Rosario Pozo, Departamento de Pedagogía y Didácticas Específicas de la Universitat de les Illes Balears
A medida que la población envejece, las personas mayores y concretamente las mujeres se están convirtiendo en un grupo cada vez más significativo que merece especial atención por parte de todos, por lo que respecta no solo a los impactos individuales de salud física, psíquica y emocional, sino también a las dinámicas familiares y en última instancia a la necesidad de adaptar todas estas nuevas necesidades a las políticas sociales (Pérez Díaz 2003). Según la ONU (2011) 700 millones de personas tienen más de 60 años. La previsión para el 2050, más de una persona de cada cinco tendrá 60 años o más. Este trabajo explora el fenómeno del alcoholismo femenino en los procesos de envejecimiento de mujeres mayores de 55 años en las Illes Balears. El estudio comprende, analiza y describe los procesos de envejecimiento y alcoholismo femenino que pasan por los diversos servicios e instituciones de atención, en desintoxicación, deshabituación, y de tratamiento o de reinserción.
Rosario Pozo.[1]
Cada vez hay más mujeres, son más lesivas (bebiendo). La imagen de la mujer bebida
es muy cuestionada, vemos a un hombre bebido y lo vemos como algo normal, en
cambio una mujer bebida ya le ponemos miles de etiquetas, no digo ante el profesional
es la sociedad le pone muchas etiquetas, esto hace que cada vez se retiren más.La mujer es más difícil de detectar, lo hace a escondidas, siempre va a negar la
cantidad y siempre es más difícil llegar hasta pedir ayuda.(Grupo de discusión CAD trabajadora social de la Part forana).
La feminización del envejecimiento es una constatación (Pérez Díaz, 2003). Los datos envejecimiento femenino en España según el INE, 1 de enero de 2014) demuestran que de la población total española el 18,1%, es decir 8.442.427 tienen más de 65 años. De estos el 57,19% son mujeres, 4.828.972, por lo que más del 10% de la población española son mujeres de más de 65 años. Además su esperanza de vida a partir de los 65 años es de 88 años y el 25,7% de mujeres mayores de 65 años viven solas. Las distintas investigaciones datan de las décadas de los 60 y 70 estaban convencidos de que el abuso del alcohol era poco frecuente entre los adultos mayores en general (Atkinson y Gazini 1994), y casi inexistente en las mujeres mayores. Sin embargo llama la atención un reciente trabajo de investigación llevado a cabo por el Royal College of Psychiatrists, titulado nuestros adictos invisibles o Our Invisible Addicts (2012), que advierte del incremento de consumo precisamente en esta franja de edad y los problemas concomitantes sobre el consumo de alcohol y otras dependencias entre las personas mayores. A lo largo del artículo veremos que el fenómeno del alcoholismo femenino en la franja de edad más de 55 años es un fenómeno oculto e invisibilizado, difícil de detectar porque forma parte de un hábito cotidiano vinculado a la trayectoria de vida y porque existen otras problemáticas entrelazadas en los procesos de envejecimiento y producidas como causa o dependencia del alcohol. Ser mujer inmersa en procesos de envejecimiento y consumo de alcohol problemático son factores acumulativos de vulnerabilidad a la hora de sufrir algún tipo de violencia (NIDA, 2001). Muchas de estas mujeres tienen una mayor probabilidad de desarrollar sucesos estresantes o traumáticos y suelen acumular porcentajes altos de ser víctimas de violencia de género ejercida por parte de sus parejas con una incidencia de tres veces mayor a la de la población general. Ante estas situaciones, algunas de las supervivientes recurren al consumo excesivo y problemático de alcohol, fármacos y otras drogas (Bravo, Echeburúa, y Aizpiri, 2008). Esta es considerada una de las estrategias más comunes para evadirse de los síntomas del estrés postraumático que le acompaña, el consumo (Alberdi y Matas 2002). Si se analiza este fenómeno en profundidad, se puede deducir que por una parte, la automedicación puede bloquear los síntomas del estrés postraumático, así como de otro tipo de respuestas psicopatológicas (Walker, 1994). Un buen número de estudios encontraron que un porcentaje muy elevado de mujeres maltratadas tomaban tranquilizantes o somníferos, en cambio otras mujeres consumían alcohol y otras sustancias adictivas (Chang 1994 y Technical datasheet, EMCDDA 2006). Hay investigaciones que refieren que las mujeres supervivientes a situaciones de maltrato consumen alcohol y tranquilizantes para calmar su dolor y frustración producido por la violencia en los espacios cotidianos. Precisamente las mujeres consumidoras de alcohol suelen atribuir sus problemas con esta sustancia y otras drogas a hechos o circunstancias estresantes o frustrantes de su vida (Amor y Bohórquez 2009). Además se ha comprobado que su cantidad de consumo o ingesta está relacionado con la gravedad de la violencia sufrida y con el grado de amenaza percibido. Según nos referencian Clark y Foy, (2000), a mayor gravedad