Carlos Sánchez-Valverde Visus, educador social e historiador (1)
El pasado 15 de mayo de 2010, realizamos un acto de recordatorio y de homenaje, de amigos y amigas, de personas que lo valorábamos y respetábamos, de educadores y educadoras sociales que nos consideramos sus discípulos, de Toni Julià, que había muerto hacía unos meses, a comienzos del verano de 2009. Y lo hicimos en el espacio emblemático que en 1977 ocupaba “el Asilo del Port” del ayuntamiento de Barcelona y que ahora ocupa, en parte, la escuela Bàrkeno.
El Asilo del Port, nombre con el que era conocido en los años 70 por los vecinos del Barrio de la Marina del Prat Vermell, estaba situado en la calle Cisell, en lo que había sido, hasta su anexión a Barcelona, “la Marina” del municipio de Sants (3). Era un centro-institución municipal de muy larga trayectoria, entre los de la Beneficencia de la ciudad de Barcelona.
Y en 1977 actuó como base de operaciones logística del nacimiento de los “Colectivos Infantiles del Ayuntamiento de Barcelona”, experiencia pionera en el proceso de renovación de la acción socioeducativa con la infancia del inicio de la democracia en España. (4)
En este artículo queremos ofrecer algunos elementos que nos ayuden a ubicar, dentro de la historia de la acción social de la ciudad de Barcelona, las diferentes funciones y el recorrido de esta institución, el Asilo del Port. Y de paso, rescatar alguna anécdota relacionada con Toni Julià.
Los nombres y las funciones del Asilo del Port han sido cambiantes desde que se fundó el año 1916, inicialmente, como centro que venía a paliar la saturación del “Asilo del Parque”, asilo municipal situado en la calle Wellington que funcionaba desde 1889. El Asilo del Port se creó como una,
“Casa de Trabajo donde ingresan voluntariamente los menesterosos aptos para el trabajo, aunque sean víctimas pasajeras de degeneración, principalmente por alcoholismo”. (5)
Es decir, estuvo configurado en su creación en la más rancia tradición de los asilos como lugares y espacios de reclusión y redención por el trabajo de los “pobres” y de los “excluidos”, que son considerados en esta concepción como seres improductivos y nocivos que tienen que ser:
“… apartados de la sociedad para que aprendan los hábitos de la laboriosidad que permitan su reinserción corno miembros útiles “. (6)
Durante los primeros años de su existencia cumplió fundamentalmente estas funciones de Asilo y aparece como tal mencionado en los medios de comunicación de la época. (7)
Será a finales de los años 20 que empieza a ser conocido como “Colonia Industrial de la Mare de Déu del Port” o de Nuestra Señora del Port en castellano. Y está documentada la participación de Josep Pedragosa, (8) desde su cargo de Comisario de Beneficencia de Barcelona, en su configuración como “Colonia Industrial”. (9)
Como nos comenta Marcos García Roselló, (10)
“… antes del año 1936 el centro contaba con talleres propios de diferentes oficios, y su nombre venía de este hecho. Estos talleres eran para que la población reclusa (interna -(11)-) trabajara y se capacitara en trabajos que les sirviera, una vez acabado el periodo de internamiento, para conseguir una rehabilitación plena. Pero la gran mayoría de los “clientes” volvían una vez y otra. Los talleres fueron destruidos los primeros días de la guerra civil por exreclusos (exinternos -(12)-) del centro que desahogaron su odio hacia la institución, aprovechando aquellos momentos de confusión.”
Durante la Guerra Civil, además de este episodio de destrucción de la tecnología, como símbolo de la opresión (que podríamos considerar de tipo “luddita” -(13)- ), parece que pudo sufrir las consecuencias de algunos de los bombardeos que hizo a la aviación italiana sobre Barcelona en 1938, en sus intentos de destruir el Polvorín. (14)
El asilo del Port, tiene también un importante protagonismo en una de las obras de Francisco Candel, El sant de la mare Margarida. (15)
El “santo de la madre Margarida” es una novela corta que tiene como escenario el barrio de Can Tunis, y nos narra la historia de amor entre una monja del asilo del Port y el dueño de una droguería, Santiago Campreciós, que a pesar de ser republicano y revolucionario salvó la vida de quince monjas (16) que regentaban el asilo, que en aquellos momentos acogía a ancianos, niños, pobres y discapacitados. La historia de la monja y del señor Campreciós está basada en un hecho real. (17)
Una vez reconstruido, vuelve a recuperar su función asilar desde 1941, asumiendo en un primer momento, como casi todas las instituciones en este tiempo histórico, un carácter represivo, (18) y se convierte en estos años cuarenta en un gran depósito donde se colocaba, fuera de la mirada de los “ciudadanos de pro”, aquello que molestaba.
