Nelia Vidal Dimas y Mª Ángeles Hernández Prados
TÍTULO | Manual del Guerrero de La Luz |
AUTORÍA | Paulo Coelho |
EDITORIAL | Planeta, Barcelona. 152 páginas |
AÑO | 2006 |
El material de este libro ya fue publicado en “Maktub”, columna aparecida en el diario “Folha de Säo Paulo”, entre los años 1993 y 1996. Este es un periódico brasileño, editado en Sao Paulo, siendo el diario de mayor circulación en Brasil. Con la recuperación de la libertad de prensa, los periódicos se convirtieron en un importante canal para la manifestación de la opinión pública. Tiene la mayor tirada en América Latina, con 1,5 millones de ejemplares diarios. Posteriormente, en 1997 fue publicado en formato libro añadiendo el prólogo y el epílogo.
El prólogo comienza con el encuentro de un niño y una mujer que le habla de un gigantesco templo lleno de campanas que existía en la isla. Tras este primer contacto, el niño comienza a observar atentamente la isla y las campanas, intentando divisarla desde la orilla, pero no encuentra nada. Pregunta a los pescadores quienes le cuentan que hace mucho tiempo hubo un terremoto y la isla se hundió en el mar, pero aún se escuchan las campanas de su templo, cuando el mar las agita en su fondo. A partir de entonces, el niño se obsesiona con poder escuchar las campanas, deja de lado todo lo que hacía anteriormente y permanece sentado en la orilla de la playa día tras día. Seis meses después seguía sin oír las campanas del templo sumergido. Un año más tarde, derrotado por no poder oírlas decidió volver a casa, y se aproximó al mar a despedirse, sin más preocupación que la de escuchar el mar, sintiéndose agradecido de estar vivo y oyó la primera campanada y después otra, y otra…Años más tarde, siendo un hombre regreso a la aldea y a la playa de su infancia, y para su sorpresa vio a la mujer que le había hablado de la isla con su templo:
“-¿Qué hace usted aquí?- pregunto. – Esperar por ti- respondió ella… Ella le ofreció un cuaderno azul, con las hojas en blanco. – Escribe: un guerrero de la luz presta atención a los ojos de un niño. Porque ellos saben ver el mundo sin amargura. – ¿Qué es un guerrero de la luz? – Tú lo sabes- respondió ella, sonriendo- … – Escribe sobre el guerrero- le dijo.” (p.8)
Con esta historia Paulo Coelho nos invita a conocer los conceptos vinculados a un guerrero. En este libro nos muestra que el guerrero vive dentro de cada uno de nosotros, y que solo alguien que es capaz de escuchar su corazón, que acepta sus derrotas sin resultar abatido por ellas, alimentando la esperanza en medio del cansancio y el desaliento, despertará y dará vida a ese guerrero de luz. Nos invita a reflexionar sobre nuestra forma de vivir, sobre el sentido de la vida, las dificultades encontradas en el camino, la relación que mantenemos con los otros y con nosotros mismos, y la elevada capacidad de aprendizaje de todo lo que no acontece, ya sea un momento triste o alegre. Nos habla de las fortalezas que debe tener un guerrero, lo que lo que nos recuerda a Seligman.
Cuando nos habla de batallas, ensalza fortalezas como el coraje. El guerrero se caracteriza por la valentía, la integridad y su vitalidad, “no posterga decisiones”, y “Procura mantener la serenidad y analiza cada paso como si fuese los más importante” (p.14). Otro rasgo favorable del guerrero es la perseverancia, “él sabe que la perseverancia no tiene nada que ver con la insistencia” (p.11), y “Persevera en su voluntad, pero sabe esperar el mejor momento para su nuevo ataque” (p.11). Además, nos explica que en combate no son suficientes el entusiasmo y el entrenamiento para vencer sino la experiencia, esta sería otra fortaleza que enmarcaríamos dentro de sabiduría y conocimiento en la que el valor de la perspectiva es necesaria para un guerrero, así como la espiritualidad “entonces él abre su corazón al universo y pide inspiración a Dios, de modo que cada golpe al enemigo sea también una lección de defensa para él” (p.9). Un guerrero sabe con qué puede contar “siempre verifica su equipo, compuesto por tres elementos: fe, esperanza y amor.” (p.13). De nuevo nos sorprende con la fortaleza de transcendencia recordándonos el valor de la esperanza, espiritualidad y amor, esta última relacionada con la fortaleza del amor y humanidad, que se deja ver de un modo más claro en esta frase “Un guerrero de la luz comparte su mundo con las personas que ama” (p14).
La Templanza es otra de las fortalezas por las que se compone un guerrero de la luz, en ella encontramos la autorregulación: “un guerrero de la luz no pierde su tiempo escuchando provocaciones; él tiene un destino que debe ser cumplido” (p.11), un guerrero tiene el valor de la apertura a la experiencia “cada piedra, cada curva, le da la bienvenida. Él se identifica con las montañas y los arroyos, ve un poco de su alma en las plantas, en los animales y en las aves del campo” (p.12), tiene deseo de aprender y curiosidad por conocer el mundo, y sabe apreciar la belleza y la excelencia. También manifiesta la templanza a través de valores como la prudencia, la humildad y la capacidad de perdonar, como se puede ver: “El verdadero guerrero de la luz acepta el perdón” (p.21), “es dueño del golpe y del perdón” (p.25), “es simple como las palomas y prudente como las serpientes” (p.26).
Resalta el valor de la gratitud, “cuando el sol se pone, se arrodilla y agradece el Manto Protector que le rodea”… “no necesita que nadie le recuerde la ayuda de los otros; él se acuerda solo y reparte con ello la recompensa” (p.9) mostrando la fortaleza de la transcendencia. Además el guerrero se muestra como un ser justo: “Un guerrero de la luz no permanece indiferente ente la injusticia”…“…cuando presencia el sufrimiento ajeno, usa su espada para poner las cosas en orden” (p.17) y muestra su inteligencia social en la relación con los otros: “El guerrero las reúne alrededor de la hoguera, cuenta historias, repare su alimento, se embriaga junto con ellas.” (p.33); de divertirse con las pequeñas cosas cotidianas, pues “se concentra en los pequeños milagros de la vida diaria” (p.33).
En estas virtudes de un guerrero también surgen momentos en los que se desanima, “siente que nada consigue despertar la emoción que deseaba”…“Pero es obstinado, y no abandona lo que había decidido hacer”…“Entonces, cuando menos lo espera, una nueva puerta se abre”… “Un guerrero de la luz siempre mantiene su corazón limpio de sentimientos de odio” (p.18). Incluso podemos ver como hay momentos en los que pierde la fe “El guerrero de la luz no siempre tiene fe” (p.19). “Hay momentos en los que no cree absolutamente en nada” (p.20). El guerrero sabe celebrar los triunfos, pero también sabe perder, afrontar a derrota y aprender de ella.
Finalmente, en el Epílogo Coelho nos devuelve a la playa junto a la mujer en la que después de largas hora hablando con ella le muestra que muchas de las cosas que se han dicho se contradicen y ella le responde “… Un guerrero no procura ser coherente; él aprende a vivir con sus contradicciones” (p.39).