Antonio Alcántara del blog Educació Transformadora. Realizada en castellano por la dimensión estatal del acto
Debate profesional que se enmarca en los actos de celebración del 20 aniversario del Col·legi d’Educadores i Educadors Socials de Catalunya (CEESC), celebrado el miércoles, 15 de febrero de 2017, a las 18.00h. en la Sala polivalente de la Ciutat Invisible, en Barcelona.
Organizado por el Col·legi d’Educadores i Educadors Socials de Catalunya
“Con la necesidad de compartir la experiencia y con ganas de sacar todos los calificativos posibles hasta quedarme vacío, experimenté en primera persona la necesidad de escribir sobre lo que acababa de vivir, como el deseo más primario. En ese momento, se había convertido en mi prioridad. Escribir sobre Educación Social”, escribía David Vázquez Villamajor en el número 18 de Quaderns d’Educació Social, publicado en 2016.
Escrivint l’Educació Social es un espacio para pensar y compartir conocimiento en torno a escribir la educación social. Y lo hacemos con un conjunto de personas que lo ponen en práctica.
El encuentro, que se llevó a cabo en la redacción del semanario La Directa, contó con la dinamización de Joan Gener Barbany, educador social y activista cultural que escribe en medios como La Directa y el AraGranollers. También participaron Núria Llopis Roca, educadora social, miembro de la Junta de Gobierno del CEESC y autora del blog Diari de les bones notícies (Diario de las buenas noticias), y David Vázquez Villamor, educador social y psicopedagogo que escribe en Social.cat.
Intentamos responder a preguntas como:
Y nos acompañaron, para hacerlo de forma virtual o física, los siguientes blogueros:
El encuentro se emitió en directo por streaming y se pudo participar a través de las redes sociales con la etiqueta #EscrivintES.
Se puede recuperar el vídeo del acto en este enlace: http://www.ceesc.cat/directe-escrivintes.
Joan Gener, dinamizador del debate, da la bienvenida en La Directa, que nos acoge en este espacio donde se cuece día a día un medio de comunicación referente para los movimientos sociales y las personas comprometidas con la transformación sociopolítica.
Da la palabra a Jesús Rodríguez, periodista de La Directa, que explica que este medio de comunicación comparte espacio con La Ciutat Invisible. Es un medio de comunicación con una estructura de cooperativa y el debate se lleva a cabo en la sala de reuniones donde se hacen las asambleas. Su trabajo está centrado en el análisis, la reflexión, en el periodismo, en general. Se marcan líneas generales y mucha gente colabora aportando contenido de todo tipo. La Directa cuenta con 2.300 personas subscritoras de los Països Catalans. Publican en catalán y, a través de otros periódicos, en castellano. Nos juntaremos con más cooperativas para tirar más adelante un proyecto más grande: la rehabilitación de un edificio que lleva 30 años cerrado. La idea común es compartir la escritura.
Y también nos da la bienvenida Núria Llopis, en nombre del CEESC, colegio impulsor de este encuentro. Núria Llopis agradece la acogida de La Directa, saluda a las personas que siguen el acto por streaming y a las que nos han enviado los videos. Estamos de celebración. Cumplimos 20 años. 20 años trabajando por y para la educación social. Y entre ellos la revista de Quaderns d’Educació Social que ya no es solo un monográfico, sino que también dispone y de un espacio para el acreedor de la educación social.
La Educación Social -profesión, oficio o práctica- ya no es tan joven, como decimos a menudo. Menos aún, si tenemos en cuenta la capacidad para aglutinar y seguir desarrollando la diversidad de prácticas de la pedagogía social y del trabajo para facilitar el desarrollo social y cultural de las personas y las comunidades.
A menudo, solo se escribe de Educación Social desde la academia… o eso se supone… Porque, como decía Joan Salvat-Papasseit: “sóc, com home de lletres, d’imaginació escassa, més aviat elemental: tot ho he vist o viscut” [soy, como hombre de letras, de imaginación escasa, más bien elemental: todo lo he visto o vivido].
