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Aprendizaje colaborativo: una aproximación a la Animación Sociocultural

Collaborative learning an approach to Sociocultural Animation

Autoría:

Blasa Valdepeñas Torres, Educadora Social en Servicios Sociales de Atención Primaria

Resumen

Muchas de las teorías del aprendizaje que conocemos actualmente reconocen lo importante que son las relaciones sociales y la interacción con otras personas a la hora de adquirir conocimiento. Saber trabajar en grupo para lograr objetivos comunes, es reconocido por muchos autores como una competencia transversal de aprendizaje en todos los niveles de enseñanza. A su vez, las nuevas tecnologías actuales nos permiten la comunicación entre varios sujetos del aprendizaje, contribuyendo a la creación de entornos sociales para la interacción, ideales para explorar nuevos enfoques metodológicos y favorecer los ya existentes. La crisis sanitaria del COVID 19 nos ha mostrado como las metodologías de aprendizaje colaborativo y a través de las TIC, están cobrando cada vez mayor auge y proyección en la innovación educativa. Gracias a la metodología del trabajo colaborativo, el alumnado no solo mejora sus conocimientos académicos, también aprenden a trabajar otras destrezas y habilidades que tan importantes son para su futuro laboral. De ahí discurrir la importancia que tiene el hecho de interaccionar con las demás personas a la hora de que se adquiera conocimiento y como muchas de las características, funciones, estrategias y herramientas del aprendizaje colaborativo emanan de un concepto como es la Animación Sociocultural.

Abstract

Many of the learning theories that we know today recognize how important social relationships and interaction with other people are when it comes to acquiring knowledge. Knowing how to work in groups to achieve common objectives is recognized as a transversal learning competence at all levels of teaching. Interacting with other people is a key process when it comes to acquiring new knowledge. In turn, the new current digital technologies allow us to communicate between both subjects of learning, contributing to the creation of social environments for interaction, being ideal for exploring new methodological approaches and favoring existing ones. The health crisis of COVID 19 has shown us how collaborative learning methodologies and especially through ICTs, are gaining a growing boom and projection in educational innovation. Hence the importance of interacting with other people when it comes to acquiring knowledge and like many of the characteristics, functions, strategies, tools … of collaborative learning and that are carried out in it. , are extracted from a concept nowadays not as fashionable as it was in other times, but preserving the same essence of then, such as Sociocultural Animation.

Introducción

Habiendo trabajado durante cerca de siete años como Animadora Sociocultural en un área de Servicios Sociales y posteriormente en el sistema educativo reglado como Educadora Social, me atrevo a realizar unas pequeñas pinceladas intentando conseguir un acercamiento entre ambos conceptos.

Con la presente temática de la revista RES para este número y leyendo un artículo sobre metodología de aprendizaje colaborativo; hizo despertar en mí la inquietud de realizar esta aproximación entre términos.

Hace años el número 9 de la revista RES “Animación Sociocultural y Educación social” trataba el concepto de Animación sociocultural como una materia muy presente, con múltiples perspectivas y complicidades posibles, planteándose como un reto complejo y apasionado para los educadores y educadoras sociales. A modo de síntesis de la misma de uno de sus artículos, se podía extraer que la Animación sociocultural sí es educación, cuando pone el acento en la sociabilidad y en las necesidades y potencialidades de los sujetos y colectividades (Maestre, 2008).

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La interacción con otras personas como estrategia para adquirir liderazgo, capacidad de trabajo en equipo, resolución de conflictos… son habilidades y destrezas que no se consiguen trabajando de manera individual en un contexto educativo como es el aula.

El aprendizaje colaborativo

El Aprendizaje Colaborativo ya no es una de las innovaciones educativas que proponen alterar la forma tradicional de enseñar y aprender, puesto que ya lleva años utilizándose como metodología de innovación sobre todo en el ámbito educativo. Este propone la adquisición de conocimientos y habilidades a través de dinámicas de trabajo en grupo e interacción. (Extraído de. Aula planeta, 2014, recurso web).