Los datos que aporta Marcos García Roselló, son bastantes significativos de este carácter de “depósito” : (19)
El modelo de intervención en el ámbito de la acción social, desarrollado por el franquismo (desde un planteamiento paternalista y segregador), será el de “ciudades asistenciales”, grandes macroinstituciones asilares, (20) autosuficientes, concebidas como grandes “municipios totalizadores”, que vivían de manera paralela en microsociedades aisladas y diferenciadoras. Una “beneficencia” más propia del antiguo régimen que acordada con los planteamientos técnicos y profesionalizadores que empiezan a sentirse en Europa. (21)
A pesar de eso, y del hecho de partir de una configuración de depósito donde “todos estaban juntos cuando no revueltos”, no puede obvierse que durante toda esta década, desde la iniciativa del ayuntamiento de Barcelona, se produce una inversión continuada en la ampliación y mejora de las instalaciones. (22)
En 1952 llegará el turno a los niños y niñas y para ellos se procederá a la construcción de pabellones específicos (que hasta entonces convivían con la población adulta) y a encomendar la gestión de estos pabellones infantiles, a la orden religiosa de las “Esclavas del Corazón de María”.
Los medios de comunicación de la época (23) nos hablan de la
“…inmediata construcción, en la Colonia Industrial de Nuestra Señora del Port, de un amplísimo edificio, presupuestado en 6.600.701 pesetas, en el que se albergará la población infantil hasta ahora acogida en la Colonia. La planta baja del edificio proyectado se destinará a las instalaciones de la sala de estar, salas de juego, comedores, capilla, biblioteca, servicios administrativos, etc. El primer piso se destinará a aulas para toda clase de enseñanzas, tanto teóricas generales como prácticas especializadas, y en el segundo piso se situarán los dormitorios y los servicios de enfermería y asistencia, dedicándose la amplia azotea no sólo a una utilización práctica de lavandería y tendedero, sino también a una espléndida instalación de solárium. La función que desempeñará este edificio se complementará con un espacio destinado a Casa de Familia, en el que comerán los muchachos que trabajan fuera de la Casa, con cuya construcción se pretende separar la colonia infantil del resto de los acogidos. La magna obra implicará otras mejoras, por cuanto en el espacio libre que se conseguirá con el traslado de los niños podrán instalarse los ancianos albergados en el Asilo Municipal del Parque, dependencia esta que a su vez será ocupada por los servicios, del Pabellón de Clasificación de Mendigos del Palacio de las Misiones del Parque de Montjuich, modificaciones con las que se obtendrán grandes beneficios de organización y más adecuada distribución y aplicación de los servicios generales. La Colonia Industrial de Nuestra Señora del Port se perfeccionará al máximo además con la puesta en marcha de una cocina capaz para 1.500 raciones y una tahona, en la que podrán aprender el oficio cuantos internados lo deseen”
La Colonia o el Asilo “Mare de Déu del Port”, tal y como llega a finales de los setenta, eran en realidad, dos asilos, porque había dos centros, uno de niños y el otro de niñas (rigurosamente separados por una pared-tapia de ladrillos). Y formaban parte del sistema de Beneficencia dirigido a la infancia del ayuntamiento de Barcelona de esta época (desde los 50 a 1977), junto a otro centro, la “Ciudad de los Muchachos”, institución enclavada en “Can Puig” en la falda del Tibidabo, que después se nombrará “Hogar del Tibidabo”, a la cual se trasladaban los “escogidos” del anterior, (24)
“.. para ir creando generaciones de niños, no sólo recuperados, sino perfectamente preparados para ser ejemplos de cristianos y españoles”.
