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El educador de Calle. Científico y poeta. Algunos apuntes sobre metodología en educación de calle

Autoría:

Sergio Arranz López. Educador Social y Coach en “Proceso Iniciativa social”

Resumen

El artículo desarrolla algunos elementos en torno a la metodología de la educación de calle. Partiendo de las fases de la intervención, integra elementos de la investigación etnográfica, la intervención educativa desde una perspectiva motivacional y los aportes de la educación de calle para la intervención comunitaria y el fomento de la participación social.

“El educador especializado de calle es una mezcla de científico y de poeta, aunque
pueda parecer solo un profesional practico que va resolviendo conflictos sobre la marcha”

Faustino Guerau de Arellano

“Regáleme una sonrisa”

Jackeline Moreno

He recopilado textos sobre la intervención en la calle, herederos de mi trabajo en las calles de diversas ciudades, Madrid, Segovia y Bogotá, en un intento por ser científico y aportar un punto de vista más a la metodología de la educación de calle. Me doy un paseo por la investigación etnográfica, la relación de ayuda (desde la perspectiva de la entrevista motivacional), el trabajo con grupos y la participación social para dar apuntes sobre una posible, (entre muchas), fundamentación científica de nuestro trabajo. Cito también a diversos autores y enlazo con sus artículos, y con alguno mío, para completar estos apuntes.

CallePero no descuido la poesía, y legitimo la necesidad de emocionar y emocionarse en el acto de hacer educación de calle, pues el acercamiento al otro siempre tiene algo de poético, y motivar para la acción, la participación o el cambio siempre es poesía, hecha en los rincones de las calles, como las rimas que ahora hacen e improvisan algunos chavales a ritmo de hip-hop.

Quizás toda la ciencia del educador de calle se puede resumir en una frase, de una compañera, que es educadora y poeta, y que cuando se acercaba a los niños de la calle en Bogotá les saludaba así….”¡¡que hubo chino; regáleme una sonrisa…!!”

1. Apuntes sobre Las Fases en la educación de calle

Desde el acceso al afianzamiento de las relaciones en el campo, el proceso de educación de calle supone unas fases.

El Acercamiento /  Investigación

El acercamiento lo podemos describir como la mera presencia en el barrio, la familiaridad con los que allí habitan y se desenvuelven. Es vital en esta fase que exista una visualización certera por parte de los jóvenes de lo que representa el equipo de educadores y de cuál es su función de cara al barrio.

La presencia, la cercanía, es fundamental para fomentar el contacto con ciertos colectivos, que de otra manera no accederían a la información y servicios a los que tiene derecho. En este sentido son vitales las siguientes herramientas:

  • Callejear. Estar en la calle.
  • Disposición para la conversación.
  • Disponer de información de interés, que creas que es posible que se demande.
  • Curiosidad.
  • Funcionalidad.
  • Hacer los contactos paulatinamente. No invadir.

Calle

La tarea del educador de calle, sobre todo al principio, es cercana a la del etnógrafo que decide realizar su investigación desde una observación participante. Se realiza un acercamiento progresivo que en muchas ocasiones implica una suerte de pasividad, de dejar pasar tiempo y esperar acontecimientos que permitan intervenir, o mejor dicho, iniciar un contacto. Ese primer nexo, ese  atisbo de relación ira progresando, con las personas, y con los grupos.

La Mediación

CalleLa mediación es el siguiente paso a el acercamiento, en el que ya se ha elaborado un contacto previo y tu relación con el/la joven es más próxima. Si no lo es, este es el momento de afianzar una relación. Es el momento en que las personas del barrio, los jóvenes, hacen  demandas  más  explicitas, momento en el que hemos de  apoyar un proceso de toma de decisiones (temas de formación, empleo, ocio drogas). Aquí las habilidades que podemos utilizar son las siguientes:

  • Trabajar la motivación, ayudando a pensar y a tomar decisiones.
  • Acompañar, apoyar, orientar, recordar.
  • Ayudar a solventar obstáculos.
  • Trabajar lo relacional. Afianzar.