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Trabaja con cinco principios fundamentales:

  • Interdependencia positiva: ayuda a establecer objetivos comunes, apoyarse en el otro y valorar el trabajo de los demás.
  • Responsabilidad grupal e individual: invita a asumir metas y objetivos comunes, donde cada miembro se hace responsable de su parte del trabajo para alcanzarlos.
  • Habilidades interpersonales: contribuye a mejorar las relaciones en los grupos y a desarrollar las habilidades sociales de todos los miembros.
  • Interacción estimuladora: pretende desarrollar sentimientos de pertenencia y cohesión al grupo, que a su vez aumentan la estimulación para lograr las metas.
  • Evaluación grupal: fomenta el esfuerzo y la autocrítica, porque premia el trabajo en equipo por sobre la competitividad. Los alumnos se califican a sí mismos y a sus compañeros.

Debemos señalar que la interacción es clave en todo proceso de aprendizaje. Según propuestas socio-constructivas, la interacción con personas expertas en la realización de tareas significativas es la que contribuye a potenciar el proceso de aprendizaje, llevando al aprendiz a un nivel superior de desarrollo (Jáuregui, 2017).

En la teoría de la comunicación se entiende por interacción un tipo de actividad comunicativa realizada por dos o más participantes que se influyen mutuamente, en un intercambio de acciones y reacciones verbales y no verbales (García-Valcárcel, et al., 2012).

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El enfoque teórico de aprendizaje en que nos situamos se relaciona con el enfoque sociocultural (Wertsch, 1985; Vygotsky, 1987; Coll y Onrubia, 2001; De Pablos, 2006), cuya tesis fundamental es que las relaciones sociales determinan el desarrollo cognitivo y la creación de conocimiento.

En el aprendizaje colaborativo se produce el canje e intercambio de esfuerzos entre los individuos que forman un grupo, de tal manera que el objetivo común es que se produzca un beneficio individual en todos y cada uno de los participantes. Entendemos que el aprendizaje colaborativo se sirve de estrategias cooperativas, entendiendo que cooperar significa trabajar juntos para alcanzar objetivos compartidos (Johnson and Johnson, 1998).

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La colaboración, podríamos decir que es un estilo de vida personal en el que las personas son responsables de sus acciones, incluida la adquisición de aprendizaje. Como señalan Rubia, Jorri y Anguita (2009), el trabajo colaborativo es más una filosofía que una técnica, mientras que el cooperativo es un conjunto de procedimientos que ayudan a llevar a cabo la interacción de un grupo.

Tal y como apuntaba la UNESCO ya en 1990, las actividades de aprendizaje en el aula han de ir dirigidas a desarrollar prácticas didácticas más innovadoras, facilitando, el desarrollo de procesos de aprendizaje que incentiven y favorezcan la reflexión y el aprendizaje autónomo del alumnado; y faciliten la participación y colaboración en la construcción de conocimientos.

El aprendizaje colaborativo no se limita al ámbito académico más puro, sino que transciende la problemática académica de adquirir información, procesarla y adquirir e incorporar nuevas destrezas y conocimientos, dirigiéndose al logro de objetivos sociales (Brito, 2004). 

¿Qué justifica la necesidad de un aprendizaje colaborativo en contextos de enseñanza?

Nos encontramos en una sociedad caracterizada por continuos cambios. Ello supone desde hace años el replanteamiento de los modelos y estrategias docentes, generando espacios de reflexión sobre cuáles pueden ser las metodologías de aprendizaje más apropiadas en esos nuevos contextos educativos en el que las TIC juegan un papel esencial. Estas metodologías podrían tener las siguientes características (García-Valcárcel, A. Hernández Martín, A. y Recaman Payo, A. La metodología del aprendizaje colaborativo a través de las TIC: una aproximación a las opiniones de profesores y alumnos):

  • Promuevan las relaciones entre el alumnado.
  • Aumenten su motivación y autoestima.
  • Desarrollen habilidades interpersonales y estrategias para resolver conflictos.
  • Promuevan el respeto, la tolerancia, la flexibilidad y la apertura hacia los demás.
  • Enseñen a ser responsables y compartir estas responsabilidades, a organizarse y dividir tareas.
  • Ofrezcan un espacio para superar las dificultades que se puedan tener en un ambiente de confianza y compañerismo.
  • Permitan la innovación educativa al incidir en nuevas metodologías de enseñanza-aprendizaje.

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¿Acaso estas características no son propias de una metodología en la que juega un importante papel la Animación Sociocultural en el entorno comunitario?

En definitiva, que promuevan un aprendizaje colaborativo en toda la comunidad, ya que no están acostumbrados a trabajar en equipo ni a compartir las preocupaciones (Ortiz Oria, 1991). 

Animación sociocultural

Según la UNESCO (1982), la animación sociocultural (ASC) se puede definir como,

el conjunto de prácticas sociales que tienen como finalidad estimular la iniciativa y la participación de las comunidades en el proceso de su propio desarrollo y en la dinámica global de la vida sociopolítica en la que están integrados.

La interacción en procesos de aprendizaje.

Según propuestas socio-constructivistas, la interacción con personas expertas o más capacitadas en la realización de tareas significativas constituye un elemento clave en todo proceso de aprendizaje (Vygotsky, 1978).

¿Pero es cualquier interacción significativa en todo proceso de aprendizaje? Podríamos afirmar que la interacción es significativa cuando el resultado final alcanzado entre los interlocutores en la realización de la tarea, es superior a lo que conseguirían llevándola a cabo solos. Este intercambio de competencias y habilidades en la realización de la tarea los enriquece mutuamente haciéndoles alcanzar retos más complejos. Esta interdependencia y enriquecimiento mutuo se encuentra en la base del aprendizaje cooperativo (Aldrich y Shimazoe, 2010; Baker y Clark, 2010).

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¿Y si hiciéramos una simbiosis entre Animación Sociocultural y Aprendizaje colaborativo utilizando las nuevas tecnologías?

La utilización de las nuevas tecnologías hoy en día ha cambiado la forma de organizar nuestras vidas en todos los niveles: laboral, ocio, comunicación y como no podía ser de otra manera en el ámbito educativo. Hemos pasado de ser meros consumidores y receptores de información, a convertirnos en creadores de contenidos y de información a través de las redes sociales.

La animación consiste en un conjunto de prácticas sociales que, basadas en una pedagogía participativa, tienen por finalidad promover prácticas y actividades voluntarias que, con la participación activa de la gente, se desarrollan en el seno de un grupo o comunidad determinado y se manifiesta en los diferentes ámbitos del desarrollo de la calidad de vida. (Ander-Egg, 1984:21).

Características principales de la animación sociocultural

Merino (1997) define las siguientes características principales del concepto de animación sociocultural, obtenidas tras el estudio del contenido de más de cien descripciones, y que serían las siguientes:

  • Acción social tendente a crear, potenciar y fortalecer el dinamismo y cambio social.
  • Educación basada en una pedagogía activa y participativa, desarrollada por medio de una metodología en línea a la anterior.
  • Democratización – democracia cultural.
  • Originar y fortalecer grupos sociales autónomos y procesos de grupo operativos.
  • Prácticas sociales que estimulan la iniciativa, la participación y los procesos de “reflexión-acción”.
  • Tecnología de intervención social.
  • Búsqueda y gestión de recursos para fomentar la identidad y protagonismo de las personas y de los grupos en su desarrollo cultural y social, dentro de su propia comunidad.
  • Animación como sistema de intercomunicación individual y grupal.

Entre las funciones de la Animación sociocultural, encontramos:

La principal función de la Animación sociocultural, sería la de transformar la sociedad, en todos los sentidos.

La animación sociocultural puede considerarse agente de cambio social al tener como misión:

  • Fomentar la participación de todos en los sectores de la vida productiva, social y política, a fin de fortalecer los valores y las prácticas democráticas.
  • Restablecer la confianza de la persona en si misma con el propósito de favorecer del desarrollo autónomo.
  • Provocar la reflexión sobre las situaciones y experiencias vividas, así como contrastar opiniones con la finalidad de ayudar al individuo a identificar y asumir valores y actitudes.

El individuo tiene la necesidad constante de aprender. Ello forma parte de la naturaleza del ser humano y hace posible su supervivencia. El proceso de aprendizaje no se puede percibir como un simple cambio de conducta, sino que lleva implícito una actividad psíquica que relaciona al sujeto con el objeto de estudio, en un proceso dinámico de transformación mutua, donde las situaciones nuevas se integran en las ya conocidas y resueltas, involucrando a la totalidad de la persona.

La implicación final es la acción del sujeto, ya que una persona aprende cuando participa implicándose activamente en su proceso de enseñanza- aprendizaje. Plantea dudas, formula hipótesis, retrocede ante ciertos obstáculos, llega a conclusiones parciales, manipula objetos, organiza elementos, etc. Estas acciones hacen que se produzcan modificaciones y reestructuraciones en su conducta.

