El Col·legi d’Educadores i Educadors Socials de Catalunya (CEESC), al inicio de junio, ha manifestado lo siguiente:
“Queremos un curso 2022-2023 con profesionales de la educación social en escuelas e institutos
Desde el Colegio de Educadoras y Educadores Sociales de Cataluña (CEESC) queremos expresar nuestro malestar por la anulación de la reunión que teníamos agendada esta semana con responsables del Departamento de Educación para confirmar la continuidad de la figura del educador y educadora social en las escuelas el próximo curso. Si a finales de 2021 el Departamento había valorado positivamente su implantación y aseguraba su voluntad de mantenerla el próximo curso, nos han llegado informaciones que lo desmienten. Lo que no hace más que aumentar la incertidumbre y la inquietud de los 75 profesionales que están ejerciendo. La reunión se ha pospuesto para finales de junio, una vez terminado el curso.
En aquella reunión de 2 de noviembre de 2021 se acordó que desde el Departamento se nos convocaría para llevar a cabo una evaluación compartida de la implantación de los educadores y educadoras sociales en los centros, pero esta reunión nunca se llegó a convocar. No hemos logrado cita hasta 7 meses después y el Departamento le ha aplazado el día antes. Desde su nombramiento y hasta el momento ha sido imposible mantener ningún tipo de contacto con el Conseller, y el Colegio de Educadoras y Educadores Sociales de Cataluña ha sido atendido tan sólo por direcciones y subdirecciones generales.
Ahora, ante las voces que nos hacían llegar la perspectiva de la no continuidad de estos profesionales el próximo curso, una vez agotado el fondo extraordinario concedido para compensar las desigualdades educativas derivadas de la COVID-19, desde el CEESC reclamamos la reanudación del dialogo con el objetivo de poder disponer de información de primera mano y compartirla con agentes y profesionales implicados. Para ello, aparte de reclamar la reunión con el Departamento que ahora se ha pospuesto, también pedimos reuniones con los diputados integrantes de la Comisión de Educación de varios grupos parlamentarios.
Así, durante el mes de mayo nos hemos reunido con Jordi Jordan, diputado de En Comú Podem; Nogay Ndiaye, diputada de la CUP; Jordi Albert y Najat Driouech, de ERC, y Anna Erra, de Junts per Catalunya. La reunión con el PSC tendrá lugar el 9 de junio. En todos los casos les hemos pedido su posicionamiento, no sólo en cuanto a la continuidad de los profesionales, sino en cuanto a la necesidad de avanzar un paso más y plantear perspectivas de ampliación en el número de profesionales y de su proyección, a partir de los indicadores tan favorables que pudimos recoger y analizar en un estudio realizado a finales del curso pasado en el que el 89,6% de los equipos directivos de los centros educativos puntuaba con muy buena nota el trabajo de los educadores y educadoras sociales en sus centros, y el 97,95%, solicitaría tener para siempre esta figura en su escuela.
Hay que pasar de refuerzo COVID a plano piloto
Asimismo, hemos compartido con los miembros de la Comisión de Educación la idea de que estos primeros cursos debían convertirse en una prueba piloto para poder alcanzar el mandato del Parlamento -de junio de 2020- en el que se aprobaron dos mociones donde se pedía la incorporación de la figura del educador/a social en los centros educativos de primaria y secundaria para el curso 2020-2021. Sin embargo, el Departamento de Educación hizo efectivo este mandato sólo parcialmente introduciendo la figura del educador/a social de manera oficial en 75 escuelas públicas catalanas consideradas de alta complejidad.
Una figura para todas las escuelas e institutos
La figura de la educadora y el educador social no debe ser sólo para centros de alta complejidad sino para el conjunto de escuelas e institutos del sistema escolar catalán. Nuestra sociedad ha evolucionado hacia un concepto de escuela que debe ofrecer una educación integral encarada a la personalización de aprendizajes, la atención a la diversidad, garantizando la convivencia y el bienestar y haciendo acción comunitaria con relaciones con entorno. Funciones que, por perfil profesional y formativo, deben abordarse de manera conjunta entre maestros y educadores/as sociales.
Es necesario garantizar los derechos educativos y las necesidades socioeducativas de niños y adolescentes, las familias y la comunidad educativa, haciendo posible el Decreto de Escuela Inclusiva que tanto le está constante de desplegar en el Departamento.
Las escuelas e institutos son el reflejo de nuestra sociedad y, por tanto, es necesaria una mirada socioeducativa para convertirlos en espacios de aprendizaje para la vida, donde se atiendan aspectos socioeducativos como la convivencia, la atención a las desigualdades y la diversidad, el absentismo y la relación con la comunidad.
Esperamos que el Departamento nos confirme la confianza en estos profesionales y realice las gestiones oportunas para garantizar su continuidad, una vez finalizados los fondos extraordinarios que habían permitido la inclusión de nuestro perfil en los centros. El futuro de nuestra sociedad lo merece”.
Información en prensa: Los educadores sociales en escuelas ven peligrar su continuidad curso próximo (La Vanguardia 2 junio 2022)
Información (Original en catalán)
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