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Pedagogía social y educación social. Reflexiones sobre las prácticas educativas en Argentina, Brasil y Uruguay

Autoría:

Jorge Camors, Educador y Pedagogo, Uruguay

Reseña de libro

TÍTULO Pedagogía social y educación social. Reflexiones sobre las prácticas educativas en Argentina, Brasil y Uruguay
AUTORÍA Edición al cuidado del equipo de la Unidad de Comunicación y Ediciones (UCE),: Nairí Aharonián y Maura Lacreu
EDITORIAL Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación, Universidad de la República, Uruguay, 202 pág.
AÑO 2021

 

  • El texto que reproducimos a continuación es la introducción al libro. Se publica en nuestra revista como reseña, con permiso de los editores y del autor.

Los educadores, una de cuyas tareas esenciales es actualmente la de transformar
las mentalidades y las cualificaciones inherentes a todas las profesiones,
deberían ser los primeros dispuestos a repensar y transformar los criterios
y los datos de la profesión docente, en la cual las funciones de educación y
animación priman cada día más sobre las funciones de instrucción.

Edgar Faure y otros, Aprender a ser

Es muy grato presentar una nueva publicación de nuestro grupo de investigadores, integrado por colegas y compañeros pertenecientes a universidades públicas de Argentina, Brasil y Uruguay.

Antecedentes

En 2016, se concretó el primer encuentro, a partir del intercambio iniciado poco tiempo antes, entre investigadores de la Universidade Estadual de Maringá (Brasil) y de la Universidad de la República (Uruguay). En Brasil se sumaron otros pertenecientes a la Universidade Federal do Espíritu Santo y de la Universidade Estadual de Ponta Grossa. A partir de este intercambio, se acordó realizar el primer encuentro que se llevó a cabo en Montevideo en noviembre de ese año.

Enterados de este primer encuentro, investigadores de la Universidad Nacional de Cuyo (Argentina) solicitaron asistir, por su afinidad con los objetivos y con el contenido del encuentro y del intercambio académico.

Al finalizar esta primera actividad, se acordó continuar la relación con la finalidad de reunirnos periódicamente para discutir acerca de los respectivos avances en la producción de conocimiento en pedagogía social. La metodología de trabajo contemplaba un encuentro para reflexionar y debatir entre colegas, con base en los avances de investigación que se publican, con ese propósito, en esta ocasión.

En octubre de2017, se llevó a cabo el segundo encuentro de investigadores de las universidades antes mencionadas de Argentina, Brasil y Uruguay, continuando con el proyecto iniciado el año anterior y tomando como centro del intercambio las producciones publicadas. Este segundo encuentro se llevó a cabo en Maringá, Brasil.

En marzo del año 2019, se llevó a cabo, en Mendoza, Argentina, el tercer encuentro de investigadores de este tipo, en el marco del III Encuentro Internacional de Pedagogía Social y Educación Social, con los mismos objetivos y contenidos del intercambio y con la posterior publicación de la producción académica.

Nuevo encuentro y nueva publicación

El propósito era continuar el intercambio y regresar a Montevideo como sede del cuarto encuentro, con la perspectiva de ir alternando su organización en nuestros respectivos países.

Estaba previsto que la publicación y el encuentro se realizaran en 2020, pero la pandemia de covid-19 obstaculizó la concreción de lo proyectado. A pesar de todas las dificultades, el propósito se mantuvo y el trabajo se realizó, a un ritmo más lento del deseado, pero sin abandonar las finalidades. La comunicación y la coordinación se hicieron en forma virtual y llegamos, finalmente, en condiciones de presentar una nueva publicación con nuestra producción académica, en los mismos términos del proyecto comenzado en 2016.

De esta forma, se cristalizan, en esta cuarta publicación, los avances de la investigación en pedagogía social en Argentina, Brasil y Uruguay.

El objeto de estudio: las prácticas educativas

Uno de los principios que sustentaron el acuerdo inicial del trabajo fue colocar la mirada en las prácticas educativas. Pensamos que la producción de conocimiento se debe sustentar en el análisis de las prácticas educativas, para desde allí poner en discusión la teoría que las fundamenta, revisarla, pensar las modificaciones y conclusiones necesarias y posibles para perfeccionar su marco teórico.

El objetivo permanece incambiado y encuentra, en esta publicación, nuevos y diversos aportes, que contribuyen a seguir reflexionando. La teoría fundamenta la práctica, pero muchas veces el desarrollo de la práctica interpela la teoría y permite pensar los ajustes y los cambios necesarios para volver a la práctica.

Nos anima, preocupa y ocupa la educación, en sentido amplio (Unesco, 1990), reconociendo todos los niveles, modalidades, ámbitos y circunstancias en que se desarrolla y con las diversas poblaciones a las que se convoca y que participan. Hasta el título promueve el debate

¿Cuál es el objeto de estudio de la pedagogía social?

