Referencia oficial del CEESG
Organizado por el Colexio de Educadoras y Educadores Sociales de Galicia (CEESG) el movimiento de renovación pedagógica Nova Escola Galega (NEG), las Facultades que imparten Educación Social en Galicia y otras entidades de Brasil y Portugal, la Sociedad Iberoamericana de Pedagogía Social y el Consejo General de Colegios de Educadoras y Educadores Sociales, se celebró en Ourense los días 30 de septiembre y 1 de octubre del pasado año el I congreso Internacional EDUCACION SOCIAL E ESCOLA.
Este Congreso fue continuidad de las jornadas celebradas hace 10 años por estas el CEESG y NEG y analizó la situación de la incorporación de las y los profesionales pasado este periodo de tiempo.
Muestra del interés que suscita este tema y la necesidad que se observa en diferentes colectivos fue el importante número de profesionales, más de 100 que participaron y sobre todo, el gran número de comunicaciones presentadas; más de 50 congresistas quisieron no solo participar en el Evento, sino presentar sus reflexiones a través de comunicaciones, posters, etc.
En el Congreso como podéis ver en el programa (http://ceesg.org/users/ceesg/obxetos/programaesescola2016.pdf ) se dio una visión de cómo está actualmente la situación en las comunidades que tienen la figura profesional implantada en el sistema educativo desde hace años (Extremadura, Andalucía y Castilla La Mancha), territorios que ya pueden presentar un análisis real de lo que está significando de avance la incorporación de las y los Educadores Sociales a los colegios e institutos. Junto con esta visión se presentó un análisis de cómo está la situación en Galicia y se vieron diversas experiencias que se están llevando a cabo.
La mesa en la que participaron no solo profesores del grado de Educación Social, sino también representantes de las diferentes escuelas de Formación del Profesorado de Galicia, incidió, como no podía ser de otra manera, en que la necesidad de estos nuevos perfiles profesionales es una demanda compartida y que, para que sea realmente efectiva, necesita de una colaboración permanente entre las y los Educadores Sociales y el Profesorado.
Las y los representantes de diversas asociaciones y entidades que están implicadas en el sistema educativo ( AMPAS, diversas asociaciones, orientadores…) pusieron sobre la mesa los grandes retos que la sociedad le pide a la Escuela y la necesidad de este profesional para incidir sobre todo en aspectos como potenciar la prevención, el seguimiento y el control del absentismo escolar, la dinamización de la participación familiar y comunitaria, la educación para la convivencia, la resolución de conflictos, la educación en valores, la puesta en marcha de programas de inteligencia emocional y la competencia social.
El programa se completó con una visión de la situación en Portugal y en Brasil, así como la realización de diversos talleres prácticos y con la presentación de las muchísimas comunicaciones presentadas de muy diversa temática y que enriquecieron el Congreso con visiones y experiencias muy diferentes.
El acto plasmo sin duda la necesidad de continuar trabajando por la incorporación de la figura profesional para hacer posible un sistema educativo de mayor calidad, que apueste por todas las niñas y niños, que de cada vez mejores respuestas a lo que la sociedad reclama y la infancia y juventud necesita.
Lluís Vila Savall, colegiado del CEESC número 10140. Miembro de la Junta de Gobierno del CEESC y del Colectivo profesional “Educación social y escuela”.
Congresos, jornadas, talleres, seminarios… o cualquier otro formato de encuentro que favorece el diálogo y la reflexión es una oportunidad de crecimiento personal y también para la profesión. Ver como las compañeras y compañeros de Galicia han estado revisando la labor realizada durante los últimos 10 años en relación a la Educación Social en la Escuela entiendo que es un estímulo para el CEESC y, muy especialmente, para el colectivo profesional del CEESC que hace poco más de 2 años hemos iniciado nuestro viaje en esta materia y que, por qué no decirlo, resulta un estímulo necesario porqué sabemos que se trata de un reto mayúsculo en tanto que hace referencia al modelo de escuela y de sociedad que queremos en Cataluña.
