Redacción
Los descriptores señalados por el Comité Científico como orientadores a la hora de aceptar las comunicaciones propuestas en este eje temático, fueron:
“A lo largo de toda Europa y como consecuencia del proceso de Convergencia Europea se ha producido en estos primeros años del nuevo siglo un continuo cambio en la formación de los Educadores/as Sociales que en el caso español ha desembocado en la aparición de los grados y la prolongación de la formación inicial universitaria en un curso más. Justo a punto de acabar la primera promoción de nuevos graduados en educación social parece oportuno preguntarse por los resultados del cambio, los nuevos modelos formativos surgidos, las experiencias innovadoras interesantes, las dificultades que persisten, las carencias no resueltas, las metodologías utilizadas en los nuevos grados, etc.
Mirando de reojo a nuestros colegas europeos, deberíamos también abordar las vías de especialización que están abriéndose en estos últimos años: nuevos másters y cursos de postgrado han aparecido en un panorama variopinto donde en ocasiones no es fácil distinguir el humo del fuego y conocer los niveles de calidad de esas ofertas y su vinculación a las necesidades profesionales de los educadores/as.
Desde el planteamiento de que la intervención socioeducativa es cada vez más global y en consecuencia la necesidad de trabajar en equipo con otros profesionales en esa misma intervención, -pedagogos, trabajadores sociales, psicólogos, maestros, ….-, la formación deberá contemplar las herramientas de ese trabajo cooperativo, así como los matices sobre la especificidad de la intervención de los propios educadores, quizás de manera especial en el marco de la formación permanente.
El análisis de la formación no puede detenerse solamente en la inicial sino que desde planteamientos más profesionales ha de adentrarse en la formación permanente y estudiar la oferta actual, su adecuación a las necesidades de los educadores, el papel de los colegios profesionales en su organización, el acceso a la misma de los profesionales y de los titulados en busca de empleo, sus vías de financiación, siempre con el objetivo de acercar esas vías formativas a un colectivo como el nuestro en el que la necesidad de nuevas respuestas parece correr siempre por delante de las ofertas formativas.
Esa misma formación permanente, deberá tomar como fuente, la supervisión y evaluación de nuestras intervenciones, de manera que establezcamos un continuo feed-back, entre la intervención y la formación de los educadores sociales.
Finalmente, consideramos una cuestión prioritaria en este eje, el análisis y la discusión sobre los contenidos de la formación, tanto inicial como permanente. La crítica alternativas a la fragmentación disciplinar, la conectividad de conocimientos y formas conocer diversas, las redes de comunicación e intercambio, o experiencias como aprendizaje-servicio o los proyectos de trabajo colaborativo, son aspectos de la formación que deberían estar presentes en los debates del Congreso”.
Una vez recibidas las diferentes propuestas, el Comité Científico aceptó y propuso para su defensa en los diferentes espacios del congreso las siguientes comunicaciones relacionadas con el eje temático 1, Formación Inicial y Permanente para los educadores/as de un nuevo siglo: