Andrea Yusá García y Marcelo Viera Abelleira, educadores sociales
En el presente estudio se presenta un proyecto socio-educativo llevado a cabo con diez familias del Centro de Día y Kanguroteca Luis Amigó en Madrid compuesto por dos talleres: el taller familiar de apego y el taller de autoestima con mujeres en riesgo de exclusión social. Para ello, se emplea el cuestionario CaMir-R (Balluerka, Lacasa, Gorostiaga, Muela y Pierrehumbert, 2011) como método para realizar un diagnóstico de la realidad y así conocer las experiencias pasadas y presentes de las madres. Tras la interpretación y análisis de los resultados mediante una triangulación de datos, se plantea trabajar de manera multidisciplinar (dos educadoras sociales, una trabajadora social y una psicóloga) la comunicación, el afecto y la resolución de conflictos para fortalecer las relaciones dentro de la convivencia familiar y, por otro lado, favorecer una autoestima saludable con la finalidad de empoderar a las mujeres. Para la obtención de los resultados del primer taller, se emplea un análisis cualitativo a través de los verbatios de las madres. Las evaluaciones muestran que los objetivos del proyecto de intervención se han alcanzado ya que el 100% de las mujeres (10 mujeres) en la post-evaluación de cada objetivo cambiaron las respuestas con éxito. En cuanto al segundo taller, se evalúa a través de la Escala de Autoestima de Rosenberg (Rosenberg 1965; Atienza, Balaguer y Moreno, 2000. Los resultados demuestran que 4 de las 10 mujeres, presentaban problemas significativos de autoestima al inicio del taller y, a posteriori, han llegado a alcanzar una autoestima media. En definitiva, los resultados extraídos nos demuestran que la figura de la educadora social es clave en la intervención socioeducativa con las mujeres para aumentar su autoestima, generar un apego emocional seguro y potenciar un vínculo afectivo de las madres hacia sus hijos/as, así como mejorar la convivencia familiar.
This research introduces a socio-educational project tested on ten families from Centro de Día y Kanguroteca Luis Amigó from Madrid split in two different workshops: a family attachment workshop and a self-steem workshop for women at risk of social exclusion. We have usedi tools as CaMir-R questionaire (Balluerka, Lacasa, Gorostiaga, Muela & Pierrehumbert, 2011). This is our preferred method to make a knowledgeable insight into the day life of mothers, taking into consideration both present and past attachment experiences. After analysing and evaluating the results through a data triangulation, we will work (two community workers, a social worker and a psychologist) on how to communicate effectively, how to nourish emotionally as well as how to solve conflicts inside the family unit. Simultaneously we will empower these women by increasing their self-esteem. To obtain the results of the first workshop a qualitative analysis will be put in place through verbatim with the mothers. Our evaluations show that the intervention project targets are archieved given that a 100% (10 women) of were able to modify their conduct succesfully. The second workshop is evaluated through the Self-Esteem Scale by Rosenberg (Rosenberg 1965; Atienza, Balaguer & Moreno, 2000). The outcome of this study shows that 4 out of 10 of these women lacked self-esteem at the beginning of the workshop. In the aftermath, those same women archieved an average level of self-esteem. In conclusion, the obtained results show us that social worker figure is a key element during the social and educational intervention with women to build up their self-esteem, to generate a secure and emotional attachment and to reinforce the bonding between mothers and children as well as to improve the family life.
Contribución aceptada por el Comité Científico del VIII Congreso de Educación Social
En primer lugar es importante conocer qué es el apego por lo que destacamos la teoría del apego de John Bowlby (1986) basada en el estudio de la relación personal de búsqueda y contacto que el niño o la niña establece con determinadas personas. Destacar que “la teoría fue una manera de explicar las formas que existen de dolor emocional y los trastornos de personalidad que se producen como consecuencia de la separación o perdida afectiva” (Marrone, 2001, pág.31).
