Hortènsia Badia, Educadora Social. Centre Educatiu El Segre (Lleida). Experta Universitaria en Inserción Sociolaboral con colectivos en riesgo de exclusión. Álvaro Delgado, Orientador Laboral. Fundació Institut Socioeducatiu S’Estel (Mallorca)
En este artículo pretendemos reflexionar sobre la influencia de lo que comúnmente llamamos globalización en el ámbito de la inserción sociolaboral con menores infractores. La aproximación que deseamos realizar parte principalmente de los años de experiencia con los que contamos en este ámbito, lo que para bien o para mal incluye los éxitos, los fracasos, la ilusión y la frustración que acompañan de forma permanente al educador social de a pie, más si cabe en estos momentos de grandes cambios.
Creemos que esta experiencia nos permite hablar de las dificultades particulares de estos muchachos y también de propuestas de inserción sociolaboral, algunas de ellas, más bien la mayoría, adaptadas a que estos jóvenes tengan la opción de tener una vida digna.
La necesidad de adaptación a los cambios, la necesaria implicación de los diferentes actores de nuestro ámbito como facilitadores del cambio, especialmente del educador social, y la concienciación institucional son condición sine qua non para poder aprovechar las oportunidades que nos ofrece el fenómeno de la globalización.
En los últimos años se habla y se ha escrito mucho sobre la globalización pero ¿qué es la globalización? Para contestar a la pregunta nos iremos a uno de los iconos de dicho movimiento, la wikipedia, que nos dice:
La globalización es un proceso económico, tecnológico, político y cultural a escala mundial que consiste en la creciente comunicación e interdependencia entre los distintos países del mundo uniendo sus mercados, sociedades y culturas, a través de una serie de transformaciones sociales, económicas y políticas que les dan un carácter global.[1]
Como vemos en la definición se puede interpretar, y así nos interesa a nosotros, como un cambio generalizado a nivel mundial que afecta a múltiples ámbitos. No vamos a abordar en profundidad el concepto también conocido como mundialización, tecnoglobalismo o glocalización. Entendemos que es un proceso de cambio en la manera de interpretar la realidad y, por extensión, en las formas de relacionarse, que no está guiado por nadie, que no se puede controlar, simplemente ocurre y, como hemos dicho antes, afecta a todos los ámbitos que nos podamos imaginar como son, entre otros, el económico, el político, el social y el cultural. Hablar de globalización es hablar de un fenómeno de cambio sin parangón en la historia de la humanidad, ya que, si bien es cierto que siempre ha habido relaciones y vínculos entre las diferentes personas y sociedades del mundo a través de los medios de transporte y de comunicación, nunca antes nos habíamos encontrado con un salto tecnológico tan grande que haya hecho que de un día para otro la idiosincrasia de cada grupo o de cada zona se haya visto sacudida con la intensidad con la que ocurre actualmente.
Si bien es cierto que tenemos en nuestro imaginario la idea de que este fenómeno es algo bueno, que suena a igualdad, a tener posibilidades, a calidad de vida, la realidad es que tiene el poder suficiente para influenciar decisiones económicas, políticas, sociales, etc. ya sea a nivel local o nacional con el consiguiente riesgo que supone para los ciudadanos de a pie. Sobre el fenómeno de la mundialización, Husson (1996:63) afirma:
La importancia del carácter cada vez más inmaterial de la producción, el desarrollo de los medios de comunicación, la transferencia de conocimientos y de gestión en tiempo real de los flujos financieros, del trabajo a distancia, la estandarización de los mercados, etc., constituyen el basamento tecnológico de este proceso.
Podemos decir que el aspecto económico de la globalización supone no hablar ya de mercados nacionales sino de un mercado internacional en el que prima la competitividad y que tener posibilidades de éxito depende de las nuevas tecnologías de la información, de la comunicación y el transporte.
