Josep Vallés Herrero. Educador Social, Doctor en Pedagogía
TÍTULO | Inteligencia emocional en educación |
AUTORÍA | Rafael Bisquerra Alzina, Juan Carlos Pérez González, Esther García Navarro |
EDITORIAL | Síntesis (Madrid) |
AÑO | 2015 |
En 1990 se propuso por primera vez en una revista científica una definición y un modelo teórico de inteligencia emocional (Mayer y Salovey). Desde entonces, la investigación sobre inteligencia emocional no ha dejado de aumentar cada año, acumulándose así innumerables datos que han permitido responder algunas preguntas y formular o reformular otras.
Esta obra, publicada en conmemoración del vigésimo quinto aniversario de la inteligencia emocional como constructo científico, revisa las implicaciones de la investigación sobre inteligencia emocional para la mejora de la calidad de la educación integral, en general, y de la educación emocional, en particular. Podemos considerarlo como el primer manual español sobre la materia.
Aunque ya hace 25 años que los científicos en psicología han estado estudiando la inteligencia emocional (IE), aún existe una enorme confusión terminológica tanto en la literatura divulgativa como en la literatura científica sobre las diferencias y semejanzas entre inteligencia emocional y competencia emocional. En el libro se exponen tales diferencias y semejanzas, así como sus implicaciones educativas. Se revisan los conceptos de IE rasgo, IE capacidad, conocimiento emocional, competencia emocional, y las principales bases científicas de cada uno de estos términos, estableciendo el estado de la cuestión a nivel internacional.
Los autores:
Rafael Bisquerra Alzina es catedrático de Orientación psicopedagógica en el departamento de Métodos de Investigación y Diagnóstico en Educación (MIDE) de la Universitat de Barcelona. Fundador del GROP (Grup de Recerca en Orientació Psicopedagògica).
Juan Carlos Pérez González es profesor permanente en el departamento de Métodos de Investigación y Diagnóstico en Educación (MIDE) II de la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED). Es discípulo de Elvira Repetto, pionera en España de este tipo de investigaciones. Fundador y Director del laboratorio de educación emocional de la UNED.
Esther García Navarro es coordinadora del postgrado en Educación Emocional y Bienestar y directora del Máster en Inteligencia Emocional en las Organizaciones (Universitat de Barcelona).
En el libro se exponen los principales modelos de inteligencia emocional (Mayer y Salovey, 1990, 1997; Goleman, 1995, 2001; Bar On, 1997; Petrides y Furnham, 2001; Zeidner et al., 2003 y Mikolajczak, 2009). Se van desmenuzando los principales logros en el tema del cerebro emocional (neurociencia) y las relaciones entre emoción y aprendizaje e inteligencia emocional y educación. Se argumenta que la educación emocional cambia la mente y el comportamiento porque cambia el cerebro de un modo más eficiente que la medicación ya que las intervenciones educativas pueden actuar sobre circuitos neurales muy específicos de un modo que la medicina actual aún no puede.
Numerosos autores afirman que existen evidencias de que diversas competencias socioemocionales se pueden desarrollar a través de intervenciones escolares. También contamos con algunas evidencias de la eficacia de los programas de educación de la Inteligencia Emocional (IE), aunque es aún bastante limitada y menos robusta. Una idea principal del texto es la necesidad de investigaciones nuevas y de replicación de las existentes.
El libro termina analizando algunos programas de educación emocional. El eco de la revolución de la educación emocional parece, año tras año, cada vez más evidente, sin embargo aún son mucho mayores el entusiasmo ingenuo y la proliferación de propuestas de intervención incoherentes que las evidencias acerca de la validez de las distintas experiencias de educación emocional. Se revisan algunas de las más relevantes experiencias de éxito en la mejora de la inteligencia emocional (p. e. el de Nelis et al.), así como los principales recursos y tipo de estrategias didácticas utilizadas en las mismas. No se citan programas de competencia social porque el objetivo del libro es revisar la evidencia de mejora de la IE, no de la competencia social, aunque se citan los principales meta-análisis de investigaciones que demuestran la eficacia general de programas que mejoran competencias sociales y emocionales (a nivel internacional y especialmente en EE.UU). El último apartado lo constituye “la inteligencia emocional en las familias” que defiende su papel crucial en el desarrollo emocional de los niños.