En realidad todas sabemos que a diario escribimos proyectos y, sobre todo, nos relatamos constantemente en reuniones, durante la acción directa y junto a las personas con las que trabajamos… también en espacios más informales (entre cervezas, durante las comidas o con otros colegas de profesión o práctica) y sí, también, antes de irnos a dormir…
Eso es así en muchas profesiones, pero en la nuestra, pienso, el hecho de relatarnos tiene algo de acto de resistencia. Por un lado, nos movemos en tierras movedizas: control, asistencialismo, prevención, promoción, educación. Tomamos posición y esta posición es relato y acción. Por otro lado, somos especialistas en utilizar “nuevas” palabras que vamos repitiendo: empoderamiento, acompañamiento, empatía, resiliencia, desaprender… pero también, a la vez, insistimos en seguir hablando de la calle, del vínculo social, del aprendizaje o de los procesos de exclusión. Porque somos cuerpos parlantes y nuestros impulsos se convierten en palabras que nos guían.
Quizá en cada acto de escritura hay una respuesta a algo que apuntó Marina Garcés: “Hemos alimentado demasiadas palabras sin cuerpo, palabras dirigidas a las nubes o a los fantasmas” y también podemos buscar alguna frase mítica de Violeta Núñez: “Los pedagogos somos pirómanos subliminales, vamos a repartir el fuego (riqueza cultural) por todas partes”. Aún más, siempre es bueno recurrir a Joan Fuster y hacer una nueva versión de una frase ya famosa: “Toda escritura que no hagamos nosotros, será hecha contra nosotros.”
Seamos pues, definitivamente bienvenidos y bienvenidas, vamos a hablar de la escritura en educación social.
Para hacerlo os proponemos tres momentos:
Tenemos con nosotros a David Vàzquez y a Núria Llopis, que van a encender el fuego de los interrogantes:
Además, Núria va a situar la mirada de género en la escritura y por extensión a la profesión, una cuestión que nos parecía fundamental abordar de manera inicial para que impregnara todo lo que vendrá después. Y lo que vendrá después serán intervenciones cortas de 2-3 minutos de personas que escriben de manera cotidiana en blogs u otros espacios virtuales. Tendremos algunas intervenciones presenciales y, cómo no, otras virtuales. Hemos pedido que sigan dando respuesta a estas preguntas pero también a otras como dónde escribir, cómo son sus blogs y cómo escriben.
Finalmente, y como tercer momento, abriremos el debate a todo el público. Incluso a la gente que este siguiendo el debate por twitter. Nos van a interrumpir cuando aparezca algún tuit que interpele directamente al debate con un sonido divertido.
La chispa que prende la mecha de escribir es una experiencia vital. Había trabajado en un CRAE, y 15 años después hicimos una reunión con los que por aquel entonces eran niños. Ahora son papás, hipotecados y en búsqueda de empleo digno. Tenía la necesidad de explicar aquél reencuentro. A partir de ahí empecé a escribir en Social.cat. Esto que me ha pasado hay que escribirlo. A partir de ahí se abre la veda. Hay otros proyectos y a partir de la revista Quaderns d’Educació Social[1] continúo. Lo mejor es preguntar a otros compañeros de otros ámbitos, compañeros míos, u otros. Y es ahí cuando hago un mail. E intento hacer un artículo colectivo. Hombres y mujeres, no todo el mundo contesta, algunos no tiene tiempo, otros ya lo enviarán, y no hay presión. Se lo pido a 10 o 12 sabiendo que hay una parte que no lo hará. Para escribir la educación social hay que vivirla. Es exactamente la misma idea que utilizó el gobierno del País Vasco para promover el turismo: “Ven y cuéntalo”.
Es lo que explicamos a la gente que viene a hacer prácticas o servicios a la comunidad allí donde trabajamos con personas sin hogar. Aterrizar a personas que viven en esta realidad. El ven y cuéntalo también lo llevo a este artículo e intento explicar la profesión más allá de todo lo que sabemos. El artículo es reflexivo, nadie lo hará por nosotros, y qué mejor que hacerlo nosotros. Considero que escribir construye discurso. Es la caja de herramientas para construir el mundo actual. Igual que el panadero en la panadería, nosotros, en nuestras profesiones. Se publica la revista, se la paso a mi compañera, una comprometida con la educación. Y cuando lo lee, lo primero que dice es “me han venido ganas de escribir”. Esperemos poderla leer pronto.