El colectivo con el que trabajamos son los menores infractores de Baleares, es decir, menores o jóvenes mayores de 14 años que están cumpliendo una medida judicial dentro de La Ley Orgánica 5/2000, de 12 de enero, reguladora de la responsabilidad penal de los menores (en adelante LORPM).
Nos ha parecido muy interesante enfocar el tema del nuevo número de la revista RES, referido a la influencia de la globalización en el ámbito social, hacia el ámbito de la orientación laboral dentro de este colectivo concreto ya que nos encontramos, por lo menos en lo que respecta a Baleares, en una situación de cambio de tendencia en el ámbito laboral pero que nos puede llevar a extraer conclusiones equivocadas a nuestro entender. El nivel de paro juvenil en España sigue siendo ciertamente muy alto, ya que ha alcanzado el 41.7% en menores de 25 años en Marzo de 2007 según la Encuesta de Población Activa 2017,[2] pero en nuestro servicio se observa una clara mejoría en el grado de inserciones de los usuarios después de varios años de una enorme sequía a la hora de insertar laboral o formativamente a los usuarios.
Las islas son un destino turístico y residencial de Europa de primer orden. Después de unos años complicados por la crisis económica, el año 2016 se ha convertido en el mejor año turístico de la historia. Esto ha impulsado la economía balear y a la vez el mercado laboral de forma notable y ha mejorado a la par las expectativas laborales de nuestras islas. Como destaca el informe BBVA Research: “La recuperación balear continuará, con un crecimiento del 2,6% en 2017 y del 2,5% en 2018”,[3] las expectativas de mejora del mercado laboral crecen en las Islas de forma importante e indiscutible. Según el IBESTAT el año 2016 se alcanzó la astronómica cantidad de 15.370.647 turistas en las Islas Baleares batiendo récords históricos.[4]
También es importante apuntar que a nivel de competitividad, algo fundamental a la hora de evaluar las economías en la actualidad y que enlaza de manera directa con la globalización, el turismo en España goza de buena salud como lo demuestra el primer puesto de España, por segundo año, en el ránking de competitividad turística que elabora El Foro Económico Mundial.[5]
Por desgracia estas buenas noticias a nivel económico no nos tienen que hacer olvidar realmente por qué existen los servicios de orientación especializados a día de hoy. Las cifras de desempleo siguen siendo muy altas y peores cuando hablamos de menores infractores y pensar que la situación se ha solucionado con la mejora económica es un espejismo en el que caemos, seguramente de forma completamente humana, debido a todo el sufrimiento pasado durante estos años y que parece que se restaña con este cambio de tendencia. Nuestro fin sigue vigente y debemos mantener la cabeza fría. La inserción laboral de menores infractores requiere un abordaje serio y con continuidad independientemente de las mejoras generales del ámbito económico.
En base a la experiencia en este ámbito queremos compartir nuestras ideas, el reto que asumimos ante lo que a priori parece un problema de gran magnitud y de difícil solución. Sabemos que no es fácil, la realidad es la que es, los jóvenes con los que trabajamos son un grupo vulnerable debido a múltiples factores. Es fácil ver que el grado de insertabilidad de estos chicos es extremadamente bajo y que se hace necesaria una acción directa para evitar que se creen grupos excluidos.
Nos gustaría comenzar este apartado con una reflexión. ¿Es la globalización una oportunidad o un problema? La pregunta del millón es si este concepto intangible del que tanto se habla es algo bueno o algo malo, algo de lo que debemos alegrarnos o algo que debemos temer, una puerta que se nos abre a otras oportunidades o una nueva forma de constreñir la libertad de las personas a través de formas sutiles de control. El impacto de la globalización no ha influido excesivamente a la hora de realizar la orientación laboral con los usuarios de justicia juvenil ya que si bien se ha producido un cambio tecnológico a la hora de buscar empleo con la introducción de las páginas webs como alternativas a los espacios físicos de búsqueda y también con los medios de comunicación tan desarrollados que tenemos hoy en día, como el correo electrónico y las redes sociales, la realidad es que la globalización no ha generado un cambio excesivamente grande desde la perspectiva del usuario de justicia juvenil.
