Celia Corchuelo Fernández, C.M. Aránzazu Cejudo Cortés. Departamento de Educación Universidad de Huelva (1)
El fracaso escolar es una realidad que nos inunda y la población que lo protagoniza es una población diversa y plural, que busca respuestas educativas eficaces u eficientes que le permita ajustarse a las demandas sociales y laborales que nuestro sistema exige.
Esta iniciativa que describimos a continuación pretende dar respuestas a las necesidades existentes en poblaciones extremas irremisiblemente instaladas en la marginalidad y la exclusión.
El centro educativo que aquí se plasma estimamos que se encuentra dentro de los proyectos reveladores de Escuela de Segunda Oportunidad, que están establecidos en Europa y algunas regiones de Latinoamérica, que a pesar de llevar poco tiempo dentro del panorama educativo dan respuestas inéditas y coherentes incluso de alguna manera salvadoras para estos educandos que se pronosticaban fuera de toda posibilidad.
Para entender mejor la experiencia de la que queremos dejar constancia comenzaremos situándola; se encuentra en el distrito III de Huelva, zona denominada Marismas del Odiel, ubicada al Noroeste de la ciudad, en la margen izquierda del río Odiel, ocupando una estrecha franja de terreno entre la carretera de Gibraleón y la ría.
Gran parte de la zona de Marismas del Odiel no da cabida a la construcción de edificaciones debido a las particularidades del terreno, como escasa consistencia del suelo, inundaciones continuas y desarrollo de enfermedades infecciosas. Se trata, por tanto, de una zona insalubre y que dificulta la vida de las personas en comunidad.
Marismas del Odiel engloba las siguientes barriadas: Marismas del Odiel, Las Colonias, Los Dolores, El Carmen, La Gavilla, La Navidad y Cardeñas.
Si queremos conocer como se ha ido configurando la ocupación de este espacio, hemos de remontarnos a la historia urbanística de Huelva, y comprobar cómo ésta crece debido a factores externos a la propia ciudad como son: la constitución de Huelva como capital de provincia en 1833, la colonización inglesa y el polo de promoción industrial (Martínez Chacón,1992).
Huelva crece de forma independiente del Casco Antiguo, en dos apéndices lineales: la Barriada de Las Colonias y la Barriada del Matadero. Este primer aumento de población se acentúa en la década de los 60, apareciendo núcleos dispersos, sin planificar, chabolismo y marginación en las zonas próximas a la marisma. Este vertiginoso desarrollo industrial unido al éxodo rural, hicieron que multitudes de familias se vieran obligadas a abandonar el campo y dirigirse a la ciudad, como mano de obra baratas y sin especialización. Al llegar a Huelva, y disponiendo de escasos o nulos recursos económicos, tienen que asentarse en zonas marginales, convirtiéndose en parias urbanos (ya lo eran en los campos de donde provenían).
El grupo de población está constituido por un gran número de personas de etnia gitana, personas provenientes de zonas rurales como hemos apuntado, inmigrantes, parados de larga duración y por un núcleo de trabajadores remunerados obligados a pertenecer a esa línea malévola de la mediocridad socioeconómica.
Aquellos grupos que tienen ingresos se mueven mayoritariamente entre la venta ambulante y todo aquello que puede acariciar la ilegalidad.
Como queda palpable la población que configura Marismas del Odiel se mueve en los desventurados márgenes de la exclusión. Esta exclusión social se refiere a la definición que Sen, A. (2008), calificó como un término elástico, tanto por los enfoques que se aplican para estudiarlo como por la pluralidad de privaciones de bienes, recursos o servicios a los que se condena a ciertos individuos o colectivos.
Autores como Tezanos (2001) y Castel (2004), hablan de la exclusión definiéndola como un continuo, como un trayecto que puede trazarse entre la inclusión y la exclusión, con grados de intensidad y de extensión diferentes, posiblemente acumulativo, pero no lineal, sometido a múltiples factores e influencias.
