José Antonio Liébana Checa, Santiago Real Martínez, María Bermúdez Martínez (1)
El objetivo de este trabajo es analizar cómo va progresando el Grado de Educación Social en una de las facultades de la Universidad de Granada, la de Educación y Humanidades, situada en Ceuta, ciudad que por su situación geográfica, frontera entre Europa y África, parece un entorno especialmente adecuado para su desarrollo.
La titulación comenzó a impartirse en la facultad ceutí en el curso 2011/2012. A pesar del breve tiempo transcurrido, es posible detectar los discursos sociales que la van orientando, cómo se está desarrollando, cuáles son las áreas sobre las que se está incidiendo y las deficiencias y posibilidades de la misma. Para ello se ha recogido información de diversas fuentes y han sido analizadas desde una perspectiva crítica.
Como conclusión general, podemos señalar que la titulación ha tenido una gran aceptación, siendo necesaria su continuidad, aún en estos tiempos de reformas y crisis. Sin embargo, a medida que pase el tiempo se tienen que ir perfilando sus rasgos identitarios, aunque para esto se precisa el apoyo y colaboración de todos.
Es breve la historia de la Educación Social, como titulación universitaria, en España. Fue aprobada como diplomatura en el RD 1420/91 de 30 de Agosto, BOE 10 de Octubre de 1991. En él se establecieron las enseñanzas mínimas de la titulación y cada universidad elaboró su propio plan de estudios. Hubo que esperar hasta el año 1996 para ver la salida de la primera promoción de educadores sociales.
Esta brevedad histórica es mayor aún si nos situamos en la ciudad de Ceuta y más concretamente en la Facultad de Educación y Humanidades, centro perteneciente a la Universidad de Granada, ya que este título se empieza a impartir a partir del curso 2011/2012. Hasta entonces el joven que quería estudiar Educación Social tenía dos opciones: estudiar en la península, en una facultad que ofertara estos estudios, o en la Universidad Nacional de Educación a Distancia.
Tradicionalmente, la Facultad ceutí ha estado dedicada a la formación de maestros y así, desde su creación en 1935 hasta el año 2000, ha sido Escuela Normal de Magisterio y Escuela Universitaria de Formación del Profesorado (Alarcón, 2012). Fue en el curso 2000/2001 cuando pasó a considerarse Facultad, incluyéndose estudios relacionados con el área educativa como los de Psicopedagogía, y otros como Administración y Dirección de Empresas e Ingeniería Informática, ajenos a esta temática. También se empieza a impartir un programa de doctorado y la última incorporación han sido los estudios objeto de análisis en este trabajo.
A nivel general, esta pequeña historia de la titulación podía llevar a pensar en la indefinición del colectivo de profesionales que trabajan en este ámbito, sin embargo, a pesar de su juventud tiene una intensa trayectoria, primero bajo la denominación de educadores especializados y, más tarde, como educadores sociales. Así, los perfiles profesionales que se han ido configurando a lo largo del tiempo se muestran de una manera exhaustiva en el Libro Blanco del Título de Grado en Pedagogía y Educación Social publicado por la Agencia Nacional de Evaluación de la Calidad y Acreditación (ANECA) (2005). En concreto son los siguientes:
A nivel particular, el corto recorrido de la titulación en la Facultad, recordemos que actualmente estamos en el segundo curso y, por tanto, quedan todavía dos cursos para que salga la primera promoción, podía llevar a pensar en las carencias de la misma. Sin embargo, aunque todavía es pronto para hacer una valoración del transcurrir de la misma hay un dato que la apoya: en los dos cursos se han cubierto todas las plazas ofertadas y la satisfacción mostrada por los estudiantes, en particular, y el mundo universitario, en general, es alto.
