José M. Altés. Educador social del Consejo Comarcal del Tarragonés. Mª José Domínguez. Coordinadora pedagógica de Aula 15 del Ayuntamiento de Vila-seca.
Con la reforma del sistema educativo y la implantación de la ESO se detecta en el municipio de Vila-seca un absentismo escolar creciente. Más de 40 alumnos de una población de 650 no asistían al IES y la tendencia era ascendente. Se realizó un trabajo coordinado durante cinco años entre los diversos agentes implicados (IES, Servicios Sociales, EAP, Policía Local, etc.) para conseguir que se hiciera realidad la creación de un recurso específico que minimizara el absentismo a través de un trabajo en grupo con esta tipología de adolescentes. Este recurso es la UEC Aula 15: un proyecto formativo autorizado por el Departamento de Educación de la Generalitat de Cataluña y promocionado por el Ayuntamiento de Vila-seca. Aula 15 es una realidad educativa que se encuentra completamente insertada en la comunidad y que se distingue por desplegar una metodología de acción personalizada y basada en la selección de unos contenidos realmente importantes y con posibilidades de aplicación en la vida. Los resultados de la intervención son la disminución del absentismo en un 70%.
A raíz de la implantación de la ESO en el municipio de Vila-seca (Tarragona), se detecta un volumen considerable de menores que presentan indicadores de absentismo o desescolarización en los dos centros docentes de educación secundaria del municipio.
El 28 de mayo de 1997, en una reunión celebrada entre el IES Ramón Barbat y los Servicios Sociales de atención primaria, se detecta que aproximadamente un 50% de la población escolarizada en ese centro en 3º y 4º de ESO presentaba absentismo en mayor o menor grado y se pone de manifiesto la necesidad intervenir para abordar esta problemática.
En noviembre del mismo año se crea la Comisión Municipal de Absentismo integrada por las cinco escuelas de primaria del municipio, los dos IES, el EAP, la Policía Local y los Servicios Sociales. Durante los años 1997 y 1998 se trabaja un circuito de intervención del absentismo para hacer un trabajo estructurado, coordinado y en red. De esa manera se pretendía tener un control exhaustivo de los niveles reales de incidencia del problema para poder realizar un seguimiento adecuado (especialmente de todos los alumnos de primaria que pasaban a secundaria). La Comisión también consiguió una meta muy importante en el trabajo comunitario: que todas las partes implicadas homogeneizasen una terminología y unos conceptos comunes clave.
Durante el año 1999 el trabajo se concentra en los IES, el EAP y los Servicios Sociales, ya que el volumen de menores que presentaban absentismo se concentra en secundaria. Se inicia un trabajo encaminado a idear propuestas de intervención más específicas e intensivas: se acuerda que la solución del problema requiere un trabajo en grupo con estos adolescentes, ya que los resultados serán más positivos y efectivos que únicamente el trabajo individualizado con cada familia.
Los datos referentes al absentismo desde el año 1999 hasta el 2001 en el municipio son los siguientes:
Cuando los técnicos decidieron que el ámbito de intervención debía ceñirse a un trabajo de grupo con los adolescentes, se añadieron a la Comisión Municipal de Absentismo los cargos políticos, ya que era adecuada una implicación del ámbito institucional, y se incorporaron los regidores de Educación y de Servicios Sociales. Esta implicación institucional hizo que desde el municipio se potenciase la creación de un recurso que consiguiera disminuir el absentismo. La Comisión Municipal de Absentismo valoró que el recurso más idóneo sería la creación de una UEC (Unidad de Escolarización Compartida).
El Ayuntamiento firmó con el Departamento de Educación de la Generalitat un convenio de colaboración para la creación de esta UEC con la característica diferencial que atendería, preferentemente, a menores con problemática de absentismo. El recurso se hace realidad durante el curso 2001/2002.