Dado el vínculo de apego que se establece con esas personas pasan a convertirse en figuras que representan cuidado y protección en los momentos de adversidad, miedo o ansiedad y son una base segura tanto para la exploración del entorno como de refugio al que volver ante una situación de peligro (Malekpour, 2007). A su vez, el autor afirma que la persona con un apego seguro se sentirá querido/a por lo que presentará una mayor autoestima y se sentirá motivado/a para descubrir el mundo que le rodea.
Por otro lado, cabe añadir que los/as padres/madres que ignoran completamente los sentimientos de los/as hijos/as y piensan que cualquier forma de manejar los problemas emocionales es adecuada, actúan negativamente con críticas y castigos están creando un modelo de relación emocional inadecuado, generando conflictos familiares, por lo que lo tienen complicado para construir un vínculo con sus hijos/as saludable y verdadero (Lorenzo Moledo, 2001). Asimismo, se considera importante destacar que la carencia de afecto o la ausencia de alguno de los progenitores influye en el tipo de apego que se estableció en la infancia (Zabarain, Quintero y Russo, 2015).
Para concluir este apartado, destacar a Melero (2008) ya que afirma que el apego es clave para el desarrollo de una persona, debido a que ésta interactúa con las relaciones posteriores en bases a estas experiencias iniciales con el cuidador/a, puesto que permanecen grabadas en su memoria e influyen en los diferentes momentos de la vida de la persona. Por este motivo en el siguiente apartado se dan a conocer los estilos de apego que puede desarrollar una persona tanto al nacer como durante su ciclo vital.
De acuerdo a lo anteriormente nombrado, es importante analizar qué tipo de apego se establece. Para ello, en primer lugar, hablaremos acerca del estudio que realizó Mary Ainsworth (1978) llamado situación extraña que consistió en separar al bebé de su madre ante la presencia de un extraño, observar la reacción, después volver a juntarlos y de nuevo observarlos otra vez. Lo más impactante que se vio en el estudio fue que los modelos de interacción en la niñez dirigen a los demás patrones a lo largo de la vida de la persona (Gómez-Zapiain, 2009). Todo ello permitió la clasificación de estilos de apego entre los que se describen los siguientes:
Es necesario destacar el hecho de que una investigación ha verificado que los/as padres/madres con apego seguro es más probable que tengan hijos/as con apego seguro, los padres/madres preocupados/as, hijos/as con apego con apego seguro-ambivalente y los/as padres/madres rechazados/as, hijos/as con apego seguro-evitativo (Oliva, 2014).
En definitiva, para que se construya un apego emocional seguro es necesario sentirse acogido/a en familia, es decir, sentirse aceptado/a, reconocido/a, querido/a y protegido/a; sentir que existe el amor, apoyo, confianza, acompañamiento, orientación y guía por parte de los seres queridos, especialmente de los/as padres/madres (Ortega, Mínguez y Hernández, 2009).
Teniendo en consideración uno de los talleres del proyecto de intervención que se presenta en este trabajo, a lo largo de este apartado hablaremos sobre la autoestima en general y sobre cómo afecta a las mujeres en particular. Nos encontramos ante un término que a lo largo de los años ha sido muy experimentado por diferentes especialistas, pero solo nos centraremos en aquellos autores que más se aproximan a nuestra línea de intervención. Branden (1995, pág. 52) hace referencia a ella como “la experiencia de satisfacción a alcanzar las metas personales y lograr una vida significativa” y a su obra El poder de la autoestima que nos habla sobre los seis pilares que la conforman: vivir conscientemente, la responsabilidad, integridad, aceptación propia, la autoafirmación y vivir con propósito.
Por otra parte, tenemos que tener en cuenta que no es una condición inalterable (Bonet, 1997), sino que es el aspecto del “yo” que ofrece la posibilidad de ser cambiada y mejorada mediante la modificación de algunas ideas, prejuicios y actitudes que pueden trabajarse a través de estrategias y técnicas específicas. Respecto a esta idea se aporta un enfoque positivista “las experiencias pasadas tienen influencia en el comportamiento de ahora; aunque no se pueda cambiar lo que pasó ayer, si puede cambiarse lo que se siente respecto a ello ahora”´ (González Arratia, 2001, pág.65).