Desde nuestra situación como educadores a pie de calle observamos la gran distancia que media en el ámbito de la alfabetización digital entre las necesidades del mercado laboral actual y los usuarios de los servicios de orientación de justicia juvenil.
Ahí tenemos un gran hándicap ya que los trabajos de alta cualificación siguen vetados a los usuarios de justicia juvenil debido a la brecha digital.
Los jóvenes con medidas judiciales tienen poco acceso a las nuevas tecnologías (NNTT), poca formación y existen pocas ayudas y programas que intenten remediar esa situación. En el caso de las medidas de internamiento se hace muy difícil remediar dicha situación debido a los lógicos problemas de restricción de comunicaciones que se dan en dichos centros y también a la alta ocupación que hace difícil dedicar los recursos y espacios físicos necesarios. En el caso de las medidas de medio abierto la situación es diferente ya que no existen las limitaciones propias de los centros de internamiento pero la realidad palpable de la ejecución de una medida de medio abierto nos devuelve una imagen bastante pobre de los recursos comunitarios disponibles en el ámbito de las NNTT. Uno de los puntos más importantes que trabajamos con los chicos es dónde pueden tener acceso a internet gratuito con un ordenador, ya sea en bibliotecas, casas de juventud o recursos específicos ya que las posibilidades de acceso a las nuevas tecnologías están condicionadas a la tenencia de un mínimo de recursos que en muchos casos no se dan en nuestros usuarios. Esta situación es algo que a veces todavía nos sorprende ya que se dan casos graves en los que los usuarios tienen un nivel de recursos tan paupérrimo que su acceso a la telefonía móvil o a internet está prácticamente vetado por no poder contar con dicha tecnología ni con la posibilidad de transporte para poder acceder a ella en el ámbito comunitario.
La formación y el acceso a las nuevas tecnologías es muy deficitaria en general y es una condición necesaria si queremos mejorar la capacidad de competir en el mercado laboral de nuestros usuarios.
Pensemos por un momento en la posibilidad de estos jóvenes de viajar a otros países para poder acceder a puestos de trabajo en el extranjero. Ciertamente un sueño que se presenta como una realidad posible cuando uno revisa las páginas webs de los servicios de la Administración Pública o privada pero que objetivamente se encuentra muy alejado de la realidad de los usuarios de justicia juvenil.
Qué decir del Curriculum Vitae europeo. Al igual que lo que ocurre con la posibilidad de viajar a otros países, el currículum vitae europeo tiene muy poco sentido en un conjunto de población que no tienen las habilidades actitudinales y aptitud para conseguir puestos de trabajo a nivel europeo.
¿Y las Becas europeas? Otro sueño. Son inaccesibles para los usuarios de justicia juvenil sobre todo por su poca formación profesional, en idiomas y la baja capacidad para desenvolverse a la hora de aprovechar las grandes oportunidades en el mundo de los medios de transporte que nos brinda la globalización.
En el mercado laboral que tenemos actualmente en las Islas Baleares se hace completamente imprescindible una visión realista por parte del educador social a la hora de realizar los itinerarios de inserción con el fin de no entrar en la misma dinámica de fracasos de la que suelen venir los usuarios de justicia juvenil.
Sin entrar en matizaciones, a la hora de determinar los objetivos cuando se conforman los itinerarios de inserción de los usuarios de nuestro ámbito es determinante que tengamos en cuenta cuáles son las ocupaciones demandadas del mercado y cuáles son sus requisitos de entrada.
La falta de habilidades afecta a la búsqueda en sí al no tener herramientas ni formación adecuada de búsqueda y de la misma forma a las posibilidades de inserción al requerirse competencias que no tienen.
Además de ello debemos valorar que la globalización incrementa la competitividad en general lo que incluye la competencia desde fuera además de la propia. Eso es así ya que la globalización nos ha traído indefectiblemente un incremento en la movilidad de los trabajadores a un nivel nunca visto antes. Los estudios como el EF EPI 4 que sitúa a España el puesto 23 en conocimiento del Inglés por detrás de la mayoría de los países Europeos, nos indican que en nuestro país los idiomas no están teniendo la importancia que deberían tener en un ámbito globalizado y eso es algo que se ve fácilmente cuando se habla con la gente joven de otros países. Los países del Este como Polonia, Eslovaquia, Rumanía,Bulgaria y no digamos los del norte de Europa han hecho un esfuerzo extraordinario a la hora de formar a sus jóvenes y han conseguido una formación bastante práctica poniendo a los idiomas en una situación preeminente como es lógico en un mundo global . Esta es la situación en la que se encuentran nuestros jóvenes y si alguien quiere comprobarlo de forma directa es tan sencillo como ir al aeropuerto de Palma a ver cuánta gente extranjera trabaja en los Tour Operadores, aerolíneas, operadores varios, etc. No olvidemos que teniendo en cuenta que España es un país turístico por antonomasia y que Baleares es una de las principales comunidades autónomas en la recepción de turistas, esta situación de tan bajo nivel de idiomas es cuando menos sorprendente.
Con estos ejemplos podemos ver que es necesario tener los pies en la tierra, ser conscientes de la realidad y comenzar por unos mínimos básicos para, a partir de ahí, avanzar hasta llegar a un punto de “normalidad” que contribuya a la mejora de la calidad de vida de estos jóvenes. Así pues, el trabajo del orientador en la actualidad en justicia juvenil se centra básicamente en trabajar la perspectiva que tienen los usuarios con respecto al trabajo, sus expectativas, las ideas preconcebidas, las ideas irracionales, la baja tolerancia a la frustración, la constancia , formalidad, etc , cosas que no dependen en realidad del ámbito local o global del que estemos hablando.
Hablar del perfil del educador social en los tiempos que corren y más específicamente hablar sobre qué puede hacer el educador social en un mundo globalizado no es en absoluto tarea fácil. Si bien todo está condicionado por los efectos del complejo concepto denominado globalización también es cierto que, en muchos casos no es fácil entrever cómo influye en nuestro quehacer.
Las nuevas tecnologías son indispensables para casi todo y nosotros como educadores debemos ayudar a personas, colectivos, etc. a aprovechar todo el potencial que ofrecen. Queremos remarcar que la globalización no es únicamente una mejora de las formas de comunicación sino también una nueva red que entreteje muchos y muy diferentes ámbitos de nuestra sociedad pero que, como suele pasar cuando ocurren grandes cambios, es difícil ver la parte positiva de dicho cambio. Se necesita un tiempo para entender que es una fuente de oportunidades.
Para nosotros que trabajamos el día a día, tratando con personas, con sus problemas, planteando objetivos a corto plazo para favorecer el cambio, etc. nos queda bastante lejano el concepto de globalización. Trabajar acompañando nos devuelve continuamente al ámbito local y se nos hace difícil ver las oportunidades de una manera práctica o tangible.
En nuestro caso particular de inserción laboral de Justicia Juvenil en Baleares creemos que debemos intentar que nuestros usuarios sean conscientes en la medida de lo posible de las enormes oportunidades que existen el mundo globalizado y utilizarlo con una forma más de motivación para el cambio.
En muchas ocasiones cuando trabajamos con nuestros chicos nos encontramos una perspectiva bastante negativa y cerrada con respecto a la novedad en general. Es difícil poner en marcha a los usuarios de nuestro servicio porque arrastran en general unas maletas muy pesadas en su viaje. En esas maletas podemos encontrar una situación familiar difícil, un fracaso escolar bastante acentuado y generalizado, problemas de drogodependencia etcétera.
