José María Domínguez Cartes. Educador Social C.A. “Mas Pins” (Barcelona)
Con este artículo se pretende dar una visión real a la problemática con la que se pueden encontrar a diario los profesionales del ámbito social. Se centra principalmente en tres colectivos: jóvenes, mayores de 45 años e inmigrantes. Tras una revisión teórica, se exponen las causas, las consecuencias y las soluciones existentes en cada uno de ellos, en relación a la inserción sociolaboral. Como educadores sociales, se debe estar preparado y bien formado para, posteriormente, preparar y formar a nuestros usuarios de cara a una inserción sociolaboral positiva y que sean capaces de encontrar un empleo a la mayor brevedad posible.
Amb aquest article es pretén donar una visió real a la problemàtica que ens podem trobar diàriament com a professionals de l’àmbit social. Ens centrarem principalment en tres col·lectius : joves , majors de 45 anys i immigrants. Després d’una revisió teòrica , s’exposen les causes, les conseqüències i les solucions existents en cada un d’ells, en relació a la inserció sociolaboral. Com a educadors socials , hem d’estar preparats i ben formats per , posteriorment, preparar i formar els nostres les usuaris/es de cara a una inserció sociolaboral positiva i que siguin capaços de trobar una feina el més aviat possible.
El propósito de este artículo es mostrar otros puntos de vista de la inserción sociolaboral en los diferentes colectivos sociales con los que se trabaja a diario.
Es por ello que en este documento se hace una revisión teórica en torno a autores y estudios que ofrecen datos sobre la inserción sociolaboral en diversos colectivos desfavorecidos, cuáles son las causas y las consecuencias y las posibles soluciones que desde la perspectiva y profesionalidad de la educación social, se les puede dar.
La temática referida es de gran importancia, por lo que se deben tener ciertos conocimientos como profesionales para poder trabajar con las personas que lo necesiten. Actualmente el desempleo es un tema que preocupa bastante en España, puesto que en los últimos años ha alcanzado máximos históricos; es por ello que a lo largo de este trabajo, se muestran algunos datos significativos, para comprobar cómo la realidad laboral actual es angustiosa para los que lo sufren en primera persona, así como para el resto de la sociedad, ya que el desempleo tiene efectos sobre el entorno, así se hablaría de la incidencia en los progenitores, parejas, descendencia, etc.
Con este artículo, se pretende aportar conocimientos de autores y de profesionales que trabajan directamente con los colectivos anteriormente mencionados, e incentivar al resto de profesionales pertenecientes a otros ámbitos para que quieran dar el paso hacia la formación en un ámbito tan necesario como es el de la inserción sociolaboral.
Según la Asociación Estatal de la Educación Social (2007), la Educación Social es un derecho que tenemos como ciudadanía y que se engloba en una profesión con una condición pedagógica, creadora de diferentes entornos educativos y diversas acciones de carácter mediador y formativo.
Ello posibilita que se incorpore a los sujetos educativos en la pluralidad de redes sociales, incentivando así una sociabilidad positiva para el ser humano. También se debe promocionar la cultura y el ámbito social ya que serán nuevas oportunidades para adquirir bienes culturales que ayuden a crecer en el ámbito educativo, laboral, de ocio y de participación social.
Las funciones de los educadores sociales son muy heterogéneas y gozan de un carácter esencial a la hora de poder trabajar con los usuarios. Dichas funciones cargan de responsabilidad y profesionalidad a los profesionales de la educación social. Si nos remitimos a los “Documentos profesionalizadores” de la Asociación Estatal de la Educación Social (2007), estas pueden ser entre otras:
Este mismo artículo, de la Asociación Estatal de la Educación Social, nombra las competencias que se deben tener como profesionales, donde se pueden destacar las competencias relacionadas con las capacidades comunicativas, capacidades relacionales, relativas al análisis y síntesis de casos y situaciones, capacidades críticos-reflexivas y, por último, destaca la capacidad de gestión y selección del conocimiento y de la información.
Siguiendo la clasificación de Senra (2012), tenemos:
Esta autora, destaca la profesionalización de la Educación Social, a modo de intervención social, en ámbitos como:
Por otro lado puede consultarse en la Tabla 1, la relación existente entre los ámbitos de la Educación Social y los perfiles profesionales que hay en cada uno de ellos, según el “Centro Universitario Cardenal Cisneros”. En dicha relación y en consonancia con este trabajo, hablaríamos de un perfil de educadores especialistas en la inserción sociolaboral englobado en el área de Atención Socioeducativa a la diversidad.
