La juventud, como espacio o ámbito de dedicación profesional, plantea a la Educación Social toda una serie de interrogantes que es importante encarar.
El primero, y quizás el más importante y definitorio, sería el de saber si todos los y las profesionales que trabajan con personas jóvenes lo hacen desde una aproximación relacionada con la Educación Social. Y aquí nos encontraríamos con una primera respuesta, no definitiva, pero hasta cierto punto ambigua1. Porque es innegable que existe una tradición de trabajo con jóvenes que no está ligada con el proceso histórico de configuración de nuestra disciplina y profesión. Tanto en Europa, como en nuestro país. Algunas de las colaboraciones de este número hablan sobre ello y sobre alguna iniciativa desarrollada hace unos años para poner en debate qué tienen en común las personas que trabajan con jóvenes desde distintos ámbitos, disciplinas, tradiciones, etc.
Si nos referimos a los y las profesionales que deberían actuar con ella (fuera del ámbito formal) los interrogantes se multiplican. El primero, y quizás el más importante y definitorio, sería el de saber si todos los y las profesionales que trabajan con personas jóvenes lo hacen desde una aproximación relacionada con la Educación Social.
Y aquí nos encontraríamos con una primera respuesta, no definitiva, pero hasta cierto punto ambigua. Porque es innegable que existe una tradición de trabajo con jóvenes que no está ligada con el proceso histórico de configuración de nuestra disciplina y profesión. Tanto en Europa, como en nuestro país. Algunas de las colaboraciones de este número hablan sobre ello y sobre alguna iniciativa desarrollada hace unos años para poner en debate qué tienen en común las personas que trabajan con jóvenes desde distintos ámbitos, disciplinas, tradiciones, etc.
Si nos referimos a los y las profesionales que deberían actuar con ella (fuera del ámbito formal) los interrogantes se multiplican. El primero, y quizás el más importante y definitorio, sería el de saber si todos los y las profesionales que trabajan con personas jóvenes lo hacen desde una aproximación relacionada con la Educación Social. Y aquí nos encontraríamos con una primera respuesta, no definitiva, pero hasta cierto punto ambigua. Porque es innegable que existe una tradición de trabajo con jóvenes que no está ligada con el proceso histórico de configuración de nuestra disciplina y profesión. Tanto en Europa, como en nuestro país. Algunas de las colaboraciones de este número hablan sobre ello y sobre alguna iniciativa desarrollada hace unos años para poner en debate qué tienen en común las personas que trabajan con jóvenes desde distintos ámbitos, disciplinas, tradiciones, etc.