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El aprendizaje humano se desarrolla dentro de una relación de tensión entre dos factores: uno de adquisición de conocimientos y experiencias vividas, y el otro, la persecución de intereses personales, objetivos y necesidades de creación, imprescindibles para el desarrollo del potencial individual.

La Animación Sociocultural se concibe como un conjunto coherente de métodos y técnicas, cuyos objetivos fundamentales serían promover procesos de participación social, impulsando el protagonismo y la organización de las personas en la vida social y cultural de su comunidad, para que sean éstas, a través de sus proyectos e iniciativas, las que posibiliten la transformación y el desarrollo social en base a sus intereses y necesidades.

Ambas figuras profesionales

A lo largo de la historia han existido personas caracterizadas por tener una mayor iniciativa, personas con cierto liderazgo que fomentaban la participación e interacción del resto de los miembros del grupo.

La educación es un instrumento para el cambio y el desarrollo personal y social. Pretende modificar actitudes estimulando para la acción. El animador sociocultural tiene que llegar a comprender las necesidades y aspiraciones de los grupos y personas, que estos en ocasiones no son capaces de expresar (Trilla, 1998).

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Desde el ámbito educativo, se demanda una formación específica del personal docente desde la que poder explorar nuevos enfoques metodológicos para la innovación educativa. Las metodologías de aprendizaje colaborativo a través de las TIC nos están marcando durante estos meses de pandemia. Si no eran muy frecuentes en la mayoría de los ámbitos, con este tipo de enfoque metodológico, se ha visto que los resultados pueden ser positivos, mejorando el clima de trabajo entre los individuos y en muchos casos aumentando su grado de motivación, así como su rendimiento escolar.

¿Qué piensan realmente profesorado y alumnado sobre la metodología de aprendizaje colaborativo y su desarrollo? ¿Qué opinan sobre los beneficios que podrían conseguirse en los procesos de enseñanza-aprendizaje? ¿Qué recursos o actividades podríamos utilizar para fomentar el aprendizaje colaborativo?

Basándonos en la figura de la Animación sociocultural

[…] el animador es el profesional que, utilizando una tecnología social basada en una pedagogía participativa, facilita el acceso a una vida más creadora y más activa con mayor participación y comunicación con la colectividad de la que forma parte. Potenciando la autonomía personal y grupal, la relación interactiva con otras personas, la integración en un entorno sociocultural y la correspondiente capacidad para transformar este entorno (Ander-Egg, 1989: 12)

El animador impulsa la participación activa de los individuos y grupos. Hace que surjan actividades educativas, culturales, sociales, deportivas… utilizando una metodología activa y participativa. Impulsa a los individuos a la participación, con la finalidad de desarrollar un sentido crítico y hacerlos conscientes de la realidad en la que viven, para a su vez generar cambios que mejoren y transformen du propia realidad.

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Trata de estimular la investigación, análisis, reflexión y organización social (educativa en el contexto educativo) para alcanzar el pleno desarrollo individual y de grupo.

El animador sociocultural al igual que la persona docente, está relacionado con todo un proceso de mentalización, sensibilización y actuación de carácter social, cultural y educativo.

Tanto las figuras docentes como las figuras de la animación sociocultural están inmersas en la actualidad en una situación de evolución y cambio social. Se han visto obligadas a desarrollar nuevas competencias.

Cuando hablamos de competencias nos referimos al dominio de un conjunto de habilidades. Más concretamente a “el conjunto de conocimientos, procedimientos, destrezas, aptitudes y actitudes necesarias para realizar actividades diversas (ejercer una profesión, resolver problemas) con un cierto nivel de calidad y eficacia, y de forma autónoma y flexible” (Bisquerra, 2002:29).

Partiendo de este concepto, podemos distinguir diferentes competencias del animador atendiendo a la modalidad de las mismas.

Competencias técnicas:

El “saber” del animador sociocultural, hace referencia al dominio experto en el desempeño profesional. Los conocimientos que debe poseer son interdisciplinares.

Competencias metodológicas:

El “saber hacer”, hace referencia a la vía para llevar a cabo con éxito una tarea. Engloba habilidades, capacidades y destrezas para aplicar los conocimientos a situaciones específicas.

  • Competencia participativa y social:

El “saber estar”, implica el desarrollo de destrezas, capacidades y actitudes que impulsen la socialización y la participación de los diferentes grupos sociales.

El animador debe ser capaz de desarrollar actitudes y valores que favorezcan la participación, cooperación y solidaridad con el fin de potenciar el desarrollo de los individuos.

