Contribución presentada en el apartado de contribuciones como comunicaciones, análisis, ensayos, investigaciones, en el VIII Congreso Estatal de Educación Social, con realización en streaming en distintas sedes (Madrid, Cuenca, Canarias, País Vasco, Valencia, Murcia, Valladolid, Sevilla), de 31 de marzo al 2 de junio de 2022.
Artículo publicado en el nº 33 de la Revista RES, Revista de Educación Social.
Autoría: Andrea Yusá García y Marcelo Viera Abelleira.
En el presente estudio se presenta un proyecto socio-educativo llevado a cabo con diez familias del Centro de Día y Kanguroteca Luis Amigó en Madrid compuesto por dos talleres: el taller familiar de apego y el taller de autoestima con mujeres en riesgo de exclusión social. Para ello, se emplea el cuestionario CaMir-R (Balluerka, Lacasa, Gorostiaga, Muela y Pierrehumbert, 2011) como método para realizar un diagnóstico de la realidad y así conocer las experiencias pasadas y presentes de las madres. Tras la interpretación y análisis de los resultados mediante una triangulación de datos, se plantea trabajar de manera multidisciplinar (dos educadoras sociales, una trabajadora social y una psicóloga) la comunicación, el afecto y la resolución de conflictos para fortalecer las relaciones dentro de la convivencia familiar y, por otro lado, favorecer una autoestima saludable con la finalidad de empoderar a las mujeres. Para la obtención de los resultados del primer taller, se emplea un análisis cualitativo a través de los verbatios de las madres. Las evaluaciones muestran que los objetivos del proyecto de intervención se han alcanzado ya que el 100% de las mujeres (10 mujeres) en la post-evaluación de cada objetivo cambiaron las respuestas con éxito. En cuanto al segundo taller, se evalúa a través de la Escala de Autoestima de Rosenberg (Rosenberg 1965; Atienza, Balaguer y Moreno, 2000. Los resultados demuestran que 4 de las 10 mujeres, presentaban problemas significativos de autoestima al inicio del taller y, a posteriori, han llegado a alcanzar una autoestima media. En definitiva, los resultados extraídos nos demuestran que la figura de la educadora social es clave en la intervención socioeducativa con las mujeres para aumentar su autoestima, generar un apego emocional seguro y potenciar un vínculo afectivo de las madres hacia sus hijos/as, así como mejorar la convivencia familiar.