de la violencia sufrida, mayor es el consumo de alcohol. De forma diferente, aquellas víctimas que han logrado salir de una relación violenta tienden a reducir su consumo de alcohol, incluso sin ayuda terapéutica (Eberle, 1982; Walker, 1984). Por lo que podemos señalar que el maltrato puede ser un factor de riesgo de padecer abuso o dependencia de sustancias psicoactivas, pero a su vez, se puede considerar que las mujeres alcohólicas, al vivir más situaciones de riesgo pueden ser más proclives a sufrir experiencias de maltrato. Para muchas mujeres el consumo de alcohol se convierte en parte de su estilo de vida para enfrentarse o resistir situaciones de violencias fundamentalmente intrafamiliares. A continuación se presenta un recuadro explicativo con aquellas características más significativas a tener en cuenta a la hora de comprender el consumo temprano o tardío de las mujeres mayores de 55 años:
Características y problemáticas más destacables en mujeres mayores de 55 años (Consumo temprano/tardío) |
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Variable |
Consumo temprano |
Consumo tardío (Moos et al., 2005). |
Edad de inicio del consumo |
Antes o entre los 20 o 30 años |
Después de los 50 anos |
Género (Saunders et al. 1991) |
Más hombres que mujeres. |
Más mujeres que hombres. |
Status socioeconómico |
Nivel bajo/medio más representativo la exclusión social |
Nivel medio alto |
Estrés, ansiedad y otros trastornos (Peterson y Zimberg, 1996) |
Común o habitual |
Común o habitual |
Depresión Estigma |
No necesariamente común |
Común o habitual |
Historial familiar de alcoholismo Violencia en el hogar |
Mas prevalencia |
Menos prevalencia |
Severidad de los problemas asociados con el alcohol |
Mayores y más severos problemas psicosociales |
Menos y con menor severidad los problemas psicosociales. |
Problemas de salud o enfermedades asociadas a la edad y agravadas por el consumo del alcohol directa (ej cirrosis) o indirectamente (hipertensión o diabetes) |
Más común |
Menos común |
Comorbilidades psiquiátricas |
Más severidad de pérdida cognitiva |
Perdida cognitiva pérdida menos severa |
Tratamiento y recuperación (Sujeto a la edad envejecimiento temprano de 55 a 65 o tardío más de 65 años) |
Menos Probable |
Más posible |
Edad del paciente: Envejecimiento temprano de 55 a 65 |
Menos Probable |
Más posible |
Edad del paciente: Envejecimiento tardío más de 65 años. |
Menos Probable |
Menos Probable |
A continuación vamos a ver un cuadro explicativo de los “Factores de riesgo y de protección en mayores de 55 años”:
FACTORES DE RIESGO (Morgan, Brosi, y Brosi 2011) |
FACTORES DE PROTECCIÓN |
Género Tener una pareja violenta o consumidora de alcohol u otros tóxicos. |
Envejecimiento y modo de vida activo (cuerpo y mente). |
Situaciones traumáticas como; -Pérdidas familiares, poco apoyo familiar o red social, pareja, amistades o personas de referencia. -Separaciones o divorcios (Ekerdt et al., 1989). |
Red familiar de amistad, pareja o relaciones interpersonales saludables. |
Aislamiento social (Bristow y Clare, 1992; Ganry et al., 2000). |
Buena Integración social |
Inicio y abuso temprano de alcohol u otras sustancias |
No tener o desarrollar dependencias |
Comorbilidad psiquiátrica |
Actitud, aptitud y comportamientos proactivos. |
Historial familiar/genético |
Creencias o filosofía de vida de aceptación y adaptación a nuevas etapas del ciclo vital. |
Otras dependencias asociadas |
Percepción negativa del consumo del alcohol o de las dependencias. |
Dificultades en la detección/temprana |
Detección temprana |
(Tablas de elaboración propia a partir de referencias de diversos autores)
El objetivo fundamental del estudio fue el de comprender, analizar y describir los procesos de envejecimiento femenino de personas alcohólicas que pasan por los diversos servicios e instituciones de atención, en desintoxicación, deshabituación, de tratamiento o de reinserción en las Islas Baleares. Y que por lo tanto existe una cierta identificación con que el alcohol es un problema en sus vidas. Para responder al objetivo de esta investigación se ha optado por un enfoque metodológico eminentemente cualitativo debido a su permanente invisibilidad en nuestra sociedad y las escasas investigaciones empíricas sobre el fenómeno. Por su concreción, la metodología cualitativa daría un resultado de mayor eficacia analíticamente hablando. Es por ello que el estudio exploró los discursos de los diferentes profesionales que intervienen con enfermas alcohólicas en Illes Balears desde febrero hasta abril del 2013, y se tomaron como referencias fundamentales un grupo de discusión y observación participante de terapias grupales y 16 entrevistas en profundidad (8 profesionales de intervención del ámbito de las ciencias sociales) y 8 historias de vida a personas mayores de 55 años enfermas alcohólicas. Finalmente, todo ello se ha complementado con estudios e investigaciones que documentan las percepciones de los profesionales acerca de este fenómeno.