Siempre que iniciamos un proceso con uno de nuestros chicos le hacemos una entrevista inicial con una batería de preguntas y una de las preguntas que hacemos es si le gusta estudiar y qué es lo que le gustaría estudiar en el caso de que la respuesta sea afirmativa. Ni que decir tiene que la mayor parte de las personas contestan que no le gusta estudiar pero hay algo que en general todos contestan y es que a la pregunta de si creen que deberán estudiar en el futuro la mayor parte contesta que sí. Sinceramente eso es algo esperanzador y nos hace pensar que dentro de todas las personas está el germen de la mejora y que nuestro trabajo como educadores es intentar encontrarlo, y regarlo para que dé sus frutos .
Si somos capaces de presentar el fenómeno de la globalización y la necesidad de adaptarse a los cambios de forma constructiva es posible que consigamos convertirlo en un elemento de motivación más para conseguir que estos jóvenes cambien. Eso sí, siempre teniendo presente que es un proceso lento que requiere tiempo y paciencia.
Lamentablemente, nos encontramos en nuestro día a día con una tendencia generalizada hacia la crítica destructiva que lleva a una especie de negatividad colectiva que estamos seguros que no ayuda a nadie. Esto no significa que la globalización no tenga aspectos perjudiciales y que nosotros queramos negar dichas zonas oscuras. La idea es que todos aprendamos a tener una mirada positiva de la vida, a aceptar e integrar los cambios que se van produciendo, una mirada que nos permita ver lo bueno para que se convierta en un elemento de automotivación y no en una pesada carga psicológica que lastra nuestro día a día. Eso es algo que vemos mucho en nuestro trabajo diario y que no es nada fácil de combatir puesto que, como ya hemos dicho, parece que la gente tiene más tendencia a la crítica que a la alabanza.
Creemos que la globalización abre infinitas posibilidades para mejorar el contacto humano, para crecer como personas de una forma saludable, para conseguir nuestros objetivos sin tener que limitarnos únicamente a nuestro ámbito local, a nuestra historia pasada, a nuestras circunstancias pasadas. Ese aliento fresco que trae la globalización es el que debemos ser capaces de transmitir a la gente con la que trabajamos aún a sabiendas de que en su situación les es difícil entender que existen todas esas oportunidades.
Cuando pensamos qué es lo que podríamos hacer los educadores sociales colectivamente es inevitable que pensemos en las nuevas formas de asociacionismo y de difusión de ideas que ha traído la Globalización a nuestra vida. Nunca ha sido tan fácil como ahora el poder comunicarse con millones de personas de forma instantánea para transmitir una idea y quizá ese sea uno de los caminos que tenemos que tener presentes cuando queramos hacer una de las labores más importantes que tenemos encomendadas qué es la de denunciar y combatir el sufrimiento de los miembros de nuestra sociedad.
Las nuevas tecnologías nos brindan nuevas posibilidades para poder trabajar de forma conjunta independientemente de donde estemos localizados físicamente. Para ejemplo nosotros mismos que trabajamos uno en Mallorca y otra en Lleida y escribimos este artículo de forma conjunta. El establecimiento de vínculos fluidos con los profesionales del ámbito de todas las partes del mundo debería ser una prioridad ya que por todos es conocido el enorme potencial de difusión y de cambio social que se puede generar a través de las redes sociales. Es razonable pensar que la influencia del ámbito social sería mucho mayor si hubiese una mayor coordinación entre todos los actores que lo conforman y para ello es necesario hacer un cambio de mentalidad que nos permita salvar las diferencias culturales, idiomáticas y cualesquiera otras que nos estén limitando a fin de que podamos conseguir aquello que nos dice el viejo dicho “la unión hace la fuerza“.