Presentar los aspectos más relevantes e interesantes del Congreso es difícil dado de la dimensión subjetiva y vivencial que acompaña el compartir un tiempo y un espacio; la presencialidad es un bien preciado, y demasiado a menudo escaso a la hora construir nuevos marcos comunes para interpretar la realidad. Es en estos espacios presenciales y en el “cuerpo a cuerpo” que uno se da cuenta de que, a pesar de haberse desplazado un millar de kilómetros y que la gente habla en gallego, todos nos entendemos muy fácilmente a la hora de identificar la necesidad de hacer presente teórica y operativamente la Pedagogía Social en el marco de la escuela.
De esta primera constatación: La Pedagogía Social está presente en el epicentro de cualquier escuela, emergen dos reflexiones iniciales; habitualmente en los espacios de reflexión, como puede ser este Congreso, los asistentes ya son (somos) los convencidos y/o militantes de la temática, por lo tanto, probablemente debemos plantear espacios alternativos donde poder dialogar al respecto con el resto de la comunidad educativa; en segundo lugar, recuperando unas palabras del Dr. Jaume Trilla en una conversación informal en la Universitat de Barcelona: “los maestros están haciendo educación social y no lo saben”, es decir, si la Pedagogía Social está en el epicentro de cualquier escuela, y los maestros están haciendo educación social, ¿cómo es posible que la figura del educador social no tenga reconocido el acceso al sistema educativo como profesional de la educación? Seguramente algunas cosas habremos hecho mal y hay que ponerse a trabajar para dar la vuelta a este contrasentido.
Hay algunas cuestiones de distinta naturaleza que han emergido en este congreso y que vale la pena señalar alrededor de 2 ejes: las diferentes situaciones en España en función de cada comunidad autónoma que son quienes tienen transferidas las competencias en materia de educación, y por otro lado, el papel y posicionamiento de las diferentes universidades, las facultades de educación y el grado de educación Social.
La Comunidad Autónoma de Extremadura fue la primera comunidad en regular la incorporación del educador social en el sistema escolar, poco a poco se incorporaron Castilla La Mancha y Andalucía, que también disponen de un decreto en este sentido. Las motivaciones que originan esta medida, así como su concreción han sido dispares y, en todos los casos, ha sido necesario un proceso constante para ir definiendo las funciones, un marco de actuación y el encaje en el medio escolar. Podemos decir que el Decreto regulador ha sido el disparo de salida y la oportunidad y el tiempo de trabajo continuado es lo que ha ido dando forma al encargo profesional y las metodologías de acción socioeducativa. De las diferentes experiencias podemos extraer varias reflexiones:
• La polivalencia y versatilidad del perfil profesional es una fortaleza y también una debilidad ya que se pueden encargar tareas muy diversas y, a la vez, mantener un imaginario inespecífico de las funciones y encargos.
• Hay espacios y ámbitos de la vida escolar en que existe un cierto consenso en que la figura del educador social es especialmente idónea: convivencia, absentismo, comunidad y familias, interculturalidad, animación sociocultural, detección de situaciones de riesgo…
• En los 3 casos, laboral y administrativamente se considera la figura del educador social como funcionario no docente dependiente del área administrativa como el Personal de Administración y Servicios aunque colaboran o se ubican en el Departamento de Orientación Educativa. En cada caso está muy viva la tarea de reivindicar el reconocimiento como profesionales de la educación y que tienen que depender de Dirección y / o Jefe de Estudios.
En Extremadura hay 1 educador social en cada centro que, en función de cada contexto, asume tareas de acción “apagafuegos”, o bien desde un abordaje preventivo del conflicto y como promocionador de las potencialidades de todo el alumnado y la vida del centro. En Castilla La Mancha y en Andalucía, de momento hay educadores en centros de actuación preferente (o “de difícil desempeño”).
