Maravillas Ruiz Martínez. Educadora Social. Illes Balears
La presente colaboración pretende ejemplificar cómo puede realizarse una intervención socioeducativa dentro del ámbito de la educación formal, en el ciclo de infantil y primaria, y a un nivel más puramente preventivo que remedial.
Se ha presentado el artículo como si de un programa de desarrollo social y cultural se tratara, especificando algunas de las variables que se pueden incluir en el mismo.
Aspira a destacar la figura del TISE (Técnico de Intervención Socioeducativa) como necesaria dentro del ámbito y contexto referenciados y, por tanto, como parte integrante del conjunto de profesionales de un centro educativo.
Hablar del educador social en la escuela es hablar de la función de un Técnico de Intervención Socioeducativa (TISE).
Un TISE es un técnico que desarrolla una intervención socioeducativa, desde un punto de vista multidisciplinar, con una función de prevención-intervención-seguimiento, donde los aspectos socio-educativos-familiares son inseparables.
Su función va dirigida a la comunidad educativa, entendida ésta como: equipo directivo, profesorado, alumnado, personal no docente, asociaciones de padres y madres y familias.
De esta manera, realiza una función preventiva, colaboradora con los equipos directivos y educativos, así como los servicios sociales, para la integración de todos los alumnos y alumnas y para el seguimiento de aquellos/as que se hallen en situación de riesgo de exclusión social, pretendiendo al mismo tiempo ser facilitadora de la relación entre el centro escolar y las familias.
La incorporación de la figura del educador social en los centros educativos en comunidades autónomas, como Extremadura, Andalucía, Cataluña, Euskadi, Aragón y Castilla-La Mancha es ya una realidad, generalmente en centros de secundaria.
En el caso de la comunidad de Extremadura, cada centro de secundaria dispone de la figura de un educador social, dependiente normalmente del equipo directivo. Este profesional realiza una tarea coordinada con los diferentes profesionales de los centros educativos y los recursos externos. Sus funciones principales se centran en programas para la mejora de la convivencia, absentismo, prevención e intervención con alumnado que presenta indicadores de riesgo y sus familias, formación de padres-madres, formación de alumnado en diferentes temas como género, habilidades sociales, drogas, etc.
La experiencia en Andalucía es reciente, pero parece que marcha por el mismo camino que en el caso de Extremadura. En la Comunidad de Castilla La Mancha no disponen de un educador social en cada centro, pero sí que hay la posibilidad de que los centros realicen la demanda y con un informe favorable de la Inspección Educativa puedan incorporar un educador social para trabajar todos aquellos aspectos relacionados con situaciones de riesgo de exclusión social.
En otras comunidades como Cataluña, el educador social trabaja con los centros a través de programas y proyectos en coordinación con los centros educativos, servicios sociales y otras entidades. Aunque no se haya introducido esta figura profesional en los centros, las líneas de intervención vienen a ser las mismas: absentismo, mediación escolar, ayuda en la gestión de la tramitación de becas y matrículas, aulas de integración, etc.
En la comunidad de Euskadi cabe destacar la experiencia de las comunidades de aprendizaje, donde el papel del educador social es muy significativo en cuanto a activar la participación de las familias, dinamizar la coordinación comunitaria y como agente activo en la dinamización de las aulas, etc.
En Zaragoza, comunidad de Aragón, los educadores sociales se encuentran presentes en los Proyectos de Integración de Espacios Escolares (PIEE), desarrollados en centros de infantil, primaria y secundaria, trabajando con alumnado con dificultades de integración social.
En el caso de las Illes Balears tenemos como referencias de la implantación de dicha figura profesional el programa experimental llevado a cabo desde la Conselleria d’Educació i Cultura y la Consellería d’Afers Socials, Promoció e Inmigració, del Govern Balear (1) en ocho centros de educación secundaria de las Islas de Mallorca, Menorca e Ibiza, cuyo inicio se materializó en el curso escolar 2008/2009. Dicho programa se marcaba como objetivos los siguientes:
El balance en general de este proyecto ha sido positivo, tanto desde la perspectiva de los educadores sociales participantes del mismo, como de los centros educativos y las familias de los alumnos. Sin embargo, y como sucede en muchas otras ocasiones, los cambios políticos y/o económicos hacen que iniciativas como éstas queden sin los suficientes apoyos y recursos para seguir adelante.
