Sonia Castro. Técnica del proyecto Òmnia de la Dirección General de Acción Comunitaria. Secretaría de Acción Ciudadana. Departamento de Gobernación y Administraciones Públicas de la Generalitat de Catalunya. Maite Parés. Técnica del proyecto Òmnia de la Dirección General de Acción Comunitaria (en el momento de redactar el artículo).
Con este artículo queremos hacer extensible y compartir con vosotros nuestra experiencia con el proyecto Òmnia y con la figura del dinamizador/a, el profesional que trabaja en cada punto Òmnia.
Actualmente la Xarxa Òmnia (Red Òmnia) cuenta con 121 puntos Òmnia y más de 121 dinamizadores y dinamizadoras que, junto con una serie de entidades, instituciones y profesionales, así como las personas usuarias del proyecto, formamos la Comunidad Òmnia.
En primer lugar, hablaremos de qué es un punto Òmnia, después analizaremos los conceptos clave que nos permiten entender el proyecto y, por último, expondremos lo que para nosotras es más importante, el perfil profesional que a lo largo de estos diez años de existencia del proyecto se ha ido dibujando y consolidando.
Definimos un punto Òmnia como un servicio de acceso a las tecnologías, abierto a la ciudadanía, que se ofrece en espacios y/o equipamientos dotados de hardware y software informático de uso público y comunitario, que cuenta con un profesional que dinamiza el espacio y da apoyo a las personas. Este profesional, el dinamizador, es fundamental para el desarrollo del proyecto en cada territorio, y para conseguir que los puntos Òmnia sean espacios de relación, de formación, de información y de participación en la comunidad.
A continuación, explicaremos la finalidad del proyecto Òmnia y sus principales características, a través de algunos conceptos que creemos que son clave.
Cuando hablamos del proyecto Òmnia, nos gusta retroceder a sus orígenes, porque una breve referencia hace más comprensibles su finalidad y su funcionamiento.
En este sentido, creemos importante señalar que, en sus inicios, en 1999, el proyecto se caracterizó por ser un proyecto pionero que tenía una clara finalidad social y preventiva. Lo llamamos pionero porque fue de las primeras experiencias de trabajo social y educativo que se sirvió de las tecnologías de la información y la comunicación (TIC), un embrión que ha ido creciendo y un modelo que, con sus aciertos y desaciertos, ha sido inspirador de nuevas iniciativas.
Cuando nos referimos a la función preventiva de Òmnia queremos decir que, con esta iniciativa, se querían prevenir las desigualdades que se podían producir en un momento de cambios sociales marcados por la incorporación de la sociedad de la información y el conocimiento a nuestra sociedad. Así pues, era necesario favorecer la igualdad de oportunidades y actuar para hacer factible el acceso a las TIC a la población y, de esta manera, prevenir la brecha digital como un nuevo factor de exclusión social.
Muchas veces, el proyecto Òmnia se ha “catalogado” como proyecto tecnológico -y aún hoy se sigue haciendo desde algunos ámbitos-, tratando de equipararlo a otro tipo de telecentros que aunque tienen una función muy necesaria en nuestra sociedad, difiere en algunos aspectos de la del proyecto Òmnia.
El proyecto Òmnia tiene una función social y educativa, y las tecnologías no son más que el medio que permite trabajar aspectos de mejora y promoción de la autonomía de las personas, y un elemento de participación favorecedor de la cohesión social de los territorios donde se desarrolla el proyecto.
Hemos dicho que el proyecto Òmnia es un proyecto social y educativo que utiliza las TIC como herramienta de trabajo con las personas, grupos y colectivos, que es un recurso para la comunidad y que eso es lo que marca la diferencia con otros telecentros.
Para profundizar en el concepto de “Omnia – proyecto social“, haremos mención a dos aspectos. Por un lado, y tal como se ha explicado anteriormente, con esta actuación se quiere favorecer la igualdad de oportunidades, se quiere evitar que las personas que se encuentran en situación de desventaja social sumen un nuevo factor de exclusión. Por eso la mayoría de puntos Òmnia se encuentran ubicados en barrios y/o municipios en los que hay claramente una serie de déficits sociales. Esta función social se realiza en red con la comunidad, creando sinergias que hacen que se trabaje en una dirección: la mejora de la comunidad y de las personas que allí viven. Por otro lado, es importante tener claro que, para favorecer la igualdad de oportunidades, no basta con poner al alcance de todos la herramienta, sino que se necesitan recursos humanos, metodologías, trabajo en red y con la comunidad para educar en el uso de las TIC. Y así llegamos al concepto “Òmnia – proyecto educativo“.