Uno de los factores de más importancia para llegar al recurso de Aula 15 fue la corresponsabilidad de todos los técnicos y políticos implicados en esta Comisión: desde los inicios, el proyecto ha contado con el apoyo institucional de la corporación municipal, hecho de notable relevancia por la proyección y normalización de la tarea que supone.
El incremento continuo del absentismo era debido al hecho que, al haber cada vez más población absentista, ésta motivaba a otros compañeros a no ir al IES. El hecho de crear un recurso para paliar esta situación ha permitido que la población en edad de escolaridad obligatoria cada vez estuviera menos en la calle y más en las aulas, hecho que provocaba la no-motivación de otros potenciales compañeros al absentismo y la de tener una alternativa adaptada de ESO para aquellos adolescentes que no encajaban, en función de diversas casuísticas, en el sistema convencional.
Una vez iniciado el recurso de la UEC, al absentismo y la desescolarización en el municipio de Vila-seca han disminuido en más de un 70% con una tendencia claramente descendente.
La Comisión Municipal de Absentismo sigue trabajando haciendo un seguimiento de la problemática de absentismo y del desarrollo del recurso de Aula 15: también es en esta comisión donde se gestionan las altas y bajas que se producen en la UEC. Actualmente la Comisión está formada por: los dos IES, el EAP, los Servicios Sociales de atención primaria, los regidores de Servicios Sociales y de Educación del Ayuntamiento, el inspector de zona del Departamento de Educación, Aula 15, los cinco centros de primaria y un representante de la Policía Local.
Las unidades de escolarización compartida cubren la necesidad real de atención pedagógica particular de aquellos alumnos que no se adaptan efectivamente al sistema escolar ordinario a causa de diversas casuísticas personales y familiares. No obstante, para esta tipología de alumnos sigue estando activo el derecho a recibir una formación digna y funcional para su integración sociolaboral posterior.
El modelo de UEC desarrollado en A15 asume este importante encargo desde una visión de responsabilidad y rigor: de esta manera se planifica la acción educativa (se actúa con previsión y racionalidad), se invierten recursos para desplegar una metodología adaptada a las necesidades de los alumnos (recursos humanos, materiales, de infraestructura, etc.) y se evalúa (tanto el programa como, evidentemente, a los alumnos para conocer su evolución e introducir las mejoras pertinentes en el proceso).
Desde el Departamento de Educación de la Generalitat y el Ayuntamiento de Vila-seca se ha creado un recurso con un potencial de estimulación de los aprendizajes (de todo tipo: académicos y de crecimiento personal). A15 no es un recurso de contención, no es una medida de castigo, no es un espacio marginal donde se trabaja bajo mínimos, no es un centro de tratamiento… Se cree que estas condiciones reducirían el margen de actuación educativa de que se dispone y que se debe administrar de la forma más correcta posible.
1. La llegada de los alumnos a A15 está determinada por el principio de la voluntariedad. La autorización que los padres firman en el IES para tramitar la derivación a A15, aceptando la fórmula de la escolarización obligatoria, se convierte en consentimiento informado: es decir, tienen al alcance todos los datos identificativos del recurso (visitan A15) y, después de una valoración conjunta entre padres e hijo, deciden participar en la experiencia. La estrecha colaboración con los dos IES de referencia ha hecho posible establecer estos canales de derivación basados en la deliberación compartida (familia, A15 e IES de procedencia) y no en la urgencia.
Este procedimiento de entrada facilita la posterior integración del alumno ya que conoce la estructura de A15. El alumno no llega al recurso pensando que ha sido castigado o relegado a un aislamiento sin posibilidades: se entiende que todos estos puntos de partida condicionan el posterior aprovechamiento y adhesión de los alumnos al proyecto.
