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Construyendo el Grado de Educación Social desde la interdisciplinaridad y la coherencia formativa

Autoría:

Irati Novella Gil, Mª Ángeles Echevarría Martínez, Antonia Amez Rodríguez, Lutxi Larrazabal Bengoetxea, Txema Hornilla Sainz, Nekane Beloki Arizti, Inge Axpe Saez, Manuel Benito, Bingen Garaizar Ortuzar, Pedro Apodaca Urquijo. Profesores/as de la Escuela Universitaria de Magisterio de Bilbao (UPV)

Resumen

La nueva titulación de Educación Social presenta una estructura modular y adopta una perspectiva curricular  donde confluyen las distintas materias para llevar a cabo un trabajo común en grupo que hemos denominado AIM (Actividad Interdisciplinar de Módulo) y que requiere articular saberes teóricos y procedimentales orientados a impulsar el aprendizaje integrado del alumnado.

En este artículo exponemos cómo hemos llevado a cabo la nueva experiencia, así como los resultados obtenidos en relación a la misma (evaluaciones y opiniones del alumnado y del profesorado) y las conclusiones principales que podemos establecer después de manejar todos esos datos.

Introducción: La Diplomatura en Educación Social.

La titulación universitaria de Educación Social pretende ofrecer respuestas educativas a las nuevas necesidades que surgen de la evolución social y multicultural en las sociedades avanzadas. Asimismo responde a los cambios de orientación en materia de servicios sociales que se han producido en las últimas décadas, pasando de un modelo meramente asistencial a otro más educativo y transformador.

ClaseLas nuevas exigencias de situarse ante una realidad donde lo estable y lo permanente dejan paso a la inestabilidad y la incertidumbre, piden el desarrollo de una conciencia autónoma y crítica, capaz de juzgar los hechos desde una argumentación reflexiva vinculada a valores. Los cambios que atraviesa nuestra sociedad, marcados por la globalización, la expansión del conocimiento ecléctico y la fuerza de las tecnologías de la información y la comunicación, nos obligan, en cuanto educadores y educadoras, a buscar nuevas formas de organización,  que favorezcan la aparición de otras modalidades más “sociales” –podríamos decir- de “vínculo social.”

Esto nos lleva a pensar en una titulación que adopte una perspectiva de la formación inicial diferente. La formación inicial no ha de orientarse únicamente al “aprendizaje del oficio” en forma de aplicación de soluciones conocidas a problemas conocidos, sino a la adquisición y uso de herramientas teóricas, metodológicas y éticas que faciliten abordar los problemas humanos, aportando un nuevo conocimiento transformador de la realidad.

La creación de la Diplomatura de Educación Social en el año 1995 vino a cubrir la necesidad de integrar y completar la acción socioeducativa de una serie de profesionales con experiencia en campos muy diversos, proporcionándoles una formación universitaria de base sólida, práctica, profesionalizadora y crítica,  vinculada a los servicios socioeducativos de los que eran representantes.

El Grado en Educación Social.

Dos de los principios clave en la configuración del nuevo grado en Educación Social en nuestra universidad han sido la interdisciplinaridad y la coherencia en la secuencia de la de la propuesta formativa. Con la intención de garantizar estos principios, hemos optado por una estructura modular; de manera que el plan de estudios consta de siete módulos, distribuidos los seis primeros por semestres, durante los tres primeros cursos, y un último módulo anual en el cuarto curso:

 

 TABLA 1: LA ESTRUCTURA MODULAR DEL NUEVO GRADO DE E.S.