Dicho esto creemos que el perfil de un educador en la actualidad debe incluir indefectiblemente una mirada abierta hacia ese proceso que llamamos Globalización y que nos trae un sinfín de oportunidades que solo seremos capaces de aprovechar si cultivamos una perspectiva positiva hacia la vida y hacia los cambios, una auténtica mirada de asombro que nos permita ver las cosas minimizando los juicios y maximizando nuestra creatividad, todo ello con el fin de que unos pocos, ojalá “unos muchos” tengan acceso a una vida digna.
La globalización, con la mejora continua de las comunicaciones que conlleva, abre una puerta muy importante y muy útil a la hora elevar la voz de los oprimidos y los grupos sociales excluidos. La variedad de redes sociales y la capacidad de difusión que tienen son herramientas que pueden utilizarse para bien o para mal.
Como educadores debemos promover el uso positivo de las redes sociales entre los usuarios. Asimismo podemos y debemos aprovechar las redes sociales como medio para presentar ideas, tendencias, movimientos, formas de asociación, etc. dirigidas a la visibilización de una situación grave.
En el caso de la orientación laboral de Justicia Juvenil, la influencia de la globalización en la búsqueda de empleo es bastante limitada dada la baja capacitación de los usuarios de los servicios que les impide acceder a las grandes oportunidades que la globalización ofrece en la actualidad . A modo de anécdota explicar que hace pocos años en Alemania se ofertaron puestos de trabajo para extranjeros. Este hecho resonó mucho en nuestro país y se llegó a pensar en una nueva oleada de inmigración similar a la de los años 50 y 60 del siglo pasado. La gran diferencia entre la primera oleada y la segunda fue que para acceder a los puestos de trabajo ofrecidos era condición sine qua non hablar alemán. Este simple hecho limita a más del 99% de los usuarios de nuestros servicios de justicia juvenil y es un ejemplo claro de lo que debemos tener presente a la hora de ayudar a los jóvenes con los que trabajamos y a la hora de establecer las prioridades a nivel político y social.
No cabe duda de que debemos adaptarnos a la situación y a las condiciones que exige este proceso de cambio imparable. Sólo de este modo vamos a poder hacer un buen acompañamiento. Si queremos que los jóvenes con los que trabajamos se involucren, antes debemos hacerlo nosotros.
Como educadores creemos necesario tener una formación específica en ámbitos relacionados con las nuevas tecnologías, que podemos decir que son los nuevos espacios en los que hoy se articulan los conflictos sociales. A modo de ejemplo citar el cyberbulling o el sexting, fenómenos que han surgido con el desarrollo de las nuevas tecnologías.
Aunque porcentualmente se da poco entre nuestros usuarios, hay que decir que la mejora de las comunicaciones, en cierta medida, ha hecho cambiar la tipología del crimen y lo que antes podía ser un problema local ahora se ha convertido en un problema global, como son por ejemplo la prostitución y la trata y el tráfico de personas. Todos estos aspectos se deben conocer y tener en cuenta en el ámbito de la educación social a fin de poder dar una respuesta adecuada. Lo mismo se puede decir si hablamos de drogas. La tecnología facilita la creación y distribución. ¿Cuántas veces hemos oído que navegando por la red se puede encontrar la receta para elaborar una droga o comprar el material para elaborarla?
Lejos de haber perdido su vigencia, creemos que el espacio de la educación social es más necesario que nunca. Aunque bien es cierto que los niveles económicos va mejorando paulatinamente a medio y largo plazo, la globalización genera nuevas brechas y nuevos retos en nuestra sociedad y ahí es donde debemos hacernos sitio. A modo de ejemplo podemos hablar de la alfabetización digital, que si bien se considera como una actualización temporal de la alfabetización original, en muchos casos es prácticamente residual en Baleares. La idea que intentamos transmitir es que la brecha tecnológica, el desconocimiento, es un factor muy importante de exclusión ya que anula en gran medida las posibilidades de los sectores más desfavorecidos a la hora de acceder a una posición social digna.