Impulso, belleza, necesidad, por ser escuchado, entendido, alineado, por identificarte y que se identifiquen contigo, para compartir reflexiones, por un deseo de trascendencia, y de que esas ideas y reflexiones no se queden en nuestro imaginario, que no se queden en el tintero, ser conocido y reconocido, es estimulante que lean lo que has escrito. Es el recurso contra el olvido. Es de muchos altruismos y muchos egos. Porque hemos de escribir desde el colectivo, existimos, es una herramienta de transformación social, somos agente del cambio, algo de responsabilidad tenemos, no sé si es necesario o no pero quiero compartir qué nos ha de permitir:
Sobre el género, quiero compartir que el Informe de la Educación Social, que elaboró el CEESC en el 2014, dice que somos una población feminizada. El 70% son mujeres; también decía que en la promoción universitaria del 2010, el 84,66% eran mujeres. En cuanto a la jornada laboral, muestra que trabajamos a jornada completa un 63% de educadores sociales, pero de éstos, el 75% son hombres. La pregunta es: ¿qué tipos de contratos tenemos las mujeres? No tengo soluciones pero me generan dudas. Si las mujeres tenemos menos tiempo para trabajar, ¿por qué no escribimos? ¿Dónde estamos las mujeres mientras los hombres trabajan?
En los espacio de tertulias televisivas, aparece un 38% de mujeres y en la prensa escrita, un 18%.
Hay exclusión clara del espacio público. Cómo podemos escribir en clave de género, si no nos han enseñado a utilizar la perspectiva de género. Cómo escribir en clave neutra, si las realidades no lo son. Cómo desaprender, enseñar en clave de género en una sociedad que no ha nacido para ello. Más allá de los estilos, el género te vincula a algo muy de fondo. No nace de golpe, se va conformando a lo largo de la vida. Te has de poner las gafas de género, leyendo mucho y releyendo mucho. La escritura nos da tiempo y nos da ese espacio.
Humildad y honestidad, reconociendo nuestras meteduras de patas y nuestras idiosincrasias. Una reivindicación ante la invisibilización de la mujer en espacios públicos a los que pertenece.
A mí me lleva a escribir la necesidad de compartir mi práctica profesional con otros compañeros, sobre los éxitos y los fracasos. Escribir es bueno y saludable para la profesión. Para mí escribir es terapéutico, me ayuda a posicionarme en el mundo como profesional. Hemos de escribir desde lo colectivo para hacernos visibles, dar a conocer hacia adentro y hacia afuera lo que hacemos, para construir colectivamente. Los pequeños cambios que provoca nuestro trabajo hay que darlos a conocer. Hemos de ser capaces de poner en la agenda lo que hacemos. Hemos de escribir y narrar las utopías. Tenemos una plataforma extraordinaria que es la Revista RES.
Yo escribo desde hace mucho tiempo. Un profesor de filosofía fue mi gran estímulo. En el Esplai Blanquerna coincidí con otras personas que también me estimularon. Tuve un proceso de enfermedad, que he superado, que me llevó a profundizar sobre las funciones de los educadores, que me llevó a hacer una tesis y otras publicaciones reflejadas en mi blog. El blog es una manera de recoger todo lo que hacemos sobre educación social. Hemos de ser visibles y dar poder a la profesión para construir entre todos nosotros, más allá de “capillas” o egoísmos, lo que yo llamo la “Catedral de la Educación Social”.
A mí escribir me parecía una manera de documentarme, informarme, reciclarme y estar al día. Cuando vives en un medio rural no tienes otra manera de contactar con otros profesionales. Escribimos para nosotros porque nos hace reflexionar, pensar y comparar. Es importantísimo hacer visible la profesión. En el blog escribo yo, pero también lo comparto con otros educadores o profesionales de otras profesiones sociales.
