×

Los grupos de discusión como una experiencia de investigación evaluativa para el alumnado en prácticas de Educación Social

Autoría:

Empar Guerrero Valverde. Universidad Católica “San Vicente Mártir”. Ana Mª Moral Mora. Universidad Católica “San Vicente Mártir”

Resumen

La propuesta presenta el grupo de discusión como técnica de recogida de información que debe conocer el alumnado universitario de titulaciones relacionadas con la profesionalización en contextos sociales, especialmente alumnado de Educación Social.

Es importante el conocimiento que facilitan los grupos de discusión en contextos sociales, ya que ofrecen información cualitativa acerca de cómo un grupo de sujetos interpreta la realidad. El análisis de la realidad social desde una perspectiva compleja implica el planteamiento de un proceso de diagnóstico que debe contemplar todas las variables posibles que desencadenan una situación concreta. Por ello, se considera necesario el aprendizaje de dicha técnica como parte del bagaje formativo que deben poseer los estudiantes de titulaciones universitarias relacionadas con la educación en el ámbito social. La preparación en la puesta en práctica del grupo de discusión, consiste en la experimentación de todas y cada una de sus fases por parte del estudiantado. Desde la previsión de la fecha en que se celebrará, el establecimiento del tema de debate, pasando por la selección de los miembros que formarán el grupo, al modo en que se procederá a la recogida de información y su posterior análisis, hasta la implementación y cierre de la sesión de debate.

1. Marco teórico.

El grupo de discusión como técnica de análisis de la realidad social, se fundamenta en el paradigma crítico, en cuanto que pretende la transformación de las personas que forman parte del grupo, a través de la reflexión que provoca la intervención de cada uno de los participantes en el mismo. El objeto de este análisis es el discurso que se genera por los miembros del grupo y que Muchielli (1974, p. 83) entiende como “texto producido por alguien en situación de comunicación interpersonal”.

Como otras técnicas cualitativas, los grupos de discusión, implican una planificación y sistematización previa a la recogida de información. Se trata de una técnica flexible que, de algún modo, supone un aprendizaje artesanal, puesto que el investigador no cuenta con pasos o recetas concretas a través de las cuales poder desarrollar la técnica (Ortí, 1989). En esta línea, algunos autores se quejan de que la documentación acerca de qué son los grupos de discusión y cómo llevar a cabo las sesiones de debate es insuficiente. Por este motivo, Krueger en su obra, pretende avanzar en el conocimiento de este instrumento y de sus aplicaciones prácticas. De modo que sirva como una guía que otros investigadores puedan utilizar como fuente de un aprendizaje sistemático dejando de ser un conocimiento transmitido de maestros a aprendices, del que no queda constancia y tiene poca accesibilidad por parte de la comunidad científica (Krueger, 1991, p. 15).

Según Rubio y Varas (1997, p. 35), el grupo de discusión se define como “una técnica de recogida de información, procedente de la metodología cualitativa en el ámbito de la investigación social y trata de captar la realidad social a partir del debate o la discusión en pequeños grupos”.

Como técnica de recogida de información en el ámbito de la investigación social, podemos hablar de los momentos en los que se puede utilizar el grupo de discusión en relación a una intervención. Krueger (1991) señala que se ha comprobado la eficacia de los grupos de discusión cuando se utilizan antes, durante y después de haber realizado una intervención. Más precisamente, este autor sostiene que

“han sido de utilidad en las áreas de valoración de necesidades, desarrollo de proyectos, reclutamiento de nuevos participantes, estudios de los procesos de decisión de los compradores, mejora de programas de intervención ya en marcha y recogida de información para confeccionar cuestionarios estructurados” (Krueger, 1991, p. 52).

Existen varias técnicas de grupos de discusión como son la “lluvia de ideas” o “brainstorming”, grupos nominales y delphi, grupos focales… las dos primeras, se utilizan para obtener algún tipo de solución por parte de un grupo de expertos en una temática concreta. En el caso de los grupos focales, se considera la opinión de usuarios o consumidores de un determinado producto, programa o servicio, para así comprobar cuáles son las fortalezas y debilidades del mismo.