En su imparable avance, las nuevas tecnologías se han acercado a nosotros con promesas como el incremento de la voz de la ciudadanía, la importancia de la persona en la sociedad y también como una forma de ayudar a los grupos sociales más desfavorecidos. Si hablamos de Baleares, podemos decir que las nuevas tecnologías tienen una gran difusión en todos los estratos sociales. Baste decir que casi todo el mundo tiene un teléfono móvil inteligente. Increíblemente se da la paradoja de que una tecnología tan avanzada y con tantas posibilidades, se utilice de forma tan limitada pues a pesar de la gran difusión de las redes sociales, teléfonos inteligentes, tablets y mil gadgets más no se observan cambios sustanciales que mejoren la situación de grupos desfavorecidos respecto a la ciudadanía.
Las nuevas formas de expresión de ideas políticas y de vivir que aparecieron a raíz de la reciente crisis económica parece que se han ido diluyendo en el tiempo y han quedado en una especie de recuerdo del pasado que no tiene continuidad en el presente. Los nuevos partidos políticos que parecían que iban a generar un cambio social sustancial no han demostrado todavía que sean diferentes a la antigua forma de hacer política. Entendemos que se deben continuar realizando esfuerzos orientados a modificar las normas sociales que siguen permitiendo la discriminación, la marginación y la exclusión. Creemos posible centrar nuestros esfuerzos en la creación de una sociedad más equitativa. Mallorca, al estar delimitada, sería un buen banco de pruebas para futuras propuestas. En un artículo anterior “Una experiencia en Orientación laboral con menores infractores en Baleares”, nos explayamos sobre posibles programas de inserción que creemos que pueden ser válidos para los jóvenes con los que trabajamos. Las citamos de modo resumido:
En el caso de los educadores sociales y como ya hemos comentado anteriormente, es necesario que exista un sistema de actualización a fin de mantener las competencias de dicho sector alineadas con los cambios sociales que se dan en nuestro país y eso es algo que se debemos promover nosotros mismos. La formación permanente es fundamental. Las nuevas tecnologías también ayudan a la hora de sistematizar el trabajo cosa muy importante a la hora de aprovechar los recursos, o más bien los escasos recursos, con los que se cuenta.
Al hilo de esto último, los escasos recursos, nos parece necesario apuntar que desde el ámbito de la educación social se debería levantar una voz unificada en contra de la actual situación de incertidumbre entre el mundo social y los vaivenes que sufrimos cada vez que hay un cambio de color político. Partiendo de la base de que todos los cargos electos con los que hemos trabajado tienen la predisposición de ayudar creemos que sería lógico asumir la idea de que los técnicos de la educación social que trabajan en el día a día y que cuentan con formación y experiencia demostrada, ya sea en el sector público o privado, son los que atesoran el “know how” necesario para colaborar en el establecimiento de los objetivos generales dentro del ámbito que nos ocupa. Desde la perspectiva política se pueden hacer muchas cosas pero es desde el día a día del trabajo y desde la experiencia que se pueden establecer las bases de un futuro mejor. Es necesario que se establezca una costumbre sana de confiar y de escuchar a los auténticos especialistas de la materia si queremos sacar el máximo provecho a los escasos recursos con los que contamos. Demasiadas veces vemos como el objetivo que se busca a nivel político es el de hacerse la foto antes que preocuparse adecuadamente de utilizar los recursos de una forma razonable, algo que no debería pasar por alto el gremio de la educación social.