En el proyecto Òmnia, la vertiente educativa parte de una perspectiva concreta, de un marco, de una ideología o manera de entender el hecho educativo: ¿por qué educamos, ¿cómo lo hacemos?, ¿cuál es el perfil profesional más adecuado para hacerlo? A continuación y para acercarnos a este concepto en el marco Òmnia, incidiremos en cuatro elementos básicos:
Òmnia es un espacio de diversidad en el que todo el mundo tiene cabida. Los puntos Òmnia son un espacio abierto a la participación de todas las personas, grupos, colectivos, entidades y servicios de los barrios y/o municipios donde se encuentran. Esta diversidad contribuye a la riqueza de todos aquellos que, de una manera u otra, participamos en el proyecto.
Los puntos Òmnia son un espacio de participación para muchas personas recién llegadas que encuentran en Òmnia un punto de relación con otros vecinos, y una forma de participación en su nueva comunidad. Es un espacio de encuentro que hace posible el conocimiento del otro más allá de los tópicos y que, de esta manera, favorece la convivencia.
Además de riqueza, esta diversidad añade cierta complejidad al trabajo de los dinamizadores y dinamizadoras, y reafirma la necesidad de un perfil profesional muy determinado y de una formación específica.
La colaboración de los puntos Òmnia con otras iniciativas de los barrios en los que están ubicados ha hecho posible que, hoy por hoy, sean un referente en el uso de las TIC. Los dinamizadores y dinamizadoras están integrados a las redes territoriales y trabajan coordinadamente con otros profesionales para impulsar acciones desde una perspectiva de desarrollo de la comunidad más allá del propio proyecto. El territorio es una fuente de recursos para el trabajo del dinamizador y viceversa. El trabajo coordinado con otros profesionales y el conocimiento de los recursos permiten que muchas veces desde los puntos Òmnia se pueda orientar a las personas usuarias hacia otros recursos, y favorecer su participación en otras iniciativas. El conocimiento del territorio, de sus puntos fuertes y sus puntos débiles, y el trabajo en red con otros agentes ayudan a hacer un proyecto educativo en consonancia con las necesidades y aprovechando las potencialidades existentes.
Òmnia somos una comunidad que mejoramos y enriquecemos nuestro día a día a través del trabajo coordinado, el intercambio de experiencias y la elaboración de metodologías propias. Entre todos y todas construimos la Xarxa Òmnia y hacemos avanzar nuestro proyecto.
Formamos parte de un proyecto común y es necesario crear proximidad a pesar de la distancia geográfica entre los diversos puntos Òmnia. Con este objetivo se han creado una serie de espacios de información, colaboración y trabajo en red, tanto presenciales como virtuales.
Los profesionales de los puntos Òmnia participan de forma presencial en encuentros grupales de orientación y creación metodológica, con el objetivo de construir un modelo de intervención tan homogéneo como sea posible, aumentar la eficacia y la calidad del trabajo de cada punto, favorecer el efecto multiplicador y el uso de las buenas prácticas y, en definitiva, crear sentimiento de pertenencia al proyecto.
A nivel virtual contamos con una serie de espacios que posibilitan una mejor información y comunicación, la socialización de recursos y de metodologías, así como la generación de propuestas e iniciativas por parte de las personas que participamos en el proyecto:
En 1999, cuando se inició el proyecto, encontrar a profesionales que reunieran este perfil, técnico y social, era complicado, ya que entre el mundo social y el tecnológico, había, hasta el momento, una gran separación. Los profesionales que trabajaban en los primeros puntos Òmnia, o bien eran personas formadas en la vertiente técnica, o lo eran en la vertiente social y educativa. Con el fin de compensar las posibles carencias en una u otra vertiente, la dirección del proyecto puso al alcance de los dinamizadores y dinamizadoras un plan de formación que abarcaba aspectos técnicos y sociales.
Sin embargo, hace ahora cuatro años se constató la necesidad de definir el perfil profesional y proponer los mínimos formativos y de titulación de los profesionales que gestionan el espacio y educan en el uso de las TIC. Con estos mínimos queríamos constituir la base para poder llevar a cabo una nueva oferta formativa a todos los dinamizadores y dinamizadoras, más específica y que fuera impartida desde el ámbito universitario.