¿Por qué escribo? Son las cosas que me pasan por la cabeza. Al principio era alguna cosa personal. Pensaba: “esto hay que escribirlo”, desde la necesidad. Algo terapéutico, no pensaba tanto en la profesión. Cuando empecé a escribir no existían las redes sociales. Siempre surgen dudas como, por ejemplo: no sé quién lo leerá, alguien lo leerá, un contador de visitas, no sé si lo lee mucha gente. Las redes sociales fueron una oportunidad para escribir, y ahí lo relaciono con lo colectivo, con la idea de hacernos presentes. Cuando era adolescente la idea era la de tener un disco duro y tener cosas en propiedad; ahora los jóvenes no tienen la obsesión de la propiedad, los nativos digitales lo comparten todo: la música, los videos, lo tienes en la nube, no hace falta el disco duro; es la generación de compartir. Y en cuanto a lo colectivo, es necesario que sigamos escribiendo y motivando a la gente a escribir. Es otra manera de situarnos y alzar la voz de la profesión. Todas las plataformas son una oportunidad. Encuentros como este son el resultado de lo que hacemos en las redes.
He venido desde la meseta hasta aquí. Tengo una motivación total. Escribo porque me sale de las tripas, porque lo necesito, por eso es.
Mi blog tiene pocas entradas, y quiero agradecer al CEESC que es mi principal motivador. Son entradas muy personales, pienso mucho en lo que escribo. Cuando escribo es porque lo siento. Es necesario que sigamos, me gusta esa forma de escribir documentos científicos, cómo relacionamos libros, películas con nuestro trabajo, esa forma de hacer profesión que no sale en los libros, que no se aprende de forma teórica, no te la explica un afamado profesor, es la que más gusta leer, es en la que más me fijo.
Nuestro trabajo es un privilegio, si te gusta escribir historias; el tema lo tengo en casa. Hay que explicar también los proyectos buenos e interesantes. Los medios de comunicación no nos mirarán porque insistamos, lo hacen cuando explicamos cosas chulas. Y pienso que hemos de tener presentes tres puntos:
1. Intentar buscar el rigor, datos, hechos. Diferenciemos de opiniones.
2. Ser entendibles. Podemos hablar normal. No es necesario utilizar palabras raras.
3. La libertad. Escribir con libertad. Con las TIC se nos abrió un mundo brutal para expresarnos, pero también hay lobbies, incluido el de los propios educadores; que ejercen una presión brutal y como opines diferente, te caen las redes sociales encima. Hay muy poca discrepancia en el colectivo. Parece que todos pensamos lo mismo.
Yo escribo por curiosidad, por el compromiso con la profesión y desde la motivación por conocer otros ámbitos de intervención, otras maneras de hacer. El compromiso es una manera de vehicular lo que hago. La necesidad y las ganas de comunicarme me permiten expresarme. Tenemos que escribir para reflexionar, reivindicar. Nuestro punto fuerte es la acción, pero debemos hablar sobre ello para poder compartirlo. También escribo para visibilizar el colectivo profesional ya que a veces nos confunden con otros profesionales o no saben cuáles son nuestras funciones. También es importante visibilizar lo que hacemos y las demandas de la población con la que trabajamos. Hay muchas personas y colectivos que no saben cómo dar a conocer sus realidades y reivindicar sus derechos. Y nosotros tenemos la responsabilidad de facilitar la construcción de derechos a la ciudadanía más vulnerable que forma parte de esta sociedad.
Tenemos que escribir en medios generalitas y en especializados. Por ejemplos relativos a la profesión como el Full Informatiu del CEESC, Quaderns d’Educació Social. Las plataforma ideal sería quizás la Revista RES, o en algún blog que haya sido creado hace años o en Social.cat.
Desde una perspectiva de género deberíamos hacer un uso inclusivo del lenguaje y por otro lado escribir sobre aquellos fenómenos sociales que están aconteciendo en la actualidad: sinhogarismo, pobreza, desigualdad social, etc. desde la perspectiva femenina de esas realidades. Un ejemplo de ello sería escribir sobre la feminización de la pobreza.