En Uruguay, en los noventa se toma contacto con la producción propia de esta disciplina, a partir de la formación de educadores sociales[1] y de las relaciones de intercambio con la experiencia acumulada en España.[2]

La formación de los educadores sociales y la intervención educativa que se proponía exigían un marco teórico y metodológico que no se veía contemplado en la pedagogía conocida y publicada. Por lo tanto, en la búsqueda encontramos los trabajos de José Ortega, Violeta Núñez, José A. Caride, José García Molina y Juan Sáez, aportes relevantes y pertinentes. Nos encontramos con otras formas de pensar la pedagogía y trascender su objeto de estudio tradicional —la escuela— para abordar nuevos desafíos.

La educación fuertemente reducida a la educación formal obligatoria no permitía visualizar otros ámbitos, diferentes contenidos y menos aún reconocer que las políticas educativas deben ser pensadas y propuestas para todos, a lo largo de la vida.

En esta primera etapa de estudio y construcción de la pedagogía social en Uruguay, sin lugar a dudas, las prácticas educativas de los educadores sociales constituyeron objeto de estudio y fuente de producción. La pedagogía podía circular fuera de la escuela, colocando la mirada en otras necesidades, intereses y problemas acerca de lo educativo y lo social.[3]

En el estudio de la pedagogía social, analizando su historia, tal como lo registran colegas tales como José Antonio Caride (2005), Paciano Fermoso (1994) y Juan Sáez (2007) abordamos la obra de Paul Natorp, reconocido por todos como el fundador de la pedagogía social en Alemania, especialmente a partir del primer curso que propone en la Philipps-Universität Marburg, Alemania, en 1905.

Resulta muy interesante pensar que «la educación del individuo está condicionada en todos los aspectos por la comunidad, así como viceversa: una formación humana de la comunidad está condicionada por una educación del individuo conforme a ella y que participa de ella» (Natorp, 1987).

Esta perspectiva de Natorp nos propone pensar al sujeto de la educación en relación directa con la comunidad de su época, con su historia y su cultura. Pero a la vez nos interpela a los educadores y pedagogos a pensar la incidencia en la comunidad que coparticipa de nuestros esfuerzos educativos. Esta perspectiva trasciende formatos educativos y grupos y sectores particulares de la población.

Para Natorp (1987), «la educación es un proceso graduado» que contempla el papel de la familia en el hogar en primer lugar, luego el nivel de la escuela y, por último, «la libre educación de los adultos en asociaciones libres de cultura (extensión universitaria, bibliotecas populares, etcétera)» (p. 101).

En otro apartado, Natorp (1987) sostiene que «no subordina la educación, como medio, a los fines de la economía y del orden social, sino que más bien considera a estos como medios para conseguir el fin último de la educación» (p. 122), y agrega: «Educación por el trabajo, para el trabajo, tomando parte en él mediante la organización social, y de igual modo participando en la actividad educadora propiamente social mediante la educación social» (p. 122).

En síntesis, estamos recorriendo un camino auspicioso y desafiante en la construcción de la pedagogía social que la educación, en su sentido más amplio y profundo, requiere.

Este nivel de análisis de las prácticas educativas nos permite y exige «volver a la educación, con mayúscula y sin adjetivos» (Camors, 2001), para lo cual se requiere apoyarse en diversas disciplinas, pero, fundamentalmente, en la pedagogía como disciplina que «tiene por objeto el estudio a la educación en sus relaciones con la sociedad, es decir, la acción de los grupos sociales en la formación del hombre y la influencia de la educación en la sociedad humana» (Luzuriaga, 1998).

Los ejes temáticos, continuidad y vigencia

El objetivo de esta publicación es compartir los avances en la investigación en pedagogía social, de acuerdo a los cuatro ejes temáticos definidos: sujetos y experiencias; profesionalización y formación; educación y trabajo, y Educación de personas jóvenes y adultas. De esta forma, serán centro de las discusiones en nuestro próximo cuarto encuentro.

A continuación, se detallan los títulos de los artículos y sus autores, de acuerdo con el eje temático correspondiente.

 Sujetos y experiencias

  • «Entre lo punitivo y lo libertario. Reflexiones pedagógicas en torno al dictado del ingreso universitario de la carrera de Educación Social en el peuce», de Aldo Altamirano y Noelia de la Reta.
  • «Sujeitos e experiências da educação social: um espaço chamado Cajun», de Jacyara Silva de Paiva, Marluce Leila Simões Lopes y Anacyrema da Silveira Silva
  • «Aproximaciones en torno a la discusión de los jóvenes y adultos como sujetos de la educación desde la pedagogía social», de Marina Camejo.