El Afianzamiento

CalleAfianzadas estas dos dimensiones, la referencia está lograda con gran parte de la Comunidad, lo que va a permitir participar activamente de los grupos naturales, aportando el elemento educativo desde una relación distendida, próxima a una “Amistad Pedagógica” (1) que mencionan algunos teóricos. El papel del educador/a en la comunidad está plenamente legitimado y se percibe su presencia como útil y constructiva. Aquí las habilidades a desarrollar serían

  • Fomentar la reflexión, en torno a los procesos individuales y de la comunidad.
  • Fomentar las potencialidades de cada individuo.
  • Fomentar las potencialidades como comunidad.
  • Ser un elemento más, con carácter intencional, en la construcción social de la realidad en el barrio.

2.  Apuntes metodológicos para la investigación en educación de calle.

Hablar de educación de calle o intervención en medio abierto no es hablar de etnografía, Evidentemente, detrás de cualquier intervención existe una intención transformadora, que no de mera investigación, pero si es un hecho que el conjunto de métodos que nos ofrece la etnografía son útiles, e incluso indispensables para abordar la intervención en el medio abierto.

CalleEl etnógrafo ha de tener en cuenta, a la hora de acometer su investigación, en qué contexto se va a mover, como va a acceder a ese contexto, que tipo de interacciones va a tener con los actores que actúan en el, que ha de escuchar y preguntar, como va a recoger y organizar la información, y cómo no, las connotaciones éticas de todo esto.

Son las mismas necesidades del educador de calle, o del agente de intervención en medio abierto, y es por ello que la etnografía nos ofrece un cuerpo teórico para acometer nuestras intervenciones. Desarrollamos una serie de conceptos:

Campo

CalleEl contexto social, el contexto de intervención, el espacio en el que vamos a desarrollar nuestro trabajo, que viene determinado por el espacio, el tiempo, y los actores que participan de esa realidad espacio – temporal. Hemos de tener claro que ese espacio no es nuestro terreno, es un terreno ajeno a nosotros al que tenemos que conseguir ser invitados.

Antes de entrar al campo debemos decidir donde y cuando observar, con quien conversar, así como que información registrar. Darse una primera vuelta por el barrio, observar, ser observados, ir ajustándonos al nuevo terreno.

Proyecto de investigación

La investigación siempre comienza con el planteamiento de un problema o grupo de problemas, a partir de los cuales se puedan extraer respuestas teóricas. Eso si, al contactar con la realidad, al llegar al barrio, podemos descubrir que nuestro problema no estaba bien definido, que es irresoluble, o que hay otros de mayor importancia o impacto.

Acceso

El acceso al campo es una cuestión eminentemente practica, que conlleva una serie de estrategias y recursos interpersonales, ya que pretendemos acceder al “Código Nativo” y legitimarnos ante el grupo. Ganarnos el espacio y pasar a ser mobiliario urbano, parte del entorno.

Relaciones en el campo

Ubicarse en el campo implica: identificar a los actores que de él participan; identificar su rol y determinar qué tipo de relación vamos a mantener con ellos, teniendo en cuenta  la dimensión ética; Identificar a los porteros, saber quien tiene poder para facilitar o bloquear el acceso es una cuestión fundamental del conocimiento del campo, identificar a los líderes naturales y desarrollar nuestra particular estrategia de acercamiento, sin descuidar que todas las relaciones son importantes.

Roles de campo / administrar la marginalidad.

Cuidado con sentirse “como en casa” en el campo. No podemos descuidar nuestra capacidad de observación y extrañamiento. Nos vinculamos al campo, a veces mucho, pero no debemos olvidarnos de dejar un pie fuera.

3. Algunas Herramientas de investigación en educación de calle

Mapeo y Sociograma

Consiste en realizar un análisis visual de las relaciones establecidas en la comunidad. De esta técnica se sacan las relaciones, ya sean positivas o no, de los diferentes agentes de la comunidad. Podemos sacar una foto aérea de google maps y dibujar sobre ésta a los grupos naturales y las relaciones entre estos. Relación buena, de conflicto o inexistente.

La observación

CalleBásicamente los antropólogos dicen que la observación participante es la investigación que se basa en vivir con (o cerca de) un grupo de informantes durante un período extendido de tiempo, durante el cual se mantienen conversaciones largas con ellos y se participa en algún grado en la vida local.

Como mencionábamos anteriormente, el desarrollar un proyecto de investigación en el contexto de un programa de Educación de Calle, implica hacerlo desde una perspectiva etnográfica que tenga en cuenta: el acceso al campo, el contacto con informantes, las relaciones de campo, etc.

La sistematización. El cuaderno de campo

Documentar todas las visitas al campo, los contactos realizados, las conversaciones mantenidas, las reflexiones generadas… el cuaderno de campo pasa a ser un apéndice del educador de calle, una herramienta imprescindible.

4. Apuntes para el trabajo con adolescentes y jóvenes en riesgo desde la perspectiva motivacional

La intervención con los adolescentes y jóvenes en riesgo se puede plantear desde una perspectiva motivacional. Frecuentemente se habla de la necesidad de motivar en la intervención educativa, o motivar para la participación comunitaria, e incluso se definen objetivos en este sentido, pero muchas veces no se  encuentra una operativización y un planteamiento metodológico solvente para enfrentar esta tarea.

CalleSi hablamos de motivar, nos referiremos a incrementar las posibilidades de una persona o grupo realice una actividad determinada o inicie algún tipo de cambio. Ante esto resulta necesario iniciar un proceso que permita a la persona identificar los elementos positivos que supondría incorporar el cambio, la modificación de una conducta determinada, o el inicio de una nueva. Resulta necesario resolver la ambivalencia en la que muchas veces se encuentra abordando el dilema entre el cambio y mantener el statu-quo.

Abordar desde la perspectiva motivacional las problemáticas de los jóvenes y adolescentes que contactamos en la calle nos permite enfrentar estas situaciones sin perder el vínculo, muchas veces difícil de construir, y minimiza las situaciones de conflicto cuando llamamos la atención sobre sus comportamientos problemáticos. En la comunicación cotidiana podemos explorar sus ambivalencias y poner en marcha estrategias de acompañamiento motivacional que activen comportamientos mas adaptados alejados de la situación de riesgo.

Podemos trabajar  específicamente la motivación a través de dos conjuntos de estrategias complementarias. Son la aplicación de la Entrevista Motivacional y las acciones motivacionales (2), Nos centraremos en estas últimas ya que son las más abordables desde la perspectiva del educador de calle.

Acciones motivacionales

Como acciones motivacionales denomino a la integración de las aproximaciones motivacionales efectivas (Miller y Rolllnick 1999) con estrategias propias del enfoque de Relación de Ayuda para Educadores Sociales (Costa y López 1996).