Tabla 1. Ámbitos en Educación Social
Ámbitos |
Perfiles |
Educación Familiar y el Desarrollo Comunitario. |
|
Educación para la Mediación y la Integración Social. |
|
Educación del Ocio, la Animación y la Gestión Sociocultural |
|
Intervención Socioeducativa en Infancia y Juventud. |
|
Educación de Personas Adultas y Mayores. |
|
Atención Socioeducativa a la diversidad. |
|
Según la revisión teórica realizada sobre la inserción sociolaboral en diferentes contextos sociales, son varios los entornos en los que se puede encontrar una mayor tasa de desempleo, en concreto, estos tres: jóvenes (16-25 años), mayores de 45 años e inmigrantes.
Hoy día hablar de empleo joven puede asemejarse a hablar de desempleo juvenil. En los últimos años, ha aumentado la tasa de paro entre las edades comprendidas entre los 16 años y los 25 años, llegando a alcanzar valores históricos. Según García (2011:3),
“La crisis actual lo ha puesto de manifiesto, el problema ha persistido durante las últimas décadas. Así, la tasa de desempleo de los menores activos de 25 años ha duplicado la de los de 25 y más años durante las últimas cuatro décadas. En 2010, la tasa de paro juvenil alcanzó el 41,6%, 2,3 veces superior a la de la población de 25 y más años”.
Este mismo autor afirma en su trabajo, “Desempleo Juvenil en España: Causas y soluciones”, como causantes de este fenómeno a dos partes: sistema educativo y mercado de trabajo. En ambos se muestran deficiencias, que son las responsables de este incremento de desempleo. Las identificadas como tales pueden ser:
Todo ello consigue que haya un aumento de pesimismo entre los más jóvenes, sin saber qué hacer para tener un futuro digno. Un alto porcentaje cae en el denominado “Efecto desánimo”, es decir, debido a las dudas existentes por las carencias del sistema en general, surgen nuevas. Este efecto en nuestro país marca un máximo en relación con la Unión Europea.
En la actualidad, tener un mayor nivel de estudios no es sinónimo de tener un empleo asegurado, aunque sí haya una mayor probabilidad de encontrarlo.
Según García (2011), podemos observar un exceso de población universitaria. Nuestras universidades ofrecen una gran cantidad de plazas para estudiar carreras universitarias, postgrados, etc., y cuando el egresado se enfrenta al mercado laboral, ni el 30% encuentra un empleo relacionado con lo estudiado. Estos jóvenes también caen en ya mencionado “efecto desánimo”, e incluso con mayor frustración porque ven como la inversión económica y de tiempo empleado, no les ha salido rentable.
Por otro lado, en el artículo “La empleabilidad de los jóvenes en España: Explicando el elevado desempleo juvenil durante la recesión económica”, Moreno (2015) muestra otros causantes de este alto desempleo juvenil, como la crisis en la que llevamos inmersos unos 9 años aproximadamente. A la misma causante, la crisis
Por su parte, tanto el Banco de España (2013) como Blázquez (2005), tienen la misma teoría que el artículo mencionado anteriormente de Moreno (2015), la cual apoya que el desempleo juvenil está causado, en gran parte, por la crisis en la que estamos sumergidos hace unos años.
Numerosos estudios coinciden al indicar diferentes factores como causantes del desempleo juvenil. Respecto a la formación revelan que el hecho de querer o no querer formarse, está vinculado a decisiones personales pero con motivaciones familiares de sentirse parte de una clase social, por la situación del mercado laboral o por las condiciones económicas. (Breen y Goldthorpe, 1999; Erikson y Jonsson, 1996; Schoon, 2008).
Para solucionar esta problemática, el Ministerio de Empleo y Seguridad Social, planteó en su día una estrategia para proteger a este colectivo tan hostigado por el paro. La estrategia de emprendimiento y empleo joven nace para dar cobertura el periodo comprendido entre los años 2013-2016 (ambos inclusive), en el que se destaca la situación por la que está pasando nuestro país y da una serie de propuestas para paliar este efecto tan negativo para nuestra economía. Existen 100 medidas de las cuales 15 son de carácter inmediato, el resto tienen un impacto a medio o largo plazo.
Las 15 medidas con resultados a corto plazo son las mostradas en la imagen 1, y están divididas según perfiles de los usuarios.