Por último Merzeville (2004) afirma que la autoestima es esencial para el ser humano e imprescindible para que éste pueda funcionar de forma equilibrada. Añade el autor que es el recurso más efectivo para adaptarse a los cambios sociales, económicos y culturales y necesidad, que conlleva tener confianza en la propia capacidad de pensar y afrontar los desafíos de la vida, a ser felices y disfrutar de los logros conseguidos. Por lo tanto, incide directamente en nuestra manera de ser, estar, actuar, pensar y sentir. Por estos motivos, es importante identificar en el siguiente apartado los tipos de autoestima en la persona.
Como se ha nombrado anteriormente, la autoestima puede ser modificada por lo que existen numerosos instrumentos psicométricos que permiten conocer el grado autovalorativo del que se parte para así posteriormente poder hacer una comparativa de los resultados. Para medir el grado, primero hay que plantearse qué se entiende por autoestima alta y por una autoestima baja (Botella y Gambara, 2006, Haltiwanger y Harter; 1983; Rosenberg, 1965).
Al respecto Díaz (2013) señala que la autoestima alta es aquella que se identifica en personas que se sienten importantes, honestas y que aprenden de sus errores y autoestima baja; personas que piensan que no valen para nada, prefieren estar aisladas y no confían en sí mismas debido a experiencias pasadas. En la misma línea, Branden (2010) diferencia entre “sentirse apto para la vida” y “sentirse inútil para la vida”. Además de esta clasificación, el autor nos habla de “falsa autoestima” para referirse a un estado que aparenta tener una actitud segura y de gran aprecio y así esconder la realidad en la que de verdad se encuentra la persona.
Por último, cabe señalar que la presencia o ausencia de una autoestima saludable, define infinitas variables de la personalidad y la conducta, tales como la capacidad de aprendizaje, las relaciones sociales y la visión de futuro (Pequeña y Escurra, 2006). En relación con esto, a continuación nos centraremos en los factores que intervienen en las mujeres y hacen que la autoestima varíe siendo más alta o más baja y/o positiva o negativa.
Tomando en consideración lo expuesto en apartados anteriores, es necesario describir que existen términos que mantienen una estrecha e indisociable relación entre sí con el concepto de autoestima, pero son, sin embargo diferentes en su significado y en su dinámica (Clemens y Bean, 2001).
Las fases necesarias para construir una autoestima positiva descritas en “la escalera de la autoestima” (Rodríguez, 2012, pág.7) son en este orden, de abajo a arriba: el autoconocimiento; haciendo referencia al conocimiento de todas las partes del propio “yo”, el autoconcepto o la autoimagen; todo el conjunto de creencias acerca de uno/a mismo/a, la autoevaluación; refiriéndose al significado e importancia que se otorgan las personas a nivel personal tomando como referencia criterios externos, niveles de logro o ideales autoimpuestos, el autorrespeto; a la capacidad de sentirse satisfecho/a y expresar las emociones sin permitir que la persona se sienta culpable y por último si los peldaños anteriores se han superado con éxito, podemos hablar que hemos llegado a la cumbre, es decir a tener una autoestima positiva y estable.
Según González (1999), la autoestima se va forjando a través del proceso de asimilación e interiorización de los mensajes que se reciben durante los primeros años de vida. En función de las interpretaciones que se hagan de esos mensajes se irá construyendo un tipo de autoestima.
En relación a los factores que influyen en la autoestima de las mujeres, Lagarde (2006) afirma que las mujeres tienen la autoestima dañada por el hecho de vivir en una sociedad que las coloca bajo el mando de los hombres en algunas situaciones. Al respecto, en el estudio realizado por Ulloque, Monterrosa y Arteta (2015), se recalca que en los países latinoamericanos, donde las mujeres obtienen el rol de cuidadora principal, se observó una correlación positiva débil entre edad y autoestima, lo cual redundaría en mejor capacidad para afrontar hechos de vida y tener una actitud más positiva hacía sí misma en mujeres adultas. En este sentido y centrándonos en mujeres migrantes, señalar que Phinney, Cantu y Kurtz (1997), encontraron en su investigación mayores niveles de autoestima en hombres que en mujeres, tanto en afroamericanos como en latinos.
