David Campo y Lorena Ripoll, educadores sociales del Centro penitenciario Quatre Camins
El “Sentir-nos Bé” es el Dmagazine de salud que se hace en el centro penitenciario Quatre Camins dentro del marco del programa intensivo de toxicomanías. A través de él, hablaremos de la figura del educador social y del trabajo que desarrolla en el proyecto tanto dentro de la ASC (Animación Sociocultural) como de la Educación Especializada. Este Dmagazine pretende publicar ediciones de carácter mensual. A través de una metodología de trabajo en equipo, mediante reuniones y encuentros en donde se parte de las potencialidades de los participantes, de su esfuerzo y motivación. Los educadores acompañan siempre todo el proceso y crecen y aprenden junto al resto de miembros del grupo en un medio que ha conseguido ser cómodo y ha permitido la evasión del contexto penitenciario gracias a las nuevas tecnologías y las nuevas relaciones establecidas tanto dentro como fuera del centro penitenciario.
Antes de entrar de lleno a explicar nuestra experiencia educativa, consideramos interesante hacer una pequeña referencia para recordar cuál es el objetivo de nuestra profesión, y de qué manera entendemos que se está desarrollando en nuestro centro, así como las inquietudes que nos genera en nuestra práctica profesional, que han supuesto la motivación para generar el proyecto que presentamos.
En este sentido encontramos en el código deontológico la siguiente definición de nuestra profesión que fundamenta y legitima a la educación social como derecho de toda la ciudadanía.
Este derecho se concreta en el reconocimiento de una profesión de carácter pedagógico, generadora de contextos educativos y acciones mediadoras y formativas, que son ámbito de competencia profesional del educador social, posibilitando:
-La incorporación del sujeto de la educación a la diversidad de las redes sociales, entendida como el desarrollo de la socialización, la sociabilidad y la circulación social.
-La promoción cultural y social, entendida como apertura a nuevas posibilidades de adquisición de bienes culturales, que amplíen las perspectivas educativas, laborales, de ocio y participación social[1]
También en el Programa Marco de Educación social (PMES) encontramos los límites entre los que se desarrolla nuestra profesión. Estos límites enmarcan nuestras acciones en dos grandes ámbitos de intervención la Animación Sociocultural (ASC) y la Educación Social Especializada.
Los programas que se incluyen en el ámbito de la intervención socioeducativa atienden a los objetivos relacionados con la comprensión de la realidad sociocultural de las personas internas, su inserción en la comunidad, la mejora de la convivencia y la vida comunitaria en los centros penitenciarios, al tiempo que se fomenta la autonomía. Estas actividades se distribuyen en:
Por otra parte, las actividades que se incluyen en el ámbito de la educación social especializada atienden a los objetivos relacionados con las situaciones de riesgo inherentes a hechos delictivos y para las que existen programas específicos de tratamiento, el Programa SAC (Control de la agresión sexual), toxicomanías, Programa DEVI (Delitos violentos), entre otros.[2]
La figura del educador social dentro de los centros penitenciarios catalanes ha ido creciendo y evolucionando a lo largo de estos años. Tanto en su número como en la acciones que lleva a cabo. Si bien en una etapa inicial el cuerpo de educadores se nutría a través de un proceso de habilitación de profesionales procedentes de distintas formaciones y funciones dentro del propio sistema; actualmente encontramos un cuerpo que en su gran mayoría tienen una formación universitaria en la especialidad de Educación social.
Esta evolución ha ido paralela a la manera de entender la profesión. En este sentido podemos observar que de manera general, en una primera etapa inicial el educador centraba sus funciones dentro del ASC, con el objetivo de dinamizar la vida de los centros a través de actividades de carácter lúdico-festivas de entretenimiento y formativas con el objetivo de reducir la conflictividad y en funciones de tutoría con el objetivo de orientar a los internos en lo referente al cumplimiento de la condena.
Esta etapa inicial da paso a una nueva fase marcada por la incorporación de una gran numero de educadores formados de manera específica en la universidad como educadores sociales . En esta nueva etapa el educador hace una inversión importante en su imagen profesional con el objetivo de afianzarse y ganar cuotas de credibilidad y auto confianza dentro de los equipos de tratamiento. Este esfuerzo supone un giro en la concepción de la profesión, orientado la intervención educativa en el ámbito de la educación especializada (programas de toxicomanías, conducta violenta, modificación de la conducta…). Dejando de lado o valorando la intervención amparada bajo la ASC como una intervención de segunda clase. A lo largo de este recorrido el educador entra en una espiral de confusión que ha desdibujado su personalidad profesional, acercando su manera de actuar, en el centro así como su manera de influir en el sujeto de intervención, a la figura del psicólogo.
Esta manera de concebir la profesión no está alejada de como en nuestra sociedad entiende los problemas sociales y la forma en que hay que darles respuesta convertirlos en enfermedades sociales ha conducido al abuso de la clínica y a la psicologización.[3]
Esta situación genera en algunos educadores cierto recelo, provocando la búsqueda de nuevas maneras de actuar en el marco penitenciario.