Como puede observarse, cada modulo, está asociado con unas competencias generales y específicas y adopta una perspectiva interdisciplinar que hace confluir las distintas materias en la realización de esa tarea que es la Actividad Interdisciplinar de Módulo (AIM). Esta articulación interna de los módulos exige una relación estrecha entre las disciplinas que los conforman, con el fin de mantener la coherencia integradora y ofrecer una visión de globalidad, que supere la visión atomizada de los contenidos particulares, en consonancia con la cultura profesional que pretendemos. De ahí que la AIM tenga seis características básicas:

  • Interdisciplinariedad, porque requiere del trabajo conjunto de los distintos saberes académicos y científicos implicados.
  • Transversalidad, porque las competencias trabajadas en la AIM corresponden en su desarrollo a todas las asignaturas de este primer Módulo y también a las del propio grado.
  • Globalidad, porque se requiere del estudiante la creación de una visión global tanto del objeto de estudio y de trabajo que se propone en la AIM,  como de las propias disciplinas que confluyen en dicho estudio.
  • Integración, porque requiere el esfuerzo de aunar diferentes visiones y perspectivas en un mismo objeto de estudio.
  • Practicidad, porque supone movilizar diferentes saberes en un contexto real, y porque esos saberes forman parte de la praxis, como acción vinculada a un nomos y a un ethos.
  • Aplicabilidad, porque muestra cómo se puede articular lo teórico y lo práctico en el estudio y análisis de un caso real y problemático.

La AIM representa uno de los puntos culminantes de cada módulo, porque facilita al estudiante la construcción de un conocimiento que, cualitativamente, supera y es más que la simple suma de los saberes que proceden de cada una de las disciplinas que intervienen en el módulo. De este modo permite el desarrollo de competencias tales como el trabajo colaborativo, la organización coherente de un informe y del discurso que lo sustenta, junto a su posterior defensa pública. No obstante el objetivo principal de  la AIM es mostrar una visión global y fundamentada de los fenómenos y problemas del mundo educativo y social, aunando ambos ámbitos, todo ello a través de una forma de análisis igualmente global e integradora, basada en la necesidad de recurrir a diferentes fuentes de información, combinándolas por medio de la reflexión argumentativa y crítica, y desarrollando las actitudes y valores que se desprenden del trabajo en equipo.

Gráfico

GRÁFICO 1: ESTRUCTURA DEL MODULO

La AIM del módulo 1: Los Contextos de la Educación.

El Módulo 1 está ubicado en el primer cuatrimestre del primer curso de la titulación y consta de 30 créditos obligatorios. Las materias que lo componen son las siguientes: Sociología de la Educación, Historia de la Educación, Psicología del desarrollo, Estadística en Educación y Educación, Lengua, cultura y diversidad, además de la Actividad Interdisciplinar de Modulo (AIM). Las competencias relacionadas con este módulo son las siguientes:

Conocer y comprender los fundamentos teóricos (psicológicos, sociológicos, culturales y pedagógicos) de la intervención socioeducativa en diferentes contextos.

TABLA 2: COMPETENCIAS RELACIONADAS CON EL PRIMER MODULO

Este primer módulo trata de aportar una visión sintética sobre los diversos contextos educativos donde se ubican los distintos profesionales de la educación. Para ello aporta las claves que facilitan la comprensión y descripción de esos contextos desde distintas dimensiones (social, histórico-cultural, de desarrollo humano). La metodología investigativa y el trabajo cooperativo proporcionan valiosos apoyos en la forma de procedimientos dirigidos al proceso de recogida de información, análisis de la misma y presentación de resultados.

Como se ha comentado previamente, el planteamiento pedagógico de esta estructura modular adquiere sentido en la medida en que se materializa en una actividad global e interdisciplinar, a través de la que el alumnado demuestra las competencias diseñadas para el módulo. Esta tarea global, además, constituye un elemento aglutinador del trabajo en equipo por parte del profesorado y de superación de la visión individualizada y plegada al “campo de objetos” de cada materia.

La AIM de este primer Módulo consiste en la elaboración y defensa oral de un informe escrito, descriptivo y justificado, sobre un contexto educativo real propuesto por el profesorado. La propuesta de este año ha girado en torno a contextos de éxito/fracaso educativo. Es decir,

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