En un estudio más reciente, Murillo y Molero (2012), se establece que tanto el perjuicio percibido a nivel grupal como la discriminación percibida a nivel personal, se relacionan negativamente con la satisfacción de la vida, siendo más evidente la relación en el caso de prejuicio grupal al que se enfrentan las mujeres migrantes. Sin embargo, Verkeuyten y de Wolf (2002) no encontraron diferencias de género en autoestima en la población inmigrante china, pero si una correlación positiva entre mantenimiento cultural y las dos escalas de autoestima.
Por otro lado, diversos estudios se han centrado en los aspectos ventajosos de la autoestima y se ha comprobado que una alta autoestima en las mujeres se relaciona positivamente con algunos índices de salud mental como tener menos soledad, ansiedad y depresión (Schutte et al, 2002). Asimismo también afirman que la inteligencia emocional está asociada con una mayor autoestima, lo que se demostró que la regulación de los componentes emocionales puede afectar adecuadamente en el proceso de auto-evaluación. Además, cabe señalar que se han encontrado relaciones con un nivel alto entre la autoestima y la capacidad de expresar emociones y regular los estados de ánimo (Extremera y Fernández- Berrocal, 2006).
Para finalizar este último apartado de la fundamentación, recalcar que comprender los sentimientos propios y ajenos, saber canalizarlos, regular nuestro comportamiento, saber afrontar el estrés, aprender a motivarse a sí mismo/a y gestionar los conflictos familiares que se nos plantean, son aspectos fundamentales que influyen en la autoestima de las mujeres y en la vida de las personas en general (Marina, 2005).
En el presente proyecto de intervención socioeducativa es relevante conocer que el comportamiento de apego es todo aquel que permite al sujeto conseguir o mantener proximidad con otra persona diferenciada y generalmente considerada más fuerte y/o sabia, propio del ser humano, que motiva la búsqueda de proximidad entre el/la niño/a y sus padres o cuidadores (Bowlby, 1986). Por tanto, se enfatiza que los vínculos afectivos creados entre el/la hijo/a y sus padres tienen un rol fundamental para proporcionar al/a niño/a una base segura y, desde allí, animarlo/as a explorar. Asimismo, es importante que el/la niño/a disponga de figuras de apego y que éstas puedan protegerlo/a cuando lo necesita, es decir, que en situaciones adversas muestren su apoyo con sensibilidad, accesibilidad y seguridad. Sin embargo, el apego tal y como lo defendieron sus precursores (Ainsworth, 1989; Bowlby, 1986), no se reduce a la infancia, sino que abarca todo el ciclo vital. Por lo que en cualquier etapa de la vida los cambios importantes en la calidad de las interacciones con las principales figuras de apego pueden producir interrupción en los estilos de apego.
Destacar además que hay autores/as que confirman que los/as niños/as con apego seguro se describen así mismos/as en términos positivos, tienen posteriormente más habilidades sociales con sus iguales, son más empáticos/as, prosociales y cooperan mejor en las actividades escolares. Son más imaginativos/as en los juegos y en la resolución de problemas, regulan mejor sus emociones y son más autónomos/as. Por otro lado, los/as niños/as con apego inseguro, se describen así mismos/as en términos negativos y son resistentes a admitir que tienen defectos (López y Ortiz, 2005; Sroufe, Egeland, Carlson y Collins, 2009).
Del mismo modo se valora que el apego emocional seguro es importante para el crecimiento personal y para el bienestar familiar. Por ello, debido a las carencias diagnosticadas en algunas familias del Centro de Día y Kanguroteca Luis Amigó en Madrid se pretende aplicar un proyecto socioeducativo. En el que además se plantea trabajar la autoestima con las madres porque se ha observado que muestran actitudes negativas, falta de apoyo emocional y escasa confianza en ellas mismas. Son mujeres que se sienten infravaloradas en algunas ocasiones por sus parejas, están desempleadas o tienen empleos precarios.