La motivación de escribir en Educablog fue escribir sobre mis miedos, para compartirlos, contrastar y apoyarme en otros profesionales. Me acuerdo de alguna entrada, de la idea de los educadores como islas en el océano y como el blog tendía puentes entre esas islas. Como profesión hemos de escribir porque damos el tiempo y posibilitamos la reflexión sobre la práctica. Siempre hemos adolecido de proactivismos sin pensar sobre lo que hacemos.
El genial George Orwell daba 4 razones a la pregunta ¿por qué escribo?:
1. Egoísmo
2. Vocación estética
3. Impulso histórico
4. Propósito colectivo.
Creo que explican bien porque escribo y creo que añadiría también el compartir con la profesión. Seamos nosotros quienes escribamos la profesión.
Los nuevos educadores sociales miran el futuro desde el convencimiento del empoderamiento de la ciudadanía que pasa por su reconocimiento y visualización como agente activo. Una construcción narrativa que parte de los propios sujetos. Donde los educadores son escribanos privilegiados. Se trata de contar nuestras historias con nuestro propio leguaje.
Escribo en el blog, en twitter, en Social.cat, entorno a la infancia, las tutelas, los niños de la presidencia, del presidente, contando cosas del día a día. Me gusta hacer catarsis, vomitar, luego uno se da cuenta de que hay público y de que la gente quiere más. Lo que quiero es dar a conocer una realidad desconocida. ¿Cuál es mi proceso de escritura? Miro si tiene cabida dentro de la serie o no, o tiene que ser independiente, por ejemplo: ¿cómo se contienen los chavales? Escribir sobre la educación social es necesario, obligatorio, hay muchas presiones para el que escribe, queda significado, se posiciona, uno ha de tenerlo presente.
A nivel personal hay un elemento terapéutico. Hay algo que muerde las tripas y quiero sacarlo para afuera. Me permite ordenarme, entenderme y entender lo que pasa alrededor. El tema del tiempo es otro elemento importante. Necesitas tiempo para escribir, has de dejar de hacer cosas para poder escribir. Y cuando hemos sido papás o mamás lo que escribías en tres días, pasa a llevarte tres semanas.
A nivel colectivo es compartir, generar conocimiento, crear comunidad. A partir del blog os he conocido a muchos y muchas. Poder explicarnos, que no nos expliquen. Que seamos nosotros. Estamos con los pies en el fango y la cabeza en las nubes. También es crear discurso, un posicionamiento. Entre los ejes asistencialismo y transformación. Entre la jerarquía y la horizontalidad. Un dato: analizamos el último Carnaval de Blogs del CEESC: de 25 blogs, solo 4 son de mujeres.
Siempre lo he hecho, contar historias, me sirve de catarsis. Siempre me ha gustado, he escrito cuentos. Sobre Educación Social siempre he escrito un montón de informes, evaluaciones, tan largos que pueden llegar a aburrir. Al explicar aquellas cosas que nos pasan en el oficio, podríamos escribir una enciclopedia; tengo muchas reflexiones escritas y hace un par de años pensé en crear un blog sobre mi profesión. Es una pasión. Hoy estaba escribiendo en la sala de espera del CSMIJ. Demasiadas anécdotas, o demasiado posicionamiento, para llegar a la conclusión de que nos autocensuramos. ¿Para qué escribir? ¿Para mí?
Vengo con la nariz de payaso, pero hoy vengo a cara descubierta. Me caló muy hondo el discurso de la participación y el de tomar parte y ser parte. Y la comunicación virtual es estupenda. Puedes llegar a más sitios sin salir de tu entorno y mover tu entorno en muchos otros sitios. Visualizar la profesión es el primer motivo colectivo.
A mí me lleva a escribir la necesidad de compartir, ser sincero, de leer, y pienso que es una necesidad básica del colectivo que me lleva a aumentar el pensamiento crítico y ser mejor profesional. Nos da una visión más científica.