En el caso que nos ocupa, la actuación del técnico de intervención socioeducativa consistió en el diseño del programa de intervención que se llevó a cabo en el centro educativo. Para su elaboración se partió del estudio y observación previos del contexto de actuación. Posteriormente, el diseño se adaptó a las modificaciones que el centro educativo consideró pertinentes, en función de sus propios recursos y necesidades percibidas. De este modo, algunas de las actividades, la mayoría, fueron llevadas a cabo según el diseño original, mientras que otras se modificaron.
Además del diseño de la intervención, la participación directa del TISE en los talleres, dinamizando la actividad, fue otra de sus funciones.
Se ha optado por la cuestión de la interculturalidad como una manera de atender a la diversidad. Por otro lado, es un tema de bastante actualidad debido a los masivos movimientos migratorios que se suceden en nuestros días y que trastocan nuestra convivencia. Se precisan nuevas formas de entender lo que está ocurriendo, a fin de que todas estas culturas inmigrantes no se conviertan, bajo nuestra percepción, en una amenaza, en un riesgo de pérdida de la propia identidad.
Se aparece como necesario el cambio de enfoque, para que las culturas que llegan de fuera de nuestras fronteras no se transformen en el “origen de nuestros males”. Tienen que desaparecer los modelos estereotipados de culturas invasoras que consideran que éstas sólo buscan hacer guetos, que no intentan integrarse, sino imponerse, y que lo único que nos aportan es un nivel deficiente de educación, una mayor tasa de desempleo, y unas costumbres que difieren en demasía con las nuestras.
No se trata de fomentar la multiculturalidad, sino de apostar por una interacción real y efectiva con las culturas inmigrantes. No se trata de que “ellos” se adapten a “nosotros”, porque estábamos aquí antes, sino de que todos convivamos de un modo interactivo, con un verdadero feedback cultural.
Como marco jurídico más general, nos detendremos en la Declaración Universal de los Derechos Humanos, que, si bien dicha declaración no forma parte de la ley internacional vinculante, su aceptación por parte de todos los países del mundo supone un apoyo moral al principio fundamental de que todos los seres humanos deben ser tratados con igualdad y es preciso respetar su valor natural.
De entre los treinta artículos que componen la declaración, se destacarían los siguientes:
Resulta interesante referenciar la Declaración Universal de la UNESCO sobre la Diversidad Cultural, que en su artículo 4 afirma que los derechos humanos son garantes de la diversidad cultural, considerando que “nadie puede invocar la diversidad cultural para vulnerar los derechos humanos garantizados por el derecho internacional, ni para limitar su alcance” (UNESCO, 2001:20).
Por otro lado, según el Libro Blanco sobre el Diálogo Intercultural (Consejo de Europa), “la inexistencia de un diálogo contribuye a desarrollar una imagen estereotipada del otro, a crear un clima de desconfianza mutua, tensión y ansiedad, a percibir las minorías como chivos expiatorios y, en general, a propiciar la intolerancia y la discriminación” (Consejo de Europa, 2008:19). De aquí que se configure como indispensable el desarrollo de actividades interculturales que acerquen a todas las culturas que cohabitan en un mismo espacio geográfico y social.
Así mismo, sería útil reseñar en este apartado de fundamentación la conclusión que elabora Juan Díez Nicolás, en su libro, “La dos caras de la inmigración”, en la que expone, según los datos obtenidos en una minuciosa investigación llevada a cabo mediante la aplicación de catorce encuestas que se realizaron desde 1991 a 2003 sobre las actitudes de los españoles hacia la inmigración, y de cuatro encuestas, la primera de las cuales tuvo lugar en 2000 y la última en 2004, sobre la visión que de la inmigración y la sociedad de acogida tienen sus propios protagonistas, en la que aporta los siguientes datos:
Como plan de referencia, es destacable el informe elaborado en el año 2010 por el Consejo de Europa y la Eurofound (Fundación europea para la mejora de las condiciones de vida y trabajo), donde se recogen las recomendaciones dirigidas a los países europeos para unas satisfactorias políticas interculturales.