  • Acompañar a los chavales. Estar cerca de ellos, respetando sus ritmos, pero mostrando cercanía cuando sea necesario.
  • Ayudarles a establecer objetivos y a realizar cambios: El mostrar el cambio al chaval como algo funcional y accesible, el plantear unas metas concretas y a corto plazo, fomentan la alianza de los chavales y una mayor implicación en las actividades que se proponen. Se deja claro que lo que se le va a ofrecer puede, o no, que le guste, pero plantea el inicio de un proceso de búsqueda como una oportunidad para el aprendizaje y el fomento de la autoeficacia.
  • Pensando en positivo: Nuevas experiencias como generador de oportunidades para cubrir otro tipo de necesidades. Un planteamiento que cree en las potencialidades de los chavales y les enseña a ver oportunidades  en su entorno. Se parte de lo que pueden ofrecer y compartir, no de los déficitis o carencias que puedan manifestar.
  • Ofertando posibilidades: Ofertando información significativa y creyendo en el chaval como generador de alternativas, muchas veces latentes y jamás explotadas.
  • Diseñando estrategias individualizadas: Centrándonos en los valores intrínsecos de los chavales.
  • Ayudando a solventar obstáculos: El acompañar en los primeros pasos, el ayudar a solventar barreras técnicas, el facilitar el camino minimiza los miedos y pensamientos incapacitantes de los chavales, es una estrategia básica para incrementar la motivación.
  • Ofreciendo consejo: Cuando nos constituimos como referentes para los chavales, esta referencia nos permite el aconsejarlos  en las diferentes oportunidades terapéuticas que nos brinda el día a día. Aconsejar, según Miller (1991), se reduce a tres pasos:
    1. Identificar claramente el problema.
    2. Explicar por qué el cambio es importante.
    3. Recomendar un cambio específico.
  • Practicando la empatía: Son características importantes de los educadores la calidez, el respeto, el apoyo, el cuidado, la preocupación, la comprensión empática, el compromiso y el interés activo.  Esto entra en una cuestión de actitudes más que de aptitudes, pero aun si podemos realizar un esfuerzo por mejorar nuestras habilidades de comunicación y empáticas, y sobre todo por eliminar prejuicios por nuestra parte.
  • Ofreciendo Feed-Back (devolución): Si uno no sabe donde se encuentra, le será difícil planificar como llegar a algún lugar. Una tarea motivacional importante es la de proporcionar un una devolución, sobre la situación actual y sobre sus consecuencias o riesgos.
  • Aclarando objetivos: El feed-back por si solo no es suficiente para precipitar un cambio. El feed-back se debe comparar con otro patrón. Si la persona no dispone de un objetivo o patrón claro, esta devolución no será útil.
  • Ofreciendo ayuda activa: Estando interesado de forma activa y afirmativa por el proceso de cambio de los chavales.

5. Apuntes para trabajar en los grupos naturales

Entrar a un grupo supone entrar de la mano de algo o alguien, e ir consiguiendo una naturalización progresiva de la presencia del educador/a. El grupo puede ser a la vez amplificador de los mensajes y asociarse en una sinergia perfecta con la acción educativa, o por el contrario echar todo por tierra. Por ello es necesario saber reconocer los estados y momentos del grupo, y el tipo de mensaje a transmitir en función a estos. Hay veces que una retirada a tiempo es una victoria.

PersonaDe cara al trabajo con el grupo también sirve la observación participante, y desde una perspectiva etnográfica, seleccionar a Líderes que posteriormente contactarán y potenciarán ciertos mensajes o informaciones en sus redes de iguales, identificando y animando a otros líderes naturales a la participación, (Modelo del Líder indígena, NIDA 1993) o el Modelo de Acercamiento Animado por Iguales, que no selecciona lideres sino que promueve la participación de iguales en la transmisión de mensajes.

A veces se trata simplemente de detectar a la persona que posee la información que se desea extender, y animarla a que hable sobre ello. Por ejemplo, en lo referente a la formación o el acceso a ciertos recursos, el que un chaval o chavales actúen como “pioneros”, es el punto que faltaba para romper la resistencia de otros tantos, que al ver un ejemplo cercano de funcionamiento optan por dar un paso adelante.

Otro tanto ocurre con las drogas. La posibilidad de formar a mediadores que aporten otro punto de vista sobre ciertos usos de drogas en sus grupos naturales, fomentando usos responsables, posibilita el acceso a contextos y momentos a los que es difícil llegar.

También, cuando existe una alta referencia, se puede trabajar en un proyecto común para el grupo, relacionado con el ocio, lo laboral, etc., desde una perspectiva de Investigación-Acción participativa, en la que el grupo identifica sus necesidades e inicia las acciones pertinentes para cubrirlas.

