Susanna Giménez Bou, Educadora Social, Antropóloga y Equinoterapeuta en “Associació Horseway”.
El proyecto tiene como objetivo, a través de la Equinoterapia, mejorar la detección y la gestión emocional de los adolescentes, de manera asertiva y responsable con el entorno que les rodea. Acabado el proyecto, deberían poder acercarse a tres cuestiones básicas:¿Quién soy? ¿Cómo soy?; Busco herramientas asertivas con el entorno; Actúo con responsabilidad.
La Etología de los equinos ofrece unas características idóneas para este tipo de trabajo con adolescentes tutelados, con un perfil común en relación a la falta de figuras de apego, labilidad emocional, dificultades de resolución de conflictos etc.
Realizado por sexto año consecutivo, es un espacio quincenal que proporciona un contexto seguro de trabajo personal, dónde los menores pueden sostener la vulnerabilidad, la introspección e ir fortaleciendo el concepto de manada de manera transversal; hecho que permite potenciar la comunicación y la empatía en el grupo.
The project aims, through equine therapy, to improve in teenagers self detection and emotional management, in an assertive and responsible way with the environment that surrounds them. Finished the project, they should be able to approach three basic questions: Who am I? How I am?; I look for assertive skills with the environment; 3) I act responsibly ( by my own responsability)
The ethology of equines offers suitable characteristics for this type of work with protected adolescents, who have experienced during their childhood lack of attachment figures, emotional lability, conflict resolution difficulties, etc.
Held for the sixth consecutive year, it is a fortnightly space that provides a safe context of personal work, where minors can sustain vulnerability, introspection and strengthen the concept of herd in a transversal way; fact that allows to enhance the communication and the empathy between the group.
Hace 5 años iniciamos este proyecto con un grupo de adolescentes con los que trabajaba en el EAIA (Equipo de Atención a la Infancia y la Adolescencia) de Badalona (Barcelona); nos dimos cuenta que el trabajo en despacho tenía muchas limitaciones y necesitábamos otros estímulos y un entorno diferente que apoyara el trabajo emocional con estos menores. Actualmente tenemos ya 6 grupos participando en el proyecto: estos adolescentes pueden presentar situaciones administrativas diversas: pueden estar o no tutelados por la D.G.A.I.A. (Dirección General de Atención a la Infancia, Generalitat de Catalunya), pueden estar acogidos en familia extensa, en Centro Residencial de Acción Educativa o con sus progenitores.
Son menores con unas historias de vida marcadas por las negligencias y los maltratos parentales, a menudo han sufrido privaciones afectivas, y han estado en situaciones de desamparo diversas, algunos incluso ya durante la gestación.
Lo que todos tienen en común, es que son adolescentes insertados en el Sistema de Protección de la Infancia y con unas inquietudes vitales que a menudo difieren del grupo de población ordinario.
La falta de referentes adultos estables a lo largo de su vida y las dificultades derivadas de las situaciones de maltrato, abandono y/o negligencia en su proceso evolutivo, hace que el grupo de población que se atiende sea especialmente vulnerable y vulnerado, con una importante falta de experiencias nutritivas emocionalmente que les dificulta el manejo de aquello que sienten, quieren o necesitan.
Estas situaciones generan una gran dificultad para conectar con las propias emociones, canalizarlas correctamente y trasladarlas a un nivel asertivo de manera verbal.
Trabajar la Inteligencia Emocional [1] con los caballos permite a los menores un nivel de autoconocimiento importante, tomando conciencia de sus reacciones. Conocer las propias emociones y, por lo tanto, aprender a regularlas, los ayuda a que éstas no deriven en actos inconscientes como la violencia, conductas pre delictivas, consumo de tóxicos, desmotivación vital etc.
La Educación Emocional es la respuesta a estos actos no deseables, su objetivo es aprender cómo nos influyen las emociones, saber que quieren decirnos y ajustarlas a cada situación, como tolerar la frustración y el desarrollo de habilidades sociales con las que se puedan incentivar actos de colaboración y cooperación social.
Casi todos los autores han clasificado las emociones discriminando entre básicas y complejas, Plutchik (1962) afirmó que las emociones básicas se caracterizan por una expresión facial característica y una disposición a actuar, son: ira, tristeza, miedo, alegría, confianza, sorpresa, asco y anticipación. Este autor pertenece a una tendencia biologista y por lo tanto piensa que estas emociones son comunes a los animales y las personas.
