Dr. Juan Francisco Trujillo Herrera, Educador Social. Colegio de Educadoras y Educadores Sociales de Canarias (CEESCAN)
TÍTULO | Diseño del perfil competencial de la profesión de la Educación Social |
AUTORÍA | María Dolores Eslava Suanes |
EDITORIAL | Universidad de Córdoba |
AÑO | 2019 |
Se inicia esta reseña recogiendo las palabras de la autora de esta Tesis Doctoral sobre el cuestionamiento que se hace sobre si: “Actualmente ¿conocen las y los educadores sociales cuáles son sus competencias?, ¿se encuentran satisfechas y satisfechos con la formación recibida?, ¿la formación recibida les convierte en profesionales capacitados para el ejercicio profesional?”. Vamos a intentar acercarnos a este universo y fenómeno de “las competencias” relacionadas con la “profesión” casi de forma exclusiva y específica (competencias-profesionales) yla propuesta que hace María Dolores Eslava Suanes, es el diseño de un perfil competencial que engloba y aglutina taxonomías y clasificaciones existentes sobre las competencias académicas y profesionales: su vigencia y e importancia para el campo profesional y laboral de la Educación Social.
Esta sociedad de la información y recepción líquida, globalizadora y “severamente tecnológica” ha hecho que los acontecimientos y hechosque nos preceden están situados en el mundo de cambio y de la frontera. Es decir como recojo en mi Tesis (Trujillo, 2016) y ahondado algo más sobre el campo profesional y la profesión, y en palabras de Hoyle (1980), Fernández (1988), Hernández y Sancho (1993) (citado por Rumbo (2000), desarrollan de la siguiente manera una perspectiva concreta sobre profesión, así:
Es decir, que a la hora de hablar del campo profesional, hay que tener presente, por un lado que este espacio lo configuran muchos elementos interconectados, que por otro lado es una construcción con muchas variables y componentes heterodoxos, y además, que se desarrolla en consonancia con agencias de diferente tipo y categoría. Son las políticas públicas, la función social que ejerce una determinada profesión, la habilidad para ejercerla, el conocimiento desde la experiencia, la especialización dentro del campo profesional, y la adquisición de una serie de valores profesionales identificados y reconocidos por la propia profesión, algunos de los elementos básicos que hay que tener presente, para definir, conceptualizar, categorizar, proponer funciones y características de lo que se denomina “campo profesional”
Ahora bien, en el caso concreto de la Educación Social y su proceso de profesionalización, así como para este estudio de investigación, se extrae por su importancia dos cuestiones que señalan Bas, Campillo & Sáez (2010):
Y esta tesis profundiza a lo largo de sus 8 capítulos en este proceso (profesionalizador) dentro del campo de la Educación Social, porque cumple, de forma clara, continua y constante con estas intenciones expresadas por estas autoras y autor. La profesionalización de la Educación Social se fija y se asienta claramente en términos tales como el cambio y el proceso. En la historia de la profesión de la Educación Social los cambios, los avances, los retrocesos, las paradas se engloban, lo que se podría denominar “proceso”. Y tal como se señala, ese proceso no es lineal, ni cíclico, ni unidireccional sino con diferentes direcciones y aristas dentro de un marco más o menos delimitado.
A lo largo de la lectura de la Tesis se va advirtiendo una amplia gama de fuentes y justificaciones teóricas tanto desde el punto de vista académico y como desde el punto de vista profesionalizador. La Dra María Dolores Eslava se alimenta de manera exhaustiva, actualizada y con relevancia en sus autores, siendo ésta una propuesta de diseño competencial rigurosay sobre todo buscando el equilibrio entre “competencias académicas” y “competencias profesionalizadoras”.No obstante, la finalidad de esta investigación, tal como señala la propia autora, no es dar respuesta a una necesidad incipiente, Ortega et al. (2007) ya advertían de la necesidad de determinar el perfil competencial del educador social a fin de adecuar los planes de estudios tanto a la demanda social como al Espacio Europeo de Educación Superior (EEES).
Según los recientes estudios (tal como señala la autora), como son de López Jiménez, Navarro-Segura y Torras Genís (2017) destacan por un lado “las incertidumbres y situaciones más conflictivas que provocan en el alumnado de educación social miedos y estrés emocional ante el hecho de pensar en el ejercicio de la profesión” y por otro lado en el estudio realizado por Eslava-Suanes, González-Lopéz y León-Huertas, (2018) con profesionales en ejercicio, estos señalaban tener carencias formativas, desconocimiento de sus propias funciones y competencias y dificultades para trabajar en equipo. Es decir una doble brecha, abierta tanto por la parte inicial (alumnado) como por la parte de los profesionales y sus procesos de reciclaje y formación continua.
En la elección sobre este tema de investigación social y educativa viene motivada por la necesidad de contribuir de manera científica con elementos de análisis de la profesión al reconocimiento de ésta a través de la definición del perfil competencial y para ello se organiza en ocho capítulos.
Así los capítulos 1 y 2 constituyen los cimientos teóricos del estudio. El Capítulo 1, titulado El educador o educador social: Una mirada a su caja de herramientas, recoge:
El Capítulo 2, con el títuloEl perfil competencial del educador o educadora social, supone:
El Capítulo 3 se titula Diseño de la investigación.
El Capítulo 4 se corresponde con la Fase 1 del estudio empírico y lleva por título Estudiodocumental comparativo de los planes de estudio del grado de educación social en España. Esta fase:
El Capítulo 5 aborda la Fase 2: “Validación del modelo competencial por parte de un juicio de expertos y expertas”, aborda cómo se implementa la técnica de juicio de expertos y expertas como medio para validar el contenido y el constructo del perfil competencial diseñado en la fase anterior.
El Capítulo 6 se identifica con la Fase 3 de la investigación: “Validación del modelo competencial a través de grupos de discusión con educadoras y educadores sociales en ejercicio. En esta fase se:
El Capítulo 7, titulado Valoración del carácter profesionalizador del modelo competencial por parte de un panel de expertos y expertas internacional, aborda:
Finalmente, el Capítulo 8, Conclusiones y propuestas, recoge las conclusiones generales del estudio a través de los objetivos propuestos. Como conclusión de la investigación:se propone el perfil competencial del educador o educadora social. Un perfil competencial formado por 6 dimensiones en las que se distribuyen 24 competencias que describen de un modo integral su labor profesional.
Se puede descargar desde el siguiente enlace:
Diseño del perfil competencial de la profesión de la educación social [PDF]
Bas-Peña, E., Campillo, M. & Sáez, J. (2010). Educación social: universidad, estado y profesión. 1ª edición. Barcelona. Laertes S.A.
Eslava Suanes, M.D., González López, I. y de León Huertas, C. (2018). La voz de los profesionales de la educación social en España y Francia: la identidad autopercibida. Revista Española de Educación Comparada, 32, 10-32.
López Jiménez, P., Navarro-Segura, L., y Torras Genís, I. (2017). Las escenas temidas de los estudiantes y el desarrollo de competencias para afrontar situaciones profesionales en educación social. RES, Revista de Educación Social, 24, 845-856.
Ortega, J., González, M., Froufe, S., Rodríguez, M. J., Muñoz, J. M., Olmos, S., Calvo, R., y Sobrón, I. (2007). Estudio del perfil profesional y académico de la titulación de “educador social” en Castilla y León. Pedagogía Social, 14, 77-94.
Trujillo Herrera, J.F. (2016) Historia de la educación social en Tenerife (1983-2001): legislación, políticas, agencias y acontecimientos profesionalizadores . Tesis Doctoral, UPO. Enlace