Este proceso constó de tres fases:
Consistió en saber cuál era la realidad formativa de los dinamizadores y dinamizadoras que trabajaban en el proyecto, se trataba de conocer qué formación académica y complementaria tenían.
Esta información se recogió a través de un cuestionario que se hizo llegar a los 110 dinamizadores.
Del vaciado de las encuestas, se extrajeron las siguientes conclusiones:
En esta segunda fase, queríamos llegar a determinar una propuesta formativa que, por un lado, garantizara el acceso de todos los dinamizadores y dinamizadoras, independientemente de su nivel formativo y la tipología de formación y, por otra, que fuera una propuesta actual y con futuro. A partir de estos conocimientos y del trabajo realizado, se consideró más adecuado reconvertir la formación específica de Òmnia en un curso de extensión universitaria.
La tercera fase consistía en la creación de un grupo de trabajo, integrado por un máximo de 15 dinamizadores, que determinaran conjuntamente las funciones y las aptitudes de los dinamizadores y dinamizadoras del proyecto, y concretar los contenidos de la formación.
Se realizaron 3 sesiones de trabajo, en las que se definieron: dinamización, funciones del dinamizador, perfil profesional, perfil aptitudinal, conocimientos mínimos en tecnologías y formación específica.
Fruto de estas sesiones se llegó a las siguientes conclusiones:
Funciones del dinamizador
En principio, y vista la vertiente social y comunitaria del dinamizador que está al frente de un punto Òmnia, se creyó oportuno separar las funciones con relación a cuatro ejes.
Así pues, se trataba de encontrar un equilibrio entre la reflexión y la acción, por lo que se llegó a la conclusión de que es muy necesario que, semanalmente, el dinamizador/a se reserve una parte de su horario al trabajo interno.
Este trabajo interno se debe dirigir, entre otras, a las siguientes funciones: elaborar el proyecto socioeducativo del punto Òmnia teniendo en cuenta los objetivos de la entidad gestora, del marco referencial del proyecto Òmnia y de la realidad del territorio; elaborar y evaluar la programación de actividades en relación con el proyecto socioeducativo del punto; elaborar una base de datos de usuarios y entidades del territorio; coordinarse con la propia entidad, con otros profesionales y servicios que se consideren necesarios, y hacer mantenimiento de los equipos.
Perfil aptitudinal
Una vez se definieron y consensuaron cuáles eran las funciones del dinamizador o dinamizadora del proyecto Òmnia, hicimos una definición del perfil aptitudinal. De esta reflexión se concluyó que, si bien muchas características que definen este perfil se pueden adquirir, potenciar y mejorar con una formación continuada, es conveniente tener en cuenta, ya desde un principio, que el dinamizador o dinamizadora debe tener, entre otras, estas capacidades: saber escuchar, observar, analizar y adaptarse a las nuevas situaciones; reflexionar y actuar desde la visión del proyecto, tener tolerancia a la frustración, saber controlar las emociones, ser creativo, ser discreto, ser paciente, motivarse y motivar…
Perfil profesional
Una vez hecho todo este recorrido, y después de haber reflexionado en torno al proyecto Òmnia y de la figura del dinamizador o dinamizadora, llegamos a la conclusión de que:
El dinamizador del proyecto Òmnia debe ser una persona con una diplomatura universitaria en el campo social o educativo y conocimientos sobre TIC de usuario avanzado, además de conocimientos sobre mantenimiento de sistemas, seguridad informática y didáctica aplicada a las TIC.
Y, para terminar nuestra aportación, queremos deciros que este proceso participativo concluyó con lo que hoy se conoce como Curso de extensión universitaria de dinamización y educación en el uso social de las TIC. Este curso consta de ocho módulos, y en estos momentos sólo va dirigido a los dinamizadores y dinamizadoras del proyecto Òmnia. Esperamos que algún día pueda estar abierto a otras personas que sin estar vinculadas directamente al proyecto Òmnia estén interesadas en el trabajo social y educativo a partir de las TIC.
Si queréis tener más información sobre el Curso de Extensión Universitaria, sobre sus contenidos, metodología, etc. podéis acceder a nuestro plan de formación.
Si os interesa conocer con más profundidad el proyecto podéis consultar los espacios virtuales antes referenciados:
www.xarxa-omnia.org
http://comunitatomnia.ning.com
http://blog.xarxa-omnia.org
http://blog.xarxa-omnia.org/odc/circular-omnia/
o bien visitar Òmnia a través de la web 2.0 accediendo a: