Roberto Bañón entrevista a Alberto Fernández de Sanmamed Santos, Presidente del Colexio de Educadores Sociais de Galicia (CESG)
El CESG supone un reto aún mucho mayor, la consecución de un instrumento que pueda dar soluciones a los tradicionales problemas de nuestra profesión en Galicia. Es, en definitiva, un salto cualitativo y de todos nosotros depende su importancia y proyección.
Evidentemente ha sido una etapa ardua y apasionante. El contar con un magnifico equipo de compañeros posibilitó afrontar las dificultades de una manera eficaz y ver, día a día, que los objetivos estaban cada vez más cercanos. Todo ello se tradujo en que la sociedad gallega (Partidos, asociaciones, universidades…) han ido entendiendo y conociendo nuestros fines.
Desde mi punto de vista lo más importante es finalizar el proceso como Xestora: habilitación, estatutos, asamblea constituinte y paralelamente precisamos dotarnos de las infraestructuras básicas que nos faciliten el desempeño de las funciones que pretendemos llevar a cabo.
Personalmente creo que lo más importante es conseguir que los educadores y educadoras de Galicia y del resto del Estado lo consideren como algo suyo, su instrumento, un instrumento útil. Es necesaria, para que sea eficaz, la participación activa de todos sus colegiados. De esta forma evitaremos hacer de él una Entidad ajena a la realidad profesional.
La habilitación es un proceso extraordinario que viene a normalizar una situación atípica que se había creado a partir de la salida de las primeras promociones de la diplomatura y la coexistencia de educadores con larga experiencia profesional.
Como esta situación se daba en Galicia es por lo que se solicitó y se logró que la ley incluyera este mecanismo, con un plazo determinado, para reconocer la capacitación profesional de estos educadores.
Puedo añadir que el proceso habilitador se está realizando con mucha eficacia pese a ser, sin duda, muy costoso.
La organización del Colegio tendrá que fijarse en los Estatutos y éstos, como marca la ley, se están redactando para ser aprobados por nuestros colegiados en la Asemblea Constityente que se celebrará, con toda probabilidad, el 8 de febrero del 2003.
Mi opinión es que el CESG debe primar las secciones profesionales para potenciar la participación y toma de decisión de los colegiados, como dije anteriormente.
Lo cierto es que estamos en lo que yo denomino la etapa “de los descubrimientos “, del “se podría hacer… “. Cada tema, institución o persona con la que contactamos nos presenta nuevos campos de actuación y, por tanto, nos planteamos cómo poder afrontarlos y, a la vez, dar respuestas y servicios.
Evidentemente, tendremos que priorizar según nuestras posibilidades. En estos momentos tenemos, como primer objetivo, dar respuestas en los siguientes aspectos:
– Laboral
– Formación
– Información
– Participación profesional
– Empleo
Complicado pero ilusiónate.
Los campos donde tradicionalmente veníamos trabajando necesitan una revisión y mejora, adaptarnos a los nuevos tiempos y a los nuevos retos. Al mismo tiempo están surgiendo otros con nuevas formas de actuación y de intervención que suponen un reto importantísimo especialmente para los diplomados de nueva incorporación.
La sociedad gallega necesita de los educadores sociales y por ello nuestra práctica debe ser cada vez mejor. Evidentemente el futuro de nuestra profesión está, en gran parte, en nuestras manos.
Yo llevo mas de 15 años como educador en un Centro de Reeducacion de Menores dependiente de la Xunta de Galicia. Desde ahí comencé a participar en diversos intentos de asociacionismo, que no siempre fueron del todo exitosos, pero que, estoy convencido, han fraguado nuestro Colegio.
Es, sin duda, un orgullo representar, de algún modo, a tantos compañeros que desde los más diversos lugares están intentando mejorar nuestra sociedad. Pero los que apostamos por lo colectivo estamos obligados a implicarnos y a aceptar los retos personales que non surjan. De todas formas lo considero como una etapa provisional de la que, sin duda, estoy extrayendo un sinfín de experiencias gratificantes.
No seria del todo sincero si no reconociera que con un poco de agobio. Resulta, a veces, muy difícil compaginar lo personal, lo laboral y también lo profesional. Pero esto se compensa con la relación con compañeros de todo el Estado y, sobre todo, con el apoyo de mis compañeros del Colegio de Galicia que con su trabajo diario me hacen ver, cada día, que el esfuerzo merece la pena.