A nivel educativo debemos destacar la persistencia de un analfabetismo lacerante ensañado con el grupo de mujeres, los discapacitados y los mayores de 45 años. Con aquel otro grupo de personas formadas o instruidas que ondean entre individuos que tienen dificultad para leer y escribir, una minúscula población que poseen estudios obligatorios y la casi inexistente población que gozan de estudios de formación profesional.
Una vez dadas estas breves pinceladas acerca de aspectos urbanísticos, poblacionales y educativos de la zona donde se ubica el centro de secundaria que nos ocupa, describiremos el grupo de alumnos que lo constituyen.
El centro está conformado por aproximadamente 365 alumnos y alumnas con edades comprendidas entre los 13 y los 18 años, pues la mayoría han cursado una escolarización donde la nota predominante ha sido el fracaso escolar. Por esta razón ninguno llega al centro acorde a la edad que se considera “normalizada”, siendo su procedencia variada; se pueden distinguir cinco grupos:
PERFIL DEL ALUMNADO |
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Grupos |
Características |
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2.1. Con nivel de conocimiento medio, que no se han adaptado a los centros de donde provienen, por diversos motivos: personales, familiares, sociales, etc. Al igual que aquellos que cometieron en estos centros faltas graves, tales como: amenazas (llevadas a la práctica), agresiones físicas, etc. 2.2. Alumnos y alumnas con bajo nivel de conocimientos que no pueden seguir el ritmo normal de clase, acompañados muchos de ellos con problemas de absentismo. |
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Siendo la intencionalidad del profesorado que trabaja con este alumnado, entre otras, la de fomentar valores y hábitos, trabajar tanto la motivación como la autoestima, promover el interculturalismo que persigue terminar con la exclusión a través del fomento de la igualdad de oportunidades y la cohesión social, (Sabariego, 2002; Bartolomé, 1999; Aguado 2003) y por último, pero no por ello menos relevante la transmisión de conocimientos.
Este profesorado se enfrenta según nos sugiere Coll y Martín (1994) a un concepto “polisémico”. Su significado irá ligada a la tarea de cómo adecuar las respuestas educativas, teniendo presente la organización, el currículo y la pluralidad de necesidades del alumnado, en definitiva buscando alcanzar los objetivos educativos propuestos para cada uno de ellos.
También a una educación personalizada que considera al individuo en su doble vertiente: individual y la social. A una persona en proceso de maduración y, al mismo tiempo, inmerso en una sociedad en la que tiene que integrarse. Este tipo de educación busca responder, pues, a las exigencias individuales y sociales de la personalidad de los alumnos y alumnas: brota de la persona, fundamenta la persona y permite el despliegue de la persona.
La educación personalizada ayuda al sujeto a realizarse según sus características propias, incorporándose a la sociedad en que vive, mediante la actividad personal realizada libremente. Intenta ayudar al educando a hacer el difícil aprendizaje de la libertad, dentro de una sociedad determinada.
En España, la expresión “educación personalizada”, se acuñó en los años sesenta. Se apoya en la consideración del ser humano como persona, no simplemente como un organismo que reacciona ante los estímulos del medio, sino principalmente, como un ser escudriñador y activo que explora y cambia el mundo que le rodea (García Hoz, 1975).
Casal, García y Planas (1998) interpretan este hecho explicándolo a través de tres efectos, el de demanda, el de oferta y el institucional. Entendido el efecto demanda como el aumento de interés que las familias experimentan para que sus hijos terminen la escolarización obligatoria. El efecto oferta, como el resultado de las políticas educativas en busca de la mejora de la calidad de la enseñanza, con su consiguiente inversión y el efecto institucional, referido a los conceptos de enseñanza individualizada, aprendizaje significativo, igualdad de oportunidades y evaluación formativa.
Entre los objetivos que persigue el centro está el de construir una Comunidad viva en la que todos busquen el bien de los demás con una misma línea de pensamiento y trabajo en equipo, el unir todas las fuerzas para que los servicios formativos y educativos tengan como valores prioritarios la Educación integral, la Justicia Social, la Verdad, la Paz y el Amor. Además se pretende conseguir un ambiente de responsabilidad, participación, colaboración, diálogo, amistad y servicios, buscando lo que les une y apartándose de lo que les separa. En definitiva, acoger las diferencias valorándolas como una riqueza.
En el centro se imparten las etapas de Educación Secundaria Obligatoria, Ciclos Formativos de Grado Medio (Hostelería y Madera y Mueble) y Superior (Hostelería) y PCPI de Peluquería. En la etapa de ESO se intenta dar respuesta a un importante grupo de alumnos y alumnas con unas características muy específicas como se comentó anteriormente. Podemos dilucidar que se trata de jóvenes bastante desmotivados hacia las tareas académicas, con alto grado de fracaso escolar y con problemas tanto personales como socio-familiares.
Como fin principal, el centro se propone “Favorecer el desarrollo personal, social y cognitivo del alumnado, con un compromiso fuerte desde la autenticidad y la relación, por medio de una enseñanza adaptada a sus motivaciones y necesidades que repercuta en crecer como “persona” y en una promoción social adecuada.
De esta forma, paralelamente a las enseñanzas impartidas en la ESO, se ofertan como Optativas Curriculares: Carpintería, Guarnicionería, Electricidad, Forja, Informática y Hostelería con el fin de que el alumnado se capacite a nivel profesional, al tiempo que se motiva hacia el sistema educativo.
Una vez que finalizan la etapa de ESO se decantan por continuar su formación profesional y académica en la misma institución optando bien por los Ciclos Formativos de Grado Medio de Técnico en Cocina y Técnico de fabricación a Medida e Instalación de Carpintería y Mueble, o por los cursos de Formación Profesional Ocupacional con el objetivo de acceder de una inserción socio-laboral.
En cuanto a las orientaciones metodológicas utilizadas en el centro hemos seleccionado algunos indicadores recogidos del Plan Anual de Centro (2012/2013) que consideramos reveladores de la labor que se lleva a cabo. Entre otros:
El avance a nivel científico y tecnológico nos obliga a adaptar y modificar la realidad educativa. Hoy en día, se reconoce que la diversidad está presente en las aulas y que estas están configuradas con alumnos y alumnas que se desarrollan y aprenden a diferente ritmo, por ello se considera que homogeneizarlas es volver atrás y al fracaso. La escuela se encuentra con la obligación de estar abierta a esta diversidad. Dicha apertura no se refiere a la admisión de todos. Es algo más; significa garantizar los medios y las condiciones para que todos los alumnos y las alumnas puedan desarrollarse y aprender, teniendo ante todo presente sus características personales. Desde esta perspectiva lo que prima es la diferencia, es necesario tener esto presente, pues lo contrario es alinearse con la postura que piensa que la normalidad y la diversidad son contrapuestas. Lo más normal es que somos diferentes” (Pujolás, 1998).
Por todo lo expuesto, consideramos que esta institución se enmarca en el Proyecto de Escuela de la Segunda Oportunidad iniciativa comunitaria promovida por la Dirección General XXII (Educación, Formación y Juventud) de la Comisión Europea a partir de las conclusiones del Libro Blanco de la Educación en el que se destaca la problemática que supone el creciente número de jóvenes europeos que fracasan o abandonan el sistema educativo sin tener la suficiente preparación para acceder a un empleo y sugiere la conveniencia de emprender iniciativas experimentales, adaptadas al entorno social y cultural al que pertenecen, organizando alternativas formativas flexibles y motivantes dirigidas a jóvenes en situación de desventaja, que combinen las nuevas tecnologías y el desarrollo de las capacidades y potencialidades personales.
Concretamente en el centro de secundaria se viven problemas y conflictos de diversa índole. Un primer choque ocurre cuando la escuela pretende transmitir valores, hábitos y modos de vida muy diferentes a lo que los pobladores de las aulas están acostumbrados, el enfrentamiento viene desde la exigencia de respetar los horarios de entrada y salida, el hecho de corregir como se debe sentar un alumno, el tener que mantenerse en silencio mientras el profesor o profesora explica, el de levantar la mano para respetar el turno de palabra o el de dirigirse al compañero con respeto y educación.
En cuanto a los inmigrantes procedentes de Marruecos el obstáculo está en que no están alfabetizados en su propio idioma, nunca estuvieron escolarizados en su país, esto lo vive el profesor como una gran dificultad en su labor educativa.