El sistema y circuito se encuentran muy bien explicados en esta nota de prensa del año 1954, (25)
“La «Ciudad de los Muchachos», (…), entre cuyos acogidos hay ya ocho jóvenes a punto de terminar el Bachillerato, con lo que se concluye la primera y más importante etapa de la formación moral y cultural de la juventud a la que la citada institución dedica sus afanes. Este proceso formativo, de tan trascendental importancia social, arranca en definitiva de la recogida de mendigos que, según las nuevas directrices de la Beneficencia municipal, pasan al Pabellón de Clasificación de Mendigos. Desde éste, los seleccionados pasan al Asilo del Port, cuya organización se ciñe esencialmente a una tarea formativa de tipo artesano, dentro de unas posibilidades suficientes, pero limitadas en sí mismas. Entre los niños escogidos para el Asilo del Port se procede a una última selección, de acuerdo con la cual aquellos mejor dotados pasan a la «Ciudad de los Muchachos», donde cursan estudios de Enseñanza Media, y desde aquella a la recién creada Casa de Familia, en la que estudian la carrera superior que responda a su vocación o a sus aptitudes.”
Un poco más adelante, ya en 1962, y coincidiendo con la modificación de la estructura administrativa municipal (derivada de la aprobación de la primera Carta Municipal de Barcelona), las instituciones cambian de dependencia, pasando a estar bajo la ponencia de “Sanidad, Asistencia Social-Beneficencia” y se modifica también el nombre de la institución, pasando a llamarse los dos centros del Asilo de Port desde entonces y hasta 1977, “Hogares de aprendizaje”.
Asimismo, la gestión del “Hogar” de los niños se encarga, desde 1962, a los “Hermanos de las Escuelas Cristianas de La Salle”, que seguirán cumpliendo este encargo hasta 1977.
Y será en estas tres instituciones (los dos “Hogares de Aprendizaje del Port” y el “Hogar del Tibidabo”), sobre las que en 1977 se aplicará los proyecto de renovación de la acción socioeducativa con la infancia de los “Colectivos Infantiles del Ayuntamiento de Barcelona” (26), que fue uno de los proyectos más interesantes del siglo XX y que revolucionó toda la intervención social hacia este sector social (la infancia), actuando como referencia obligada en el proceso de construcción de las políticas de infancia que la democracia intentará articular a partir de los años 80. (27)
En otro orden de cosas, Toni Julià (28) contaba como uno de los momentos más intensos de su larga trayectoria como educador, una anécdota de cómo fue la llegada del equipo de educadores en septiembre de 1977 a esta institución (29). El Hogar de los niños (el Asilo de niños del Port) había quedado “sin referentes adultos”, al abandonar la institución por haber acabado su gestión, los antiguos responsables de la misma. En consecuencia, el CFEEB (Centro de Formación de Educadores Especializados de Barcelona), que dirigía Toni Julià, y con quien el concejal de Asistencia Social, Antonio Figueruelo, había llegado a un nuevo acuerdo de gestión, recibió desde el ayuntamiento de Barcelona la notificación de que se tenían que hacer cargo inmediatamente del centro y de los casi 200 niños internos que allí estaban. (30)
Cuando llegaron, la situación de excitación era muy importante y todo se parecía más a una especie de motín que a otra cosa. Valoraron la posibilidad de la respuesta policial, pero escogieron la socioeducativa, y después de identificar a aquellos más significativos de cada grupo, procedieron a una técnica de contención, “cogiéndolos de las manos“, hasta conseguir calmar la dinámica y poder hacer uso de la palabra.
Volviendo al recorrido histórico de la institución, faltaría añadir que en una parte de los locales de los “Hogares” (Asilos) se ubica, desde 1977, la Escuela Bàrkeno. Los niños y niñas que vivían en el Asilo del Port, pasaron a residir en Colectivos Infantiles del Ayuntamiento de Barcelona, emplazados en diferentes lugares de la ciudad. El curso 1977-1978 la escuela acogió sólo a los niños que provenían del Asilo pero, el siguiente, ya se abrió al barrio iniciando un proceso de normalización con respecto a la población escolar.
El curso 1978-1979 tomó el nombre de escuela Bàrkeno.
Y según lo que nos dice Josep Maria Huertas Clavería, el resto de instalaciones que un día formaron parte del Asilo del Port fueron derribadas en el 2006. (31)
Aquí acaba mi recorrido y el de esta pequeña colaboración sobre la historia del Asilo del Port, que no ha querido ser exhaustiva intencionalmente, y que está a la espera de que vea la luz la investigación histórica, anunciada para este curso, de la historiadora Mariona Ribalta. Y que está previsto contemple un estudio sobre el Asilo y sobre la escuela Bàrkeno, como una de las publicaciones del Instituto Municipal de Barcelona de Educación. (32) Esta futura publicación, a buen seguro, mejorará y corregirá, si hicieran falta, algunas de las aportaciones que desde aquí hemos hecho.