Des de nuestra experiencia consideramos que se está iniciando una nueva etapa profesional, que busca la manera de entrelazar las acciones educativas que desarrollamos bajo los dos grandes ámbitos de intervención, así como reconfigurar la figura del educador fortaleciendo su entidad profesional. En este sentido se desarrollan proyectos y experiencias que se alimentan de la metodologías de la ASC y de la educación Especializada con el objetivo de crear espacios y tiempos educativos, dentro de los centros penitenciarios capaces de favorecer procesos individuales y grupales relacionados con las posibilidades de una mejora personal y social en los distintos contextos sociales. Ofreciendo de esta manera una visión del fenómeno delictivo des del punto de vista educativo (sujeto educativo como adulto, aprendizaje significativo, prisión como contexto educativo) y social (procesos de inadaptación, anomía social, desarrollo moral, falta de reconocimiento identidad…).
Partiendo de que la Constitución Española en su art. 25.2 dice textualmente:
“Las penas privativas de libertad y las medidas de seguridad estarán orientadas hacia la reeducación y reinserción social y no podrán consistir en trabajos forzados. El condenado a pena de prisión que estuviere cumpliendo la misma gozará de los derechos fundamentales de este Capítulo, a excepción de los que se vean expresamente limitados por el contenido del fallo condenatorio, el sentido de la pena y la ley penitenciaria. En todo caso, tendrá derecho a un trabajo remunerado y a los beneficios correspondientes de la Seguridad Social, así como al acceso a la cultura y al desarrollo integral de su personalidad”
Nuestra experiencia se enmarca en el ámbito de las drogodependencias en un Centro Penitenciario. La intervención en drogodependencias es un eje de trabajo prioritario en los centros penitenciarios catalanes a raíz del incremento del número de consumidores que ingresó en prisión a finales de los 70 y principios de la década de los 80. Entendiendo la drogodependencia como un patrón desadaptativo de consumo de sustancias que conlleva un deterioro o malestar clínicamente significativo[4] y que tiene una afectación a nivel bio-psico-social. Des de la SSPRIJJ (Secretaria de Serveis Penitenciaris, Rehabilitació i Justicia Juvenil) se diseñó un Programa Marco de Intervención en Drogodependencias que intenta dar respuesta a la complejidad y heterogeneidad de este fenómeno.
En este sentido, explicaremos que se hace en el C.P Quatre Camins, donde trabajamos y más concretamente en la Unidad de Tratamiento de las Drogodependencias (UTD).
El objetivo general de la unidad es dotar a los internos de las herramientas necesarias que les permitan iniciar un cambio en relación al consumo de drogas hacía la abstinencia por medio del autoconocimiento, el establecimiento de relaciones positivas, la responsabilización y la participación en la vida comunitaria del módulo que les facilitaran el proceso de inserción hacía la calle. Para conseguir este objetivo los equipos compuestos por psicólogo, educador, jurista y trabajador social durante 4 meses realizaran sesiones grupales e individuales donde se trabajaran:
En la UTD se ubican 100 internos con un consumo problemático de drogas. Estos se caracterizan por una baja autoestima, impulsividad, dificultades para gestionar las emociones en general, falta de habilidades sociales, bajo nivel de instrucción y en ocasiones dificultades de lecto-escritura y no podemos olvidar las dificultades para ocupar el tiempo libre de manera positiva y establecer nuevos vínculos relacionales fuera del entorno de consumo. Todo esto se hace todavía más presente en la etapa de deshabituación en la que la persona con un problema de drogas reconoce el displacer, que expresa como un vacío, producido principalmente por la falta de sensaciones placenteras fuera de las que obtienen con el consumo. Por tanto es de gran importancia que en esta etapa de cambios los internos puedan participar en experiencias , como la que os explicaremos.
El Dmagazine digital es un experiencia dentro del “Projecte AlfaDigital (Alfabetització Digital i Dinamització Cultural)” que nace en la “Unitat de Nous Projectes i Programes de Contingut Transversal de la Direcció General de Serveis Penitenciaris”.[5] Con este proyecto se pretende:
Entramos en contacto con esta iniciativa a partir de la experiencia de nuestras compañeras Elisabeth Boo y Elisenda Sancenon, educadoras del CP Quatre Camins, impulsores del Dmagazine Universo Cultural, el “Magazine Abierto” realizado en el Modulo 4 del mismo centro y de la asistencia a la III Jornada TIC i Presó realizada en el Centro de Estudios Jurídicos y Formación Especializada el 14 de Junio de 2012. En uno de los talleres de esta Jornada: “Dmagazine una entrada a l’univers cultural” nace el “Sentir-nos Bé” como nueva sección a propuesta de los participantes. Esta experiencia se puede escuchar en: (En linea)
Ese mismo verano nos invitan a colaborar des de la UTD con esa sección y realizamos nuestra primera intervención en la séptima edición del Universo Cultural. Des del primer momento la propuesta nos parece sugerente y llena de posibilidades. Considerando que la puesta en marcha del proyecto nos permite crear un contexto educativo que puede tener efectos sobre tres planos:
Como educadores consideramos este proyecto como una gran experiencia educativa que recoge aspectos presentes tanto des del ámbito de la ASC como de la Educación Especializada. En este sentido dedicamos una fase previa a la implementación, a pensar cómo íbamos a considerar al sujeto educativo, que rol queríamos adoptar como educadores y la filosofía que debía inspirar el proyecto.