Las emociones complejas derivan de las básicas a veces por la combinación entre ellas, estas emociones no presentan rasgos faciales característicos como pasa con las básicas, ni tampoco hay una tendencia particular a la acción: así como la ira puede predisponernos a pelearnos y el miedo a huir, la culpabilidad en cambio no predispone a actuar de una manera concreta.
La clasificación de estas emociones complejas es la siguiente:
No es tan importante saber clasificar las emociones como el hecho de conocerlas, saber que nos hace sentir cada emoción y que acción o estado emocional deriva de ella, tener herramientas para poderla gestionar si hace falta.
Des de un punto de vista funcional, las emociones nos predisponen a la acción, no son gratuitas y tienen una función determinada.
Todas estas funciones permiten a las personas y animales crear relaciones sociales en las que las emociones ayudan al buen funcionamiento del grupo para asegurar la supervivencia. El objetivo de la Inteligencia Emocional es ponerse entre el acontecimiento y las reacciones físicas, comportamentales y cognitivas, dando lugar a una acción adaptativa y beneficiosa para nosotros y nuestro entorno.
Tal y como expresaba Goleman (2006), la Inteligencia Emocional amplia la capacidad de comprender a los otros, sus motivaciones, como trabajan y la mejor forma de cooperar, constituyendo una habilidad correlativa que nos permite configurar una imagen exacta y verdadera de nosotros mismos y que nos hace capaces de utilizar esa imagen para actuar en la vida de manera más eficaz.
Siguiendo este modelo, Rafel Biquerra (2007) y el GROP, formula cinco competencias emocionales:
El caballo es un animal ideal para desarrollar un programa basado en las habilidades emocionales dadas sus características etológicas:
1. Corre cuando se asusta no tienen otra defensa como herbívoro que es, toda la anatomía del caballo está hecha para huir, es veloz y tiene mucha resistencia. Sólo utilizará las patas posteriores para defenderse si está acorralado y si es la única cosa que puede hacer, ya que las patas posteriores son su motor.
Como su visibilidad no es buena, delante de cualquier sonido u objeto no conocido lo primero que hará será huir, por eso es muy importante no hacer gestos bruscos o ruidos, transmitiéndole calma.
2. Es altamente perceptivo tiene los sentidos mucho más desarrollados que nosotros:
3. Reacciona rápidamente primero reacción, después reflexión. Su tiempo de reacción es muy rápido ya que es su única defensa y no puede permitirse ni un segundo perdido en la huida.
4. Aprende rápidamente es uno de los animales con mayor rapidez en el aprendizaje. Cuando se entrena al caballo normalmente se ejerce una presión, ellos primero hacen movimientos de cabeza o prueban respuestas para librarse de esta presión. Cuando el caballo hace aquello que le pedimos cedemos la presión, no antes.
5. Memoria excelente para la supervivencia es imprescindible tener una buena memoria de aquello que es peligroso, Si resulta maltratado, ese recuerdo queda grabado para toda la vida y sólo puede quedar minimizado por métodos de desensibilización. Es interesante ver como la memoria y el aprendizaje, que en el ser humano está relacionado con el cerebro emocional, en especial en la amígdala, funciona igual en el caballo, son animales guiados por la emoción básica del miedo, y sus acciones están basadas en evoluciones de bienestar, las emociones positivas ayudan a aprender respuestas acertadas.
6. Desea compañía es un animal social, su supervivencia depende del grupo. Cuanto más grande es el grupo, más posibilidades de sobrevivir. Es espectacular cuando van en grupo galopando sin pisarse ni caerse, saben respetar perfectamente el espacio de cada uno, están perfectamente alineados.
7. Se comunica mediante el lenguaje corporal, es más seguro que cualquier otro, en este proyecto será muy importante saber que nos está diciendo el caballo con su comunicación no verbal, así como saber que le estamos transmitiendo con él. Hay que tener presente que nosotros somos depredadores, por lo que será necesario que los adolescentes conozcan bien los signos de comunicación.
Las yeguas educan a los potros y cuando éstos llegan a la madurez sexual son expulsados para no crear consanguinidad. Los machos hacen grupos de solteros hasta que encuentran un grupo de yeguas y forman una nueva manada.
Este orden es totalmente respetado y cada uno es feliz con la función y el estatus que le corresponde, sólo así es efectiva la supervivencia del grupo y el bienestar individual.
En definitiva, se requiere ser muy fino en el lenguaje no verbal, dado que son expertos decodificadores, porque su seguridad depende de la identificación correcta de todas las señales exteriores. Los caballos son expertos leyendo toda la información que se transmite a través de las feromonas, indicadores de que emociones estamos sintiendo.