2. La intervención pedagógica con los alumnos está vertebrada a través de los bloques de contenido siguientes:
a) Talleres pre-profesionalizadores (área de tecnología): cocina, carpintería y jardinería. La función básica de estos bloques es permitir la transmisión de las nociones elementales del oficio para facilitarles la adquisición de unas bases que les permitan la inserción laboral posterior. Estos talleres están dirigidos por profesionales del sector que aportan al proyecto su experiencia constatada.
b) Áreas instrumentales: matemáticas, lengua catalana, lengua castellana, ciencias sociales y ciencias naturales.
c) Educación física (deporte y piscina) y educación visual y plástica.
d) Temas transversales: créditos variables (educación emocional, sexual, para el consumo, para la salud…).
e) Orientación y tutoría: atención en grupo e individual.
La selección y concreción de los bloques de contenido fue una tarea complicada, ya que el punto de partida de los alumnos (especialmente el referente a las competencias escolares) es deficitario en la mayoría de los casos. Para perfilar los objetivos que orientarían el proceso educativo se siguieron tres criterios: el de funcionalidad (metas relacionadas con la vida real, con posibilidades de aplicación en escenarios reales), el de importancia (priorizamos los temas más esenciales para avanzar a medida que las bases se iban consolidando) y el de correspondencia académica (se abordan todas les áreas del currículum de secundaria excepto la lengua extranjera y la música).
3. La evaluación de los alumnos también fue una cuestión que debía ser definida con esmero. El equipo educativo de A15 ha desarrollado un sistema de evaluación continuada sustentada a través de diversos documentos (fichero personal del alumno, pruebas trimestrales, etc.) y consecuente con el itinerario curricular pactado con el IES. La actuación educativa especializada que se está llevando a cabo desde el recurso tiene un reconocimiento académico que se materializa en la validación de los resultados en el IES.
4. El equipo educativo es la herramienta de intervención más eficiente: en A15 trabajamos nueve personas: director, coordinadora pedagógica, maestra, psicóloga, tres profesores de taller (carpintería, jardinería y cocina), un profesor de visual y plástica y otro de educación física. Se entiende que la distribución de funciones en roles profesionales bien definidos así como su especialización son condiciones básicas para desarrollar una intervención completa.
La herramienta de intervención clave que se utiliza es el PEI: el tutor es el encargado de confeccionar este documento donde se recogen la descripción de la realidad del alumno, los objetivos a alcanzar (ámbito familiar, escolar y personal) así como las estrategias educativas para su consecución. El tutor es el referente del alumno y el profesional del equipo que más conoce el caso; no obstante, todos los miembros son conocedores de la situación y de las líneas de actuación para conseguir una sinergia de fuerzas efectiva.
Aula 15 nació con la voluntad clara de abordar un problema socioescolar muy concreto: el absentismo. En este sentido se ordenó una estructura y una dinámica educativa muy particular que, según los resultados obtenidos en estos cuatro cursos de historia, ha resultado adecuada a la problemática ya que la mayoría de los alumnos han permanecido en el recurso hasta junio y los índices de absentismo actualmente se hallan en unas cifras muy residuales. También cabe comentar la reacción de las familias, que han expresado su gratitud por la actuación, han colaborado progresivamente en el desarrollo del proyecto, han constatado cambios positivos en la evolución de sus hijos y con las cuales establecemos canales de comunicación y colaboración muy enriquecedores y efectivos.
Evidentemente aquella primera aplicación (curso 2001-2002) proporcionó indicadores de mejora que se han ido introduciendo en los cursos siguientes, pero, fundamentalmente, sirvió para evidenciar que sí que se podía organizar una formación alternativa de la etapa que motivase a esta tipología de alumnos. A15 es un espacio de convivencia y aprendizaje regulado por una normativa interna muy clara, que pretende poner al alcance de los alumnos una formación cultural y personal mínima para garantizar su posterior integración sociolaboral. Después de cuatro cursos, la evidencia del primer año se ha tornado confirmación acerca de la idoneidad de la propuesta formativa, ya que continúa dando respuesta pertinente a la realidad del municipio.