Reivindico el microblogging. Si no tenemos tiempo, como herramienta es fantástica. Escucharos me ha hecho modificar muchas de las cosas que tenía preparadas. Tengo ahora un follón. Si escribo hoy es gracias a Francesc Pallars, que tuvo mucho paciencia de cómo escribir bien. Fue mi profesor. Escribo por responsabilidad. Escribir sobre algo multiplica las posibilidades de que sirva para algo. Escribo por denuncia. El microblogging nos puede ayudar a explicar cosas abstractas o concretas, David explicaba cómo se había encontrado a una persona de su CRAE en un tuit.
Escribimos, pero ¿nos leemos? Si nos leemos está bien que generemos cierto feed-back. Que hubiera cierta interacción. Deberíamos darnos un espacio para responder, comentar, likes, fav… algo más currado.
Yo he llegado a presentar una comunicación sobre un fracaso, e incluso me la dejaron publicar. También está bien compartir fracasos. Me ha gustado narrar las utopías.
Y lanzo una pregunta ¿cómo os sentís en el momento en que estáis escribiendo sobre los otros, con los colectivos que trabajamos y hacemos de intermediarios? Ahí lo dejo.
La mitad de mi intervención está en tuits. Yo no soy educador social ni animador sociocultural. Soy profesor. Para mí, el blog es un archivo de cosas. Lo que hago es copiaros, lo leo, lo remezclo y espero que vaya bien para el alumnado. Lo que me sale de las tripas es ir a la asamblea de la PAH o a quemar cosas. No soy muy normal. Tengo el blog para archivar, apropiarme de los lenguajes que con el lenguaje de los otros puedo hacer y, como si fuera un DJ que mezcla música que no es suya, estoy para pinchar lo mejor posible para mi aula, quiero influir, si hay más gente que me sigue pues ahí estoy.
A nivel emocional, comencé por imitación; seguía a gente que estáis por aquí. Tanto leer como escribir era un refugio. A veces lo necesitaba y ahí me puse a escribir. Me salían los post muy negativos y empecé a escribir desde las buenas prácticas. Desde Tarragona y Salamanca. Desde lo parecido y lo similar. Se me antojaba como interesante, de poder regocijarnos, de tejer la red. Por último, la idea de visibilizar la profesión y los espacios donde trabajamos. De lanzar algunas preguntas. En cuanto a la dicotomía de cuál es mi profesión y cómo sé que la debo ejercer y cómo nos exigen, y la distancia que hay.
Al finalizar las intervenciones de cada asistente, se inicia un debate entre los presentes y se aceptan preguntas a través de las redes sociales. Aquí os presentamos unos apuntes de las ideas más destacadas surgidas durante el debate.
Carmen Carrión: escribimos para nosotros. Somos un poco egocéntricos, nos va bien mirarnos al ombligo. Es un defecto o una virtud, podemos ser un poco cansinos, es necesario pero igual es un poco complicado. Escribimos para nosotros mismos, que sentimos soledad y no se nos contesta. Hay otros motivos, pero influir es como dejar la huella.
Sera Sánchez: escribimos mucho, a veces escribimos demasiado, informes, nos estamos burocratizando. Una de las cosas que me preocupaban es la gente que solo se encuentra cómoda escribiendo informes en el papel. Que el papel no es la persona, que el informe no es la persona. Pero eso a veces tranquiliza, porque Mientras están con el papel no están con los dramas. La persona no es el informe, el informe es la narración que tú haces de la persona.
Oscar Barril: escribir en otros espacios, una carta al director. Buscar otras fórmulas.
Tenemos una tuit pregunta. Elena Aycart: No creéis que si cambiamos formato de congreso puede ser que la gente escriba más y haya más interacción.
Begoña Escribano: en espacios físicos nos vemos, nos desvirtualizanos. No somos ni un papel, ni una pantalla.
Maria Rosa Monreal: que pocas mujeres escribiendo en blogs de ES, yo también me percato de los cambios, hay una posible brecha digital de género.
Joan: mi pareja trabaja, tenemos que reflexionar en el cotidiano, en el día a día. Es un dato objetivo. Es un tema a trabajar.
Begoña Escribano: estamos todos preparados para poder escribir.
