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El Tercer Sector de Acción Social de Bizkaia

Autoría:

Equipo del OTSBizkaia

Palabras clave

Construyendo alternativas solidarias desde el territorio

El Tercer Sector de Acción Social (TSAS) está viviendo un momento clave. Tras varias décadas en las que su presencia se ha ido incrementando, tanto en número como en capacidad de gestión e incidencia, nos encontramos en un punto de inflexión ante la coyuntura actual de crisis económica y social.

Es este un momento especialmente interesante para volver la vista atrás. La perspectiva que procura el paso del tiempo, permite recuperar el camino recorrido, entender la evolución y las claves que nos han ayudado a crecer durante estos años. Pero, sobre todo, nos ayuda a aprender para ser capaces de preservar la esencia que ha mantenido la identidad de nuestras organizaciones, y que tenemos que seguir proyectando en el futuro.

Este es el contenido de la investigación que hemos realizado desde el Observatorio del Tercer Sector de Bizkaia en colaboración con SAREEN SAREA (1) , y que presentaremos en una jornada el próximo mes de septiembre.

ORIGEN DE LAS ENTIDADES Y SU FUNCIONAMIENTO EN LOS INICIOS.

En el origen de las entidades se encuentra siempre la voluntad de un colectivo de personas de responder, de manera organizada y solidaria, a necesidades concretas relacionadas con la inclusión social de personas, familias, grupos y comunidades, afectadas por situaciones de exclusión, desprotección, dependencia o riesgo.

Las organizaciones, o las iniciativas informales que las preceden, surgen siempre a partir de la colaboración de un grupo de personas que se comprometen, de manera altruista y solidaria en el ámbito o ámbitos en los que la entidad desarrolla su actividad.

Los principales motivos por los que surgen son: formalizar actividades preexistentes, puestas en marcha de forma espontánea; agruparse y organizarse para ofrecer y generar respuestas a las necesidades de un colectivo, en un territorio; contribuir a dar respuesta a necesidades y/o demandas no cubiertas, creando servicios y/o centros y sensibilizar, denunciar y promover derechos.

Entre los actores que se pueden encontrar en el origen de las iniciativas y que forman parte inicialmente de las entidades, cabe distinguir los siguientes: personas que se agrupan para responder a sus propias necesidades y a las de terceras personas que se encuentran en la misma situación (por ejemplo personas con discapacidad y sus familiares); personas u organizaciones que se agrupan para responder a las necesidades de terceras personas (organizaciones en defensa de personas excluidas o en riesgo de exclusión); o iniciativas mixtas, integradas o impulsadas por personas afectadas y personas o entidades que quieren responder a las necesidades de terceras personas. De estos orígenes es interesante destacar cómo, en esencia se trata de ofrecer respuestas prestando especial atención a los colectivos con mayor dificultad.

ViasLa respuesta a las necesidades de provisión de servicios constituye una aportación fundamental de las entidades desde el inicio y uno de sus instrumentos principales junto a la sensibilización, la denuncia y es la participación en procesos normativos para promover derechos.

Por otro lado podemos destacar la existencia de tres “tradiciones” entrelazadas (las organizaciones de raíz o tradición eclesial; las de raíz o tradición civil (movimiento obrero, vecinal,…); y las organizaciones constituidas por las propias personas afectadas y sus familias) que están en el origen de la mayoría de estas organizaciones.

También habría que destacar algunas claves que marcaron estos orígenes como: la importancia del ámbito comunitario y la conexión con el territorio; el humanismo y los derechos humanos como referente compartido por todas las tradiciones; la importancia de la ayuda mutua y la organización de las personas afectadas para responder a sus necesidades y promover sus derechos; la importancia del emprendimiento social y el compromiso vocacional; o la tendencia de las organizaciones a ofrecer respuestas cada vez más globales procurando una atención integral y, cuando resulta necesario, continua e, incluso, a lo largo de la vida.

En definitiva, se trata de organizaciones que en sus orígenes ofrecían ya un gran número de actividades: apoyo y acompañamiento personal/familiar, actividades educativas, centros y servicios residenciales, centros de día… Se trata, también, de organizaciones de voluntariado o con voluntariado, integradas por personas socias, voluntarias, remuneradas… vinculadas a las mismas por diversas motivaciones (el hecho de estar afectado afectada, el interés por terceras personas, la sensibilidad hacia las personas desfavorecidas y la orientación solidaria, la voluntad para transformar, la relación interpersonal…)

ASPECTOS QUE HAN PERMANECIDO, Y AQUELLOS QUE SE HAN TRANSFORMADO O DEBERÍAN TRANSFORMARSE.

La década de los 70 representa un momento clave tanto por el surgimiento de un buen número de organizaciones, como por la radical transformación de otras organizaciones con amplia trayectoria. Aquellos años son recordados con especial cariño, por la intensa vivencia de un gran cambio social, por la acuciante necesidad de dar respuestas a unas realidades de gran dificultad, con una precaria red de recursos, y sobre todo por la firme voluntad de construir de manera colectiva proyectos de transformación social.

CalleEn esos inicios las dificultades (como la falta de marcos legales y administrativos, de servicios y prestaciones, de compromiso y convicción de las administraciones públicas, las limitaciones económicas y materiales, o la inseguridad e inestabilidad del personal y de los proyectos), aun siendo muchas, no minaban la ilusión, el compromiso y el esfuerzo.

Frente a estas dificultades, impulsos como la voluntad, la iniciativa, el espíritu crítico, la ilusión, el compromiso de nacer como organizaciones con voluntad de desaparición, la calidad y profundidad de las acciones, servicios y proyectos y sobre todo la implicación el compromiso y la disponibilidad, resultaron claves para dar estabilidad y posteriormente generar crecimiento hasta llegar a las organizaciones que conocemos.