Los objetivos planteados por esta estrategia son los siguientes:
1. Contribuir a mejorar la empleabilidad de los/as jóvenes
2. Aumentar la calidad y la estabilidad del empleo joven
3. Promover la igualdad de oportunidades
4. Fomentar el espíritu emprendedor
Imagen 1. Quince medidas con resultados a corto plazo
Para poder conseguir los objetivos, se mencionan 10 líneas de actuación, englobadas según su ámbito de pertenencia, expuestas en la imagen 2.
Imagen 2. Esquema sobre líneas de actuación de la Estrategia
Según un estudio realizado por la Fundación Adecco (2013), el desempleo estructural se cronifica pasando los 45 años, en concreto, alcanza a un 70% de la población activa. Igualmente señala cómo cerca del 50% lleva más de dos años en paro y alrededor del 25% supera el año. Estamos acostumbrándonos a ver a mujeres y hombres que al cumplir 45 años o más, están siendo despedidos de sus empleos, dándose la circunstancia de que para algunos de ellos, era el trabajo que habían desempeñado toda la vida. Trabajadores que siempre se han dedicado a lo mismo, y que al perder su empleo se encuentran desorientadas/os, sin saber qué hacer ni cómo actuar.
Con el paso de los años, la tarea de buscar empleo se antoja más difícil, ya que aparecen factores como la experiencia única en un campo de trabajo, pocos conocimientos en otras ramas laborales, una productividad menor o mayores exigencias laborales, en sueldo y estabilidad, etc. Desde que la crisis económica comenzó, el porcentaje de desempleados mayores de 45 años se ha incrementado bastante, tal y como recoge la siguiente tabla, en un 132% hasta 2013 concretamente.
Tabla 2. Incremento del desempleo en personas mayores de 45 años
Fuente: Adecco (2013).
El estudio realizado por la Fundación Adecco (2013), nos hace una comparación de datos entre desempleados generales y los mayores de 45 años, donde se refleja claramente el desnivel generacional que podemos encontrar pasada esta edad.
Tabla 3. Parados a nivel general
Fuente: Adecco (2013).
Tabla 4. Parados mayores de 45 años
Fuente: Adecco (2013).
Se observa que la tasa de desempleo ha sido mayor en el sexo masculino (si comparamos los datos desde 2008 hasta 2013) y todo ello puede estar justificado, según Francisco Mesonero (director general de la Fundación Adecco) en una mayor crisis laboral en ámbitos como la construcción o la automoción frente a la hostelería o sector servicios.
Concluido el estudio, la Fundación Adecco (2013) da un decálogo a seguir para aquellas personas que teniendo más de 45 años se encuentran sin trabajo.
Otro colectivo que ha sufrido gravemente las consecuencias de la baja inserción sociolaboral existente en nuestro país es la población inmigrante. Tras una etapa de crecimiento económico y creación de empleos, es el colectivo más perjudicado; pasando de tener un 17% de desempleo en 2008 a tener un 29% en 2009, según Del Arce y Mahías.
En el gráfico 1 podemos observar el descenso de empleo en el colectivo del cual estamos hablando. A medida que la crisis ha crecido, se han incorporado nuevos extranjeros en activo, por lo que el mercado laboral no ha podido darle una solución a sus problemas.
Gráfico 1. Comparación de datos del desempleo entre personas autóctonas y personas inmigrantes
A ello se refieren Del Arce y Mahías (2010:7), cuando dicen:
“En términos relativos, la población inmigrante ha visto incrementada su “tasa” de paro hasta cotas formidables, alcanzando el 27% en 2009 frente al 16% nativo. Los microdatos de la EPA revelan una realidad aún peor: si en el 2008 el porcentaje de las personas inmigrantes que declaraban no haber trabajado en la semana de referencia era del 36,4%, durante el segundo trimestre del 2009 el porcentaje se elevaba hasta el 46%.”.
Significativamente, según el Colectivo Ioé (2010), en su estudio “Impactos de la crisis en la población Inmigrante”, el nivel de estudio de la población desocupada inmigrante es mayor que el de la población autóctona. En 2011, el 58% de dicha población no superaba el nivel de educación secundaria obligatoria, mientras que en el grupo de inmigrantes este mismo nivel lo ocupaba el 48%. De igual manera, en el nivel universitario existe un porcentaje similar.