El documento se titula “Políticas interculturales en las ciudades europeas: guía de buenas prácticas”, el coordinador del estudio sobre el que se apoya dicho informe ha sido el EFMS, el Fondo Europeo de los estudios sobre migración, y los resultados y las recomendaciones de dicha guía de buenas prácticas han sido elaborados por Doris Lüken-KlaBen y Friedrich Heckmann, del EFMS, sobre la base de los informes de los institutos del grupo de investigación europea de la red CLIP (Red Europea de Ciudades para la Política de Integración Local de Inmigrantes).
La red CLIP, se puso en marcha en 2006, con el objetivo de reunir a las grandes ciudades europeas a los efectos de compartir experiencias para poder diseñar unas políticas de integración mucho más eficaces.
En el informe de referencia, en sus “Conclusiones de la investigación”, establece que las relaciones interculturales en las ciudades participantes muestran cierta ambigüedad, ya que, por un lado se aprecia una coexistencia pacífica, con un número reducido de conflictos y un bajo grado de radicalización de ambas partes (se entiende: cultura receptora y cultura inmigrante), así como un marco emergente de lucha contra la discriminación.
Por otro lado, sin embargo, se observa una baja participación de la población inmigrante en la política intercultural y una falta de competencias interculturales por ambas partes. También es notable la segregación espacial, así como problemas con algunos grupos minoritarios. Por último, muchas ciudades tienen la sensación de cierta discriminación generalizada en determinadas dimensiones estructurales de la calidad de vida.
Como conclusiones principales se pueden destacar:
El ámbito de intervención es el de educación formal, en el nivel de infantil y primaria. Con una intención, a priori, más preventiva que remedial. La población diana viene constituida por la comunidad educativa en su totalidad.
El contexto de intervención es el CEIP (Centro de Educación Infantil y Primaria) Nostra Senyora de Robines.
El CEIP Nostra Senyora de Robines es un centro público que se encuentra en el municipio de Binissalem, Illes Balears.
El colegio es uno de los dos centros públicos de educación infantil y primaria del municipio. En Binissalem existe además otro colegio de tipo concertado que imparte educación infantil, primaria y Educación Secundaria Obligatoria. En el municipio también se encuentra ubicado el Instituto de Educación Secundaria Binissalem.
Binissalem cuenta con un censo de población de 7.944 habitantes, según el padrón del IBAE (Instituto Balear de Estadística) de fecha 2-12-2011. El pueblo se encuentra en el centro de la comarca del Raiguer, entre los términos municipales de Consell, Alaró, Lloseta, Inca y Sencelles. Dista de la capital, Palma de Mallorca, unos 22 Km. Binissalem es conocido por su calidad en la producción de vinos y por ser uno de los máximos exponentes de la apreciada piedra mallorquina. La vida en el pueblo es tranquila y sosegada y resulta muy sencillo integrarse en su población y en sus actividades.
Son rasgos de identidad del centro:
La población discente oscila entre 250 y 260 alumnos/as. Siendo algunos de los datos estadísticos los siguientes:
En relación con la interculturalidad:
La estrategia general consiste en el desarrollo y realización de diferentes talleres interculturales, adaptados cada uno de ellos a las culturas objeto de los mismos. Para la realización de los talleres se pidió la participación de las familias inmigrantes de la comunidad.
Al final de la intervención se celebró una fiesta donde se mostró a toda la comunidad el trabajo realizado.
Los objetivos generales de la intervención se podrían resumir en:
La intervención tuvo lugar durante la semana cultural y se materializó en la realización de diversos talleres, que se concretan en:
Por otra parte, también se aprovechó la ocasión para presentar el proyecto solidario de “Veterinarios sin fronteras” en Bolivia, en el cual participa el centro como parte de la red de escuelas para un mundo rural vivo, “Alimentacció”.
Otra de las actividades realizadas ha sido un mapa intercultural del centro, que consistió en la elaboración de un mapa del mundo y la localización de las fotos de los alumnos/as en sus lugares de origen. Del mismo modo, se colgaron en el centro carteles con palabras escritas en diferentes idiomas: chino, inglés, árabe, mallorquín…
Las actividades en horario lectivo concluyeron con la celebración de una yincana, cuyas pruebas versaban sobre lo aprendido durante los talleres de días anteriores.