A pesar de esta juventud y de todas las dificultades que ha tenido que sortear esta titulación, surgen algunas interrogantes como las siguientes: ¿a qué se debe este interés por la misma?, ¿cómo se va definiendo en el entorno ceutí?, ¿se adecua el plan de estudios a las demandas sociales?, ¿cómo están siendo los inicios de la titulación? y ¿cuáles las posibilidades futuras en una sociedad en crisis económica profunda? Son preguntas a las que pretendemos dar respuestas, intentando reflexionar sobre las categorías y procesos que la definen, adentrándonos en los discursos sociales que han ido surgiendo, desde un posicionamiento metodológico cualitativo-crítico, tal y como ha sido definido por Gordo (2008). Es decir, intentamos la identificación de estructuras de significados y relaciones más o menos estables que han ido surgiendo para su organización partiendo del análisis de una amplia variedad de textos, teniendo en cuenta que esta titulación no comienza su andadura ab ovo, sino que se incorpora a un pasado cultural y epistemológico y se imparte en un contexto espacial que la determina.
Ceuta es una pequeña ciudad autónoma española de 19 kilómetros cuadrados de extensión; situada en el norte de África y nexo con Europa, se encuentra a 14 kilómetros de la Península Ibérica, separada de esta por el Estrecho de Gibraltar. Esta pequeña definición de la ciudad ya la presenta diferente al resto de las españolas, excepto a una, Melilla. En el siguiente mapa se detalla la situación geográfica de estas dos ciudades norteafricanas.
Imagen 1.
Situación geográfica de Ceuta y Melilla
Así, Ceuta y Melilla son dos ciudades del Estado español cuya especificidad e interés vienen dados, según Planet (1998) por los siguientes hechos: 1) su localización geográfica en la costa mediterránea del África noroccidental; 2) por la existencia de una reivindicación de soberanía sobre su territorio por parte de Marruecos y 3) por un desarrollo demográfico ligado al siglo XX en el que prácticamente la totalidad de su población tiene su origen en la inmigración procedente de la España peninsular y de Marruecos. De este manera, aparecen en el imaginario de españoles y marroquíes como una unidad, un binomio inseparable, un par de ciudades hermanas, próximas geográficamente y semejantes entre sí, pero, a pesar de estos rasgos comunes, existen diferencias geográficas e históricas entre ellas.
Centrándonos en Ceuta, algunas de sus características que la definen son la escasez de territorio, una alta densidad de población, una dependencia absoluta de la vía marítima para la comunicación y el abastecimiento, o los problemas migratorios derivados de ser frontera con el Reino de Marruecos (Galán, 2012).
Si préstamos atención a los datos demográficos, se comprueba que el crecimiento de los habitantes en la ciudad ceutí durante el siglo XX fue grande, pasando de 13.843 habitantes en 1900 a 75.421 en el año 2000 (CES, 2012). Este enorme aumento se debió a la cada vez mayor tasa de natalidad y menor de mortalidad; para corroborar este hecho sirva como ejemplo los datos de 2009, donde la tasa de natalidad alcanzó el 15,87%, más de 5 puntos porcentuales que la media nacional (en 2008, esa diferencia era de 9,4 puntos con un porcentaje del 20,8%), es decir, la segunda más alta de España sólo superada por Melilla (18,07%), y, una tasa mortalidad de 7,58%.
Esta población se caracteriza por ser muy joven, ya que el 58,29% de los habitantes ceutíes tenían en 2010 menos de 40 años (en 2009 este porcentaje era del 57%; en 2008 del 61,5% y en el 2007 del 61,7%). Además, también destaca la población extranjera que se encuentra en ella, así, en el año 2010 se hallaban en Ceuta 3.995 extranjeros con residencia legal, un 12,54% más que en el año 2009; de estos el 82,31% procedían del Reino de Marruecos y el 9,08% de países de la Unión Europea. El resto son americanos y asiáticos. Por último, la densidad de población en el año 2010 era de 4.589,33 habitantes por kilómetro cuadrado, es decir, 82.608 personas repartidas en 18,5 kilómetros cuadrados (Galán, 2012). Es de interés, además, para conocer la realidad ceutí el libro de Rontomé (2012).
