La tozuda realidad que nos acompaña
El diario Levante, en su edición del 28 de octubrede 2024, publica un artículo de María José Navarro Vercher, Presidenta del Colegio Oficial de Educadoras y Educadores Sociales de la Comunidad Valenciana (Col·legi Oficial d’Educadores i Educadors Socials de la Comunitat Valenciana – COEESCV -), que reproducimos:
“La tozuda realidad que nos acompaña
A los hechos me remito, y a los datos tozudos que nos siguen indicando que no somos capaces de alcanzar (ni de lejos) los Objetivos de Desarrollo Sostenible:
– En el último año, 240.000 personas más han pasado a estar en situaciones de riesgo de pobreza, elevando el porcentaje a un 26,5% de la población de nuestro país, según el 14º informe «El estado de la pobreza en España» publicado por la EAPN.
Este dato corrobora que los esfuerzos que se hayan podido realizar en cuanto a prestaciones, ayudas, aumento del SMI y promoción de empleo, no acaban solucionando la situación de vulnerabilidad de 9,7 millones de personas en nuestro país, y esto viene dado por diversos factores, ya que:
– Se evidencia que tener un empleo no garantiza llegar a fin de mes. Así lo expresan las personas trabajadoras más precarias en la I Encuesta de Desigualdades elaborada por Oxfam Intermón. De las personas encuestadas que se encontraban en pobreza laboral, el 37% manifestaban que con su salario no podían llevar una vida digna.
– Y, a esto, debemos sumar el factor vivienda, ya que el aumento desorbitado del precio de las viviendas, creciendo hasta tres veces lo que costaban hace tan solo un lustro, pero no así los salarios, hace que muchas personas corran el riesgo de encontrarse en situaciones de verdadera precariedad, ya que acaban teniendo que compartir espacios minúsculos con otras personas, con las que, en el mejor de los casos, tienen una relación de parentesco.
Ni qué decir tiene, que si hablamos de personas migrantes los datos se elevan entre el colectivo exponencialmente, y si le sumamos el hecho de ser mujer, todavía se define mucho más la precariedad y vulnerabilidad: contratos a tiempo parcial, empleos poco cualificados, jornadas laborales que no se corresponden con lo contratado, o, incluso, trabajos no formalizados, suelen ser los más habituales entre las mujeres que acceden al mercado laboral.
Entre las personas trabajadoras que manifiestan llegar a fin de mes sin demasiadas dificultades, una gran parte lo consiguen gracias a estar pluriempleadas, con el consiguiente desgaste físico y emocional.
Desde luego, estos son temas que deberían estar encima de la mesa de todas las administraciones públicas:
– La precariedad laboral que hace que muchas personas trabajadoras estén sumidas en la pobreza a pesar de estar empleadas.
– Los grupos de riesgo en dónde la pobreza es, si cabe más dramática: niños, niñas, personas mayores, personas migrantes, mujeres, familias monoparentales, que se encuentran en situaciones de vulnerabilidad, sinhogarismo y pobreza extrema.
– Y, por supuesto, el acceso a la vivienda, que de un tiempo a esta parte se ha convertido en una pesadilla para tantas y tantas personas, afectando a muchos grupos de población, pero con mayor contundencia a la juventud, que ve cómo no pueden emanciparse, ni tener un proyecto de vida a largo plazo, ya que un solo salario (ni siquiera un buen salario) da para poder alquilar una caja de zapatos a la que llamar hogar.
Desde el CoeesCV, preocupadas por estas realidades, alzamos nuestra voz para sumarla a otras miles que en los últimos días han salido a las calles a exigir condiciones de vida digna para toda la población”.
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