Profesionalización y formación

  • «Devenir de la educación social en Mendoza: una mirada hacia el campo laboral», de Eduardo Ribó y Diego Díaz Puppato
  • «A profissão e a formação do educador social no Brasil: inferências a partir de teses doutorais», de Verônica Regina Müller, Regis Alan Bauli y Fernanda M. Benvenuto M. Simões
  • «La importancia de la narración para pensar las prácticas educativo-sociales », de Marcelo Morales

Educación y trabajo

  • «Graduados en Pedagogía y Educación Social: la inserción laboral, los desempeños profesionales y las marcas de la formación», de Débora Kantor y Paola Rubinsztain
  • «Reflexões em torno do trabalho e formação do socioeducador», de Antonio Pereira y Cândida Andrade de Moraes
  • «Prácticas educativas en centros residenciales de protección de 24 horas para niñas, niños y adolescentes. Aportes de la educación social», de Cecilia Aguilar, Luciana Goñi y Dalton Rodríguez

Educación de personas jóvenes y adultas

  • «Puentes entre educación social y psicología comunitaria: escucha en la educación de jóvenes y adultos», de María Alejandra del Campo, Elena Altamirano y Analía González
  • «As possíveis contribuições do campo teórico da pedagogia social para a eja: formas de (re) existir para além da sala de aula», de Arthur Vianna Ferreira
  • «La evaluación, entre el control y la formación», de Jorge Camors

Palabras finales

De esta forma queda presentada una nueva publicación que recoge los avances de la investigación en pedagogía social en un período que estuvo afectado por los impactos de la pandemia de covid-19. Corresponde destacar que, a pesar de las adversidades, se continuó trabajando, como una forma más de enfrentar los problemas de la salud en este caso, que se suman a los problemas económicos, sociales y políticos de nuestros pueblos. La lucha por la vida no solo compromete a la salud, sino también a la cultura.

Estos trabajos recogen una reflexión que resulta del análisis de prácticas educativas desarrolladas antes de la pandemia, durante la cual todos hemos tenido que enfrentar situaciones nuevas, incorporando nuevos conocimientos y habilidades de la tecnología, pero sufriendo las distancias físicas, los confinamientos y las interrupciones y dificultades en nuestras comunicaciones. Corresponde señalar la importancia de este colectivo de investigadores de diferentes universidades de la región que en un contexto adverso han mantenido la actividad académica.

Seguramente esto les generará una plataforma importante para la continuidad y para proyectarse a nuevos desafíos.

Nuevas prácticas educativas se ciernen en el horizonte, en esta nueva etapa pospandemia, que necesariamente deberemos incluir en futuros análisis, en el marco de la complejidad e incertidumbre de la época, para continuar consolidando la pedagogía social que contribuya a más y mejor educación para todos, a lo largo de toda la vida.

Referencias

Camors, J. (2001). Una perspectiva pedagógica para rescatar la función educativa que se realiza en diversos ámbitos de la vida social: la Educación social. Trabajo presentado en el III Encuentro Nacional de Educadores y Educadores Sociales. Unicef, Montevideo, 9, 10 y 11 de setiembre de 1999.

Caride, J. A. (2005). Las fronteras de la Pedagogía Social. Barcelona: Gedisa.

Faure, E., Herrera, F., Kaddoura, A-R., Lopes, H., Petrovski, A. V., Rahnema, M., y Champion Ward, F. (1978). Aprender a ser. Madrid: Alianza-Unesco.

Fermoso, P. (1994). Pedagogía Social. Fundamentación científica. Barcelona: Herder.

Luzuriaga, L. (1993). Pedagogía social y política. Madrid: CEPE.

Natorp, P. (1987). Curso de Pedagogía Social. Ciudad de México: Porrúa.

Sáez, J. (Coord.) (2007). Pedagogía social y educación social. Historia, profesión y competencias. Madrid: Pearson.

Unesco (1990). Declaración mundial sobre educación para todos «Satisfacción de las necesidades básicas de aprendizaje». Jomtien; Tailandia, 5 al 9 de marzo de 1990. Recuperado de Enlace

[1] En 1989 se diseña el primer plan de estudios de la formación de educadores sociales en Uruguay, cuyos cursos comenzaron en 1990

[2] En 1996 se toma conocimiento de la experiencia de formación en las universidades de Barcelona y de Salamanca, a través de Violeta Núñez y José Ortega, respectivamente

[3] Corresponde señalar que la formación de educadores sociales en Uruguay ya lleva tres décadas, de las cuales durante las dos primeras el trabajo se orientó a infancia y adolescencia en programas sociales, pero en la última década se amplió a jóvenes, adultos y adultos mayores, en ámbitos y contenidos de diversas políticas públicas e incluso en la educación formal.