En la medida en la que el TSAS ha ido creciendo y estructurándose, ha ido aumentando en número y relevancia el peso del personal remunerado y de los equipos de gestión en las organizaciones. Sin embargo, también hoy, el voluntariado sigue siendo una parte esencial para gran parte de las organizaciones.

También ha crecido el peso de la prestación de servicios dentro de las funciones que forman parte de la misión de las entidades. De hecho, hoy podemos decir con cierto orgullo que hemos contribuido históricamente a la puesta en marcha y consolidación de prestaciones y servicios, y a su reconocimiento como prestaciones y servicios de responsabilidad pública, lo que es en sí mismo una importante acción transformadora. Sin embargo organizaciones que sólo prestan servicios, si no desarrollan funciones de sensibilización, articulación voluntariado, ayuda mutua…, no puede decirse que formen parte del tercer sector de acción social, por mucho que su figura jurídica sea no lucrativa.

Si bien en estos años han cambiado muchas cosas, creemos que la esencia se mantiene. En concreto, se recogen 10 elementos de esta esencia: el espíritu y la ilusión inicial; la misión (motivos, finalidades y objetivos, destinatarios y destinatarios últimos); la filosofía principios y valores; la vocación de denuncia y compromiso por la transformación; la innovación; la independencia/autonomía; el trabajo en red; el trabajo a nivel local; el vínculo de las personas destinatarias, remuneradas y voluntarias con la entidad; y el buen clima organizacional.

Frente a estos aspectos que se han mantenido otros han ido evolucionando a lo largo de los años. La diversificación del perfil de personas usuarias y destinatarias, y de las familias; la evolución de los objetivos y la diversificación de las actividades; la evolución de la atención hacia una mayor personalización; la evolución en la concepción de la persona destinataria como sujeto de derechos y protagonista su proceso; el crecimiento cuantitativo de las entidades; la estabilidad de los servicios, las plantillas y los cambios en el perfil del personal remunerado; el aumento de la complejidad de las necesidades de comunicación dentro de las entidades;  el cambio en la relación con las administraciones públicas, que ha supuesto que éstas asuman, en el ámbito de los servicios sociales, la responsabilidad última sobre una parte de los servicios que se prestan; el proceso de estructuración del TSAS; o el desembarco de las empresas, particularmente en ámbitos como la atención a las personas mayores (con el riesgo de mercantilización de este y otros ámbitos); son algunos de los cambios más significativos.

ELEMENTOS SIGNIFICATIVOS DEL CONTEXTO (SOCIAL, INSTITUCIONAL…) HITOS Y ETAPAS A LO LARGO DE SU TRAYECTORIA.

Visto el recorrido y descritos los aspectos que se ha mantenido y los elementos que han ido evolucionando, desde las organizaciones se identificaron una serie de hitos fundamentales que han ido marcando esta evolución del TSAS: la transición democrática; el desarrollo autonómico y la construcción del estado de bienestar; el desarrollo normativo y la elaboración de planes institucionales, como (por ejemplo) el plan de lucha contra la pobreza; la crisis industrial de los 80, la del 93 y la del 2008; el aumento de las personas destinatarias y la diversificación de su perfil; y la consolidación, organización y estructuración del tercer sector de acción social.

PaisajeEn este punto los elementos clave en la evolución de las entidades que se destacan son los siguientes: la profesionalización de las entidades y la diversificación de actores (personas socias, voluntarias, remuneradas, destinatarias/participantes…), los avances en la organización, los cambios en la relación con las administraciones públicas, la evolución de las asociaciones de personas afectadas y familias, y de las iniciativas vinculadas a la comunidad o barrio, los cambios del modelo intervención.

También se establecieron en el proceso cuatro etapas fundamentales en la trayectoria de las organizaciones del TSAS en Bizkaia. Una primera etapa de construcción o reinvención de algunas entidades, una segunda de maduración (mediados de los años 80 y principios de los 90), una tercera de desarrollo (hasta 2008), y una cuarta etapa (en la que nos encontramos) en la que la autoconciencia y la estructuración como sector son las características principales.

CLAVES QUE ES IMPORTANTE PRESERVAR EN EL FUTURO.

Finalmente y como aprendizaje fundamental del proceso desde las organizaciones participantes se destacan las 12 claves fundamentales que han conformado el recorrido de las entidades y que creemos que es fundamental preservar para el futuro.

  • La combinación e interacción entre la respuesta inmediata a las necesidades, y la transformación social.
  • La atención centrada en las personas, en su bien y en su desarrollo pleno.
  • La cercanía para identificar necesidades y el vínculo con las personas, familias y comunidades destinatarias.
  • La importancia de la contribución, participación e implicación de las personas que conforman la entidad: personal remunerado, voluntariado, personas atendidas, familias,…
  • La relación entre las diferentes personas y actores que conforman la entidad.
  • La calidad y calidez en la atención y la capacidad y estilo propio en la gestión.
  • La relación de colaboración crítica con las administraciones.
  • La libertad, entendida como autonomía o independencia.
  • La flexibilidad, capacidad de adaptación e innovación.
  • La colaboración entre entidades y la participación en redes.
  • El cultivo de los valores y la identidad.
  • La representación social, el autogobierno, y la capacidad de elevar la mirada y de vincular a las personas al proyecto.

1.- El proyecto ha contado con la participación de las siguientes organizaciones: Lares, Fekoor, Federación Sartu, Asociación Gazte Leku, Asociación Gorabide, Asociación Bizitegi, Agintzari, Salhaketa, Caritas Diocesana de Bilbao, Fundación EDE, Terciarios Capuchinos, Stella Maris, Apnabi  y Avifes.