Graciela Esebbag, Directora del L’Interrogant y del L’Interrogant digital
¿Cómo presentar una revista que ya va por su número 11? ¿Una revista que empezó su camino en 1998? ¿Cómo hacer una descripción fija de una publicación que, en realidad, es para nosotros algo vivo, algo que queremos que se vaya transformando a medida que nos encontramos con la palabra de los lectores, con las variaciones de lo contemporáneo?
Quizá tenga que hablar de aquello que da forma, que estructura lo que se va modificando.
Aquello que está en el centro de la existencia de nuestra revista es el deseo de transmitir una forma de hacer, de trabajar dentro de la red pública de salud mental.
L’Interrogant surge en el seno de la Fundació Nou Barris, en Barcelona.
(http://www.f9b.org/es/que-es)
Nace de la experiencia de un grupo de psicoanalistas inmersos en el trabajo de un Centro de Salud mental Infantil y Juvenil en Nou Barris. Nuestra orientación teórica es el psicoanálisis y nuestro desafío es trabajar desde esta orientación en la red pública.
Aprendimos que podíamos hacerlo, podíamos aplicar nuestra orientación en nuestro trabajo. Eso exige un alto grado de reflexión sobre la clínica y la política. Aprendimos también, en esta tarea de teorización, que es necesaria la conversación con otros, con otros clínicos y con otros discursos para que se produjera el trabajo analítico con los niños y adolescentes. Esa conversación nos enriquece, nos enseña y nos sostiene en nuestra tarea.
A partir de esta necesidad surgieron las jornadas de debate, las sesiones clínicas abiertas, los cursos de formación. Y la idea de crear un medio que refleje esas actividades.
Pero en esta dialéctica con los otros, con la comunidad, vislumbramos que nuestra revista tenía que dar un paso, más allá de limitarse a reflejar nuestros eventos. E ir más allá significó poner en acto la realidad de nuestro trabajo con otros: abrir un espacio para aquellas producciones que tuvieran en cuenta la palabra y la subjetividad. Trabajos que mostraban la invención de diversos profesionales en distintos campos: en la educación, en el trabajo social, en las distintas disciplinas que trabajan con el malestar humano.
Interesados por las particularidades de nuestra época, sentimos la necesidad de incluir apartados que dieran cuenta de lo contemporáneo, de las intersecciones de la cultura con los malestares que produce. Abrimos el apartado de Polémicas contemporáneas para incluir la “interfaz” del psicoanálisis y las ciencias humanas aplicada a temas que, más allá de lo puramente clínico, nos dieran pistas sobre nuestra época.
(http://www.revistainterrogant.org)
Fuimos constatando que la revista circulaba, interesaba, era leída y consultada. Y nos preocupaba que ese contenido tuviera un buen formato. La buena forma era esencial para que ese objeto que poníamos a circular fuera, además de interesante, amable.
Y, con sorpresa hemos descubierto que, nosotros que cómo clínicos siempre trabajamos con elementos intangibles, con conceptos, con síntomas que desaparecen, con palabras que se deslizan, encontramos en la creación de un objeto material, un estímulo y una satisfacción enormes.
Pero, en una época caracterizada por una clínica que olvida al sujeto y denuesta al psicoanálisis, teníamos que dar un paso adelante en la difusión de nuestro trabajo. Pensando en nuestra experiencia, en las experiencias variadas que lográbamos reunir de otros discursos y de otras latitudes, y deseando ir un poco más allá aun en la difusión de este trabajo, creamos la versión virtual de L’Interrogant.
La modernidad de internet no nos impide pensar en lo clásico. Así es que contando con esta extraordinaria herramienta de difusión nos interesó dar a conocer el pensamiento clásico del psicoanálisis. Abrimos la sección Clásicos del Psicoanálisis para trasmitir la evolución de la teoría analítica, especialmente en relación al psicoanálisis con niños. Una teoría que ha ido revisando sus conceptos, a partir de la evolución del saber científico y de las ciencias humanas.
Así hemos llegado al número 11 y ahora estamos en la creación del 12. Eso es así porque esa estructura que se mantiene fija: la transmisión de una forma de trabajo orientada por el psicoanálisis, está sostenida por el deseo de cada uno de los que participamos en la construcción de L’Interrogant.
¡Os animamos a visitarnos!