A causa de estos problemas, se ha diagnosticado a algunas de ellas con la autoestima baja y esto puede influir negativamente en la relación con sus hijos e hijas generando conflictos, falta de comunicación o, como menciona Maldonado (1998), sensación de abandono familiar. El autor define que un/a niño/a está moralmente abandonado cuando los padres pueden ofrecerles cosas materiales pero se despreocupan de guiarlos/as y orientarlos/as centrándose únicamente en los problemas cotidianos. Al respecto, los/as hijos/as viven aprendiendo vicios, malas costumbres y frecuentando amistades indeseables. Por este motivo, se pretende trabajar la autoestima para empoderarlas a través del refuerzo de sus cualidades positivas, aumentar la confianza en ellas mismas y fortalecer la relación y los vínculos afectivos con sus hijos/as.
Recopilando todo lo anterior se plantea realizar un diagnóstico de la realidad para aplicar un proyecto de intervención socioeducativa adaptado a las necesidades de las familias en relación con el apego emocional seguro, trabajando la comunicación, el afecto y la resolución de conflictos y por otro lado, la autoestima con las madres.
Cabe matizar que este proyecto se ha llevado a cabo en 2018 en un Centro Amigoniano cuyo objetivo principal es la reeducación, rehabilitación, corrección y adaptación de niños/as y jóvenes con carencias afectivas, familiares y sociales; con insuficiencias y bajos recursos socio-económicos y morales; y con alteraciones de conducta (Fundación Amigó, 2018). Por tanto, nos referimos a Viera (2017) cuando recalca los principios y valores de la Pedagogía Amigoniana basados en una relación educativa entre el/la educador/a social y el educando mediante la acogida, la tolerancia, el respeto, la atención personalizada, el interés, la cercanía y el amor.
El proyecto está llevado a cabo en el Centro de día y Kanguroteca Luis Amigó en Madrid. Está ubicado en el distrito de Ciudad Lineal, una zona que destaca por problemáticas como carencias de recursos económicos, desestructuración familiar y conflictos relacionales en la convivencia e interculturales.
Es un centro compuesto por la directora (psicóloga), trabajadora social y educadora social, de carácter preventivo donde la cercanía y la cotidianidad son esenciales, destinado a la asistencia e inclusión de niños, niñas y adolescentes entre 6 y 17 años, mujeres y familias. Por un lado se pretende con las mujeres mejorar sus relaciones en todos los ámbitos y sus oportunidades de acceso al mercado laboral, a redes de apoyo y a su participación en la sociedad y por otro, favorecer la inclusión social de los/as niños/as y adolescentes a través de actividades lúdicas, educativas y culturales.
Los/as beneficiarios/as del proyecto son 10 familias Latino-Americanas en riesgo de exclusión social del distrito de Ciudad Lineal (Madrid) procedentes de Bolivia, Ecuador, Santo Domingo y Chile (gráfico 1).
De las cuales 4 familias son monoparentales y 6 nucleares, 10 madres de edades comprendidas entre 30 y 46 años y 14 niños, niñas y adolescentes, De los/as cuales son 6 chicas y 8 chicos entre 8 y 16 años (tabla nº2 y 3). Cabe señalar, que son las madres y los/as hijos/as los/as que han participado puesto que existe una asistencia más regular al centro por parte de las progenitoras.
En cuanto al perfil de los/as participantes, tras revisar los expedientes del Centro de día y Kanguroteca Luis Amigó destacamos la siguiente información, todas las mujeres tienen estudios superiores, pero por su condición de origen se encuentran con dificultades para poder homologar o convalidar su titulación en España. Intentan buscar un empleo o conservar lo poco que ya tienen, son muy trabajadoras y con capacidades para desarrollar cualquier tipo de actividad. Por otro lado, muestran falta de habilidades para gestionar sus escasos recursos ya que no distinguen entre necesidades y deseos.