Este contexto fronterizo, multicultural, dinámico, paso entre dos continentes, entre formas diferentes de ver la vida, parece el idóneo para el trabajo del educador social, y más si tenemos en cuenta que la inmigración, el desempleo, el fracaso escolar y la dependencia son cuatro de los problemas que más preocupan, por lo que se tiene que hacer referencia a ellos para entender este trabajo.
En primer lugar, la inmigración. En Ceuta, que por su situación geográfica es una zona de paso entre el sur pobre económicamente y el norte rico, conviven dos fenómenos, el de la inmigración de origen subsahariano, de paso por la ciudad y que requiere su propio tratamiento y, por otra parte, el de la inmigración marroquí, que la convierte en la que probablemente sea la ciudad con mayor densidad inmigratoria de España. Por este motivo, dentro de los campos de actuación de las políticas europeas de inmigración la ciudad autónoma ocupa un lugar destacado.
Para entender la importancia del fenómeno migratorio en la ciudad, sólo hay que ver que los hechos que precipitaron el Proceso de Rabat, con el que se pretendía mantener la cooperación entre los países de origen, tránsito y destino de la inmigración, fueron las avalanchas en las vallas fronterizas en las dos ciudades autónomas españolas, Ceuta y Melilla, que ocurrieron en septiembre y octubre de 2005, a las que también hay que unir la masiva llegada de cayucos a las islas Canarias y al sur de la Península. Fue tal el interés mostrado sobre este tema que en la última conferencia del Proceso de Rabat celebrada en la República Checa se reunieron a representantes de más 50 países europeos y africanos, así como de la Comisión Europea y la Comunidad Económica de Estados de África Occidental (CEDEAO).
Hay que destacar que en la ciudad ceutí, existe un centro de acogida de inmigrantes, el CETI (Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes), dedicado al alojamiento de los que entran en la ciudad; son personas sin papeles que quedan atrapadas en ella, sin ninguna posibilidad de subsistencia.
Además, las noticias con respecto a los inmigrantes están a diario en las páginas de los periódicos, así sirva como ejemplo dos aparecidas en un periódico local, El Pueblo de Ceuta, el día 13 de Diciembre de 2011. En la primera se hace referencia a la detención de 20 inmigrantes del CETI para trasladarlos a la península y deportarlos; en la segunda se indica que una nueva avalancha sobre el Tarajal se salda con otros 68 inmigrantes que entran a Ceuta, la “mejanía” (fuerzas militares marroquíes) pudo interceptar a 52 de ellos antes de lanzarse a la zona española.
En cuanto a la entrada de inmigrantes marroquíes, también conocida como migración transfronteriza entre Ceuta y Marruecos, si bien no es nueva, presenta nuevas dimensiones. En la ciudad ceutí los marroquíes han buscado empleo, de manera que el número de ellos ha ido aumentando con el paso de los años. No existen datos sobre los desplazamientos, pero se da por cierto el aportado por la Delegación del Gobierno de 30.000 pases diarios por la frontera del Tarajal. Los ciudadanos marroquíes que se desplazan a Ceuta pueden ser “legales”, es decir, trabajadores con contrato laboral con alta en la Seguridad Social y otros “ilegales”, trabajadores sin contrato de trabajo.
Como señala Galán (2012) los marroquíes con contrato laboral forman parte del grupo de trabajadores extranjeros con Permiso de Trabajo Transfronterizo y suelen estar empleados en el sector de la construcción o de la hostelería, en el caso de los hombres. Si son mujeres, suelen trabajar como empleadas del hogar. Por su parte, los trabajadores cuya situación laboral no está regulada, también se dedican a estas mismas tareas y, en algunos casos, a realizar portes entre la frontera que separa Ceuta de Marruecos, son los conocidos como porteadores.
