María Rubio Sáiz. Universidad de Valencia, Educadora Social y Experta en Bienestar Social e Intervención (1)
El acoso escolar es un tema de actualidad con una importancia creciente debido al aumento de casos y a la gravedad de los mismos. Por esta razón es necesario estudiar el fenómeno con detenimiento desde la perspectiva de todos los implicados. Este artículo estudia la percepción concretamente del profesorado en ESO ante el tema del maltrato entre iguales en dos centros de Valencia, seleccionando un IES con altas incidencias en acoso escolar y otro con bajas incidencias. En la recogida de los datos se utiliza el “Preconcimei (Cuestionario sobre Preconcepciones de Intimidación y Maltrato Entre Iguales, Avilés, J. Mª, 2002). Para los profesores es difícil detectar un problema de agresión como el bullying porque no suelen ocurrir en su presencia. Es importante tener en cuenta los tipos de maltrato que pueden haber (maltrato físico, psicológico, social), que nos pueden dar pistas de si existe bullying en nuestro centro escolar.
El aula de clases es esencialmente un espacio de convivencia en el que se establecen las más diversas relaciones interpersonales. Dentro de este universo, las actitudes que conllevan cualquier tipo de agresión por parte de uno o más estudiantes a un compañero se designa con el nombre de ‘bullying’.
Este término, que en español significa intimidación, fue adoptado por Dan Olweus (psicólogo noruego, 1998) en la década de los ochenta para designar a la situación en la que un estudiante es acosado o victimizado de manera repetitiva con acciones negativas por uno o más compañeros.
El fenómeno de la intimidación o bullying aparece cuando existe un desequilibrio de condiciones en el que una de las partes ejerce dominio o poder y la otra parte se considera incapaz de encontrar las formas adecuadas para defenderse. Hay que determinar cuál es el límite entre las bromas que son manifestaciones de una relación cordial de compañeros con las burlas o acciones que denigran la integridad de alguno de los miembros del grupo.
Las formas en que se manifiesta el bullying han sido agrupadas por el Dr. Olweus en ofensas verbales (insultos, apodos, rumores), intimidación psicológica (amenazas), agresividad física (daños a la propiedad, hasta golpes corporales) y aislamiento social (impedimento para que el individuo logre integrarse en el grupo).
La ‘víctima’ tiene dificultad para reaccionar y presenta algún rasgo en su temperamento o carácter que puede ser interpretado como un indicio de vulnerabilidad. La ansiedad, la inseguridad o la tristeza hacen que el agresor perciba a la víctima como alguien incapaz de defenderse.
El agresor expresa el deseo de dominar para satisfacer una necesidad de control que, a su vez, es una manifestación de situaciones más complejas como problemas familiares o frustraciones. En ocasiones, no se da cuenta del daño que está infligiendo, ya que no ha desarrollado la habilidad de ponerse en lugar de otro y puede llegar a considerar que actúa correctamente. Generalmente, el agresor cuenta con el respaldo de un grupo y es producto de ambientes muy rígidos o muy permisivos. Ha desarrollado un modelo de agresividad que no le permite resolver asertivamente los conflictos que se le presentan. La intimidación escolar repercute en todo el sistema educativo. Los estudiantes que son testigos de casos de maltrato pueden generar actitudes de indiferencia o insensibilidad, o asumir la violencia como una reacción normal, llegando a ser cómplices del rechazo y la marginación.
Cabe destacar las diferentes visiones que sobre el tema tiene los componentes de la comunidad educativa; mientras que los profesores se centran en las interrupciones en el desarrollo de las tareas escolares y la indisciplina, a los padres les preocupan los episodios de violencia física y de vandalismo y, por último, los alumnos se encuentran más preocupados por las situaciones de bullying que no salen a la luz (Badía Martín, M.M, 2001). La realidad es que se sabe poco aún acerca de los aspectos que dan forma a lo que se ha dado en llamar acoso escolar. Los estudios realizados no permiten establecer generalizaciones acerca de las causas de este fenómeno social que se va extendiendo.
Aunque en España no se han adquirido los niveles de violencia de otros países, sí está siendo un fenómeno en aumento. Según los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística, en España en torno al 30 o el 40 % del alumnado manifiesta que se ha visto envuelto en alguna ocasión en una situación de maltrato, bien como víctima, bien como agresor (Cano Guardiola, 2009).
En definitiva, el acoso escolar es una realidad en nuestras escuelas y no está diferenciado en cuestión de etnia, sexo, nivel cultural, religión, etc.
Por eso, de esta investigación, ha sido estudiar la percepción docente, por su relevancia en el tema.
Los problemas de convivencia en los centros escolares es uno de los temas que actualmente se encuentran en el candelero. A diario encontramos noticias relacionadas con este tema.
La escuela es muy compleja en su conjunto y tendríamos que considerar factores sociales, del sistema educativo, de la propia escuela como institución, de las aulas y espacios educativos, los agentes educativos, padres y profesores y los propios estudiantes.