En la entrevista realizada a Said Benrakkad El Achyri, jefe de turno del equipo de tarde del centro de menores “Mas Pins” (Barcelona), tenemos la visión de quien llegó a Barcelona en los años 90 y actualmente trabaja con el colectivo de jóvenes inmigrantes, por lo que su experiencia en este tema es amplia y favorecedora a la hora de trabajar en la búsqueda de soluciones prácticas.
A la pregunta “Con la crisis ¿Observa mayor desempleo en la población inmigrante?, Said responde:
– “Si, debido a la formación que puedan tener cuando llegan, otros conocimientos, otros idiomas… Otra de las causas puede ser, como en todos lados, el contratar primero a personas autóctonas que a las inmigrantes. En definitiva, el paro, desde mi punto de vista, es mayor en la población inmigrante.”
En la pregunta “¿Cuál es tu experiencia como Educador con el colectivo de jóvenes inmigrantes y el empleo? ¿Tienen facilidades a la hora de encontrar un trabajo?, Said cuenta lo siguiente:
-“Los chicos con los que he trabajado tienen dificultad a la hora de expresarse, mayormente debido al idioma. Siempre se trabaja para que aprendan castellano cuanto antes, de la misma manera que se apuntan a cursos de formación para que tenga un mayor nivel curricular. El encontrar trabajo, por lo general, es a medio/largo plazo”.
En la última pregunta, que en el apartado de soluciones debatiremos con mayor profundidad, Said responde lo siguiente:
– ¿Cómo podemos ayudar desde la Educación Social, desde su punto de vista y con su experiencia, a disminuir las tasas de paro?
– “Voy a ser claro y conciso. Formación sin más. Todo el mundo necesita estar preparado y capacitado para poder desarrollar determinadas labores en cualquier empleo al que quiera optar. Esta opinión es igual de válida para el resto de colectivos que estáis tratando, pero en particular, en los inmigrantes, mucha formación.”
Este testimonio, se pueden comparar con los datos recogidos en el estudio del Colectivo Ioé (2010), donde casualmente, las palabras que se recogen de este profesional tienen en común la existencia del aumento del desempleo entre la población inmigrante, y posiblemente entre las causas estén las que él ha vivido personal y profesionalmente.
Como posibles soluciones, se pueden adaptar las del anterior colectivo, también como bien dijo Said Benrakkad El Achyri, una mayor formación que dote de competencias necesarias para que puedan optar a un puesto de trabajo en un país que no es el suyo. Una formación exquisita a nivel de idiomas y de formación profesional.
Gráfico 2. Tasa de desempleo según origen. (2007-2011)
Tras argumentar las causas, las consecuencias y posibles soluciones del desempleo en estos tres colectivos, pasamos a realizar una revisión teórico-práctica que muestre cómo se debería trabajar en la inserción sociolaboral desde la Educación Social.
“La verdadera paradoja de la inserción socio-profesional está hoy en la incapacidad de la sociedad para sellar el estatuto de adulto a sus sucesivas cohortes de jóvenes que han concluido, con más o menos éxito, su aprendizaje de desempeño de los roles correspondientes, pero a los que se bloquea su ejecución” (Figueras 1996:50).
Estas palabras pueden ser útiles de igual manera, al colectivo de desempleados mayores de 45 años y al de inmigrantes, ya que ambos grupos están formados, cuentan con capacidades y, sin embargo, no tienen empleo. Ello hace que muchas personas no tengan una clara identidad, es decir, no se sienten realizados por no tener una remuneración acorde a su desempeño laboral.
Desde la Educación Social se pueden realizar diferentes tareas, enfocándolas a una consecución real de la inserción sociolaboral. Lógicamente, siendo realistas y planteando las soluciones desde el ciclo político y social de la sociedad actual.
La primera tarea es conocer el perfil del usuario, según Figueras (1996:87), se pueden encontrar los mayores problemas de adaptación en el mundo laboral en personas que pueden:
En segundo lugar, una vez que se conoce a las personas con las que se va a trabajar, se aborda el apartado de orientación, ya que puede presentarse una etapa de desconocimiento, donde no se identifica claramente qué quieren hacer, ni hasta dónde pueden llegar (acceder a una mayor formación, por ejemplo).
Un equipo de investigación formado por: Echeverría (1996 y 1997b), Isus (1995 y 1996), Sarasola (1996a), etc., asume una visión holística para orientar a las personas, cruzando datos identificados gráficamente por dos triángulos donde prevalecen especialmente los factores personales y sociales en el proceso de la inserción sociolaboral.