Habitualmente se habla indistintamente de grupos de discusión y grupos focales o focusgroups. De hecho, son términos intercambiables en el ámbito de la investigación social. El primero de ellos parece tener su origen en el ámbito español y el segundo en el anglosajón. El iniciador de los grupos de discusión en España en los años 80 es Jesús Ibáñez (2003). Asimismo, Merton impulsa los grupos focales en el ámbito anglosajón allá por los años 40 del siglo pasado (Infesta, Vicente y Cohen, 2012. p. 235).

El grupo de discusión se origina más tarde que los grupos focales o focusgroups, y se desarrolla en un contexto comercial vinculado a la investigación de mercados y del consumo. Los focusgroups, por el contrario, nacen de las entrevistas individuales en profundidad, que ven en el grupo una forma de simplificar el momento de recogida de información, a la vez que potenciar la interacción (Gutiérrez Brito, 2008).

En realidad, hay algunas diferencias que hacen que se trate de instrumentos de recogida de información distintos como puede ser la excesiva directividad y la necesidad de llegar a un consenso que caracteriza a los grupos focales. A diferencia de éstos, los grupos de discusión son instrumentos que permiten flexibilidad en la intervención de los participantes, y la pretensión de los mismos es que se favorezca el diálogo en lugar de llegar a un consenso entre los participantes que no tiene porqué producirse.

Esta técnica se desarrolla a partir de la formación de grupos de siete a diez personas, con características similares. Se orientan a la recogida de información acerca de actitudes, sistemas de valores, orientaciones ideológicas, etc. En definitiva, lo que opina un colectivo determinado de personas. El grupo se considera como tal, en el momento de la dinámica de la conversación, en teoría las personas que lo forman no deben conocerse antes de que se produzca el debate, o por lo menos no han de formar un grupo natural, de trabajo… para evitar posibles alianzas que puedan distorsionar el objetivo de la reunión (García Ferrando, Alvira e Ibáñez, 2000).

La riqueza de esta técnica se encuentra en la situación de diálogo que se crea entre el grupo que comienza el debate y en el que se desarrollan una serie de procesos, tanto individuales como grupales. Puesto que la opinión que aporta cada componente transforma la de los demás participantes, y éstos a su vez se ven influenciados por esas aportaciones ajenas. El debate que se lleva en el grupo es un proceso en continuo cambio, las reflexiones de cada persona influyen y transforman las del resto de participantes.

Una vez se constituye el grupo, una persona ejercerá de moderador y dirigirá las intervenciones que se produzcan en el mismo. Esta persona, se abstendrá de situarse en el centro de la conversación y de interpretar en exceso, presentará el tema de discusión, formulará preguntas, impondrá turnos si no habla nadie o todos a la vez, pero no tratará de llevar la dirección formal y explícita de la discusión. A partir de la presentación y la invitación a participar, irán interviniendo las demás personas que forman el grupo.

En la fase central de discusión es donde el moderador empieza a dirigir la discusión hacia los principales temas de investigación. Mover el debate hacia las cuestiones claves puede ser difícil de gestionar, ya que los participantes pueden contribuir con muchos puntos de vista y cuestiones a la vez, y el moderador debe tratar de recordar estas cosas, pero cada cosa a su vez para obtener suficiente profundidad en la discusión (Hennink, 2007, p. 175).

Cuando la persona moderadora del grupo lo considere necesario se finalizará la discusión, enlazando las intervenciones, acabando las argumentaciones de los participantes y haciendo una síntesis de lo que se ha tratado. Posteriormente se analizarán los resultados informando de éstos a todas las personas implicadas.

En este caso, se ha utilizado el grupo de discusión a diferencia del grupo focal por el objetivo de la investigación. El interés radica en recoger las aportaciones que realizan los participantes en la intervención que implementaron los estudiantes en prácticas con la finalidad de valorar dicha intervención y para obtener conocimiento acerca de la praxis en contextos profesionales.

2. Descripción de la práctica.

En el trabajo que se presenta a continuación, se trata de resaltar la importancia que tiene el grupo de discusión en la formación de estudiantes universitarios de la titulación de Educación Social. Esto es, tanto en la investigación de la práctica como profesionales como en la evaluación de la intervención que forma parte del currículum de la titulación en que desarrollan las competencias que les dotará de las herramientas para ejercer su práctica profesional. Por lo tanto, el establecimiento de grupos de discusión como técnica de recogida de información obedece a una doble finalidad, por un lado, atender a la evaluación y otro a la investigación.

En el primer caso, han sido diseñados como parte de la evaluación de la intervención socioeducativa de los estudiantes en los centros de prácticas en los que desarrollaron funciones muy cercanas a la actuación de los profesionales de la Educación Social. En el segundo caso, esta técnica se ha empleado en el proceso de investigación en los centros de prácticas, como principal fuente de recogida e intercambio de información entre estudiantes y usuarios de los programas implementados por el alumnado universitario en dichos centros.

Esta técnica se ha considerado esencial por parte de la coordinación del prácticum de la titulación de Educación Social de la Universidad Católica de Valencia, en cuanto que puede ser una buena herramienta que capacita a los estudiantes universitarios para realizar el análisis de la intervención socioeducativa. También pretende ser un elemento de valoración de la propia práctica profesional cuando los estudiantes ejerzan en sus respectivos lugares de trabajo.

Los protagonistas de este trabajo, son estudiantes de la titulación de Educación Social de la Universidad Católica de Valencia (España) y las personas que participaron en los grupos procedentes de dos centros de prácticas. Ellos son los que han implementado los grupos de discusión, guiados por profesorado de la Universidad en la planificación, implementación y análisis de la información recogida.

Concretamente, el desarrollo de los grupos de discusión se ha llevado a cabo en dos de los centros en donde los estudiantes de la Universidad estuvieron realizando sus prácticas en el primer semestre del curso académico 2015-16. En ambos casos los estudiantes en prácticas, estuvieron trabajando con chicos y chicas entre 10 y 16 años en la mejora de sus habilidades sociales (empatía, conocimiento de uno mismo, habilidades comunicativas: asertividad, parafraseo…). Para ello, estos estudiantes universitarios plantearon un programa de intervención que aplicaron con los adolescentes. Al finalizar el desarrollo de la intervención, se llevaron a cabo distintos grupos de discusión, en los que se invitó a todos los participantes, además de contar con la participación de los tutores y tutoras que llevaban el seguimiento de los estudiantes en prácticas desde los centros en los que implementaron la intervención.

A continuación, se hace una descripción de las fases en las que se están desarrollando los grupos de discusión que se relatan en este trabajo:

          1.- Contacto con los participantes y establecimiento del momento y lugar de desarrollo. Se establece una fecha de desarrollo de los grupos con los tutores de cada uno de los centros en dónde los estudiantes universitarios realizaron su intervención con motivo de las prácticas que forman parte de su plan de estudios.

En un primer momento, se estableció el día y la hora en la que se iban a desarrollar los grupos de discusión. Se realizaron un total de cinco grupos de discusión, cuyos componentes figuran en el siguiente cuadro 1:

Cuadro 1. Características de los participantes en los grupos de discusión.

Centro/lugar

Participantes

Edad

Instituto de Educación Secundaria

1 grupo de chicos (5)

Entre 12 y 16 años

Orfanato

1 grupo de chicos (7)

Entre 10 y 12 años

1 grupo de chicos (8)

Entre 14 y 16 años

1 grupo de chicas (10)

Entre 12 y 14 años

1 grupo de tutores y tutoras (3)

Entre 35 y 45 años

 
 

           2.- Sesión de discusión: en este momento es cuando se produce la discusión o el debate propiamente dicho. Para ello se realiza una introducción explicativa, en la que se expone el motivo de la reunión y la finalidad que se pretende a través de la obtención de la información de los miembros del grupo. A partir de aquí son los estudiantes universitarios con el apoyo de una profesora los que dirigen los grupos a través de unas preguntas abiertas que se han preparado y que toman como una referencia y de un modo flexible, utilizando sus propias palabras y dando la explicación pertinente en cada situación de debate para que puedan ser entendidas por los adolescentes y profesionales que participan en las sesiones. La recogida de información se hace a través de una cámara de vídeo.