Conciencia emocional
La conciencia emocional es la principal competencia, la base sobre la que se forman todas las otras. Cuando se hacen juegos con los caballos estamos trabajando en todo momento esta competencia, tanto para leer nuestro estado emocional como para leer el del caballo y, en consecuencia, trabajar la empatía.
En primer lugar, todas las actividades sirven para tomar conciencia, el caballo nos hace de espejo y con su comunicación nos dice cuáles son nuestras actitudes y emociones, él habla de nosotros. Este primer feed-back es la base para todo el trabajo posterior con las competencias emocionales, las que nos proporciona un caballo (y no una persona por la que nos podemos sentir juzgados) permitiendo una mayor apertura al aprendizaje y al cambio.
En segundo lugar, podemos ir tomando conciencia de nuestras emociones a partir de la introspección, pero siempre corremos el riesgo de auto-engañarnos con trampas mentales como el ego. El caballo en cambio no engaña nunca, él va hacia la vida cuando nos cede el liderazgo y por eso es experto en reconocer e interpretar lo que pasa a su alrededor.
Antes de hacer nada con el caballo hay que ser muy conscientes de lo que sentimos, ya que sentir miedo provoca en el caballo la misma sensación y su tendencia será la huida. Por otro lado, un exceso de confianza nos puede hacer perder la atención.
Podemos examinarnos y hacer una reflexión, pero también podemos escuchar lo que nos dice nuestro cuerpo, después de todo, es lo que leerán los caballos. Por eso es importante hacer un ejercicio de toma de conciencia, situarnos en el aquí y el ahora, tomar conciencia y presencia. Acostumbramos a hacerlo en un primer momento durante el cepillado, que nos permite entrar en contacto con el caballo y con nosotros mismos, un contacto físico con un cuerpo a una temperatura de unos 38º que produce una sensación de bienestar.
Este primer contacto también nos permitirá centrarnos en la tarea y dejar a un lado las preocupaciones del día a día.
Regulación emocional
La tarea con los caballos nos ayuda a regular nuestras emociones, a medida que vamos tomando contacto sabemos que debemos dejar las emociones negativas a un lado, la alegría se contagiará a los caballos que son fieles representantes de nuestro estado anímico y nos interesa que el caballo no esté excitado o tenga miedo.
Cuando se piden acciones a los caballos y éstos no obedecen, hay que examinar como nos estamos comunicando, dado que ellos no se equivocan nunca y mucho menos descargan su frustración contra nosotros.
Esta tarea ayudará a regular nuestras emociones ya que los caballos son también nuestros educadores y adiestradores, dados los esfuerzos que hemos de hacer para llegar a comunicarnos con ellos (Corbigny, 2008).
Autonomía Personal
Cuando subimos al caballo vamos en una posición elevada respecto el suelo y esta postura nos ayuda a mejorar nuestra autoestima ya de entrada. También el hecho de mover un caballo de 500kg en la distancia, sin forzar, y que nos siga por propia voluntad produce una sensación muy gratificante que sube la autoestima, es una experiencia única y muy valiosa, esta relación está basada en el respeto y el amor.
Esta actividad es idónea para menores con trastorno de hiperactividad, dificultades de concentración, o con problemáticas de carácter social ya que estar al lado de un caballo requiere concentración en la actividad y controlar la impulsividad en todo momento.
Los niños con dificultades sociales también pueden beneficiarse estableciendo una relación en la que no se sientan juzgados y que puedan ser ellos mismos, aprendiendo a tener responsabilidad.
Habilidades Sociales
Como animal gregario, las habilidades que más se trabajan son las sociales. Los caballos nunca pueden estar solos, como mínimo deben ir en parejas según el vínculo de amistad, pero siempre dentro de una manada.
En todos los juegos con el caballo hay que tener en cuenta las competencias emocionales para establecer el liderazgo y empezar la colaboración entre las dos partes.
Estas competencias se dan conjuntamente cuando hay un objetivo común con el animal, las podemos observar a través de sus respuestas: si estamos conectados, si nos comunicamos bien, si llegamos juntos al objetivo y como lo conseguimos.
Si son ejercicios de grupo podemos ver la misma relación establecida entre el grupo y después como podemos incluir los caballos en éste.
Habilidades de Vida
El Objetivo general del proyecto es mejorar la capacidad de gestionar las propias emociones trabajando de manera transversal su especificidad: la detección y gestión positiva de las emociones, así como la adquisición de herramientas asertivas con el entorno.