Todo el proyecto se finalizó con la celebración de una fiesta-cena en el colegio, con toda la comunidad, en la que se mostró el trabajo realizado por los niños y niñas, así como tuvo lugar una demostración de danza africana, de la que luego participaron todos aquellos que quisieron.
La intervención realizada tuvo lugar durante la semana cultural de este año 2012. Como evaluación final se puede adelantar que la participación, sobre todo por parte de las familias inmigrantes ha sido positiva. Sí es cierto que las familias inmigrantes que han participado son las que muestran un mayor nivel de integración, pero aún así su participación ha sido destacable.
Con respecto a los alumnos y alumnas, éstos han disfrutado de las diferentes actividades, sobre todo los más pequeños con los talleres de cocina.
El profesorado también se ha implicado en el proyecto, aportando ideas y mostrando una actitud participativa y positiva.
En relación a la postura del resto de la comunidad, acudieron un gran número de familias a la fiesta-cena que se celebró con el objetivo de mostrar todo el trabajo realizado por los chicos/as durante los talleres a fin de acondicionar el centro. Sobre todo destacar la demostración de danza africana, de la que disfrutaron las familias participando prácticamente en su totalidad.
Este es un ejemplo de intervención socioeducativa en el ámbito de educación formal, ámbito en el que no tiene siempre mucha cabida la figura del educador social.
En ocasiones sí se contempla esta figura, más bien con un carácter remedial y poco preventivo. Considerando una vez más al educador social como un apagafuegos, un bombero de lo social, se podría decir.
Por ello, en este caso, se ha presentado una intervención que sí parte de lo preventivo, puesto que el contexto en el que tiene lugar no presenta graves problemas de convivencia.
La figura del Técnico de Intervención Socioeducativa supone un nexo entre los diferentes miembros de la comunidad educativa. Es como un arquitecto que construye puentes que unen a las familias con el centro, al centro con los alumnos y alumnas, a éstos entre sí, y a todos y todas con los recursos comunitarios, a fin de conseguir mejorar la convivencia en los centros; la inclusión de todos los educandos en el sistema educativo en igualdad de oportunidades; la dinamización de la actividad estudiantil, que sirva a su vez como entrenamiento de la futura participación comunitaria, y, al final, una verdadera transformación social.
Como anécdota personal decir que, durante la realización de las prácticas profesionales, un profesor de apoyo a la lectoescritura me preguntaba qué tenía que ver la educación social con magisterio… La respuesta es algo que tenemos que construir entre todas y todos los educadores sociales.
Aula intercultural [en línea]. <http://www.aulaintercultural.org> [26 de octubre de 2012].
Ayuntamiento de Binissalem [en línea]. <Enlace> [26 de octubre de 2012].
CEIP Nostra Senyora de Robines [en línea]. < Enlace > [26 de octubre de 2012].
Díez Nicolás, J. (2005). “Las dos caras de la inmigración”. Págs. 409-414. Madrid: Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales.
Eurofound, Fundación europea para la mejora de las condiciones de vida y trabajo [en línea] < Enlace > [25 de octubre de 2012].
Feliz Murias, T. (2010). “Diseño de programas de educación social”. Madrid: UNED.
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Libro blanco sobre el diálogo intercultural. (2008). Estrasburgo: Consejo de Europa.
Lüken-KlaBen, D., Heckmann, F. (2010). “Políticas interculturales en las ciudades europeas: guía de buenas prácticas”. [en línea] < Enlace > [26 de octubre de 2012].
Salas Planas, S., Garau López, M., Muñoz Hernández, M. (2009). “Programa experimental para mejorar la convivencia en los centros educativos de secundaria mediante la inclusión de la figura profesional de un técnico de intervención socioeducativa”. Anuario de la educación de las Illes Balears: Illes Balears.
Secretaría de Estado de inmigración y emigración [en línea] < Enlace > [25 de octubre de 2012].
1.- Full informatiu, número 8, desembre 2009