Por otro lado es necesario tomar constancia de la heterogeneidad que a veces se da en los grupos, en los que confluyen jóvenes en diversos momentos evolutivos, adultos, niños, consumidores de drogas y no consumidores. En este sentido hay que ser especialmente precavido, ya que, por ejemplo, no es viable trabajar la reducción de riesgos con un grupo de consumidores cuando se encuentran con ellos sus hermanos pequeños, que no son consumidores.

6. Apuntes para fomentar la participación social

Según Marchionni (3), desde la teoría de los tres círculos, el primer nivel de  participación estaría en la posibilidad de recibir información, y desde el conocimiento, optar por participar.

Desde nuestro planteamiento, la presencia de educadores en la calle facilita y motiva para la participación al integrar la posibilidad de acercar y facilitar la comprensión de la información a los chavales, desde el uso de acciones motivacionales, estableciendo una dinámica de retroalimentación en la que iniciamos el intercambio de información, se aportan ideas, se emiten juicios, y se genera la  confianza y el marco necesarios para evolucionar hacia estructuras que permitan la participación en el diseño y evaluación de iniciativas para jóvenes. De esta manera, tal y como plantea  Xavier Úcar (4).

  • Visualizamos iniciativas y grupos de jóvenes. Que no participasen solo los “visibles”; vincular también a los invisibles.
  • Trabajamos con grupos naturales que ya funcionan (identificar, elaborar un mapa de grupos y actividades).
  • Integramos iniciativas, grupos o personas interesadas.
  • Creamos redes de grupos de jóvenes que reflexionasen colectivamente sobre las problemáticas de sus barrios y sobre la manera de responderlas.
  • Creamos comunidad.

Partiendo de:

  • La presencia en la calle, de la observación y la escucha directa de las inquietudes de los jóvenes en un dialogo abierto y constructivo.
  • Animar y de informar sobre las posibilidades para la participación, de incentivar cualquier idea en este sentido que surja del colectivo juvenil.
  • Apoyar procesos, y de agilizar las gestiones, siempre que no suponga una pérdida de protagonismo por parte de los jóvenes.
  • Fomentar el acercamiento entre los jóvenes y los otros miembros de la comunidad, los adultos, los técnicos y  los políticos.

7. Conclusiones

PersonaEl educador está en la calle, y en la calle desarrolla su trabajo. Se acerca, se presenta, se legitima y trabaja. No hay educación de calle si no hay una presencia continuada en el contexto de intervención. Sin invadir, y respetando los ritmos, el educador ha de hacer su aula un banco en el parque, su despacho el bar más tranquilo del barrio, ese en el que se puede hablar. Y no hay horas muertas, hay horas de callejear, observar y provocar encuentros en los que generar un espacio para la relación, con los chavales, con el barrio.

Encuentros en los que la ciencia quizás nos sirva para hacer poesía callejera.

Bibliografía

AA.VV. (1998). Pioneros, educación en libertad. Un modelo de intervención en medio abierto. Editorial Popular.

Atkinson P.; Hammersley M.(1983). Etnografía. Métodos de investigación. Paidós básica.

Arquero M.; Asociación la Kalle (1994). Educación de calle. Hacia un modelo de intervencion en marginación juvenil. Editorial Popular.

Guerau de Arellano F.; Trescents A. (1987). El educador de calle. Barcelona: Roselló impressions.

Costa Cabanillas, M. y López Méndez, E. (1996). Manual para el Educador Social. Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales.

Miller, W.; Rollnick, S. (1999). La Entrevista Motivacional. Paidós.

1.- Pioneros, educación en libertad. Un modelo de intervención en medio abierto. Editorial Popular 1998.

2.- Para profundizar en la dimensión de la entrevista motivacional aplicada  a la intervención educativa ver  mi articulo Enlace

3.- Enlace
4.- Enlace