Patricia Torrijos Fincias. Comité Científico VIII Congreso Estatal de Educación Social. Facultad de Educación de la Universidad de Salamanca
Etapa 8, San Pelayo, Valladolid, 14/mayo/2022 Pista deportiva de la zona de convivencia Panel de experiencias esperanzadoras en el medio rural, desde la Educación Social |
En la mesa de experiencias que se celebró la tarde del 14 de mayo se contó con la colaboración de 3 educadoras sociales que acercaron a los asistentes a sus realidades profesionales y a como desarrollan su labor en el ámbito rural.
Moderar esa sesión fue para mí una mezcla de orgullo y satisfacción como Educadora Social, puesto que actualmente soy docente y Coordinadora de la titulación de Educación Social en la Universidad de Salamanca. Y es que en mi quehacer docente tengo una enorme responsabilidad en la formación de los futuros Educadores y Educadoras Sociales, donde debo acompañarlos a que sientan y entiendan el sentido del desarrollo comunitario y el porqué del diseño, implementación y evaluación de programas y proyectos socioeducativos. Esto me lleva siempre a conectar con la realidad sociocomunitaria y, además, involucrándome en esta experiencia y siendo totalmente sincera, puedo afirmar que moderar una mesa de este tipo me llevo a conectar no sólo con mis raíces profesionales, sino familiares y personales, ubicadas en la comunidad de Castilla y León y muy afines al ámbito rural, lugar que me ha regalado espacio para el ocio, el descanso y en el que se me enseñaron y aprendí toda una serie de valores y costumbres.
Bajo el título de experiencias esperanzadoras en el medio rural en la educación social se configuro este panel cuyo objetivo principal era validar la trayectoria de tres educadoras sociales que buscan dar respuesta a los derechos de la ciudadanía que vive en lugares que han sufrido y sufren consecuencias del éxodo rural, que no cuentan con todos los recursos y oportunidades en comparación con otros puntos de la geografía española y donde el propio contexto marca el cómo y el porqué de la necesidad de llevar a cabo una educación social de calidad.
En el transcurso de la sesión nos plantearon diferentes miradas a una realidad de la que no siempre somos conscientes, ofreciendo pistas de por dónde debemos seguir incidiendo, atendiendo a lo que está funcionando y del camino por recorrer, todo ello desde su papel profesional y desde la dinamización de diferentes programas y proyectos.
Comenzamos con la intervención de Sonia Iglesias Turrado, quien cuenta su experiencia en Solidaridad Intergeneracional. asociación sin ánimo de lucro que desarrolla su trabajo en distintos pequeños pueblos de todo el territorio español y cuyo fin es prestar servicios sociales a las personas mayores en el medio rural, atendiendo al principio de igualdad de derechos y servicios. Sonia habla desde la sencillez, desde la humildad y haciendo fácil el acompañamiento a los mayores en el marco del programa de Servicios para promoción de una vida autónoma en el medio rural.
Seguimos con Pilar Marcos Martín, Educadora Social que cuenta su experiencia actual como Gestora de casos de ASPRODES en el proyecto “A gusto en mi casa” en Fuentes de Oñoro. De su intervención se destaca su naturalidad, sus ganas de seguir aprendiendo y sus notables esfuerzos por validar diferentes historias de vida y mejorar la calidad de vida de las personas con dependencia, discapacidad o enfermedad crónica. Presenta su intervención bajo un modelo distinto basado en el acompañamiento y en favorecer que las personas puedan disponer de recursos en su propio contexto.
Finalizamos el panel de experiencias con Raquel Becerril González, quien cuenta su experiencia como responsable del programa de desarrollo comunitario de Magaz de Pisuerga, acercándonos a los diferentes proyectos y actividades que se desarrollan en la localidad, así como a los destinatarios. Destaca por su experiencia y soltura así como por darnos algunas de las claves con las que cerramos el panel, donde nos deja claro que cuando trabajamos en el de desarrollo comunitario debemos evitar el “hacer por hacer”, sino potenciar una verdadera participación. Ello exige detenernos de vez en cuando a evaluar el camino recorrido, sabiendo (como profesionales y como beneficiarios de la intervención) donde estamos, preguntándonos dónde queremos llegar y por supuesto compartiendo el camino.
Me quedo entonces con compartir esas miradas esperanzadoras en las que cuatro mujeres a las 4 de la tarde de un VIII congreso se acompañaron para validar la necesidad de seguir potenciando la educación social en el medio rural
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Patricia Torrijos Fincias. patrizamora@usal.es