Algunos de los resultados analizados especialmente significativos
Los datos analizados y la literatura confirma entre otros que las causas, inicios, pautas o patrones dosis o cantidades de consumo, tipología de la adicción, el impacto de su consumo etc., es diferencial entre hombres y mujeres (Montero, González y Molina, 2010). Por lo que las mujeres consumidoras de alcohol aunque comparten ciertos aspectos de los anteriormente mencionados podemos decir que tienden a desarrollar sus propios y particulares problemas de consumo (Kilbourne, Cummings, Levine, 2011). Veamos el siguiente fragmento del Grupo de discusión con trabajadoras/es sociales: La tipología es muy diferente, normalmente el alcoholismo femenino es bastante diferente, el hombre es más socialmente, los bares, alterna más, la mujer suele beber más en casa y a escondidas, camufla más los consumos. La mujer es menos escandalosa, menos social bebiendo, y hay bastante diferencia en tipo de consumo. (Grupo de discusión CAD trabajadora social de la Part forana). El análisis del discurso nos permitió identificar los siguientes elementos explicativos y comprensivos del alcoholismo femenino:
A lo largo del artículo hemos visto cómo la feminización del envejecimiento es una constatación mundial y también ocurre en los 27 países de la Unión Europea, situándose a la cabeza Francia, seguido de España (Eurostat, junio del 2014). Los cambios en el consumo del alcohol femenino “feminización de los consumos de alcohol” (Rubio, 2000) y la longevidad en nuestras sociedades hace que se presenten nuevas realidades y por lo tanto nuevos desafíos. A pesar de esta tendencia, todavía las prevalencias de uso del alcohol siguen siendo superiores entre los hombres (Ávila y González 2007 entre otros). Las expectativas de conducta, los roles tradicionalmente asignados a las mujeres, y la sanción por determinados comportamientos no ajustados a estas expectativas, son elementos muy presentes en el ámbito de las dependencias (Arostegui y Urbano, 2004). El envejecimiento de las mujeres y el consumo de alcohol problemático en la edad adulta presentan distintos prejuicios y estereotipos que alimentan los estigmas (Gómez, 2006) e incide negativamente sobre la imagen que tienen sobre sí mismas; aumentando su soledad individual, aislamiento colectivo; y erosionando su ya deteriorada autoestima. Las mujeres mayores de cincuenta y cinco años, con una problemática de consumo alcohólico es muy difícil que cambien su manera de pensar, sentir y actuar. Por lo que la edad avanzada constituye un elemento de riesgo a la hora de efectuar no solo una desintoxicación sino una deshabituación o rehabilitación y por lo tanto un cambio en su pensar sentir y actuar. Sin embargo también puede ser una oportunidad de cambio a edades adultas más tempranas. Para ello se deberían de hacer esfuerzos en detectar de manera temprana dichas situaciones y poner en marcha distintos mecanismos de prevención intervención y tratamiento específicas o teniendo en cuenta las especificidades en las mujeres. Se deberán de replantear mediante un debate social el fenómeno del alcoholismo en la tercera edad.
NOTA: este estudio no hubiese sido posible sin la colaboración de diversas entidades y personas que han participado en la realización de este trabajo. Un agradecimiento especial a todas ellas: |
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Rosario Pozo Gordaliza. E-mail: rosario.pozo@uib.es Tf 665639563.
[1] Rosario Pozo Gordaliza, Doctora por la UGR, European PhD. Breve nota biográfica de la autora: es Doctora en Sociología, Diplomada en Educación social y Licenciada en Psicopedagogía con varias especializaciones y máster en problemas sociales, etnicidad y género entre otros. Ha sido Becaria FPU en el Departamento de sociología de la UGR y actualmente es profesora en la Universidad de las Islas Baleares. Universitat de les Illes Balears, Palma (Illes Balears). Departamento de Pedagogía y Didácticas Específicas.