los resultados cuantitativos alcanzados en las regiones de San Martín, Ucayali y Huánuco en términos de personas usuarias beneficiarias en total y específicamente personas que participaron en cursos de alfabetización digital, en capacitaciones sobre educación financiera y beneficiarias mujeres incluidas en programas financieros.

Figura 7: Datos sobre resultados en regiones.

Fuente: Elaboración propia

La segunda etapa, desde el 2018 hasta la actualidad, consiste en mantener, innovar y fortalecer la operatividad de los telecentros. Actualmente CEDRO está implementando un proceso de fortalecimiento de los telecentros en alianza con cada gobierno local orientado a mejorar las condiciones de los equipos e infraestructura, así como de los servicios que se brindan, es así que en lo que va del 2021 se han relanzado al menos 10 telecentros totalmente renovados, mientras que los restantes se relanzarán en el segundo trimestre del año según los acuerdos establecidos con cada gobierno local que garantiza la inversión necesaria para el fortalecimiento de cada telecentro.

Los telecentros de la RTA durante el primer periodo lograron iniciar la reconstrucción de sus redes comunitarias centrándose en el aprendizaje y encontrar respuestas a las múltiples demandas sociales, económicas y educativas. Sin embargo, el cambio político ha afectado el buen funcionamiento de sus telecentros. Ante ello, queda muchas preguntas abiertas: ¿se pueden controlar o evitar estas situaciones? ¿Cuál es la actitud de las personas que asisten a los telecentros? ¿Qué paso con las redes de capital social generadas en los telecentros? ¿La movilización ciudadana es opacada por la violencia de los intereses ilícitos?

Conclusiones

Desde nuestro punto de vista la educación pública en tecnología, y sobre todo a la población adulta, es uno de los pilares más importantes para lograr la equidad en educación, la soberanía tecnológica de la ciudadanía y la dinamización e innovación comunitaria; encontrar las respuestas a estas y otras preguntas resulta clave para mantener los telecentros, tanto los de RTA como a nivel global, en un funcionamiento sostenible y eficaz.

Este proyecto continúa vigente porque movilizó a la población, ofreciendo respuesta a sus necesidades sobre todo formativas. Y aunque, ha vivido situaciones difíciles, ha sido capaz de remontar. Las acciones que podemos destacar como responsables de ese logro son:

  • Realizar un diagnóstico con y para la comunidad
  • El compromiso inicial de las autoridades locales expresada a través de cartas de intensiones
  • Identificar a los líderes de la comunidad
  • Crear y contar con un comité de aliados
  • La movilización comunitaria
  • Planificar e Identificar los niveles de alcance del capital social

Ser consciente del capital social en los proyectos socioeducativos, ayudará a tomar decisiones mejor encaminadas a las necesidades de esa población.

  • Agradecimientos: al profesor Percy Subauste de la Universidad de Lima por su asistencia con los datos e información de la primera etapa (PDI) y sus valiosas sugerencias en este manuscrito.

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