De las 36 universidades españolas que tienen el grado de Educación Social, en 17 hay una asignatura explícitamente dedicada a la materia de educación social y escuela. De los 17 casos, en 11 se trata de una asignatura obligatoria y en los otros 6 como optativa.
Personalmente considero muy interesante haber presenciado como el trabajo de estos 10 años liderada por la Asociación Nueva Escuela Galega y el CEESG ha posibilitado sentar en la misma mesa los responsables de los grados de Educación Social y los de Educación Infantil y primaria de las 4 universidades gallegas más importantes.
Desde la Universidad da Coruña se hace un estudio sobre las materias de los grados de Educación Infantil, Educación Primaria y Educación Social y se identifican los espacios en que aparece la educación social en la escuela asociándolo a los contenidos de las materias en que se hace una lectura crítica del sistema escolar y, de manera transversal cuando se trata la escuela inclusiva. Exponen también cómo han organizado seminarios de TFG y otros espacios comunes para los diferentes grados y manifiestan que estos espacios han sido valorados negativamente por los estudiantes, lo que hace pensar en cómo, desde los inicios de la profesionalización de las diferentes especialidades educativas aparecen miradas divergentes o poco colaborativas e integradas de la Pedagogía Social. Finalmente, aportan el dato de los TFGs de cada grado que el último año ha tenido una temática relacionada con la Educación Social en la Escuela: Ed. Infantil 12%, Ed. Primaria 9% y Ed. Social 14%.
Desde la Universidad de Santiago de Compostela, con el análisis de los planes de estudios y los planes docentes de las materias, a pesar de no tener ninguna asignatura específica, identifican contenidos concretos y competencias que los profesionales de la educación alcanzan en este campo. En el grado de Educación Social identifican el curso 2013-14 un 22,6% de TFGs sobre Educación Social y Escuela, un 13,8% en el curso 2014-15 y un 10,3% en el último curso académico.
Desde la escuela de Formación del Profesorado de Lugo se hace una aportación más reflexiva, que entiendo nos da algunas claves para pensar que seguramente hay cosas que tenemos que cambiar en la estrategia para lograr el reconocimiento. En todas las universidades gallegas hay mucha demanda de todos los grados de formación de profesorado y, en su mayoría ni el profesorado ni los centros piden la figura del educador social una vez ya están ejerciendo; en este sentido se lanza la hipótesis o reflexión que si no la piden es porque tampoco la conocen ya que el profesorado universitario de los grados de formación del profesorado tampoco lo conocen. Suelen ser buenos especialistas en la didáctica de materias concretas pero les falta en su universo pedagógico la mirada y aportaciones de la Pedagogía Social. Con todo, para que se reconozca y reclame la figura del educador social por parte de los maestros hay que legitimar su presencia y, de momento, esto en Galicia se hace desde las ONGs.
Finalmente, desde Ourense, la Universidad de Vigo hace un análisis de los diferentes grados e incorpora el de Trabajo Social, el máster de profesorado de secundaria y un máster de diversidad así como los Prácticum y los TFGs, aportan algunas conclusiones respecto el valor añadido de la figura profesional, así como las fortalezas identificadas por parte del profesorado.
Una reflexión final que aportan desde Vigo es a partir de una mirada retrospectiva en el año 1991, cuando se inician los estudios de Educación Social. En ese momento, cuando el profesorado o los planes docentes hacían mención a situaciones educativas en el marco escolar eran criticados por parte de los estudiantes de educación social, entonces la reivindicación era diferenciarse de la escuela y ahora, en los planes de estudio estamos buscando coincidencias y complementariedades. Se trata de una constatación de que aparte de mostrar las paradojas de las dinámicas sociales, nos interpela a tener un posicionamiento claro y fundamentado sobre el encaje de todo ello en el seno de la comunidad educativa.