El maltrato entre iguales es un tema cuyo estudio comenzó hace varias décadas, sin embargo, su definición no está totalmente consensuada. No obstante, las características que mencionan Nicolaides, Toda y Smith (2002) para delimitar el concepto de bullying o maltrato entre iguales son cada vez más aceptadas por los autores (Benítez, Fernández y Berbén, 2005; Benítez y Justicia, 2006; Olweus, 1993).
Varios estudios han demostrado que el profesorado en activo no tiene problemas para identificar como maltrato agresiones físicas, chantaje o amenazas (violencia física o verbal), sin embargo para detectar la exclusión social (maltrato relacional) tienen más problemas (Boulton, 1997). Otros estudios incluyen los abusos verbales y socioemocionales entre los tipos de maltrato que presentan más problemas a la hora de ser detectados, siendo los que se detectan con mayor facilidad, la agresión física o la amenaza (Hazler, Miller, Carney y Green, 2001). Otro motivo de dificultad radica en el lugar y el momento donde suceden las conductas violentas dado que no suelen suceder delante del profesor, sino en lugares sin supervisión adulta como el recreo, entre el alumnado de primaria, o en los pasillos del centro entre clase y clase, entre el alumnado de secundaria (De Haro, 2006; Genta, Menesini, Fonzi, Costabile y Smith, 1996).
Se ha cogido una muestra de dos institutos de Educación Secundaria Obligatoria, a razón de su participación en colaborar en la investigación llevada a cabo. Por tanto, se selecciona el IES Orriols con altas incidencias en acoso escolar y el IES Ramón Llull con bajas incidencias, con los siguientes datos:
Para el presente estudio la técnica utilizada es la encuesta a través del cuestionario Preconcimei (Cuestionario sobre Preconcepciones de Intimidación y Maltrato Entre Iguales, Avilés, J. Mª , 2002; ver Anexo 1). Es un cuestionario de 14 ítems de opción múltiple, con una valoración de 1 desacuerdo y 5 acuerdo.
Las preguntas que se hacen al profesorado mediante una escala tipo Likert, buscan obtener información sobre la importancia y percepción que les otorgan los profesores al problema de la intimidación en las escuelas, si lo incluirían en contenidos del currículo, si habría que implicar a las familias, etc.
El siguiente estudio es descriptivo y pretende valorar la percepción del profesorado en ambos centros, como ya he mencionado anteriormente.
Los participantes cumplimentaron el cuestionario en los claustros de profesores, los cuales fueron elegidos al azar en cada uno de los niveles de la secundaria obligatoria. La explicación y aplicación del cuestionario para la obtención de datos fueron explicados y recogidos por los directores de los centros educativos participantes, teniendo con gran relevancia la confidencialidad de datos.
Los resultados se han obtenido realizando estadísticos descriptivos, para la supervisión y codificación de las encuestas se empelará el software Statistical Package for the Social Sciences (SPSS).
A continuación se presenta un resumen de los resultados con diferencias significativas obtenidas en la investigación, en cuanto al sexo:
El ítem H que hace referencia a si es necesaria la ayuda de otros profesionales para resolver los problemas, reflejando que el 33,3% de los varones encuestados y 59,1% de las mujeres están de acuerdo, mientras que el 38,9% y el 9,1%, respectivamente, están en desacuerdo. Al mismo tiempo aparecen 27,8% de los hombres y 31,8% de las mujeres que responden de forma neutra. Se observa una asociación significativa de P<0,022.
En mención al ítem L, sobre si creen necesario una modificación en el currículo escolar para eliminar los problemas de violencia y mejorar las relaciones interpersonales, obteniendo como resultados que el 55,5% de los varones y el 31,8% de las mujeres opinan de forma negativa, 16,7% y 54,5%, respectivamente, lo hacen en positivo y 27,8% de los profesores y 13,6% de las profesoras de forma neutra. Obteniendo una asociación significativa de P<0,026.
Seguidamente se presenta los resultados con diferencias significativas obtenidas en la investigación, en cuanto al Centro educativo:
Con respecto a este ítem vemos que un 30% de los encuestados en el Orriols están de acuerdo, 12,5% en desacuerdo y 7,5% dan una respuesta neutra.
En cambio en el Ramón Llull ofrece un 7,5% en acuerdo, un 30% en desacuerdo y 12,5% permanecen neutrales. Y nos encontramos con una significación de P<0,004.
Investigaciones actuales (Benítez y Justicia, 2006) señalan que como mínimo el maltrato debe darse una vez por semana y con una duración mínima de seis meses.
Esta investigación afirma que el profesorado participante señala que sin ayuda de otros profesionales, no está preparado para resolver los problemas de malas relaciones y violencia en el instituto, y en este caso mayoritariamente el sexo femenino, con una asociación significativa de P<0’022.
