Revista Galeduso, nº 10. Ceesg
Aquí os dejamos un pequeño adelanto de la revista Galeduso nº 10 y el número completo para descargarse, editada por el Colexio de Educadoras e Educadores Sociais de Galicia. Este número es un monográfico sobre Educación Social y Educación Ambiental, y ya está siendo distribuido. En cuanto sea posible, lo tendréis también en formato digital.
Introducción
O ¿por qué hablamos de educación ambiental y educación social?
Se dieron una serie de iniciativas institucionales a lo largo de estos dos últimos siglos que han venido a asentar la necesidad de tratar la sostenibilidad y el medio ambiente desde la concienciación, la acción y la crítica. Así, podemos ver la evolución de la educación ambiental (en adelante EA) en función de la concepción de la problemática ambiental del momento, pasando de una concepción de la educación para conservar, a una educación para concienciar, hasta llegar a la que estamos actualmente que es un enfoque de educación para cambiar.
Estas son algunas de esas iniciativas que marcaron líneas estratégicas en la EA:
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1972 Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente Humano (Estocolmo, 5-16 de junio). Este evento trasladó a la educación necesidades, realidades y expectativas hasta entonces poco o nada reflejadas en el quehacer socioeducativo, a las que se tendría que dar respuesta -dentro y fuera de los sistemas educativos- con medidas orientadas a concienciar y sensibilizar a la población acerca del deterioro ambiental y de sus problemas conexos.
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1975 Seminario Internacional de Educación Ambiental (Belgrado, 13-22 de octubre). El seminario concluyó con la aprobación de un informe conocido como Carta de Belgrado (UNESCO, 1977), que es uno de los documentos más lúcidos y trascendentes dentro de la historia de la EA. En él se establecen los marcos generales que afectan a la EA como alternativa de alcance mundial: situación de en medio ambiente, metas y objetivos de la EA, personas destinatarias y principios de orientación de los programas de EA.
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1977 Conferencia Intergubernamental sobre Educación Ambiental (Tbilisi, 14-26 de octubre). Marcó un hito en la historia de la EA, ya que se perfiló y completó su cuerpo teórico, así como los principales criterios y directrices que inspirarían todo el desarrollo de este movimiento educativo en las décadas siguientes.
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1987 Congreso Internacional sobre Educación y Formación Relativas al Medio Ambiente (Moscú, agosto). Se define un marco referencial de estrategia para el desarrollo de la EA, que puede servir de guía para el desarrollo de la EA o de elemento evaluador.
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1992 Conferencia de las Naciones Unidas sobre Medio Ambiente y Desarrollo (Río de Janeiro, 3-14 de junio). La Cumbre de Río 92 supone sin duda un punto de inflexión importante en el discurso ambiental vigente, tratando de consolidar una política ambiental para una nueva sociedad internacional unida por los recursos y los bienes comunes y enfrentada también a problemas globales que sólo pueden resolverse por lo tanto solidariamente. De esta forma, el mensaje de Río-92 es rupturista, ya que debe implicar cambios no sólo en los modelos de consumo y producción, sino básicamente en el propio modelo de desarrollo imperante, que obliga a rediseñar. Satisfacer las necesidades presentes sin poner en peligro las de las generaciones futuras implica proteger el equilibrio general y el valor del capital natural, supone que hay que establecer otros criterios e instrumentos de evaluación de los costos y beneficios, e implica, sobre todo, que los recursos deben explotarse y consumirse de forma justa, equitativa y solidaria entre todas las naciones del mundo. Y, en ese sentido, será fundamental el papel que la EA tiene que desempeñar como instrumento clave para explicarlo, difundirlo, asumirlo y desarrollarlo, en todos los ámbitos y con todos los agentes sociales.
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2002 La Cumbre Mundial sobre el Desarrollo Sostenible (Johannesburgo, 26 de agosto – 4 de septiembre). Esta Cumbre abrió el camino para la acción, pero… entre las metas, calendarios y compromisos que se acordaron, no existió ninguna solución definitiva en la lucha contra los desequilibrios sociales y el continuo deterioro del medio ambiente natural. No hubo soluciones mágicas, pero lo que posiblemente sí surgió fue la comprensión de la necesidad de adoptar medidas prácticas y sostenidas para enfrentarse a los problemas más urgentes que existen en el mundo.