          3.- Transcripción de la información: esta fase consiste en la redacción de la información que se ha obtenido en la implementación de los grupos. Indicando el momento y quién participa en cada caso. La transcripción es literal y se añaden algunas palabras para indicar que se produce un silencio, o que están hablando varias personas a la vez.

          4.- Análisis de la información: actualmente, esta es la fase en la que se encuentra la investigación acerca de los grupos de discusión como parte de la formación de estudiantes universitarios de Educación Social. Una vez recogidos los datos y transcritos, se establecen una serie de categorías en función de las reflexiones e ideas aportadas por las personas que participaron en las diferentes sesiones de discusión.

3.Resultados.

Los resultados que se presentan, corresponden a la puesta en marcha de los grupos de discusión en los centros de prácticas en los que se ha experimentado. La descripción de fortalezas y debilidades de dicha implementación, corresponde al conocimiento adquirido a través de la participación y revisión del contenido en la transcripción de los discursos. Por este motivo, podemos considerar que se trata de resultados provisionales a la espera de los análisis pormenorizados de la información obtenida en cada una de las sesiones.

Entre las FORTALEZAS del empleo de los grupos de discusión, cabe destacar quesus miembros exponen los argumentos para hacer entender su opinión, reflexionan acerca de lo que el resto de participantes debate en el grupo y adquieren un conocimiento de las diversas posturas y perspectivas que se puede alcanzar acerca de un tema.

De este modo, los estudiantes universitarios entienden cómo se ha llevado a cabo la intervención socioeducativa en la que han estado implicados-as y aprenden a mejorar como profesionales a través de lo que les dicen las personas que participaron en la intervención que prepararon. Esto es, pueden tomar nota de cuál ha sido su intervención socioeducativa en los centros de prácticas, además de evaluar el programa que han implementado. Así pues, comprobarán si los objetivos que se propusieron han sido alcanzados, además de indagar acerca de cuáles podrían ser las mejoras a aquellas acciones que no llegaron a entenderse o no han sido bien valoradas por parte de profesionales y adolescentes a los que fue dirigida su intervención.

Otra de las fortalezas de los grupos de discusión, es que el diseño de la técnica es abierto, lo que permite cierta flexibilidad en el momento de formular las preguntas en el grupo, así como la libertad en las respuestas de las personas que forman parte de ellos. De este modo, se aporta una riqueza de información que se obtiene a través del intercambio de las opiniones entre los miembros del grupo en la fase de discurso.

En cuanto a las DEBILIDADES o limitaciones del estudio, podríamos hablar de los que se enumeran a continuación: el análisis de la información a la vez que enriquecedor es costoso y con gran carga subjetiva. Las condiciones naturales de las situaciones socioeducativas a las que se tiene acceso a través del prácticum, no suelen propiciar contextos adecuados para la grabación. En muchas ocasiones el ruido ambiental, distorsiona la calidad del sonido en las grabaciones, dificultando la transcripción del debate.

Otra de las limitaciones, se debe a que en las situaciones del estudio que se ha utilizado la técnica de los grupos de discusión, se componen de personas que se conocen entre sí y, que, de algún modo, pueden condicionar las intervenciones de algunos miembros del grupo. Por ello, los resultados pueden estar condicionados a una situación que han vivido anteriormente estas personas, o la relación que se establece entre ellas afecta en su intervención.

En los grupos que se realizaron con alumnado de los centros antes mencionados, estuvieron presentes los tutores que, de algún modo, forman parte de su seguimiento en el proceso educativo, así pues, de ellos depende determinada toma de decisiones en la que se observa muy de cerca el comportamiento que muestran los adolescentes. Esta situación puede coartar la capacidad de respuesta o la intervención real de los participantes. Por ello, se considera conveniente, que, para la próxima vez, los grupos de discusión lo formen tan sólo los chicos y chicas que han formado parte de la intervención de los estudiantes universitarios. Puesto que las “autoconfesiones de los participantes” de las que habla Krueger y Casey (2014, p. 28) que se pretenden alcanzar en los grupos de discusión, se pueden ver limitadas y difícilmente alcanzables en este tipo de situaciones.