Imagen 3. Visión Holística de la Orientación
A continuación, se muestra el análisis de Echevarría (1997a:96) de la visión holística, donde expone el papel que juega cada vértice y cómo influye en el proceso de orientación y autorrealización:
“Los dos vértices más separados del triángulo inferior juegan doble función. Pueden limitar el desarrollo del proyecto vital en general y el del proceso de inserción sociolaboral en particular, pero al mismo tiempo fundamentar el proceso de autorrealización. A mayor amplitud basal (“Conócete a ti mismo” “Yo soy yo y mis circunstancias), más probabilidad existe de que la figura consiga mejor asentamiento.
El tercer vértice de este triángulo inferior —toma de decisiones— substancializa todo el proceso orientador. Sin alternativas, no hay opción, pero sin toma de decisiones, de poco sirve la orientación.
A mayor cercanía de estos tres vértices, más bajo se sitúa el centro de gravedad del “barco de la vida”. En consecuencia, mayor posibilidad existe de recuperar su equilibrio, cuando éste se balancee.
Un conocimiento contrastado de los determinantes personales y sociales favorece la toma de decisiones contrabalanceadas y permite avanzar en la búsqueda del equilibrio superior”.
En la función orientadora se pueden encontrar tres principios básicos, según Echevarría (1997a) son:
A lo largo de estos años se ha tenido la oportunidad de trabajar de cerca en el tema de la inserción sociolaboral, mayoritariamente con el colectivo joven y el inmigrante. Con el primero se estuvieron realizando labores de coordinación junto con otros organismos, los cuales les facilitaban recursos suficientes para que ellos mismos pudieran ir tomando el control de sus vidas. Bien a través de charlas y bien a través de talleres impartidos por los organismos colaboradores, los jóvenes iban adquiriendo competencias personales tales como aprender:
En definitiva, a adquirir un hábito necesario para poder vivir cuando cumplan la mayoría de edad y salgan del centro en el que están recluidos. Estos menores, al cumplir los 18 años pasan a un centro de mayoría, donde son totalmente autónomos, con la ayuda puntual de algún profesional de la Educación Social, Psicología, Trabajo Social, entre otros.
En los centros de protección de primera acogida de Cataluña se trabaja de cara al futuro, es decir, los menores pasan por un proceso socio-educativo donde van adquiriendo hábitos saludables, con normas y pautas sociales. Posteriormente, se derivan a CRAES, CREIS o centros de mayoría de edad (pisos autónomos).
CRAE: Centros Residenciales de Acción Educativa
“Son aquellas instituciones para la guarda y educación de niños y adolescentes a los que se aplica la medida de acogimiento simple en institución, de acuerdo con la medida que conste en el informe previo de los equipos técnicos competentes.” (Generalitat de Catalunya, 2014).
CREI: Centros Residenciales de Educación Intensiva
“Servicio residencial de acogida de estancia limitada que dispone de medidas estructurales de protección, para la guarda y educación de sus usuarios , tuteladas por la Administración de la Generalidad de Cataluña , y que tiene como objetivo dar respuesta educativa y asistencial a adolescentes y jóvenes que presentan alteraciones conductuales, que requieren de unos sistemas de educación intensiva.” (Generalitat de Catalunya, 2014).
Con el colectivo inmigrante, se tuvo la oportunidad de trabajar para conseguir una socialización satisfactoria en el entorno en el que se encuentran. El método utilizado es a través de cursos de idiomas, cursos de formación y talleres de encuentro entre diferentes culturas para conseguir una integración progresiva en nuestra sociedad (por ellos y por los autóctonos). El perfil del inmigrante es el de una persona que viene con ganas de crecer, tras haber emigrado por diferentes motivos. Necesita empezar una nueva vida, algunos con sus familias, por suerte; otros vienen solos para buscar un futuro mejor en la distancia. Por ello, tenemos que saber intervenir porque el valor de esta ayuda será incalculable.
A modo de conclusión, podemos hablar de un trabajo positivo desde la Educación Social con aquellos colectivos más perjudicados en cuanto al desempleo en nuestro país. En este artículo hemos abordado tres perfiles diferentes, sin embargo, existen otros, como pueden ser las personas con adicciones o las mujeres que sufren algún tipo de maltrato físico o psicológico.