La globalización es un fenómeno de cambio rápido que implica una agilidad y respuesta adecuada a su dinamismo y eso es muy difícil de conjugar con las necesidades y los tiempos de la política . El programa de Garantía Juvenil Europeo es un claro ejemplo de ello. Un programa nacido de la Unión Europea a fin de atacar el alto grado de desempleo juvenil existente, que nació en el año 2014 aproximadamente pero que ha cogido por sorpresa a las instituciones públicas de Baleares. Desde nuestro servicio hemos sido testigos de la gran desinformación y falta de planificación que ha existido desde el principio de dicho programa por parte mismo de las Administraciones Públicas y como, una vez que el proceso ha comenzado tímidamente a andar, han sido las entidades del sector privado las que han tomado cartas en el asunto para dar salida a las diferentes líneas de actuación del programa. Esto es algo que nosotros, que comenzamos a registrar chicos en el programa desde sus inicios, hemos ido observando y advirtiendo al igual que muchas otras personas de nuestro ámbito. Esperamos que se tenga más presente por parte de los estamentos políticos las opiniones y experiencias que se encuentran en el colectivo de la educación social y se moderen en lo posible los personalismos derivados de la lucha política.
No debemos olvidar que como educadores sociales que somos, asumimos un compromiso no escrito ni firmado la mayor parte de las veces, que consiste en garantizar el ejercicio a todos los niveles (técnico, ético, incluso político) de los derechos de las personas con las que trabajamos. Nuestro colectivo debería contemplarse en todos los equipos de trabajo y no olvidar nunca el enfoque de que otro mundo es posible.
Parafraseando el título de la novela de Aldous Huxley, no vivimos en un mundo feliz en el que todo es justo y hay de todo y para todos. Mundo globalizado no significa un mundo igualitario, más bien se sigue permitiendo la discriminación, la marginación y la exclusión. Todos tenemos en mente la idea de un mundo igualitario pero de momento es un concepto, no una realidad patente. Y ahí entramos nosotros, los educadores sociales. Cada uno en su ámbito que acepte el reto que le deparen estos procesos de cambio a nivel mundial e intente aportar su granito de arena.
Azara, P.; Mazo, A. (dir.), (2010). Estudio de las funciones en el ámbito laboral de la educadora y el educador social. Zaragoza: CEES ARAGÓN. [En línea] [08-05-2017]
Badia, H.; Delgado, A. (2016). Una Experiencia en Orientación laboral con menores infractores en Baleares. RES, Revista de educación Social nº 23. [En línea] [07-05-2017]
Boisier, S. (1997). La geografía de la globalización: un único espacio y múltiples territorios. Estudios territoriales, nºXXIX (111), págs. 82-99.
Castells, M. (2011). Ciudadanos y mercados. La Vanguardia, 10.09.2011. [En línea] [29-04-2017].
Giddens, A. (1993). Consecuencias de la modernidad. Madrid: Alianza.
Giddens, A, (2001). Sociología. Madrid: Alianza.
Gorenstein, S.y Burachik, G. (1999). Empleo, pequeñas empresas locales y estrategias de desarrollo endógeno. Experiencias en la Argentina. Revista de Estudios Regionales, nº53, págs. 131-157.
Gorz A. (1991). Metamorfosis del trabajo. Búsqueda de sentido. Crítica de la razón económica. Madrid: Sistema.
Guilbaud, F. (2008). Le travail pénitentiaire: sens et articulation des temps vécus des travailleurs incarcerés. En Revue française de sociologie, nº 49, págs. 763-791.
Husson, M. (1996). Las tres dimensiones del Neoimperialismo. Viento Sur, nº25, págs. 61-66.
Ley 44/2007, de 13 de diciembre, para la regulación del régimen de las empresas de inserción.
Ley Orgánica 1/1979 General Penitenciaria.
Ley Orgánica 5/2000, de 12 de enero, reguladora de la responsabilidad penal de los menores.
Molina Derteano, P. (2008). Inserción Laboral Juvenil- Manual Docente. [En línea] [16-04-2017].
Sampson, R.J. ; Laub, J.H. (1995). Crime in the Making. Pathways and Turning Points Through Life. Cambridge: Harvard University Press.
[2] “Encuesta de Población Activa – Instituto Nacional de Estadística..” 27 abr.. 2017, Enlace [07-05-2017]