El número de porteadoras y porteadores que diariamente entre en Ceuta se sitúa entre los 6.000 y 8.000. Teniendo en cuenta que cada uno de ellos repite esta operación unas tres o cuatro veces cada jornada, la cifra final de pases diarios es de unos 15.000 a 25.000, aproximadamente. El móvil económico es lo que mueve a los porteadores y porteadoras. Estas personas se dedican a transportar mercancías desde la ciudad autónoma hasta Marruecos, donde se vende en distintos comercios. Se trata de una actividad muy dura en la que tantos mujeres como hombres cargan bultos que pueden superar los 30 kilogramos.
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Porteadores en la frontera de Tarajal
Centrándonos en las mujeres, la mayoría de las marroquíes cruzan a diario la frontera entre Ceuta y Marruecos para trabajar como empleadas del hogar realizando tareas domésticas y/o de cuidados. Algunas, las que menos, lo hacen con un contrato, pero el resto forma parte de la economía sumergida. Este grupo está formado por unas 4.000 mujeres, si bien no existen cifras oficiales que lo confirmen.
El último colectivo relevante en este paso de la frontera es el que se conoce como MENAS o “menores no acompañados”. Cada vez son más los niños y niñas que se encuentra en la calle, deambulando sin rumbo y a los que la ciudad autónoma tiene la obligación de atender.
En segundo lugar, como otro problema destacado, nos encontramos con el desempleo. Este problema es considerado como el verdadero mal endémico de Ceuta, así según se indica en el periódico El Pueblo de Ceuta el 25 de enero de 2013. Se refiere a las cifras que ofreció el Ministerio de Trabajo e Inmigración que cifra el número de parados en 11.351 personas con un crecimiento interanual que supera el 23%, lo que sitúa a la ciudad a la cabeza de la evolución al alza de desempleo en el transcurso de 12 meses. Según los datos aportados, hay más mujeres (6.518) en paro que hombres (4.833). Entre los menores de 25 años, hay 1.118 hombres y 1.198 mujeres; mientras que entre los mayores de 25 años, hay 3.715 hombres y 5.320 mujeres en paro. El sector servicios es el que más parados acumula (7.519) seguido del apartado “sin empleo anterior” (2.312), el sector de la construcción (990), industria (482) y pesca (48). El sector de “sin empleo anterior” con un 25,18% es el que más ha crecido en los 12 meses últimos junto con el de la construcción (26,11%). En este sentido, la zona o barrio de la ciudad conocida como “El Príncipe” es el lugar con más parados por metro cuadrado de toda Europa.
En tercer lugar, el fracaso escolar. Este, también, es un problema que preocupa y mucho. Las pruebas que se hacen a los estudiantes suelen dar puntuaciones muy bajas y así, por ejemplo, en el periódico El Pueblo de Ceuta aparecía el 8 de diciembre de 2010 una noticia en la que resaltaban las bajas puntuaciones de los estudiantes ceutíes en el Informe PISA de 2009 (sólo fueron peores en Melilla), sobre todo en comprensión lectora y en competencias matemáticas y científicas.
Hay que tener en cuenta que, según los datos del Instituto Nacional de Evaluación de la Educación (INEE), la población adulta (entre 25 y 64 años) de las ciudades autónomas es la única de todo el país que vio evolucionar a la baja su nivel educativo entre 2004 y 2010. Durante este período, el porcentaje de ceutíes con estudios superiores cayó del 44,2% al 39,3%. Esa deriva sitúa en el 33,6% el volumen de población local que solamente tiene completada la Educación Primaria (la ratio estatal no llega al 20%); un 27,2% han completado la primera etapa de la Educación Secundaria (ESO) y solamente el 18,8% han terminado la segunda fase de ese nivel. El resto, el 20,5% de los ceutíes, han llegado a Estudios Superiores o Doctorado. Según el INEE existe una fuerte correlación entre el nivel de estudios y los resultados del alumnado. A esto tenemos que añadir que Ceuta tiene, con el 12,2%, la cuarta peor tasa de alumnos por profesor del país.