Como profesionales, el educador debe poner todo de su parte, estar bien formado en el ámbito de la inserción sociolaboral, para saber qué recursos utilizar, y cómo ayudar a otras personas a encontrar empleo, gracias a lo cual podrán seguir adelante en caso de haber perdido el empleo que tenían, o a empezar a conformar una identidad propia en el caso de que se esté hablando de un primer empleo, como sería el caso de los más jóvenes.
En definitiva, se deben facilitar las competencias necesarias a los usuarios (Sarasola, 1996b, Echeverría, 1997b y 1997c), para poder equiparar, optar y/o guiar las opciones instructivas y técnicas, afines a su potencial y propósito vital, en contraste con las brindadas por los medios formativos y laborales.
Arce, R. y Mahías, R. (2010). Impacto de la crisis laboral sobre la población inmigrante. Madrid: Universidad Autónoma de Madrid.
Banco de España. (2013). Evolución del desajuste educativo entre la oferta y la demanda de trabajo en España. Boletín económico, 50.
Blázquez, M. (2005). Youth labour market integration in Spain: Search time job duration and skill mismatch. Spanish Economic Review, 7, 191-208
Breen, R., y Goldthorpe, J. (1999). Class, mobility, and merit: The experience of two British cohorts. European Sociological Review, 17, 81-101.
Echeverría, B. [Coord.] (1996). Orientació professional. Barcelona: Universitat Oberta de Catalunya (UOC).
Echeverría, B. (1997a). Inserción Sociolaboral. Revista de Investigación Educativa. Vol. 15, 85-115. Barcelona: Universidad de Barcelona. En línea en: enlace
Echeverría, B. (1997b). Profesión, formación y orientación. Santiago de Compostela: Universidad de Santiago de Compostela (Curso de Posgrao. Mestrado en organización de servicios de orientación profesional para la inserción laboral e o emprego).
Echeverría, B. (1997c). Ser un profesional. Erga FP, 5 (2). En línea en: enlace
Erikson, R., y Jonsson, J. (1996). Explaining class inequality in education: The Swedish case in comparative perspective. Oxford: Westview Press.
Figueras, P. (1996). La inserción del universitario en el mercado de trabajo. Barcelona: EUB.
García, J. R. (2011): “Desempleo juvenil en España: causas y soluciones”. Madrid: BBVA Research, 11/30 Documentos de Trabajo.
Isus, S. (1995). Orientación universitaria: De la enseñanza secundaria a la superior. Lleida: Ediciones Universitat de Lleida.
Isus, S. (1996). Orientación profesional. Lleida: Universitat de Lleida.
Moreno, A. (2015). La empleabilidad de los jóvenes en España: Explicando el elevado desempleo juvenil durante la recesión económica. Valladolid: Universidad de Valladolid.
Ramón, J. (2011). Desempleo juvenil en España: Causas y soluciones. Madrid: BBVA Research, 11/30 Documentos de Trabajo.
Sarasola, L. (1996a). Cualificación y formación profesional. San Sebastián: Servicio Editorial de la Universidad del País Vasco.
Sarasola, L. (1996b). La profesionalidad. En S. Rodríguez [Dir.]. Nueva enciclopedia temática. Temas de hoy. Barcelona: Grupo Editorial Planeta, 88-91.
Senra, M. (2012). La formación práctica en intervención socioeducativa. Madrid: Sanz y Torres.
Schoon, I. (2008). A trasgenerational modelo of status attainment: The potential mediating role of school motivation and education. National Institute Economic Review, 205, 72-82
Ámbitos de la Educación Social. Centro Universitario Cardenal Cisneros (2014) [En línea] [02/06/2016]
Asociación Estatal de la Educación Social (2007). “Documentos profesionalizadores” [En línea]. [01/06/2016]
Colectivo Ioé (2010). Discursos de la población migrante en torno a su instalación en España. Madrdid: CIS. [En línea] [29/05/2016]
Generalitat de Catalunya (2014). “Centres residencials d’educació intensiva (CREI)”. Barcelona. [En línea] [02/06/2016]
Generalitat de Catalunya (2014). “Centres Residencials d’Acció Educativa (CRAE)”. Barcelona. [En línea] [02/06/2016]
Ministerio de Empleo y Seguridad Social (2012). Estrategia De emprendimiento de empleo joven 2013-2016. Madrid. [En línea] [29/05/2016]
Adecco (2013). V Informe Mayores de 45 años en el mundo laboral. “El desempleo estructural se cronifica entre los mayores de 45 años (70%)”.Madrid. [En línea] [27/05/2016]
José María Domínguez Cartes, josemaria.cartes@hotmail.com