José García Molina, Universidad de Castilla- La Mancha
TÍTULO | El educador social en la educación secundaria. (Premio Internacional en Educación Social “Joaquim Grau i Fuster” -2ª edición). |
AUTORÍA | Rut Barranco, María Díaz y Estrella Fernández. |
EDITORIAL | Valencia: Nau Llibres. |
AÑO | Año de edición: 2012. |
Hace unos años que el Premio Internacional en Educación Social “Joaquim Grau i Fuster” promueve la reflexión escrita sobre la práctica profesional en el campo de la educación social al tiempo que contribuye a transmitir y difundir experiencias que consolidan el patrimonio cultural de la profesión. (1) El libro que aquí se reseña es el texto ganador de la segunda edición del citado premio, un magnífico ejemplo de aquello que inspira su convocatoria y que las autoras han sabido reflejar mediante un ejemplar proceso de reflexión, escritura, pensamiento y acción desde, y para, la Educación Social.
El texto comienza planteando cómo el acelerado proceso de transformación política, económica y cultural de nuestro mundo –proceso vinculado a términos como globalización, fragmentación, desafiliación y exclusión y otras situaciones problemáticas en las que las sociedades actuales se ven envueltas− origina nuevas necesidades y demandas sociales y culturales que han ido tomando cuerpo y presencia en todos los niveles del sistema educativo. La ampliación de encargos y propósitos que el sistema educativo se ve obligado a asumir han generado un desbordamiento de los márgenes de lo conocido y practicado hasta hace apenas una década. Escenario de época que alumbra nuevos encargos políticos y sociales decididos a que la educación social entre definitivamente en la escuela.
De este modo, desde el principio del libro vemos cómo las autoras se preguntan por la naturaleza y las posibilidades del encargo que desde la administración se hace a un profesional recién llegado a una institución que, hasta hace poco tiempo, había estado vedada a su saber y a su quehacer. Y es justo aquí dónde encontramos una problematización central, un eje vertebrador desde el que leer y recorrer la apuesta de todo el libro. La naturaleza político-social del encargo recibido precisa que los educadores sociales “traduzcan” la orden recibida a un lenguaje pedagógico que posibilite prácticas que, perteneciendo a lo social, vayan más allá de una pura lógica de orden y control social. Porque la tentación de ocupar al educador social en estos empeños es, a todas luces, tan grande como peligrosa. ¿Por qué? Porque allí donde todo un sistema viene teniendo dificultades para dar respuesta al qué hacer y al cómo hacerlo, se piden soluciones a un solo profesional. Las autoras piden cautela y aconsejan al propio profesional de la Educación Social que, partiendo de un axioma ético que asuma que no puede ser la solución milagrosa que traería el orden al lugar desordenado, no se deje enredar en la trampa. Sólo por esta advertencia el presente libro constituye un verdadero mapa del tesoro. Su virtualidad no es la de las respuestas prêt-à-porter que puedan dar a quien deba enfrentar situaciones similares (lo que no impide que el lector encuentre un faro que le guie), sino la bondad y pertinencia de sus preguntas. Este es definitivamente, y sobre todo, un libro de buenas preguntas.
De este modo las autoras instituyen prácticas educativas capaces de hacerse cargo de encargos sociales que, en ocasiones, no se fundamentan ni en demandas ni en criterios propiamente educativas. Insistimos: el primer acierto de las autoras es haber entendido que la orden dictada, o el orden requerido, lejos de ser un dictum a obedecer de manera directa y sin atender a ningún tipo de filtro, es la oportunidad para desarrollar un trabajo profesional y profesionalizado con la comunidad educativa al completo, y no solo con “la porción problemática” de la misma.
Y desde esta convicción el tercer capítulo cartografía experiencias y analiza situaciones (en torno al trabajo en convivencia y en absentismo). Propone, también, aventurarse a pensar más allá de la estrecha concepción normativa, de la moralizante lógica del deber ser, abrazando un pensamiento estratégico-situacional, un pensamiento que apuesta por enriquecer un lugar de/para la educación (sin adjetivos). Este es, sin lugar a dudas, el regalo que las autoras de este texto preciso, precioso y necesario, hacen a los educadores sociales y, por extensión, a la profesión toda: una elaborada y valiente concepción pedagógica y ética del trabajo que los educadores sociales pueden llevar a cabo en los centros de educación secundaria.
Autoras
Rut Barranco Barroso es profesora asociada en la Universidad de Castilla-La Mancha. Diplomada en Educación Social, Licenciada en Pedagogía y Psicopedagogía, Maestra en las especialidades de Educación Especial y Audición y Lenguaje por la Universidad Pontificia de Salamanca. Miembro del GRECS-UB y de la Red de Economía Social de la BUAP.
María Díaz García. Educadora social, licenciada en Pedagogía por la Universidad de Barcelona (UB) y profesora asociada en la Universidad de Castilla-La Mancha. En la actualidad desarrolla su actividad profesional como educadora social en un Instituto de Educación Secundaria en la provincia de Toledo. Miembro del GRECS-UB.
Estrella Fernández Romeralo. Graduada en Educación social en la Universidad de Castilla-La Mancha. Desarrolla su labor profesional en el IES “Juanelo Turriano” de Toledo desde 2006. Miembro de la Sección Profesional de Educación del CESCLM y de la Asociación de estudio de Psicoanálisis “Lapsus de Toledo”.
1.- Para más información sobre las ediciones del Premio Internacional en Educación Social “Joaquim Grau i Fuster”: www.premieducaciosocial.cat