Los objetivos que nos proponemos son:
Con estas tres secciones pretendemos recoger la visión de salud propuesta des de la OMS (organización mundial de la salud): “La salud es un estado de completo bienestar físico, mental i social, i no solamente la ausencia de afecciones o enfermedades”
Cada una de las secciones dispone de una entradilla elaborada por los miembros del equipo. Esta entradilla está acompañada de una canción, extraída de www.jamendo.com donde podemos encontrar música libre de derechos de autor.
El “Sentir-nos Bé” también dispone de un logotipo del proyecto realizado por uno de los miembros del Dmagazine, después de su participación en el concurso: “Crea nuestro logotipo”, de participación interna donde se presentaron tres propuestas diferentes.
La selección del logotipo ganador la realizó, después de una larga deliberación, el equipo de tratamiento de la UTD. Los aspectos valorados fueron: creatividad, diseño y significado.
Dentro del módulo residencial hemos conseguido un espacio de trabajo privilegiado. Un antiguo búnker flanqueado por dos grandes cristales por la cual cosa estamos expuestos de manera permanente. Esto ofrece dos grandes ventajas por un lado en muchas ocasiones los participantes del proyecto pueden trabajar sin la necesidad constante de tener de estar acompañado por un profesional. Por otro lado esta exposición frente al resto de internos del módulo es un buen reclamo y ayuda a romper clichés. También disponemos de un espacio exterior anexo al búnker que nos permite trabajar al aire libre y a la vez, en dos ambientes claramente diferenciados. Así pues, una parte del equipo puede estar gravando en el interior del búnker mientras la otra parte revisa los artículos, ensaya la puesta en escena, etc. en el espacio exterior.
En el espacio interior disponemos de dos equipos informáticos reciclados con Ubuntu y Programario libre. Estos equipos reciben apoyo técnico por parte de la Asociación Andrómines. También tenemos un micrófono. A nivel de mobiliario en el interior tenemos una mesa de despacho con dos sillas y en el exterior una mesa circular con algunas sillas más.
Las reuniones de trabajo son la base imprescindible para el buen desarrollo del proyecto. Se realizan dos reuniones de dos horas aproximadamente cada una los lunes mañana y los jueves tarde. La edición de cada número sigue el siguiente proceso aunque algunas de las partes se realizan en la reunión otras las realizan los participantes en la actividad según su disponibilidad horaria y dedicación:
Después de este corto recorrido consideramos que todavía nos encontramos en una primera fase de implementación del proyecto. A modo de valoración global nos sentimos satisfechos y confiados en las virtudes y posibilidades educativas que nos ofrece el Magazine.
Nuestras primeras expectativas sobre la fuerza inherente al proyecto se van confirmando día a día, en cada uno de los números que hemos conseguido publicar y en el progreso personal que han vivido cada uno de los participantes que han colaborado en el proyecto.
A falta de una evaluación sistemática, si creemos que podemos recoger unas impresiones generales a modo de valoración. En este sentido de los numerosos aspectos que podríamos explicar, nos gustaría destacar los siguientes.
Boó, E. Campo, D. Gracia, S. Martínez J. (2009). Reflexions metodològiques dels educadors socials de centres penitenciaris entorn de l’atenció individualitzada, Barcelona: Generalitat de Catalunya, departament de justícia (en línea)
Sedó, C. (1999). Treballant com a educadora o educador social. Barcelona: Pleniluni
AMERICAN PSYCHIATRIC ASSOCIATION (APA). (2002). Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales DSM-IV-TR. Barcelona: Masson. (En linea)
Agradecemos la creatividad del título de este artículo a Ismael, componente del Sentir-nos Bé.
[1] Extraído de capítulo 1, Aspectos generales del código deontológico.
[2] Fragmento traducido del catalán al castellano del “Programa Marc d’Educació Social en els Centres Penitenciaris”. Extraído de: http://justicia.gencat.cat
[3] Fragmento traducido del catalán al castellano de la pg. 5 de Treballant com educadora o educador social.
[4] Definición extraída del DSM IV – TR
[5] Fragmento extraído de: https://espaitic.wordpress.com/about/
[6] Fragmento extraído de “Reflexions metodològiques dels educadors socials de centres penitenciaris entorn de l’atenció individualitzada”.
[7] Opinión de Esteban, componente del Sentir-nos Bé