Los grupos están formados entre 6 y 8 adolescentes entre 13 y 17 años que asisten durante 10 meses de manera quincenal en sesiones de 3h. La mayoría se quedan a comer antes o después de la sesión.
Los adolescentes receptores del programa comparten una tipología de rasgos en común:
Tal y como exponíamos en la Justificación, los ejes transversales que guían toda la programación, tanto las sesiones en el aula como con los caballos, giran alrededor de 3 premisas:
Cuando los menores llegan a Horseway entran en el aula y durante un máximo de 30 minutos trabajamos algún concepto vinculado a la Educación Emocional y después vamos a recoger los caballos para llevarlos a la pista e iniciar la sesión que combina metodologías de Equinoterapia y Coaching con caballos.
Las profesionales
En fichas individuales completadas cada semana valoramos de cada menor:
MEMORIA del proyecto para recoger todos los datos cualitativos y cuantitativos, anécdotas y tarea realizada durante el curso.
LOS MENORES
Al finalizar la jornada tienen que escribir una frase corta que exponga su experiencia de ese día y completan un cuadrante donde registran como han estado física, emocional y cognitivamente.
Pre test y post test TMMS-24 para evaluar la presencia de ciertos recursos psicológicos que actúan como factores protectores ante los diferentes problemas y que pueden utilizarse para apoyar la intervención. Recursos como la autoestima, la competencia social o la inteligencia emocional.
En estos cinco años hemos podido constatar cuantitativa y cualitativamente una evolución positiva en todos los menores, que pasan de ser inconscientemente incompetentes a conscientemente incompetentes emocionalmente hablando.
Se crean sinergias entre el grupo de ayuda, escucha, soporte mutuo y respeto ante las situaciones de vulnerabilidad que se ponen encima de la mesa. Los menores crean vínculos con los caballos que les sirven para mejorar los propios, fortalecer los afectos hacia ellos mismos y la gente que los rodea, aprendiendo a pedir ayuda cuando lo consideran necesario, a confiar de nuevo con el miedo al abandono cogido de la mano y en definitiva a no juzgarse con tanta dureza, a tenerse más en cuenta, a cuidarse, escucharse, parar y muchas otras necesidades que tenían apartadas porque confunden la debilidad con la vulnerabilidad, que nada tiene que ver, porque hacerse cargo de uno mismo también es abrazar la luz y la sombra que nos acompaña.
Para mí es un privilegio ser testigo de estos procesos acompañada de los caballos.
Me siento afortunada.
Páginas web:
www.horseway.es (10 de Junio de 2020)
www.inteligencia-emocional.org (15 de Junio de 2020)
www.laakademia.org (16 de Junio de 2020)
www.inteligenciaemocional-portal.org (20 de Junio de 2020)
Bisquerra, R., y Pérez Escoda, N. (2007). Las competencias emocionales. Educación XX1. 10, 61-82.
Bisquerra, R. (2000). Educación emocional y bienestar. Barcelona: Praxis.
Corbigny, E.: (2008). Doma Natural. Adiestramiento del caballo en libertad, pie a tierra y montado. Barcelona: Hispano Europea.
Goleman, D. (1996). Inteligencia emocional. Barcelona: Kairós.
Henry, B. (2010). Piensa como tu poni. Viladesens: Picobello Publishing.
Lyons, J. (2009). Lyons on horses. EE.UU: SP.
Miller, R. (2008). Doma alternativa, la revolución en Horsemanship. Sevilla: Grupo Lettera S.L.
Peace, M. (2002). Piensa como tu caballo. UK: Acanto.
Plutchik, R. (2002). Emotions and life. Theories, and a New Model EE.UU: American Psychological Association.
Redorta, J. (2006). Emoción y conflicto. Aprenda a manejar las emociones. Barcelona: Paidós.
Roberts, M: (2000). Join-up : horse sense for people. EE. UU: Harper Collins.
Salovey, P. y Mayer, J. D. (1990). Emotional intelligence. Imagination, Cognition, and Personality, 9, 185-211.
Susanna Giménez Bou. Email: equinoterapiasocial@gmail.com
https://equinoterapiasocial.wordpress.com/
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[1] Daniel Goleman (1996) popularizó este concepto, aunque los primeros en hacerlo fueron Peter Salovey y John Mayer (1990). Los dos publicaron un artículo en el que se ponía en duda la importancia del CI como criterio de excelencia para la vida, teniendo en cuenta que el CI representa el 20% del éxito personal, el 80% restante corresponde a otros factores, uno de ellos la Inteligencia Emocional.