Barcelona, abril de 2010
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(32)- La Vanguardia se denominó, obligada por el régimen de Franco, La Vanguardia Española desde después de la Guerra Civil hasta 1978.
– Escola Bàrkeno, localización. Enlace
– Homenaje a Toni Julia, 15 de mayo de 2010, CEESC: Ver Enlace
(1)- El artículo fue escrito en abril de 2010, como una colaboración más a los actos de reconocimiento de la figura de Toni Julià organizados por el CEESC. Ver Enlace
(2)- Aún cuando se menciona en castellano, siempre se ha mantenido (mayoritariamente) “Port” en catalán en todas las épocas y denominaciones.
(3)- Ver PÉREZ, J., CABALLERO, P. (1996), para ampliar.
(4)- Una visión introductoria sobre esta experiencia se puede encontrar en SÁNCHEZ-VALVERDE VISUS, C. (2010).
(5)- Ver FABRE y FORNAGUERA, J. (2002), pág. 210. Resulta curioso que, aunque la mayor parte de los documentos que he podido contrastar dicen que fue creado en 1916, este autor fija su nacimiento en 1917.
(6)- Ver MARTINEZ SHAW, C. (1986).
(7)- Recogiendo indigentes y mendigos. Así, por ejemplo, el mes de abril de 1928, de los 208 mendigos que fueron recogido en las calles de Barcelona, 127 ingresaron en Nuestra Señora del Port. Ver La Vanguardia (LV) del 10 de mayo de 1928.
(8)- Ver AA.VV., “Cent anys de protecció de la Infància problemàtica”, en Butlletí Informatiu d’història de l’educació, Societat d’Història de l’Educació dels Països de Llengua Catalana, Núm. 25, abril-septiembre 2008, – 2a època, pág. 2.
(9)- Pedragosa fue nombrado Comisario provisional el 22 de enero de 1929, con el encargo de “reorganizar y dirigir los servicios de la Comisaría municipal de Beneficencia, poniéndose en el frente de este organismo, ínterin el Ayuntamiento acuerde el procedimiento para la provisión del cargo de comisario, con carácter definitivo“. Ver La Vanguardia (LV) del 23 de enero de 1929, pág, 9.
(10)- Ver GARCÍA ROSELLÓ, M. (1996).
(11)- El contenido del paréntesis es nuestro.
(12)- Idem.
(13)- El luddismo es un movimiento social de principios del siglo XIX (que toma el nombre de uno de sus defensores, Nedd Ludd) caracterizado por la oposición a las máquinas y a la tecnología: “…el luddismo se ha convertido en el distintivo de la resistencia obrera contra la tecnología, en la medida que ésta supone para la fuerza de trabajo una pérdida de autonomía y de control sobre su propia actividad a favor del capital. En fin de cuentas, la acción de los ludditas no hacía sino poner en el primero cierno de la realidad social el antagonismo entre una determinada forma de comunidad de vida y trabajo, en la que primaban formas de saber y hacer propias de la condición obrera, y la dominación del capital que, materializada en la maquinaría, representaba el desempleo y la miseria generalizada“. Ved MANUEL, F., RUBÍES, K., WEBSTER, F. (2002).
(14)- Ver Enlace (último acceso: 22 de abril de 2010).
(15)- CANDEL, F. (2000).
(16)- Perseguidas por la FAI, según Candel. Y según otras referencias de hemeroteca (ver SAN AGUSTÍN, A., 2000; GUILLAMÓN, J., 2001; TRIADÚ, J., 2001; entre otros).
(17)- Así lo sostiene F. Candel en una entrevista del 18 de enero de 2001, publicada en l’Avui (PIQUER, E., 2001) donde podemos encontrar el siguiente diálogo (en catalán en el original, traducción de este autor):
E.P. ¿El santo de la madre Margarida se basa en lo que escuchó explicar al padre de un amigo?