Respecto a la relación con sus hijos/as, tienen muy poco tiempo para dedicarles ya sea por trabajo o por cargas familiares de hijos/as más pequeños/as y tienen pocas habilidades para establecer normas y apoyarles en los estudios. Cabe señalar que aunque todas las familias son Latino-Americanas se aprecian diferencias culturales en las formas de pensar y actuar.
A su vez los/as hijos/as están todos/as escolarizados/as en el distrito de Ciudad Lineal. En los hogares se consideran parte activa del núcleo familiar participando en las tareas de la casa. Por otra parte, muestran carencias afectivas, destacando en algunas familias la ausencia de la figura paterna. Aun así son cariñosos/as y dispuestos a dar y recibir amor. No suelen disponer de una persona de referencia que los acompañe en la etapa escolar y como consecuencia de ello se aprecia una falta de control en la rutina, desmotivación e inseguridad.
Una vez descritas las características de los/as beneficiarios/as, a continuación se muestra todo el proceso del diagnóstico de la realidad.
Este proyecto surge tras haber realizado un diagnóstico de la realidad sobre las representaciones de apego y la concepción del funcionamiento familiar a través de la versión reducida del cuestionario CaMir-R (Balluerka, Lacasa, Gorostiaga, Muela y Pierrehumbert, 2011).
El CaMir-R es un instrumento que mide tres estilos de apego; seguro, evitativo y preocupado definidos de acuerdo a si los/as participantes informan sobre la seguridad esperada y encontrada en los suyos (estilo seguro). Si son partidarios de la autosuficiencia y la autonomía (inseguro evitativo) o por el contrario, si se sienten sumergidos/as en relaciones que son perjudiciales para su independencia (inseguro preocupado).
La estructura del cuestionario consta de 7 dimensiones (tabla nº4), cinco de ellas referidas a las representaciones de apego (Seguridad: disponibilidad y apoyo de las figuras de apego; Preocupación familiar; Interferencia de los padres; Autosuficiencia y rencor contra los padres; y Traumatismo infantil) y las otras dos referidas a las representaciones de la estructura familiar (Valor de la autoridad de los padres y Permisividad parental).
Una vez finalizado, los resultados se conocen de la siguiente manera; si la dimensión 1 da una puntuación mayor a 50 se considera apego seguro y si es menor de 50 se considera apego inseguro. Para saber si es preocupado o evitativo hay que recurrir a la dimensión 2 o 3, y si alguna de ellas es más alta que la 6, es preocupado; pero si la 6 es más alta es evitativo (Lacasa y Muela, 2014). Cabe señalar que si en la dimensión 7 (Traumatismo infantil) se obtiene una puntuación alta, sugiere que la persona presenta indicadores de un apego desorganizado, que se caracteriza por la desactivación del apego y no mostrar afecto hacia los/as demás (Lacasa y Muela, 2014).
A continuación se muestra la tabla nº4 con la descripción de las dimensiones de apego según Balluerka, Lacasa, Gorostiaga, Muela y Pierrehumbert (2011).
A continuación se muestran en la tabla nº5 los resultados extraídos del diagnóstico de la realidad de las 10 mujeres que han cumplimentado el cuestionario.
Como podemos observar en la tabla nº5, todas las mujeres muestran un apego inseguro y entre la clasificación de este tipo de apego hay 7 mujeres con un apego preocupado y 3 con un apego evitativo.
Por todo ello, se considera necesario la formación de un vínculo de apego emocional seguro entre la madre y el/la hijo/a para el éxito de sus relaciones actuales y posteriores. Por tanto y después de analizar e interpretar los resultados, se plantearon los objetivos de la intervención.
El primer objetivo general destinado al taller de apego familiar que se plantea en este proyecto es:
Los objetivos específicos de este objetivo se desglosan en los siguientes:
1.1. Adquirir conocimientos y habilidades para mejorar la comunicación familiar.
1.2. Identificar las diferentes formas de expresar afecto.
1.3 Conocer las técnicas necesarias para una resolución de conflictos adecuada.
El segundo objetivo general destinado al taller de autoestima de las mujeres que se plantea en este proyecto es:
Los objetivos específicos de este objetivo se desglosan en los siguientes:
2.1. Aprender a dar y recibir elogios.
2.2. Fortalecer la autoimagen.
2.3. Potenciar la confianza en una misma.
2.4. Expresar emociones de forma apropiada.
Para actuar, primero hay que conocer (Ander-Egg, 2011). Por este motivo, se realizó un diagnóstico de la realidad en el Centro de Día y Kanguroteca Luis Amigó en Madrid mediante la versión reducida del cuestionario CaMir-R para medir las representaciones de apego de las madres (Balluerka, Lacasa, Gorostiaga, Muela y Pierrehumbert, 2011).
