Ana María Martín Cuadrado, Facultad de Educación. UNED. amartin@edu.uned.es
TÍTULO | La educación social en los extremos: justicia social y paradojas de la práctica |
AUTORÍA | Sánchez-Valverde, Carlos. y Montané, Alejandra. (Coord.) |
EDITORIAL | Monografies & Aproximacions. Institut de Creativitat i Innovacions Educatives, València; 169 páginas |
AÑO | 2020 |
La obra, coordinada por Carlos Sánchez-Valverde Visus y Alejandra Montané López, ambos profesores en la Facultad de Educación de la UB, reúne trabajos y experiencias relevantes en el área de la Pedagogía Social y de la Educación Social. Los autores han sido nueve, entre los que se cuentan los coordinadores. Uno de los puntos interesantes de la obra, al respecto, es la mezcla amplia de miradas/opiniones entre profesionales y docentes ante las diferentes paradojas y contradicciones que suceden en la práctica de la educación social. Estas situaciones implican debate crítico y constructivo antes de seguir avanzando. Supone progresar en el área social, así como tener en cuenta no sólo el escenario inicial, si no a los colectivos implicados y su proyección.
Esta obra colectiva se estructura en ocho aportaciones, perspectivas o miradas ante las paradojas que surgen en la cotidianeidad de la acción social. La presentación está a cargo de Miquel Gómez Serra, quien a lo largo de diez páginas nos explica el objetivo y, nos describe los cuatro ejes en torno a los que giran las reflexiones de los autores:
[1]la dialéctica entre las dimensiones de control y cambio inherentes a cualquier acto educativo,
[2]la dialéctica entre objetividad y subjetividad y sus relaciones con la construcción del conocimiento y la delimitación del acto educativo,
[3]el juego entre las condiciones generales materiales y culturales de vida (contexto de época) y la singularidad del sujeto y de su itinerario vital, y, finalmente,
[4] las visiones de omnipresencia y omnipotencia del acto educativo frente a las visiones que parten de sus límites y de su impredecibilidad. Al final de la obra, se encuentra un breve currículum de los autores.
En la primera aportación, a cargo de Carlos Sánchez-Valverde Visus, se pone de relevancia las contradicciones entre los derechos de las personas que se pretenden proteger y los efectos de la acción socioeducativa: ¿es más importante el objetivo de la acción que sus consecuencias? Subrayo el punto dedicado al efecto que los nombres y adjetivos (categorías) provocan en las personas: ¿discriminación o inclusión?
En la segunda aportación, Alejandra Montané López ahonda en la necesidad de reflexionar sobre la influencia provocada en el imaginario social, en cuanto a las profesiones y los profesionales del ámbito social, al comparar “el pedido y lo ofrecido/recibido”. El reconocimiento de los actores sociales es complejo y puede ser dispar; a veces, doloroso y escasamente comprendido. La autora plantea una posibilidad y, es que sea la dignidad humana la que se convierta en el principio de la actuación socioeducativa.
Joan Dueñas Ferrandis, en la tercera aportación, alerta de la necesidad de conocer y liberarse del hábitus adquirido a lo largo de nuestra trayectoria para poder ejercer como actores sociales. Eliminar aquello que no nos deja actuar como personas libres y sin complejos. Construir otro hábitus que nos acerque más a la realidad, eliminar la piel que no sirve… El respeto a la otredad implica el conocimiento de sí mismo y del otro.
En la cuarta aportación, Segundo Moyano Mangas, realiza una magnífica relación entre “paradojas, límites y obstáculos educativos” en cuanto a acción socioeducativa. Es una aportación eminentemente teórica que contribuye a la mejor comprensión del resto de aportaciones.
María Padrós Cuxart, durante la quinta aportación, reivindica y evidencia la necesidad de incorporar rigor científico a las experiencias realizadas en la intervención socioeducativa. Democratizar las actividades que se realizan a través de la visibilidad en actos, publicaciones… científicas es una de las vías de consecución.
Los autores de la sexta aportación, Asun Píe Balaguer y Miguel Salas Soneira, realizan un ensayo crítico sobre la transmisión cultural en educación social y su impacto en el campo de la salud mental. El movimiento de personas Escuchadoras de Voces, o Hearing Voices se convierte en el núcleo de esta aportación, contribuyendo a realzar el objetivo de la misma: situar los saberes en primera persona, en una relación de simetría entre el que habla y el que escucha.
En la séptima aportación, Cosme Sánchez Alber plantea una paradoja común en cuanto a la relación asistencial entre la persona usuaria, la institución y la ética del profesional. Delimitar la actuación con la otra persona, acompañándole sin perder el objetivo de la actuación y respetando “el pedido” realizado se convierte en una situación dilema que el profesional debe resolver, diariamente.
La última aportación es la de cierre y promueve la reflexión ante las propuestas que Jordi Solé Blanch comparte para que el profesional de la acción socioeducativa valore ante la situación contradictoria en la que se encuentra: ¿abandonar o seguir? ¿cómo puedo continuar mi trabajo desde un punto de vista ético, no perjudicando al otro, a mi persona?
Sin duda, esta obra colectiva supone un instrumento de interés para estudiantes y profesionales del área social. Provocadora de reflexión sobre la actividad diaria, sobre la profesión, los profesionales y los otros (personas destinatarias de la acción socioeducativa).
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