  • Competencia personal:

El “saber ser” consiste en fomentar la confianza en si mismo, la autoestima y el autoconcepto positivo, a la vez que potenciar la autorrealización de la persona.

 La relación del animador /a con el grupo

El ser humano necesita relacionarse e interactuar. Esta interacción se ha de dar necesariamente en los grupos.

Cotidianamente, el término grupo se refiere a un conjunto de elementos con unas características comunes. Una de las definiciones más concretas es la presentada por S. Froufe (1995), que considera el grupo como un conjunto de personas que participan en una misma estructura vivencial colectiva, personas que se comunican entre sí y que tienen un objetivo común.

Durante ese proceso vivencial, cada miembro juega su papel y cumple sus funciones, lo que da lugar a que se desarrollen unas normas para regular la convivencia y a la aparición de pertenencia y solidaridad que fortalece los vínculos establecidos y favorece su cohesión.

Conclusiones

Nos encontramos ante una filosofía de trabajo emergente en los distintos niveles educativos, ante todo. Cada día es más utilizada como metodología de trabajo.

Gracias a ella estamos relacionando términos como colaboración, mediación, implicación, etc., que suponen nuevas formas de pensar sobre los procesos de enseñanza y aprendizaje.

La unión entre Aprendizaje colaborativo y Animación sociocultural podría llegar a generar entornos motivadores en el proceso de aprendizaje en la comunidad educativa y en otros contextos si van acompañados de propuestas didácticas apropiadas, enriqueciendo con ello el contexto de enseñanza-aprendizaje.

De esta manera los aprendientes no solo reciben gran cantidad de inputs, sino que negocian el significado durante la interacción y usan la interacción de manera significativa en un contexto social marcado por la realidad del momento. El hecho de que en la comunidad se propicie una comunicación dinámica entre los diferentes agentes sociales que participan en el proceso de aprendizaje, a través de un intercambio de información y de opiniones, de carácter cultural y pragmático, contribuirá a ampliar los conocimientos de los sujetos implicados.

Aprender colaborativamente expresa la idea de aprender con otros, por lo que el énfasis debemos ponerlo en la palabra “colaboración” más que en la de “aprendizaje”. La colaboración implica que el aprendizaje va a ser social, lo que supone que los protagonistas de los procesos de aprendizaje colaborativo deben desarrollar una serie de habilidades y actitudes, entre las cuales se encuentran, la empatía, el tener la mente abierta para la conciliación de ideas contradictorias y diferentes a las propias (Collazos, Guerrero y Vergara, 2001).

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La colaboración mediada por las TIC enfatiza el rol que éstas pueden ejercer como elementos mediadores en el proceso de aprendizaje. Por lo que la fundamentación de la metodología de trabajo colaborativo a través de las herramientas tecnológicas está prácticamente consolidada y en constante evolución.

Señalar que diferentes estudios avalan en relación a las cualidades cognitivas, procedimentales y actitudinales: un aumento de la capacidad de relación con otros miembros del grupo, intercambio de puntos de vista, implicación activa del alumnado en su proceso de aprendizaje, comprensión de conceptos anteriormente desconocidos, etc. La investigación de Lou, et al. (1996) muestra cómo trabajar colaborativamente facilita el aprendizaje, genera actitudes valiosas y desarrolla el autoconcepto. Autores ya clásicos en la investigación sobre métodos de aprendizaje colaborativo, como los hermanos Johnson (1999) y Slavin (1999) no dudan de los beneficios de esta metodología de trabajo.

Del mismo modo, algunos especialistas estiman, que las metodologías de aprendizaje colaborativo facilitan el trabajo del profesorado, tanto en sus equipos de docencia y/o investigación, como en el contexto del aula, con sus estudiantes (Xiao, Carroll, Clemson, et al 2008, Xinhua y Wenfa, 2008).

Esta metodología de trabajo, da por hecho que el alumnado construye activamente su conocimiento y dejan de ser meros receptores de información. Esto implica que el esfuerzo del docente no se oriente solamente al desarrollo conceptual, sino a adquirir un rol de facilitador y generador de aptitudes, capacidades y competencias de su alumnado.

Bibliografía

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WEBs

Para contactar:

Blasa Valdepeñas Torres. Email: blasivaldetor@hotmail.com

Fecha de recepción del artículo: 22/08/2020
Fecha de aceptación del artículo: 03/10/2020