×

Gernika Gogoratuz

Autoría:

Juan Gutiérrez. Filosofo y Presidente de Gernika Gogoratuz

 

Gernika Gogoratuz es un Centro de Investigación por la Paz y Transformación de Conflictos. Surgió a finales de 1987, cumpliendo así una decisión unánime del Parlamento Vasco de establecer un Centro que permita perpetuar el símbolo de Gernika y el recuerdo del Bombardeo.

Gernika Gogoratuz tiene la misión de enriquecer el símbolo de Gernika en relación con el pasado y con el futuro: hacia el pasado recordando y honrando su historia y hacia el futuro contribuyendo, con un respaldo de reflexión científica, a generar una paz emancipadora, justa y reconciliadora tanto en el País Vasco como a escala mundial.

Para cumplir esta misión, Gernika Gogoratuz trabaja en cuatro áreas, estrechamente relacionadas entre sí, que gráficamente se representan como un cuadrilátero.

Sostenimiento y enriquecimiento del símbolo de Gernika como ciudad de paz y reconciliación.

Red de respaldo a procesos orientados a una reconciliación.

Formación y entrenamiento en transformación de conflictos.

Intervención en el conflicto vasco y otros conflictos.

La Paz Positiva

Para Gernika Gogoratuz la Paz Positiva es la dimensión más genuina de la paz, y no está enfrentada a la guerra, como la paz negativa, sino inclinada hacia la vida. Es el que una vida se apoye en otra, que se apiñen para realizarse y sobrevivir; es el que haya estructuras que lo faciliten y culturas que lo alienten. En ese sentido la Paz Positiva no va ligada a la guerra y la violencia, sino a la vida. Puede haber y hay al tiempo violencia o hasta guerra amenazando las vidas y al mismo tiempo ligazón de vidas, ternura, apoyo mutuo, Paz Positiva.

La Paz Positiva es la cultura de paz dada en la realidad, no en los libros, sino en la gente. Siendo paz, es asimismo el mayor recurso de paz, aunque como recurso tiende a quedar olvidada al centrarse la atención en la violencia. Es necesaria pues, una reflexión acerca de dónde hay Paz Positiva, de qué papel juega en la transformación de los conflictos, de cómo se respalda y protege.

La Paz Positiva está en el fondo de la paz y en el meollo de la sociedad y desde ahí es desde donde debe construirse, utilizando todos los potenciales educativos de que la sociedad dispone. La paz necesita su lado positivo, no puede generarse ni construirse sólo en negativo, pues sería sólo respuesta hostil a la hostilidad, violenta a la violencia, guerrera a la guerra.

La relación entre la paz negativa, la violencia y guerra es palmaria, es de suma y resta. -cuanto más violencia y guerra menos paz negativa, cuanto menos violencia y guerra más paz negativa-. Visto así, construir la paz negativa es lo mismo que disminuir la violencia y la guerra; si se las llegase a hacer desaparecer, ya se habría logrado la paz negativa del todo; desalojando un espacio, erradicando, cuidando de que no haya en él violencia, pero sin mirar lo que sigue habiendo o está brotando dentro de él, no percibiendo más que el hueco.

La Paz Positiva subyace a la violencia y la guerra, tejiéndose en redes, formas y ámbitos acogedores de convivencia -protección, ternura, lealtades, alegría, viveza, humor, apoyo mutuo, llanto y canto-, muchas veces escondidos, las más de las veces ignorados.

Mientras que en la construcción de la paz la paz negativa está después de la guerra y violencia -creciendo al disminuir guerra y violencia-, la Paz Positiva está ya debajo de la guerra y violencia por muy totales que sean, va gradualmente aflorando desde sus ámbitos recónditos hasta generar zonas de paz.

Cómo actúa

La Paz Positiva no se separa de violencia y guerra por una raya divisoria, como hace la paz negativa. En contraste con ella, la Paz Positiva trata de abrir de enlace con lo humano que hay en los seres humanos, metidos en la dinámica de la violencia y guerra. Propone complicidad y consenso, incluir al otro en un nosotros abierto, recuerda semillas sembradas en el pasado, crea ambiente en el presente y abre en el futuro horizontes de reconciliación. Sus fronteras no son separaciones, sino enlaces.

Así obra -cuando aún no se ha logrado la paz negativa- la Paz Positiva, socavando la violencia y la guerra, al tiempo que se enriquece, cobra aliento y porta más y más esperanza. Cuestiona la guerra y violencia, vengan de donde vengan. La Paz Positiva no es sólo resultado, sino también factor de la superación de la guerra y la violencia.

La Paz Positiva no se retrotrae sobre si misma, sino que acompaña a la paz negativa en su “no” en el enfrentamiento a la violencia engarzándolo con el “si” a la vida, y haciendo aflorar la vida que queda tapada con la imagen del enemigo. Traducido al tratamiento de conflictos, significa esto: “Ser firmes con la materia del conflicto y honrar al otro”.

Honrar al otro es:

Buscar con tenacidad en el contrario, oyendo su voz y sus silencios, los valores y claves de comportamiento, distintos de los propios y a los que decir SI.

Encontrarlos con su ayuda.

Decirles que sí, reconocerlos, apoyarlos, alentarlos.

Apoyarse en ellos, sosteniéndose en ese apoyo para enfrentarse a lo que se rechaza de la actitud y comportamiento del contrario; tratando así e abrir un camino común a través del conflicto en que se está enfrentado, forjando una relación que encamine hacia la reconciliación.

Cómo se respalda y protege

Esa obra de superación de la violencia y guerra que hace la Paz Positiva, vivida en la sociedad, entre la gente, puede respaldarse y protegerse por medio de una aportación amistosa externa que, entre otras cosas, consiste en mostrar el valor y sentido de la presencia y la labor de la paz bajo la violencia. Resaltarlo hacia fuera internacionalmente en el ancho mundo y también reflejarlo hacia el interior para que, quienes están empeñados en ello, se den cuenta del valor de lo que están viviendo y haciendo. Mostrar globalmente la paz es quizá la gran estrategia de apoyo a la generación de paz y a la creación de un gran consenso por la paz.

En estos últimos años, la vida ha logrado forjar una gran alianza con la investigación y los medios de comunicación. Hace 30 ó 40 años aún se ignoraba y menospreciaba el misterio y la maravilla con que los animales y plantas buscan la vida, se apiñan y apañan para sobrevivir. Entretanto, con esa vida escondida y olvidada se han aliado un puñado de investigadores aventureros y luego, paso a paso, un sinfín de cadenas televisivas. Ello ha bastado para que los niños y los mayores sientan la naturaleza de otra forma y estén dispuestos a protegerla como parte de uno mismo.

Treinta o cuarenta años más tarde, el decenio de la cultura de paz y de Internet es quizá la hora histórica de que surja también una gran alianza de la ciencia, la enseñanza y los medios para proteger y respaldar la Paz Positiva mostrándola al mundo.