Redacción
El congreso es un momento donde los ritmos se ralentizan de lo cotidiano y puestos en situación, pensamos, reflexionamos, consensuamos… sobre lo que nos ocupa y sobre lo que nos preocupa. Desde la organización se pide a determinados ponentes, conferenciantes, etc. que nos hagan un discurso de reflexión sobre un tema o cuestión actual: en el caso del congreso de Valencia, sobre las “Nuevas Visiones para la Educación Social, experiencias y retos de futuro”. Siempre acostumbran a ser estos temas centrales una invitación al descanso y reflexión en el camino, para dotarnos de las herramientas, teóricas, prácticas, que nos faciliten reordenar nuestra orientación y nuestra “hoja de ruta”. Y alrededor de ese encargo se produce “palabra nueva” desde una mirada explícita. Así ven la luz nuevos acercamientos, nuevas visiones, realizados por aquellas personas que hemos identificado como capaces de ofrecernos elementos para la reflexión, para el debate, para posibilitar un consenso sobre nuestra renovación instituyente. Ese es el mensaje “propio” del congreso. Aquello que sin el congreso no habría tenido lugar.