Redacción
Los descriptores señalados por el Comité Científico como orientadores a la hora de aceptar las comunicaciones propuestas en este eje temático, fueron:
“Nos encontramos inmersos en tiempos de cambio propiciados por la continua reinvención de modelos de vida que tienen en común la supremacía del espíritu acrítico y la indolencia social. Estos tiempos de cambio, a los que nos referimos, se remontan al siglo pasado, cuando de manera inequívoca y sin demasiadas resistencias fuimos arrastrados hacia una trama política, económica, cultural, educativa y social, representada por el modelo neoliberal.
Esta forma de entender la vida, ha conseguido realizar una de las transformaciones económicas, sociales y a nivel de valores de convivencia, más profundas que la humanidad ha conocido. De este modo, la humanidad se ha polarizado, los conflictos emergentes se enquistan, las diferencias existentes entre ricos y pobres, y entre países ricos y países pobres se acrecientan, los procesos de exclusión se aceleran y cada vez son más las poblaciones que se ven afectadas. Y todo ello, debido a una forma muy peculiar de ver el mundo y sus relaciones, la denominada globalización; globalización de todo, menos del reparto de bienes, de riquezas, de justicia, de calidad de vida.
Ante estos cambios que nuestras sociedades están sufriendo, la profesión de la Educación Social necesita dar respuestas educativas, lo que requiere un sobreesfuerzo e imaginación para implementar la profesión. Así, la Educación Social se encuentra permanentemente en una encrucijada constituida por los nuevos modelos familiares, el fenómeno de la inmigración, los nuevos valores sociales que fluyen sin cesar y que representan algunos de estos cambios, que unidos a situaciones ya existentes y enquistadas, como la pobreza, la exclusión, la marginación, conforman un mapa en el que las actuaciones a abordar desde la Educación Social se presentan como fundamentales.
Así pues, en este eje se invita a reflexionar en torno al origen de la profesión y a las realidades y ámbitos laborales presentes. En este sentido, trataremos de profundizar en el Código Deontológico de la profesión y en su revisión y aportaciones. Asimismo, repensaremos nuestras prácticas profesionales, tratando de analizar el sentido de la educación; para qué y por qué educar, teniendo presente que estamos hablando de una profesión de carácter pedagógico, con unas competencias y funciones definidas; y todo ello teniendo como horizonte de nuestras actuaciones, la transformación social.
Basándonos en estas reflexiones, trataremos de descubrir las nuevas necesidades profesionales vinculadas a las necesidades sociales y fundamentándonos en estos acontecimientos, indagaremos en los posibles planteamientos proyectivos de la profesión, descubriendo nuevos núcleos de actuación, sin olvidar repensar y reconstruir otros ya existentes, como las actuaciones en barrios, el desarrollo comunitario, las redes de intervención, los movimientos sociales o aquellas iniciativas relacionadas con el ámbito de la cultura, que se presentan indispensables ante la ola globalizadora que nos envuelve.”
Una vez recibidas las diferentes propuestas, el Comité Científico aceptó y propuso para su defensa en los diferentes espacios del congreso las siguientes comunicaciones relacionadas con el eje temático 3, Experiencias de futuro. Nuevos campos y líneas de ruptura en la Educación Social: