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En recuerdo de Toni Julià

Autoría:

Antonio Balsa. Vicepresidente del CEES Aragón

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Antonio BalsaAcudí con gusto al homenaje que Toni recibió en Barcelona el pasado mes de mayo, primero por la oportunidad de mostrar mi reconocimiento y el de todos los compañeros de Aragón a su persona y aportaciones para nuestro movimiento asociativo estatal, pero también con la sana curiosidad de conocerlo mejor, aunque lamentablemente tarde, a través de la mirada y el recuerdo de sus allegados, amigos y compañeros y también de la exposición gráfica de sus aventuras pedagógicas desinstitucionalizadoras. Y ciertamente creo que algo conseguí, pues todos somos algo poliédricos y la suma de facetas y perspectivas que allí se manifestaron me ayudaron a conocer, comprender y admirar aún más su personalidad y su obra.

Conocí personalmente a Toni cuando preparábamos desde la FEAPES el primer Congreso de Educadores Sociales en Murcia junto a responsables de las universidades y alguien comentó que gracias a él los educadores teníamos “discurso”, pues hasta su entrada en escena en el Comité Científico, los profesionales teníamos la sensación de ser menospreciados por el supuesto rigor científico de los universitarios, o más bien ninguneados por la prepotencia de los “teóricos” sobre los “prácticos”. No me cabe duda de que su demostrada capacidad de reflexión sobre la práctica, junto a su larga trayectoria profesional y docente desde la Educación Especializada fueron capaces de sorprender y situar debidamente a los académicos y conseguir su reconocimiento y, de paso, el de todos nosotros.

Creo que Toni tiene bien merecido un lugar en la Historia de la Educación Social en nuestro país, por haber sabido luchar como nadie por el reconocimiento de la formación anterior a la Diplomatura, hasta conseguir con tenacidad su homologación, además de haber sabido hacer presente nuestra apuesta por la Educación Social en los foros internacionales, con su trabajo en el Comité Ejecutivo y la Oficina Europea de la AIEJI, en sus seminarios y congresos.

Como persona y profesional que compartió buenos momentos con él, me hubiera gustado disfrutar más tiempo de sus conocimientos y su compañía, aunque me consuela saber que su apreciado legado podrá ser divulgado, reconocido y recordado. Hacen falta muchos Tonis para conseguir que la Educación Social logre el reconocimiento que merece y mantenga el compromiso de mejora y transformación social que a él le hubiera gustado y muchos compartimos.

Como diría él, por suerte no todo está hecho.

Gracias Toni.