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Una rama caida

Autoría:

Claudia Marcela Ramírez Rojas, Licenciada en Educación Infantil, Especialista en Pedagogía de la Comunicación y Medios Interactivos

Palabras clave

Reseña de libro

TÍTULO Una rama caída.
AUTORÍA Rafael Donaire Casas
EDITORIAL independiente, 198 páginas.
AÑO 2017

“He venido a verte, mamá – decía yo con toda la alegría del mundo, orgulloso de mí mismo porque podía llegar hasta allí desde el colegio sin que me atropellara ningún coche. Por eso no pude entender la bofetada que me dio y que me llevara enfadada de vuelta al colegio, donde armó un escándalo y regañó a todos los profesores-.”

Una rama caída es una novela que devela la realidad sociopolítica y cultural de una familia española de clase no privilegiada, donde la mujer carga con el peso del estereotipo de su género y la niñez sufre las consecuencias de las decisiones y percepciones tomadas por los diversos actores de su entorno (padres, maestros, vecinos, etc.)

A lo largo de la novela Isabel, Álvaro y Francisco hacen lo que consideran más apropiado para sobrevivir a su contexto, en consecuencia, se entrelazan episodios de amor, sufrimiento, lucha, aventura e ilusiones tanto frustradas como alcanzadas.

Desde una perspectiva literaria, es una narración que oscila entre la crítica a la desigualdad social, al silencio, que hace cómplices a muchos, y la constante violencia intrafamiliar, situaciones que parecen propias del pasado pero que hoy en día siguen siendo la realidad de muchas familias.

Aun así, la manera en que el autor relata cada situación es única, unas veces con emociones de mucha frustración/esperanza/denuncia y otras tantas es tan descriptivo y explícito en su exponer que es inevitable sentir tristeza, emoción, empatía y ganas de incrustarse entre las páginas, dejar de ser un simple lector y hacer algo por alguno de los protagonistas.

Aunque la historia se desarrolla de forma muy lineal lo que hace bastante fácil su lectura y comprensión, resulta poco o nada predecible en sus diversos acontecimientos y desenlaces: no se encuentra que haya sido escrita para un público en particular. Por el contrario, quizás sin estar atentos, muchos han tenido un amigo Álvaro o una compañera de trabajo como Isabel o en mi caso particular estudiantes del perfil de Francisco, que pasan muchas veces desapercibidos al ser el estudiante tímido, callado y que genera pocos ruidos a nivel disciplinar y académico.

El título de la obra “Una rama caída” resulta ser una analogía bastante interesante, en la que su interpretación puede variar de acuerdo a la mirada de quien lee, pero a la final se logra determinar claramente que personaje es esa rama y porque este nombre es tan simbólico y apropiado en la historia y quizás para la vida misma.

En relación a mi opinión personal, esta lectura me tocó mucho el alma, el modo en que se muestra el abuso infantil y a la mujer me llevó a cuestionarme ¿qué deberíamos hacer los maestros, vecinos, amigos, familiares ante situaciones de abuso? No me atrevo a afirmar si Rafael intencionalmente hace un llamado hacia la responsabilidad social y nuestro papel como agentes activos, pero definitivamente lo que aprendí luego de esta lectura es nuestro deber de velar por los derechos propios y de los otros, sin excusas y aunque no tengamos lazos de sangre.

Tenemos esta tendencia a creer que una ayuda es válida si implica una magnificencia que repercuta en una población numerosa, pero no es así: informarse sobre qué hacer o a quién acudir en caso de abuso podría brindarnos las herramientas necesarias para enfrentar una situación de estas. Prestar los oídos para escuchar y tomar acciones al respecto puede cambiar la vida de una persona o de una familia entera y, por eso, los que trabajamos con niños debemos estar más atentos y reconocer que ese romanticismo de la infancia feliz no es la realidad de todos: los niños llevan cargas muy pesadas en sus vidas y necesitan algo más que matemáticas y geografía.

Nuestra sociedad tiene una profunda necesidad de empatía y solidaridad: ¡qué privilegio haberme topado con esta novela para reflexionar al respecto y compartirla con colegas y más personas! Como mencionó Albert Einstein, “hay una fuerza motriz más poderosa que el vapor, la electricidad y la energía atómica: la voluntad”.

Quiero terminar esta reseña con una confesión que quizás motive a las personas a leer el libro, y es que debo admitir que aún no defino mi parecer con respecto al final: no sé si continúo sorprendida o si definitivamente no me gustó y lo considero demasiado controversial e injusto.

Sería interesante intercambiar opiniones con otras personas al respecto, un buen consejo para leer este libro es mantener una mente abierta, no juzgar o buscar quién es el bueno, el malo, o el que podría actuar mejor; una postura de aprendizaje y apertura, dejando de lado intereses personales, antecedentes, creencias sociales, religiosas o políticas es la mejor opción.