Como el proyecto se basa en dos talleres de intervención con diferentes colectivos, las madres y los/as hijos/as, la metodología para llevar a cabo las sesiones se ajusta a cada uno de ellos teniendo en consideración el equipo multidisciplinar que ha participado en ambos: dos educadoras sociales, una trabajadora social y una psicóloga.
Por un lado, nos encontramos el taller de apego con las familias al que se le ha destinado nueve sesiones por lo que cada objetivo específico se ha trabajado en tres sesiones. Una sesión con las madres, otra con los/as hijos/as y la tercera todos/as juntos/as. Por otro lado, con las madres se ha llevado a cabo nueve sesiones grupales para favorecer una autoestima saludable. En total el proyecto está compuesto por 18 sesiones de hora y media aproximadamente cada una que se llevaron a la práctica los martes y jueves del mes de enero de 2018 hasta finales de febrero de ese mismo año, siendo por las mañanas el taller de autoestima y por las tardes el taller de apego. Cabe añadir que el 16 de noviembre de 2017 se hizo el diagnóstico de la realidad de las mujeres para posteriormente diseñar los objetivos y las actividades.
A continuación en la tabla nº 6 se muestra la temporalización de los dos talleres del presente proyecto.
Seguidamente se detalla en la tabla nº7 la leyenda de la temporalización:
Todas las sesiones son de carácter flexible adaptándose a las situaciones que se puedan presentar y a las necesidades de cada persona. Siempre se empieza haciendo una dinámica de distensión para disminuir la tensión y así generar un ambiente cómodo y facilitarles la participación a los/as integrantes. También hay que destacar que el juego es una herramienta pedagógica para favorecer el interés y la motivación de las madres, niños/as y adolescentes, que han participado en dicho taller.
Para dar a conocer y explicar los conceptos que se han trabajado en el presente taller, se ha hecho a través de lecciones magistrales, la técnica del video-fórum y dinámicas grupales. Por otro lado, se ha hecho uso de herramientas como la grabadora y el papel. Además se hicieron actividades tanto individuales, grupales como por parejas, formadas por la madre y el/la hijo/a para afianzar los vínculos a través de la cercanía y los abrazos.
La metodología que se ha empleado en el taller de apego es el aprendizaje basado en problemas (Barrows, 1986): un método centrado en las personas con el que se adquiere conocimientos, valores y actitudes mediante situaciones de la vida real. Se les explicó estrategias para solucionar los conflictos dentro de la convivencia familiar. Por último, cabe señalar que durante las sesiones se puso en práctica el aprendizaje cooperativo para que todos los miembros del grupo tengan las mismas oportunidades de participar y se potencie al máximo la interacción simultanea entre ellos/as (Pujòlas, 2009), Entre todos/as pueden pensar y buscar alternativas para generar el cambio puesto que es importante que sean los/as protagonistas de su propio proceso de aprendizaje.
Las sesiones son todas grupales para que, como se ha mencionado anteriormente, las mujeres compartan vivencias e ideas nuevas y puedan aplicarlas a su vida cotidiana. También para que sean conscientes de que todas están pasando por una situación similar y eso les ayude a eliminar el sentimiento de soledad y sientan que son apoyadas y comprendidas. En todas las sesiones se trataron temas relacionados directa e indirectamente con la realidad en la que se encuentran inmersas y todo ello para lograr el objetivo previamente planteado.
