Pepín de la Rosa. Educador social.
“El verdadero honor es el que resulta del ejercicio de la virtud y del cumplimiento de los propios deberes”
Erendis Tinúviel
Agradecido es la palabra que finalmente he decidido utilizar para escribir unas palabras en recuerdo de mi, nuestro compañero y amigo, Toni Julià.
Estoy agradecido de haberle conocido, de haber podido aprender y aprehender algunas cosas a su lado o a partir de algunas de sus enseñanzas.
Toni fue una persona constante y muy tenaz, consecuente y orgullosa de lo suyo.
Su constancia y tenacidad puesta al servicio de los demás nos ha permitido que, a nivel social, la Educación Social pasara de ser un oficio a ser una profesión, y que los educadores y educadoras sociales fuésemos reconocidos socialmente más allá de la aparición de la diplomatura. Un ejemplo significativo de su constancia y tenacidad fueron los más de 15 años de trabajo, muchos de ellos casi en solitario, para conseguir un reconocimiento oficial de las formaciones iniciales de educadores.
Pensar en el Toni consecuente me lleva de inmediato a pensar también en el Toni pragmático y coherente. Recuerdo con cierto orgullo compartido con todos los miembros de la primera Junta, cómo Toni no cejó en su empeño de darnos el tiempo suficiente para trabajar en profundidad los valores que debían ser la base de construcción de nuestro CEESC.
Orgulloso sí, que no soberbio ni vanidoso.
Y por qué no decirlo, yo sí siento cierta vanidad y orgullo de mis sentimientos hacia Toni. Todavía vivos, todavía actuales, todavía y para siempre.
Con cariño y respeto.
Pepín