Ante esta problemática, las experiencias y estudios dirigidos a diagnosticar los factores que la causan han sido diversos. Destaca el estudio exhaustivo que se realizó en el año 2009 y que fue publicado en el 2010, dirigido por el profesor de la Facultad de Educación y Humanidades de Melilla, Sebastián Sánchez, y en el que participaron docentes de las facultades de Ceuta y Melilla. El objetivo era diagnosticar las causas del abandono escolar temprano en las ciudades de Ceuta y Melilla.
En el estudio anterior se señala la interculturalidad en las aulas de la ciudad y el efecto que puede tener en el bajo rendimiento de los estudiantes. Aunque, más que la diversidad cultural son las variables económicas las que marcan la realidad que se viven en las aulas, y, así, cuando la multiculturalidad y la inmigración van asociadas con población desfavorecida, sí hay relación directa con los resultados que obtienen los estudiantes en clase. Además, se señala que hay que trabajar la implicación de las familias y las políticas educativas de los centros.
A este respecto, Francisco López Rupérez, presidente del Consejo Escolar del Estado, señala con respecto al anterior estudio que los jóvenes de Ceuta y Melilla son los que menos leen de todo el país o los que mayor porcentaje de abandono escolar registran (El Faro Digital, 6 de Noviembre de 2012). El origen de la mayoría de estos estudiantes foráneos es en un 84,7% de África. Por tanto, la realidad educativa de estas ciudades es diferente a la de la mayoría de las regiones españolas y, en general, las cifras son sensiblemente peores. Esto, unido a las características geográficas y demográficas de la ciudad, hace que la interculturalidad, si bien no es el factor determinante, sí marca en cierto modo la evolución educativa. Calvo (2009) refleja, en su libro, como conviven musulmanes y cristianos en las aulas de Ceuta y Melilla, utilizando producciones de los escolares como dibujos o entrevistas.
Relacionado con esta situación, el profesor Ramón Galindo, actual decano de la Facultad de Educación y Humanidades de Ceuta, publicó en el periódico El Faro de Ceuta el 12 de diciembre de 2010 un artículo titulado “Educar en espacios fronterizos” y en él señala que hay que superar los “repliegues identitarios”, visiones de la sociedad basados en “nosotros y ellos”, propias de una coexistencia multicultural, y avanzar hacia una integración, característica de una convivencia intercultural. Además, indica que se tiene que identificar la diversidad cultural como un rasgo básico de las personas y de las sociedades, reconociendo su existencia y legitimidad; así como comprender que la realidad en que vivimos es el resultado de la interacción de distintos ámbitos espaciales (locales, nacionales e internacionales), temporales (pasado y presente) y personales (los otros y yo). El debate lleva a plantear la utilización del árabe o el dariya en el contexto educativo para la mejora de estos resultados.
En cuarto lugar, con respecto a la dependencia, Ceuta se sitúa en un término medio de la tabla de personas dependientes en las distintas CCAA, con entre un 5 y un 6% de la población, mientras que Galicia está en el extremo superior, con un 6,6% y Madrid en el inferior (3,8%). En el estudio realizado por Salcedo y otros (2012) se refleja la situación de las familias con personas dependientes. La depresión, ansiedad y problemas económicos son algunas de sus características, sobre todo en las madres cuidadoras.
Por último, otros problemas que podemos señalar tienen que ver con el maltrato de género y a menores. Ambos son problemas que se recogen en el Primer Plan de Salud 2008/2011. También son temas de actualidad en la ciudad y la prensa se hace eco de ellos, así el 3 de Abril de 2013 el periódico El Faro Digital publica que el gobierno de la ciudad autónoma creará una red de casas de acogida para víctimas de maltrato y el 11 de abril de 2013 este mismo periódico señala que Ceuta mantiene el número de denuncias por maltrato mientras que en el resto del país disminuye.
