Carlos Sánchez-Valverde
La pertinencia y la oportunidad en la elección del tema monográfico de esta entrega de RES, Revista de Educación Social, ha venido corroborada por dos hechos (que muchos de vosotros y vosotras ya habréis detectado), que quedan ampliamente recogidos en diferentes artículos de este número 16. Significativamente, las experiencias, las prácticas y reflexiones que han merecido últimamente el reconocimiento en los dos espacios de “premio” que hasta ahora operan en el campo de la Educación Social, tanto el “Concurso Estatal de Proyectos de Educación Social. Memorial Toni Juliá”, como el “Premio Internacional de Educación Social Joaquín Grau i Fuster. Reflexión sobre la práctica educativa”, tienen que ver con la imbricación entre Educación Social y Escuela.
No es casual ni banal esta coincidencia. Forma parte del momento de revisión de discursos y de prácticas educativas que socialmente se está realizando para tratar de reubicar lo escolar. Algunos intervienen en este debate social desde un planteamiento y propuesta que subsume todo lo educativo a la escuela. Otros reclaman nuevas formas educativas más libres. Y aquí estamos nosotras y nosotros, educadoras y educadores sociales, provenientes de una práctica más centrada en la exclusión, pero que reivindicamos nuestra capacidad de ofrecer respuestas no tan sólo normalizadoras, sino normalizadas.
La estrechez, y su carácter estanco y excluyente, de las categorías que aún actúan como referentes para hacer manejables las operaciones con las diferentes manifestaciones educativas (la formal, la informal, la no formal), no facilitan ese debate. Y quizás estén llamadas a ser superadas por otras herramientas de análisis que pongan el énfasis más en lo substancial que subyace en toda manifestación educativa: el hecho o acto educativo. Pero de esto, ya hablaremos en otra entrega.
Ahora queremos poner a vuestra disposición (con un poco de retraso, causado entre otras cosas por una persistente gripe, a destiempo) diferentes colaboraciones que se acercan a la relación entre Educación Social y lo escolar, desde muy diversos ángulos. Encontraréis muchas reflexiones, muchas experiencias y sobre todo: muchas preguntas e interpelaciones que no todas ellas quedan resueltas.
Queremos una vez más agradecer la confianza que nos demostráis al hacernos llegar tantas propuestas de colaboración (superando las 70). Y el elenco final de los colaboradores en un número nunca fue tan amplio: ¡más de 80 personas! Ello multiplica nuestra necesidad de dedicación pero, a pesar de ello, deciros que lo hacemos entusiasmados y tratando de corresponder a vuestras expectativas. ¡Os animamos a seguir en este compromiso!
Y os avanzamos en esta introducción que el próximo número tendrá un cierto carácter reivindicativo, intentando el rescate de los momentos, las personas, los agentes sociales, etc. relacionados con la consolidación de la Educación Social en cada uno de los territorios, países, etc. que comparten este instrumento comunicativo. Y os animamos a participar desde los diferentes formatos de acercamiento y recuperación de esa memoria colectiva: en formato ensayo, en formato de historia oral, entrevistas, reportes de actos que fueron importantes, historias de personas y de instituciones, etc. (o aquellos que se os ocurran), que entre todas ellas son nuestras señas de identidad colectiva.
¡Os deseamos una agradable y estimulante lectura y un feliz 2013! (aunque sea con un poco de retraso)