Valor añadido de los educadores sociales en la escuela:
Fortalezas de la figura del educador social en la escuela:
La realidad en Cataluña es compleja, no existe reconocimiento ni forma de acceso al sistema (menos en las USSEs – unidades de apoyo a los alumnos con necesidades educativas especiales- y otros espacios residuales) como educadores sociales. Sin embargo, desde el tercer sector hay una trayectoria, talento y bagaje acumulado que configuran un capital pedagógico muy potente, bastante invisible y poco provechosa por parte de la Escuela como institución. Históricamente y de manera recurrente se ha hablado de la escuela en crisis. Ahora, además de seguir en crisis está también cuestionada en tanto que encontramos debates educativos en los medios de comunicación de manera bastante constante a la vez que emergen diferentes corrientes de renovación pedagógica e innovación educativa que interpelan cada vez con más fuerza centros en relación a la capacidad de ajuste al tiempo presente.
Si la diversidad es una característica intrínseca de las comunidades y territorios, también lo es en la escuela; pero la escuela tiene tendencia a homogeneizar el alumnado bajo la justificación del currículo. En cierto modo, esta contradicción en la propia estructura escolar nos obliga a avanzar con una mirada abierta asumiendo que la Escuela inclusiva es un reto compartido. La educación social es únicamente una parte de la solución. Me atrevo a decir sin embargo, que es una parte significativa de la que la comunidad educativa no ha de poder prescindir. Si como señala Manuel Castells: “El aprendizaje depende cada vez más de la correlación entre lo que pasa en el aula, en casa y en la calle”, resulta obvio pensar que hay que integrar los aprendizajes con nuevas maneras de hacer poniendo en relación los diferentes contextos. Parece de sentido común a ojos de nuestro colectivo profesional, incluso parece más un acto de justicia que una utopía. Sin embargo estamos lejos, muy lejos de esta situación deseada, ya que más allá de las dificultades externas, en el seno del colectivo profesional de los y las educadoras y educadores sociales debemos ser capaces de construir argumentos suficientes para contagiar este sentido común y evitar ser percibidos exclusivamente como reivindicaciones revolucionarias y / o corporativistas vacías de contenido.
En el CEESC contamos con un colectivo profesional: Educación social y escuela, que desde julio de 2014 trabaja en esta línea. Somos unos cuantos y queremos ser más para enriquecer y acelerar el acceso y reconocimiento profesional de los educadores sociales en el marco del sistema educativo. Tenemos mucho camino por recorrer asumiendo que la coyuntura actual en Catalunya está llena de incertidumbres a corto y medio plazo, no podemos esperar decisiones políticas de gran impacto y de largo recorrido. A pesar de todo, como colectivo profesional no podemos estar pendientes de si algún día nos hacen algún encargo o no, entendemos que somos nosotros quienes mejor podemos definir el qué y el cómo podemos aportar en este reto compartido de la escuela inclusiva como derecho de ciudadanía.
En el colectivo del CEESC estamos trabajando en la elaboración del discurso propio sobre qué modelo de escuela queremos y qué papel podemos asumir, paralelamente se está participando en diferentes redes y movimientos de renovación pedagógica e innovación educativa así como también estamos colaborando en una investigación de la UOC que nos permitirá disponer de un primer mapa de cuál es la realidad cuantitativa y cualitativa de los educadores sociales en los centros escolares de Catalunya.
Pero aún tenemos retos pendientes fundamentalmente en la consolidación de espacios de diálogo con el resto de la comunidad educativa y con los responsables institucionales y políticos en materia de educación. En este sentido, se ha consolidado un primer espacio de diálogo mediante un Grupo de trabajo Interuniversitario. Este grupo se presentó el 23 de noviembre, en el 1er Seminario Interuniversitario: Educación social y Escuela que reunió talento especializado para realizar un debate académico e intelectual sobre el papel de la educación social como praxis profesional en la Escuela del S.XXI.
[1] Os adjuntamos la referencia oficial del mismo, elaborada por el CEESG, y la opinión de uno de los asistentes