Si hablamos de los alumnos del distrito III la dificultad es que reproducen los roles de poder que sus padres y madres desempeñan en el barrio. Con lo que se extrapolan los problemas del barrio al centro.
En cuanto a los alumnos y alumnas con necesidades educativas especiales, son en algunas ocasiones sujetos pasivos de la confrontación, sin embargo en otras ocasiones se convierten en los verdaderos protagonistas del conflicto.
Hemos esbozado algunos problemas o dificultades que se experimentan en el centro de secundaria, no queremos olvidar el papel del profesor o profesora, Este es crucial y relevante, pues nos encontramos con un perfil muy singular, personas con una buena formación académica, en la que confluyen la figura del maestro, del educador social, de trabajador social, incluso en ocasiones de padre o madre del alumno. Que vislumbramos de aquí, que independientemente de la formación, lo más importante es que los docentes sean personas, pero personas con valores, con inquietudes, con capacidad de empatizar, sin perjuicios y dispuestos a dar el máximo de ellos mismos. Profesores y profesoras capaces de dignificar las escuelas de Segunda Oportunidad hasta los extremos más insospechados. Personas que crean en lo que piensan, hacen y dicen. Desde el trabajo en equipo, vocacional y profesional de este grupo de docentes con una organización alternativa al currículum establecido por nuestras administraciones se está llevando a cabo una labor si no acertada al menos diferente, dirigida a los jóvenes que se encuentran en claro riesgo de marginación y/o exclusión social.
Someramente hemos expuesto algunos ejemplos donde se pone de relieve los niveles de exigencia a nivel profesional y estructural necesarios para atender a la diversidad, siendo estos mayores que los dirigidos a una población donde se priorice la homogeneidad. Hay que pensar que con esta atención se intenta llevar a cabo una buena integración personal y social del individuo. Se trata de actuar para que la distancia mental y social entre las personas desaparezca. Para ello se parte de la idea que se entiende el desarrollo como una posibilidad sin límites. El entender que no existen barreras, sólo aquellas que la sociedad o el propio individuo decida ponerse hace más viable la posibilidad de superar obstáculos y permitirá la verdadera normalización y la justa integración.
Aguado, T. (2003). Pedagogía intercultural. Madrid: McGraw Hill.
Bartolomé, M. (Coord.) (1999). Diagnóstico a la escuela multicultural. Barcelona: Cedecs.
Casal, J.; García, M. y Planas, J. (1998). “Escolarización plena y ‘estagnación’”, en Cuadernos de Pedagogía 268 (pp. 38-41).
Castel, R. (2004). “Encuadre de la exclusión”, en Karsz, S. (Coord.), La exclusión: bordeando sus fronteras. Definiciones y matices. Barcelona: Gedisa.
Coll, C.; Martín, E. (1994). “Aprendiendo de la experiencia”, en Cuadernos de Pedagogía, 223 (pp. 8-15) (Monográfico: Proyectos Curriculares).
García Hoz, V. (1975). Educación personalizada. Valladolid: Miñón.
Martínez Chacón, A. (1992). “La ciudad de Huelva: evolución, estructura y problemática actual”, en Huelva en su Historia, n° 4 (pp. 305-322).
Plan Anual de Centro (2012). Centro de Secundaria Virgen de Belén. Huelva.
Pujolas, P. (2001). Atención a la diversidad y aprendizaje cooperativo en la educación obligatoria. Archidona: Aljibe.
Sabariego, M. (2002). La educación intercultural ante los retos del siglo XXI. Bilbao: Descleé.
Sen, A.(2008). “Temas clave del siglo XXI”, en Sen, A. y Kliksberg, B. Primero la gente. Barcelona: Deusto.
Tezanos, J.F. (2001). La sociedad dividida. Estructuras de clase y desigualdades en las sociedades tecnológicas. Madrid: Biblioteca Nueva.
1.- Para contactar, Celia Corchuelo Fernández: celia.corchuelo@dedu.uhu.es ; C.M. Aránzazu Cejudo Cortés: carmen.cejudo@dedu.uhu.es