4. Implicaciones.

El trabajo que aquí se describe, corresponde a las primeras fases del desarrollo de los grupos de discusión, es decir, la planificación y la recogida de la información. Actualmente, se continúa con el análisis de la información para obtener los resultados que permitan interpretar cuál ha sido la actuación de los estudiantes en prácticas en los centros en los que desarrollaron su intervención. Con la doble finalidad que conlleva el empleo de los grupos de discusión en este estudio y que se propone en un principio, se pretende optimizar esta actuación a través de la evaluación del proceso de intervención, además de que la información extraída sirva como nuevo conocimiento dirigido a contribuir a desarrollar las mejores prácticas para los estudiantes universitarios y futuros profesionales de la Educación Social.

La experiencia relatada ha mostrado que los grupos de discusión son algo más que una técnica de recogida de información cualitativa. Suponen un ejercicio de reflexión acerca de la práctica educativa tanto para profesionales y docentes como alumnado de la titulación de Educación Social.

Tanto en los grupos de discusión como fuera de ellos, las opiniones de estudiantes universitarios en prácticas y profesionales de los centros en los que habían estado, iban encaminadas en la necesidad de establecer estos momentos de discusión para reflexionar acerca de la práctica y de los procesos de aprendizaje que se han llevado a cabo. Todos y todas compartieron la misma idea, coincidiendo en que todas las personas que habían participado en la intervención hicieron algún tipo de aprendizaje del que eran conscientes e hicieron patente en cada uno de los grupos de discusión. Asimismo, todos los participantes afirmaron que los grupos de discusión eran necesarios como punto de encuentro y reflexión acerca de la práctica que se había llevado a cabo.

Este tipo de técnica de recogida de información va más allá de la mera obtención de datos de un grupo de personas que comparten determinadas características. A través de los grupos de discusión, se llega a profundizar en lo que las personas piensan o sienten acerca de lo que se está debatiendo.

A falta del análisis de contenido de los discursos, los primeros resultados obtenidos en este estudio a través de la observación y la implicación en los grupos, auspician que, a pesar de las limitaciones citadas anteriormente, las personas que han intervenido en ellos, han sido sinceras y han aportado una información que enriquece la práctica profesional de los educadores y educadoras sociales. Favoreciendo la reflexión acerca de la eficiencia del programa que han implementado y de su estilo educativo dentro de los procesos de formación socioeducativa que han llevado a cabo a través de su intervención.

Bibliografía

García Ferrando, M., Ibáñez, J. y Alvira, F. (2000). El análisis de la realidad social. Métodos y técnicas de investigación. Madrid: Alianza.

Gutiérrez Brito, J. (2008). Dinámica del grupo de discusión. Madrid: Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS). Cuadernos Metodológicos.

Hennink, M. (2007). International Focus Group Research. A Handbook for the Health and Social Sciences.Cambridge: Cambridge University Press.

Ibáñez, J. (2003). Más allá de la sociología: el grupo de discusión: técnica y crítica. Madrid: Siglo XXI de España.

Infesta, G.; Vicente, A. y Cohen, I. (2012). Reflexiones en torno al trabajo con grupos de discusión en ciencias sociales. Intersticios: Revista Sociológica de Pensamiento Crítico, 6, 1, 233-244.

Krueger, A. (1991). El grupo de discusión. Guía práctica para la investigación aplicada. Madrid: Pirámide Psicología.

Krueger, R. A. y Casey, M. A. (2014). Focus Groups: A Practical Guide for Applied Research. EEUU: Sage Publications.

Muchelli, R. (1974). L’analyse de contenu des documents et des comunications. París: Libreries Techniques.

Ortí, A. (1989). La apertura y el enfoque cualitativo o estructural: la entrevista abierta y la discusión de grupo, en Ferrando, G., Ibáñez, J. y Alvira, F.: El análisis de la realidad social. Métodos y técnicas de investigación. Madrid: Alianza.

Rubio, Mª J. y Varas, J. (1997). El análisis de la realidad en la intervención social. Madrid: CCS.

Datos de contacto

Empar Guerrero Valverde: empar.guerrero@ucv.es

Ana Mª Moral Mora: anamaria.moral@ucv.es

Fecha de recepción del artículo: 03/09/2017
Fecha de aceptación del artículo: 03/02/2018