Al comenzar este curso 2012/2013 se realizó una encuesta a los estudiantes de primero del Grado de Educación Social preguntándoles por qué habían elegido esta titulación y la mayoría de ellos (37 de los 42 que respondieron a la encuesta, es decir, cerca de un 90%) respondieron que era porque querían ayudar a diferentes colectivos como menores en riesgo social, personas mayores o padres; el 10% restante argumentaron que querían cambiar el mundo. Así, un estudiante nos decía
“quiero aportar mi granito de arena para lograr una sociedad más cohesionada”, y otro contestaba “no voy a cambiar el mundo, pero creo que este grado de educación social me está dando la oportunidad del día de mañana poder ayudar a alguien… Para mí la educación social no es educar tal y como dice la palabra sino ayudar”.
Es de destacar que esta misma encuesta se realizó a estudiantes del Grado de Magisterio-Educación Primaria que empezaban sus estudios y ninguno de ellos hizo referencia a las ideas de cambiar el mundo o ayudar, así de los 62 estudiantes encuestados, cerca del 70% señalaron que hacían la carrera porque les gustaba los niños y el resto porque no podían estudiar lo que querían en la península o porque querían hacer una carrera universitaria.
Ante este interés del estudiante y tras ver el entorno más inmediato en el que va a realizar su labor profesional el educador social, nos interrogamos qué aporta a su formación la Facultad de Educación y Humanidades. Así, como se ha señalado anteriormente, ésta facultad ceutí depende de la Universidad de Granada y tradicionalmente ha estado dedicada a la formación de profesionales del magisterio. Este aspecto, que puede verse como una ventaja, sin embargo, debe tomarse con cautela.
La titulación fue aprobada por ANECA y en las tres facultades de la Universidad de Granada que se imparte, Facultad de Educación y Humanidades de Melilla, Facultad de Ciencias de la Educación de Granada y la Facultad de Educación y Humanidades de Ceuta tiene la misma estructura, sólo se diferencia en las asignaturas optativas ofertadas. En concreto, las asignaturas optativas en la entidad ceutí se agrupan en cuatro bloques:
Pero, ¿con qué recursos ha contado la titulación para su desarrollo?
La titulación ha utilizado los recursos materiales de los que dispone la Facultad. Así, en el curso 2012/2013 se ha implementado un proyecto de innovación docente, coordinado por D. Santiago Real Martínez, y auspiciado por el Vicerrectorado de Garantía de la Calidad con el objetivo de apoyar la formación universitaria en esta titulación, desarrollando los aspectos no reglados o formales de la misma. Específicamente se pretendía mejorar la adquisición de recursos por parte del alumnado, aumentar sus opciones de elección para una mejor confección de su currículum, ampliar las redes de comunicación y conocimiento y un acercamiento de los futuros profesionales de la Educación Social a la vida universitaria.
Por lo que se refiere a la investigación, el análisis de las líneas de investigación incluidas en el Contrato Programa de Investigación firmado por los representantes del Vicerrectorado de Política Científica e Investigación y la Facultad de Educación y Humanidades (presentadas en la tabla 1), nos muestra que, dadas las características históricas del centro, todas tienen que ver, directa o indirectamente, con el ámbito educativo y hay una presencia importante de la interculturalidad. La situación geográfica da pie a ello.
Tabla 1. Líneas de investigación incluidas en el Contrato Programa de investigación relacionadas con Educación Social
Líneas de investigación |
La lectura por placer en edades tempranas |
La música de las culturas de Ceuta y su implicación en el contexto escolar |
La formación práctica de profesionales de nivel superior |
Innovación educativa, convivencia y atención a la diversidad en contextos y centros educativos |
Prácticas sociales y desarrollo en un contexto transfronterizo |
Competencia lingüística versus éxito/fracaso escolar |
La construcción de la realidad infantil: publicidad, identidad y educación |
Análisis de la respuesta de supresión en la ingesta de sabores nuevos tras la administración de Cloruro de Litio: implicaciones teóricas y clínicas |
La influencia de la lengua oral en el aprendizaje de lectoescritura en contextos multi-lingüísticos |
Intervención psicológica en contextos pluriculturales |
Si comparamos estas líneas con los perfiles propuestos en el libro Blanco del título de Grado en Pedagogía y Educación Social (2005), que hemos presentado en la página 3, podemos deducir que sobre lo que más se está investigando en la Facultad es sobre atención educativa a la diversidad, el resto de perfiles tienen una presencia mínima en las líneas de investigación propuestas.