Carmen Carrión: ¿hay que estarlo? Hay una parte de rigurosidad. La profesión necesita ser científica, también necesita hablar desde la emoción. Escribir desde las tripas es necesario.
Antonio Alcántara: a escribir se aprende escribiendo.
José Luis González: qué manía con escribir. Podemos documentar. Lo importante es documentar. Por eso yo solo copio.
Luis Vila: yo soy un bicho raro. Yo he escrito muy poquito y casi siempre y normalmente por encargos. Cuando lo he hecho, he vivido esto que habéis explicado. La escritura tiene una dimensión artística, de talento, se aprende, es un proceso. Hay que potenciar a los que tienen el talento.
Maria Rosa Monreal: en lo que ha dicho Luis estoy de acuerdo, pero hay un momento que Sera me escribió un mail, me invitó a algo para lo que yo no me veía capaz. Él me vio, hizo de educador conmigo. Somos lectores y hemos de encontrar el escenario para poder compartir. Ahora me siento cómoda haciendo likes en tuiter. Por eso este encuentro es emocionalmente fuerte. Mi ego no está por encimo de todo, hay una gran responsabilidad. Os felicito, llevo dos horas aplaudiendo de corazón.
Antonio Alcántara: ¿desde la educación social podemos escribir en semanarios como La Directa?
David Román: si entendemos la profesión como espacio conocido de transformación; tenemos que decir que, a veces, escribimos raro. A parte de escribir, hay poetas, hay músicos, hay guionistas, actores, payasos, muchas cosas más y eso también es educación social.
Xavi Campos: debemos explicarnos. Y pasa por congresos que sean anticongresos, videos que no hablen de educación social pero que lo sean. Hoy es desvirtualizacion de bloggers, igual de aquí a 5 años es gente que están haciendo películas; el reto es conseguir que sean nuestros padres los que sepan qué hacemos los educadores sociales.
Un nuevo tuit. De Marimar Romar: ¿Por qué seguimos separando de la teoría y práctica? Escribir desde las tripas también tiene rigurosidad.
Sera Sánchez: ¿quién dice que la razón no es emocionante? Cuando hablas desde la razón y el rigor también se producen emociones. Hay diferencia entre los teóricos y los prácticos. Hablar desde la razón o desde la ciencia no tiene por qué ser frío.
Tuit de Marimar Roman: Nos cuestas afrontar la reflexión feminista. ¿No se ha pasado muy rápido a otro tema?
Sera Sánchez: a veces se problematiza demasiado el tema del género. La última foto del consejo de redacción de los Quaderns de Educación Social era de 4 mujeres y 1 hombre y eso no significa necesariamente un problema. Partiendo de la base que hay desigualdades reales entre hombres y mujeres, hay que ser riguroso, denunciar las desigualdades reales e intentar no problematizar todo.
Begoña Escribano: visibilizar lo que pasa, no es problematizar. Explicar la diferencia, no la vivo como un problema si no para compartirla. Si una compañera dice que falta una mujer, hay que acompañarla. Poner una realidad sobre la mesa.
Tuit de Andrés: cuando escribimos desde lo cotidiano, ¿cómo encontramos el equilibrio entre lo que vivimos y el respeto hacia las personas?
David Román: Desde el máximo respeto. A veces, la persona de la que somos intermediarios, no tiene voz. Porque no tiene, porque no se potencian, mientras no sea así, hay que escribir desde el máximo respeto. Rigurosos y justos.
Joan Gener cierra el acto: agradezco a la Directa y a la Ciutat Invisible que nos acogen en este espacio. Evidentemente, al CEESC, a parte de las cosas que va haciendo a lo largo de los años. A todos los que habéis venido y a la gente que nos sigue por twitter o por straming. Nos vemos en las redes, en las calles.
Relatoría realizada por Antonio Alcántara del blog Educació Transformadora. Realizada en castellano por la dimensión estatal del acto.
[1] VÁZQUEZ, David. “Escriure sobre educació social. Reflexió i aprenentatge”, Quaderns d’Educació Social. Col·legi d’Educadores i Educadors Socials de Catalunya. Núm. 18 (desembre 2016), p. 108-113.