En el taller se han realizado diferentes dinámicas para que puedan interiorizar los temas a tratar y se han utilizado técnicas como la entrevista y el dibujo para que sean partícipes de sus propios logros en todos los ámbitos de sus vidas. Por otra parte, se hizo uso de recursos como la grabadora, el papel y los post-its.
Por otro lado, se les ha enseñado estrategias a través del role-playing para que aprendan a decir “no” sin sentirse mal, se les ha dado a conocer los derechos asertivos para perder los miedos, defender sus propias ideas y expresar lo que sienten en cada momento y se han trabajado sus fortalezas y sus debilidades para detectar cuáles son aquellas distorsiones que les afectan para tener una autoestima. Mencionar que durante todo el taller y en dos sesiones en profundidad se les ha proporcionado soportes para expresar las emociones y se ha hecho uso de la música para así provocar diferentes estados de ánimo. Añadir también, que en todas las sesiones las mujeres han tenido tiempo para expresar sus opiniones y debatir sobre temas que han ido surgiendo sin olvidar el objetivo que se ha querido alcanzar.
Por último, señalar que el taller actual se ha trabajado a través del aprendizaje por experimentación (Kolb, 1984); un método que permite a la persona desarrollar su capacidad para aprender de su propia experiencia y poner todos sus sentidos en funcionamiento para así generar espacios de reflexión y la metodología ha sido activa-participativa para que pudiesen construir los conocimientos de una manera consolidada y lo aplicaran a su vida cotidiana.
Cabe destacar que, tanto en las sesiones del taller de apego como en el taller de autoestima se ha hecho siempre un ´´feedback´´ de la sesión anterior para reconducir los contenidos trabajados.
Para concluir, se trata de un proyecto de intervención socioeducativa donde el aprendizaje ha sido autónomo y colectivo; con una metodología participativa y cooperativa; centrado en la persona para promover el desarrollo integral de todos/as los/as participantes. Por tanto, se ha pretendido ayudar tanto a las madres como a los/as hijos/as para trabajar el área afectivo-emocional de la persona.
En primer lugar para evaluar los objetivos específicos planteados en el taller de apego, se les hace tres preguntas (anexo 1) a las madres, una por cada objetivo, que contestan individualmente y por escrito al comienzo de la primera sesión y al final de la última sesión (pre y post taller). En segundo lugar, para evaluar solo las sesiones de los hijos e hijas se utiliza un registro de observación directa (anexo 2). En cuanto a la evaluación del taller de autoestima, se les entrega a las mujeres en la primera sesión la escala de autoestima de Rosenberg (Rosenberg, 1965; Atienza, Balaguer y Moreno, 2000) (anexo 3) y se les vuelve a dar en la última sesión del taller para hacer una comparativa de los resultados obtenidos tras la intervención (pre-post).
Tras la implantación y evaluación del proyecto de intervención socioeducativa, se extraen los resultados más significativos recogidos mediante una triangulación de datos:
Las limitaciones con las que nos hemos encontrado han sido las siguientes:
Encontramos conveniente para futuras líneas de acción:
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Andrea Yusá García, email: a.yusa.g@hotmail.es
Marcelo Viera Abelleira email: marcelo.viera@ucv.es
Anexo 1: Preguntas para evaluar el taller de apego
Anexo 2: Registro de observación
Se trata de un registro de observación directa solo para que el/la educador/a registre aquellos aspectos importantes de las tres sesiones con los niños/as y adolescentes.
(1) Totalmente en desacuerdo/ (2) En desacuerdo/ (3)- Desacuerdo/ (4)- Totalmente de acuerdo.
Anexo 3: Cuestionario CaMir-R
VERSIÓN REDUCIDA DEL CUESTIONARIO camir (camir-R) PARA LA EVALUACIÓN DEL APEGO
Edad:….. Sexo:…..
El CaMir-R es un cuestionario que mide las representaciones de apego. Está compuesto por 32 ítems. Permite hacer una descripción del tipo de apego que usted estableció con sus seres queridos.
(1) En total desacuerdo
(2) En desacuerdo
(3) Neutro (ni de acuerdo ni en desacuerdo)
(4) De acuerdo
(5) Totalmente de acuerdo