El diario El Faro de Vigo, en su edición del 8 de septiembre de 2024, publica lo siguiente:
“Las familias urgen educadores sociales en los colegios para evitar conflictos y acoso
Las anpas procuran una mejora de la convivencia en las aulas con la presencia de estos profesionales: “No se le puede trasladar esta función a los orientadores o coordinadores”
menos de tres días para el inicio del curso lectivo en Vigo, las familias ya están libreta en mano planificando las necesidades, requerimientos y propósitos de cara a los próximos meses en la educación pública. Una de las grandes reivindicaciones de las anpas del municipio pasa por dotar de más medios humanos a los colegios e institutos: desde profesores de Audición y Lenguaje (AL) y Pedagogía Terapéutica (PT) hasta orientadores. Pero en esta ocasión, han incidido en un profesional poco conocido en el ámbito escolar si bien su presencia en los centros consideran prioritarios: los educadores sociales.
Mejorar la convivencia
Esta figura, explica la presidenta de Foanpas, Iria Salvande, vendría a solucionar ciertas carencias que han advertido en los centros educativos como el trabajo con el alumnado en situación desfavorable o episodios conflictivos o de bullying; en síntesis, una mejora de la convivencia en las aulas. “Creemos que puede ser muy conveniente de cara a la mejora de la convivencia, porque los departamentos que se encargan de esta parte emocional, los orientadores, están saturados. Hay poco personal y no pueden hacer frente a esta demanda”, comenta Salvande.
Partir desde lo emocional
Sus palabras son validadas, en parte, por la pedagoga y presidenta de COPEGAL –Colexio Oficial de Pedagoxía e Psicopedagoxía de Galicia–, Paula Suárez. “Quizá la figura del educador social escapa un poco de las competencias que se requieren en un centro educativo, pero es verdad que actualmente un solo orientador no es suficiente. Para estos episodios de conflictividad y trabajar el aspecto más emocional de los alumnos juega un papel muy importante la figura del pedagogo. Sobre el papel tenemos la figura del Coordinador del Bienestar, pero en muchos centros este cargo lo asumen bien el orientador, que está saturado, o incluso un profesor de música que carece de competencias”, lamenta Suárez.
Atención a la diversidad
A criterio de la profesional, trabajar la parte emocional desde los colegios e institutos “es la base para empezar a trabajar sobre cualquier otro tipo de problema”. “Si el centro tiene las herramientas para que la parte emocional del alumnado esté cubierta, se pueden abordar entonces las dificultades académicas y también otros aspectos didácticos como la metodología o técnicas de mediación”, señala Paula Suárez, quien apunta que la atención a la diversidad no hace solo referencia a una discapacidad, sino a una atención individualizada.
Coincidente con las anpas se muestra también en los insuficientes recursos que se se les dotan a estos departamentos en la gran mayoría de centros educativos. “Sobre el papel sí hay figuras, pero luego no se reflejan en los centros. No hay suficiente protección a los menores en las aulas y así surgen problemas conductuales como acoso, bullying, violencia al profesorado… Las escuelas deben convertirse en espacios competentes a nivel emocional”, concluye la pedagoga.
Junto a estas necesidades, las familias, a través de Foanpas, demandan también de cara a este curso, no solo más recursos humanos, sino también una mejor dotación en las infraestructuras educativas. “Un lavado de cara no es suficiente. Se habla mucho del nuevo IES de Navia, que está muy bien, pero el resto de colegios son muy antiguos y necesitan de una modernización”, sentencia la presidenta del colectivo de padres y madres de alumnos de Vigo, Iria Salvande”.
(Imagen Un grupo de alumnos a la salida del instituto. | // A. VILLAR )
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