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2005-2014. Década de la Educación para el Desarrollo Sostenible. Revisada en la Conferencia Mundial de la UNESCO sobre la Educación para el Desarrollo Sostenible, en Bonn (Alemania, 2009).
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2009 5º Congreso Internacional de Educación Ambiental (Montreal, Canadá). Reunió a representantes socioeducativos de más de cien países, donde discutieron nuevas vías para mejorar el hecho de “vivir juntos-as”. Se consolidó el papel relevante y prioritario de la innovación y la investigación en EA.
Siendo educadoras y educadores sociales, esta faceta que otras personas han venido marcando y ejecutando, nos suena. El cambio, la transformación, la crítica presente en toda modificación, son elementos propios también de la educación social. La propia educación social es educación ambiental, por lo tanto. Buscamos en la Investigación los pilares de la práctica, e Innovamos para dar a conocer nuevas estrategias para un desarrollo más sostenible, más integral y completo. Por eso es importante recopilar de la diversidad, para aprender y mejorar.
No es esta revista un espacio para la confrontación ni la controversia en relación a la definición de términos ni de profesionales propios del ámbito, sino para justificar algo que es de por sí argumentado y totalmente defendido, de por qué la educación ambiental la entendemos como un campo propio de la educación social, por lo que, es necesario nuestro reconocimiento normativo para poder trabajar en red, desde la EA; y para eso, queremos mostrar distintos recursos e iniciativas que giran alrededor de un enfoque socioeducativo respetuoso con el entorno en el que se trabaja directamente, de manera integral teniendo en cuenta fauna, flora, entorno y personas -un todo-, de forma que los proyectos que se llevan a cabo tienen futuro y permanecen en los lugares por el hecho de que son sostenibles e idóneos.
Hay muchos condicionantes que impiden que se cumplan estas premisas, y así, numerosos equipamientos de EA desaparecen, menguan en número o no se llegan a implantar: granjas-escuela, pueblos-escuela, aulas de la naturaleza, aulas forestales, aulas del mar, aulas urbanas, centros de interpretación, centros de información o de recepción de visitantes, museos-escuela, albergues de la naturaleza, o incluso los propios Centros de Educación Ambiental.
Encontraremos diversidad de miradas hacia la EA y el acercamiento a ella en las distintas secciones y artículos, de enfoques y metodologías de investigación diversas, y de varios equipamientos y técnicas, pero esta contribución constituye un paso más para conocer y poner en valor la EA. Nunca, una traba para mejorar el conocimiento compartido en este campo.
Podemos atrevernos a definir, por lo tanto, la educación ambiental como un proceso permanente en el que los individuos y las comunidades adquieren conciencia de su medio y aprenden los conocimientos, los valores, las destrezas, la experiencia, y también, la determinación que les capacite para actuar, individual y colectivamente, en la resolución de los problemas socioambientales presentes y futuros. Pero también quisimos tener las propias conceptualizaciones desde los distintos espacios que generan conocimiento, como puede ser el académico, bien como profesorado o como alumnado que quiere dejar constancia de la importancia que tiene la necesidad de la EA como materia en el curriculum de Grado de Educación Social. ¿Acaso eso que definimos de actuar, resolver problemas y trabajar valores, no es lo que hacemos en nuestro trabajo cotidiano cómo educadoras y educadores sociales?
Por eso podemos aseverar que conocemos de lo que estamos hablando, a pesar de ser un ámbito muy multiprofesional y poco reglado.
Otro aspecto característico que venimos a comprobar actualmente es el giro que se está dando en cuanto al abordaje de la EA, de lo “natural” a lo “urbano”, con ejemplos como el de la Agenda 21, que también aparece en este número de Galeduso.
Nuestro reto, desde el Ceesg: que se siga tratando la educación ambiental, por parte de educadoras y educadores sociales, de manera sistemática, continuada y no circunstancial. Que así sea!
Sofía Riveiro Olveira
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