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Teoría y política de la educación. Reflexiones para el proceso formativo

Autoría:

Germán Jaraíz Arroyo, Departamento de Trabajo Social y SS.SS, Universidad Pablo de Olavide, Sevilla

Reseña de libro

TÍTULO Teoría y política de la educación. Reflexiones para el proceso formativo.
AUTORÍA María Jesús Vitón de Antonio.
EDITORIAL Catarata, 2012. 224 páginas. ISBN: 978-84-8319-735-6.
AÑO 2012

El trabajo de María Jesús Vitón transita por ese espacio en el que se produce la conexión entre las cuatro dimensiones esenciales de la acción educativa: la teórica, la política, la organizativa y la praxiológica. Se mueve por tanto en un territorio construido sobre conexiones de tipo dialéctico. Para bregar en esta singular superficie, abundante en momentos de licuado social como el presente, hacen falta asideros sólidos, nuestra autora recurre a dos principios, dos convicciones construidas mediante la mistura, rigurosa y equilibrada, de elementos teóricos y convicciones ontológicas.

Portada libroEl primero de estos asideros, desarrollado en el primer capítulo, se concreta en la concepción de la educación como hecho complejo, en el sentido más puramente moriniano. Esta complejidad hace que todo fenómeno educativo sea poliédrico en su forma y holístico en sus relaciones. Lo educativo adquiere su esencia como acto de construcción procesual, en todas sus dimensiones (integral) y en el conjunto de necesidades. Esta posición obliga a revisar la mirada sobre las políticas educativas, a detenernos para entenderlas, no sólo en su capacidad articular respuesta a problemas, sino en su dinamismo para hacerse preguntas complexas.

El segundo asidero toca de lleno al sujeto, entendido al mismo tiempo en una dimensión personal y colectiva. La concepción del sujeto es para la autora el principal factor que decanta la acción educativa. En su posicionamiento, desarrollado en el segundo capítulo del trabajo, el acto educativo es entendido como una especie de proceso de ida y vuelta. El primer movimiento, se produce desde una relación de vulnerabilidad, en la que un ser necesita de otro. El segundo movimiento se construye sobre una relación de autonomía que busca el empoderamiento del sujeto para superar la vulnerabilidad inicial. ¿Desde dónde se hace posible esta reversión? La autora señala la vereda de la praxis educativa de lógica comunicacional, como estrategia para hacer posibles formas de aprendizaje reflexivas, críticas, re-constructoras.

El tercer capítulo nos habla de la construcción del proceso educativo y de los criterios metodológicos que han de guiar el mismo, para después, en una especie de enfoque de abajo arriba, revisar las funciones de las políticas educativas como herramientas para el impulso de tales procesos. En el último de los capítulos se recuperan los distintos nudos trazados a lo largo de la obra para tejer una propuesta de aprendizaje coherente con los criterios de reflexividad, aprendizaje crítico, comprensividad y construcción participada del conocimiento.

Es en definitiva un texto riguroso y atrevido en partes iguales. No tira por camino recto, porque en educación no existen estos caminos. Tiene un doble valor, como herramienta de aprendizaje para agentes dedicados al estudio de las ciencias de la educación y también para profesionales e interesado en la reflexión de lo socioeducativo en sentido amplio.