Por lo que se refiere a la movilidad de estudiantes y del profesorado, proceso con el cual se persigue conseguir la internacionalización de los estudios y, consecuentemente, de la formación de nuestros estudiantes, hasta el momento los destinos con los que se tienen firmados convenios son los que había previamente acordados para los estudios de magisterio. Se está haciendo un esfuerzo por parte del Vicedecanato encargado de las relaciones internacionales para firmar nuevos convenios con facultades que tengan una tradición en la enseñanza de la educación social. De momento, en el curso 2013/2014 realizarán una movilidad dentro del programa PAP/Erasmus tres estudiantes de esta titulación en el Instituto Politécnico de Coímbra en Portugal; esta institución tiene una titulación relacionada con la animación sociocultural con dos itinerarios: uno en educación de adultos y desarrollo local, y otro en ocio y tiempo libre. Debemos destacar que el curso pasado realizaron las prácticas en nuestra ciudad cinco estudiantes de la institución portuguesas y este curso son tres los estudiantes portugueses que nos visitan para realizar aquí sus prácticas.
Con respecto a otras áreas, es de destacar la implicación que el alumnado de la titulación está teniendo en el grupo de voluntariado que existe en la Facultad. Además, están muy involucrados en todos los aspectos que tienen que ver con la cooperación al desarrollo.
Por tanto, la formación del educador social en la Facultad ceutí está siendo el adecuado y, con el tiempo, tiene que ir abriéndose a nuevos caminos y adquiriendo una identidad que la defina.
Conclusiones y posibilidades futuras
La educación social en la ciudad de Ceuta tiene una presencia mínima, a pesar de ser una ciudad que por su situación geográfica, puente de unión entre dos mundos, el sur pobre económicamente y el norte rico, se presta al desarrollo de la misma. Además, en el momento de crisis económica y social que actualmente vivimos se hace más necesario aún el profesional de la educación social. Los problemas tradicionales de desempleo, inmigración, menores o dependencia, entre otros, van creciendo con el paso de los días.
En la Facultad de Educación y Humanidades de Ceuta, centro perteneciente a la Universidad de Granada, la titulación tiene una breve historia. Está empezando su camino y todavía los resultados no son visibles aunque las expectativas suscitadas han sido muchas como lo muestra el hecho de que hasta ahora en los dos cursos que se ha ofertado se han cubierto todas las plazas. Se tiene que aprovechar los recursos de formación, investigación e internacionalización que le ofrece la Universidad para ir estableciendo redes de trabajo con grupos de países africanos (sobre todo marroquíes), europeos y americanos. El desarrollo de la titulación tiene que suponer la orientación hacia nuevos perfiles laborales, en el que se haga especial hincapié en la familia, las personas mayores o el ocio y el tiempo libre.
En definitiva, es una titulación que tiene una razón de ser en esta ciudad y que tiene que defenderse por su necesidad, a pesar de la fuerte crisis económica que estamos atravesando y que está cuestionando la estructura universitaria.
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1.- José Antonio Liébana Checa, profesor del Grado de Educación Social en la Facultad de Educación y Humanidades de Ceuta: jliebana@ugr.es
Santiago Real Martínez, es coordinador de la titulación y profesor del Grado de Educación y Humanidades de Ceuta: sreal@ugr.es
María Bermúdez Martínez es profesora de la Facultad de Educación y Humanidades de Ceuta: mbermudez@ugr.es