En este sentido, este estudio obtiene con significación (P< 0,026).que para eliminar los problemas de violencia y mejorar las relaciones interpersonales hay que modificar el currículo escolar, apareciendo en el IES Ramón Llull (IES con pocas incidencias en acoso escolar) mayoría en desacuerdo y en cambio en el IES Orriols ( IES con muchas incidencias en acoso escolar), mientras que obtenemos mayoría en acuerdo, siendo de nuevo el sexo femenino el que más lo apoya, y con una significación de P<0,004.
En todo lo anterior influyen las creencias preconcebidas que tenga el profesorado acerca de la violencia entre iguales (O´Moore, 2000), el cual indica la necesidad de modificar las creencias erróneas de los docentes para que estén en buena disposición de hacer frente a la violencia escolar.
Entre las sugerencias y reflexiones considero sería aconsejable aumentar el tamaño de la muestra, de manera que la encuesta reflejase la opinión de un mayor número de docentes así como distribuir estas encuestas en un mayor número de centros, tanto del medio urbano como de zonas más rurales, centros públicos y privados, etc; lo cual nos ayudaría a hacernos una idea de cómo se percibe el problema del acoso escolar en las distintas áreas y con mayor profundización en el tema.
Por otro lado, para la recogida de información, si bien hemos considerado la opinión de informantes como son los profesores, sería interesante y enriquecedor incorporar en futuras investigaciones a los adolescente y a los padres y madres como informantes, además de trabajar con las entrevistas en profundidad y grupos de discusión, que puede aportar una información muy valiosa, no sólo para la percepción del profesorado en el acoso escolar sino igualmente para la mejora de la convivencia escolar. Y finalmente creo que este cuestionario necesitaría una modificación o bien una ampliación de los ítems, donde recoja también preguntas como formación y preparación del profesorado ante el tema. Así como, también saber si han observado o se han involucrado en algún caso y cómo suelen actuar si se dan; y por último sería importante conocer si opinan que necesitan charlas o talleres sobre acoso escolar tanto profesores como alumnos.
ANEXO
Avilés, J. M. y Monjes, I. (2005). `”Estudio de la incidencia de la intimidación y el maltrato entre iguales en la educación superior obligatoria mediante el cuestionario CIMEI (Avilés, 1999)-Cuestionario sobre Intimidación y Maltrato Entre Iguales”. Anales de Psicología, vol. 21, 1, 27-41.
Avilés, J.M (2002). “Cuestionario sobre Preconcepciones de Intimidación y Maltrato Entre Iguales”.
– (2000) “El bullying en la ESO”. Escuela Hoy, 46, 20-22.
Badia, Martín, M.M. (2001). Las percepciones de profesores y alumnos de E.S.O sobre la intervención en el comportamiento disruptivo: un estudio comparativo. Tesis Doctoral. Bellaterra (Barcelona). Universidad Autónoma de Barcelona.
Benítez, J. L. y Justicia, F. (2006). “El maltrato entre iguales: descripción y análisis del fenómeno”. Revista de Investigación Psicoeducativa, 4(2), 81-93. Profesorado. Revista de currículum y formación del profesorado, 10, 2 (2006), 13
Benítez, J.L., Fernández, M. y Berbén, A.B.G. (2005). Conocimiento y actitud del maltrato entre alumnos (Bullying) de los futuros docentes de educación infantil, primaria y secundaria. Revista de Enseñanza Universitaria, 26.
Boulton, M. J. (1997). “Teachers’ views on bullying: definitions, attitudes and ability to cope”. British Journal of Educational Psychology, 67, 223-233.
Cano Guardiola, S.(2009). “Estudio sobre la violencia entre iguales durante la adolescencia. Comparación entre dos centros educativos de los distritos de Salamanca y Vallecas de Madrid”. Madrid, Escuela Universitaria de Trabajo Social.
De Haro, P. (2006). “En clase me rechazan, me amenazan en el Instituto”. Psicomed.net.
Genta, M. L., Menesini, E., Fonzi, A., Costabile, A. y Smith, P. (1996). Bullies And victims in schools in Central and Southern Italy. European Journal of Psychology of Education, 11, (1), 97-110.
Hazler, R. J., Miller, D. L., Carney, J. V. y Green, S. (2001). Adult recognition of school bullying situations. Educational Research, 43(2), 133-146.
Nicolaides, S., Toda, Y. y Smith, P. (2002). “Knowledge and attitudes about school bullying in trainee teachers”. British Journal of Educational Psychology, 72, 105-118.
O’Moore, M. (2000). Critical issues for teacher training to counter bullying and victimization in Ireland. Aggressive Behavior, 26, 99-111.
Olweus,D. (1998). “Conductas de acoso y amenaza entre escolares”. Madrid: Morata.
– (1993). “Bully/victim problems among school children: Long term consequences and an effective intervention program”. Hodgins (Ed.), Mental disorder and crime. Newbury Park: Sage, 317-349.
1.- María Rubio Sáiz. Universidad de Valencia, Educadora Social y Experta en Bienestar Social e Intervención