F.C. Se basa en lo que me explicó un amigo a partir de lo que le había explicado su padre. Pero él sólo me explicó que el domingo 19 de julio de 1936 su padre salvó la vida a unas monjas. En “La Vanguardia”, mucho tiempo después, leí que Antón Trabal, dirigente histórico de Esquerra, había acogido monjas dispersas, y que había bailado con una superiora. Estos dos hechos puntuales dieron pie a mi novela. Es cierto que recurro mucho a la realidad para hacer ficción. Reinvento la realidad y llega un momento que incluso yo llego a creer que pasó a mi manera. Con razón se llama que la novela es la mentira que se asemeja más a la verdad.
E.P. Cuando hace artículos, ¿explica la verdad o también añade elementos de cosecha propia?
F.C. En un artículo no puedes decir mentiras, porque la información que aportas se puede contrastar. A veces por razones de espacio quizás no digo toda la verdad.
Para saber si la historia real es o fue esta (la que contó F. Candel), u otra diferente, todavía falta que alguien la cuente y la escriba.
(18)- Ver SABATÉ, J. (1982), pág. 553 y ss.
(19)- Ver GARCÍA ROSELLÓ, M. (1996).
(20)- Según Juli Sabaté, “fruto del tándem caridad-represión“. Ver SABATÉ, J. (1982), pág. 552.
(21)- El modelo de referencia, en lo que hace a las instituciones infantiles, será el de la “ciudad de los muchachos” creada en 1935 en Omaha (Nebraska-USA) por el sacerdote católico Edward Joseph Flanagan, que reproducía en un espacio-ciudad “de tan sólo niños y niñas” un tipo de autoorganización total (relacionado vagamente con el de las Repúblicas Infantiles-que Godàs defendió a los años 30 (ver GODÀS, 1979) como heredero de las propuestas que Makarenko hizo en los 20 y 30). Las denominaciones que asumirán estas propuestas son diversas, pero siempre hacen referencia a este carácter de pequeña comunidad: ciudad, aldea infantil… En relación a la translación de este modelo en otros sectores sociales, ver CASAS y AZNAR, F. (1986).
(22)- En 1947 se inauguran los nuevos pabellones de hombres (Ver La Vancuardia Española – LVE -, 26 de diciembre de 1947); en 1950 los nuevos dormitorios de mujeres (Ver La Vanguardia Española -LVE-, 16 de julio de 1950).
(23)- Ver La Vanguardia Española (LVE), 27 de febrero de 1952.
(24)- Tal como se recoge en la Gaceta Municipal de 4 de junio de 1951. La cita se ha tomado de SABATÉ, J. (1982), pág. 554.
(25)- Ver La Vanguardia Española (LVE), 10 de marzo de 1954.
(26)- El proyecto de los “Colectivos Infantiles”, articulado en torno a un planteamiento “normalizador”, de unidad de intervención en los ejes caso (persona) y territorio (familia, comunidad, entorno …), frente al modelo segredador imperante, es, quizás, la última, en términos históricos, gran aportación conceptual a las políticas de infancia que se ha hecho a nuestro país.
(27)- Ver SÁNCHEZ-VALVERDE VISUS, C. (2010).
(28)- JULIÀ y BOSCH, A. (2006).
(29)- El momento exacto no he podido confirmarlo. De mis conversaciones con Toni Julià, yo había deducido que el hecho sucedió al final del verano. Pero de las noticias de hemeroteca se deduce que ya a mediados de mayo el convenio estaba firmado y se anuncia que “el Asilo del Port ya depende de los nuevos educadores” (ver B.J. 1977). Por otro lado, Basilio González, presidente de la Asociación de Vecinos del barrio en aquellos momentos (GONZÁLEZ, 1979, pág. 192-198), mantiene que el episodio se dio en la noche del 30 de junio.
(30)- Resultan muy interesantes las referencias de los medios de comunicación de la época, como por ejemplo el artículo de Eugenio Madueño en Teleprex, el 14 de marzo de 1977, con el título “700 niños esperan la reforma”, o el referido a los colectivos de La Vanguardia Española (LVE), “los colectivos infantiles, una educación nueva”, del 21 de diciembre de 1977.
(31)- Ver La Vanguardia Española (LVE), 14 de noviembre de 2006.
(32)- Ver la página del Instituto Municipal de Educación de Barcelona, Enlace, último acceso, 23 de abril de 2010.
(33)- La Vanguardia se denominó, obligada por el régimen de Franco, La Vanguardia Española desde después de la Guerra Civil hasta 1978.